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Ópera Periférica. El arte como instrumento de transformación social: del Barrio 31 a la escuela pública19/11/2018- Por Roberto P. Neuburger - Realizar Consulta
Un original proyecto, inédito en su carácter y sus alcances, ha brotado en estas playas a veces tan hostiles, desiguales y excluyentes: una compañía que se propone desligar el teatro musical de su encierro en los habituales sitios de consumo y acercarla, con absoluta altura, a sitios insólitos, donde la indiferencia dominante con que aquellos se desentienden de los que no tienen recursos ni el entorno para acceder al pliegue cultural en cuestión los aparta sin posibilidad de inclusión ni desarrollo.
Escenas de la ópera – Fotografía de Alejandro Held*
La Calisto (1651), ópera en tres actos de Francesco Cavalli con libreto de Giovanni Faustini
Director musical y clave: Manuel de Olaso;
Director de escena: Pablo Foladori;
Producción: Ernesto Goya y Stella Heredia; (sobretitulado y producción María Inés Natalucci)
Fotografía: Alejandro Held y Luciano Viola
Gráfica: Brian Hermosi y Mariano Chavero
Vestuario: Analía Bernabé
Escenografía: Ignacio Unrrein y Dolores Mallea
Músicos: Cecilia Carnero y Franco Ariel (violines), Mercedes Blanco Mengoni y Carolina Pérez Bergliaffa (flautas), Pablo Angilletta e Ignacio Camarano (viola da gamba), Paula Andrea Sadovnik (violoncello), Miguel de Olaso (laúd)
Elenco: Constanza Díaz Falú (Calisto), Gabriel Carrasco (Júpiter), Lautaro Nolli (Mercurio), María Paula Alberdi (Diana), Walter Eichenberger (Endimión), Florencia Ribero Fernández (Juno), Esteban Manzano (Linfea), Cintia Verna (Satirino), Fernando Ursino (Pan), Mauricio Meren/Jonatan Favilla (Silvano)
“Ópera periférica”, conducida por los brillantes jóvenes Pablo Foladori (director general), Manuel de Olaso (director musical) y César Franov (músico invitado), proponen, en efecto, la utilización del teatro musical en espacios no convencionales donde representa un acontecimiento insólito pero naturalizado a lo largo del trabajo creativo.
Del Barrio 31 al Ferrocarril Urquiza, de la Escuela Pública Juan Pedro Esnaola, o la villa 1-11-14 del Bajo Flores al Skatepark Lugano[1], los espacios públicos son intervenidos con participación activa de quienes se encuentren presentes en el entorno y se comprometan con el proyecto.
Skaters, boxeadores veteranos de un club barrial, viajantes en un medio público, alumnos de la secundaria, todos pueden tomar su lugar en una práctica transformadora.
En tiempos oscuros en los que la cultura pública puede encontrarse en riesgo, aislada de quienes deberían recibirla y aprisionada en círculos donde impera el “Poderoso Caballero” (unido al tradicionalismo conservador más retrógrado), la capacidad de modificación del sujeto al mismo tiempo que la excelencia artística del proyecto de inclusión ilimitada adquieren una relevancia admirable y convocante.
Todos los artistas involucrados manifiestan una excelencia y un compromiso que dan por resultado un equipo homogéneo, de impecable estilo, poderosa convicción y sin la menor fisura.
Si Brecht hubo de tener un propósito cuestionador de la ópera como objeto de consumo culinario adormecedor, intentando despertar a la reflexión, es evidente que creadores como los que conducen esta actividad inquietante, singular y trascendente lo pueden lograr de modo menos indirecto y en terrenos inimaginables.
La ópera deviene un instrumento para señalar y discutir problemáticas actuales (de allí la relevancia de un texto sobrecargado de equívocos de género para poner el índice en la educación sexual integral en una secundaria, por ejemplo) donde el contexto social va más allá del objeto artístico: el instrumento estético vehiculiza la práctica de una ética.
Para echar una mirada (o asociación “libre”) desde la historia del psicoanálisis, recordemos que la notable fundadora Marie Langer, insatisfecha por el limitado alcance de su tarea en relación con la transformación social a la que aspiraba, se quejó una vez de su descontento a un colega que hubo de responderle:
“Lo que pasa, Mimí, es que ese ‘poco’, para quienes lo reciben es mucho”.
*Imágenes: Alejandro Held es fotógrafo y arquitecto argentino contemporáneo. Pueden seguirse sus obras en… https://www.flickr.com/photos/alejandro_held/
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