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Masturbación: de eso no se habla

12/07/2017- Por Ana Esther Krieger - Realizar Consulta

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En nuestra época, donde la sexualidad ha perdido su espacio íntimo nos preguntamos ¿por qué de eso no se habla? La sexualidad contemporánea atravesada por Internet será: ¿una pérdida de lo íntimo o un intento de recuperarlo? El silencio acerca de la masturbación ¿podemos tomarlo como un síntoma social? ¿Cómo ha sido en las diversas épocas? ¿Es el goce autoerótico un artilugio del sujeto frente a los efectos de la sociedad de control? ¿Cómo incide la hipermodernidad basada en tres componentes axiomáticos: el mercado, la eficiencia técnica y el individuo?

 

 

 

                              

 

 

  El interés por este tema está anudado a la pregunta por el silencio acerca de la práctica masturbatoria.

En el intercambio como psicoanalista con los medios de comunicación, desde hace más de 10 años y en ocasión de mi participación en cientos de colaboraciones en notas vinculadas a la sexualidad contemporánea, jamás se me ha preguntado acerca de la masturbación. La elección del titulo “De eso no se habla” da cuenta de este fenómeno.

  A partir de la lectura de diversos autores se intenta articular el acto masturbatorio necesario, liberador  y/o abyecto, al goce autoerótico de la época actual. El goce autoerótico como un artilugio del sujeto frente a los efectos de la sociedad de control.

 

  Se examinan las distintas connotaciones histórico sociales que de alguna manera coexisten en la actualidad que consideran el acto masturbatorio:

  • Una conducta ni vergonzante ni culposa.
  • Una abominable práctica y se advierte, especialmente desde la medicina y la educación, acerca de sus terribles consecuencias.
  • Un acto de goce solitario interpretado desde la postura freudiana como patogénico en sus comienzos y luego vinculado al autoerotismo y la fantasía.
  • Un síntoma actual que se relaciona con una satisfacción autoerótica sin tramitación significante.
  • Un autismo generalizado del goce. Un declive del amor. Un goce triste.

 

  El recorrido inicial de esta indagación muestra el cambio de mirada sobre este acto solitario, en  distintos momentos de la vida social humana. La palabra masturbar del latín masturbari, suele decirse que proviene de manu turbare, es decir turbar con la mano.

  La difusión en nuestro medio acerca de la publicación de la primera edición en español del año 2007 del libro Sexo solitario. Una historia cultural de la masturbación, de Thomas W. Laqueur, evidencia la necesidad de hacer una relectura de los diferentes enfoques acerca de la conducta masturbatoria, desde la perspectiva de  nuestra época actual.

 

  Los primeros textos consultados permiten delinear la formulación de algunas preguntas:

¿Por qué la masturbación se convierte en un problema moral? Se ubica para ello a partir del 1712 (siglos XVIII y XIX primera mitad del XX).

·         ¿Por qué comienza en determinado momento la persecución de las prácticas masturbatorias -fundamentalmente por parte de la medicina- cuando en épocas anteriores no habían sido caracterizadas negativamente?

 

Desde un punto de vista cronológico la  historia de la masturbación moderna atraviesa períodos diferentes:

ü       El primero, se extiende a partir de una fecha clave que fija como el nacimiento del onanismo puntualmente en el año 1712, en Inglaterra. Se trata de un panfleto médico de 88 páginas conocido como Onania o el atroz pecado de la autopolución y sus terribles consecuencias, una investigación acerca de cómo ambos sexos realizan esta “abominable práctica”, con consejos y admoniciones dirigidas a las juventudes. Hombres y mujeres de distintas edades eligen así la peor soledad.

ü       El segundo, unos doscientos años más tarde, a principios del siglo XX, se identifica con la revolución freudiana que resuelve de alguna manera el conflicto y convierte al comportamiento masturbatorio como una etapa infantil a superar.

ü       El tercero, a lo largo del siglo XX, es considerado como una herramienta de autoconocimiento y autonomía. En este siglo hasta se podía leer a pensadores que transmitían su autoincriminación moral por haberse masturbado. 

ü       El cuarto o momento más actual, fin del siglo XX y principios del XXI, “se hace porque se tiene derecho a hacerlo, como distracción, frente a la computadora, en un video club, en una sala de cine…” La vida on line implica una nueva forma de onanismo que produce goce erótico.

  Durante casi tres siglos (si comenzamos en el año 1712 inicios del siglo XVIII, todo el siglo XIX y parte del siglo XX) la ciencia médica, que es la que tuvo mayor injerencia en la apreciación de los comportamientos masturbatorios, sostuvo diversas ideas apocalípticas, entre ellas:

·         El joven que se abandonaba a la lectura afiebrada de libros es visto como una indigestión de literatura.

·         El peligro de que las mujeres, propensas a la fantasía, que deslizan sus manos hacia el vicio, se alejen de los deberes de la reproducción y que el abuso les pueda producir una atrofia de los órganos. 

·         La tentación al placer puede producir enfermedades como epilepsias, tuberculosis, debilidad mental. Las personas cargan con la culpa y son además discriminadas por ello.

  Según esta indagación, en la Antigüedad, y quizás también en la Edad Media, no había una idea vergonzante y culposa de la masturbación tal como aparece en una concepción más moderna que arranca de la fecha que ya indicamos, 1712 y que se asocia con Onán, personaje que aparece en el Viejo Testamento. Onán, según el Génesis, prefiere sembrar su semilla en la tierra antes que fecundar a la mujer de su hermano muerto y morir castigado por eso. La ley lo obliga a casarse con ella y el hijo que pudiera nacer se consideraría hijo del muerto. Nace así el onanismo. El nuevo pecado, sugiere el autor, tiene las mismas terribles consecuencias que el del Antiguo Testamento: la muerte. En este caso, no por la mano de Dios sino por la de la naturaleza, que, afectada, debilitará al pecador.

  Onán era el segundo hijo de Judá. Su nombre es el origen del término sexual onanismo (que se usa como sinónimo de masturbación), aunque también hay quienes piensan que esto procede de una mala interpretación del texto bíblico que en todo caso relata una interrupción del coito o coitus interruptus y no una masturbación. Después de que su hermano mayor falleciera, Onán debía casarse con su viuda Tamar, tal y como dictaba la Ley judía. Según La Biblia, cada vez que tenía una relación sexual con su cuñada, eyaculaba sobre la tierra -practicaba el coitus interruptus-. Según la ley de su tiempo, un hijo tenido con Tamar no sería considerado suyo, sino un niño tardo de su hermano. Este hijo heredaría los derechos de la primogenitura (por ser considerado hijo de Er, el hermano mayor), desplazando a un segundo lugar a Onán. Éste no cumplió sus órdenes, entonces como respuesta Dios mató a Onán.

Y Er, el primogénito de Judá, fue malo ante los ojos de YAHVE (nombre de Dios en hebreo), y le quitó YAHVE la vida. Entonces Judá dijo a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano, y despósate con ella, y levanta descendencia a tu hermano. Y sabiendo Onán que la descendencia no habría de ser suya, cuando se llegaba a la mujer de su hermano, vertía en tierra, para no dar descendencia a su hermano. Y desagradó a los ojos de YAHVE lo que hacía, y a él también le quitó la vida.

  La interpretación judía consiste en que Onán derramó su semilla (semen), y por tal motivo fue condenado a muerte. Ese pasaje es citado como una razón para prohibir tanto la masturbación como el coitus interruptus, ya que el principal pecado en ello sería el desperdicio o derramamiento de semen.

  Los autores católicos medievales también entendieron la acción de Dios en esta historia, como una condena en contra de la masturbación o contraconcepción, y a causa de ello se creó el concepto de pecado de Onán. Las disquisiciones acerca del propósito de estos versículos son diferentes. Para algunos el pecado de Onán fue, principalmente, la codicia; deseaba quedarse con la primogenitura y con toda la herencia de su padre que así no tendría que repartir con sus sobrinos. Otros sostienen que el pecado principal de Onán fue impedir la fecundación, ya sea por coitus interruptus o masturbación, ya que en ambos casos el resultado es el mismo: la deposición de semen fuera de la vagina y por tanto se previene que los espermatozoides se unan con un óvulo.

  Pareciera que durante milenios la reglamentación sobre los deseos del cuerpo se ocupó de asuntos como la sexualidad dentro del matrimonio y la cuestión del amor por el mismo sexo. De este modo se trataba de limitar la conducta del varón. Gracias a la masturbación aparece entonces la mujer en el tratamiento de la sexualidad. Los médicos interpretaban que en ellas el vicio es más secreto, es puro deseo, algo misterioso. No se trata como en el hombre del líquido seminal que se evapora. Se asociaba con la ninfomanía, la anorgasmia y la frigidez. Por lo tanto para ellas, más castigo y más culpa.

  La tradición médica que arranca con el Iluminismo en la segunda mitad del siglo XVIII realiza un llamativo esfuerzo por inventar una nueva enfermedad: la masturbación. Esta tradición ayudó a crear los principios de la sexualidad moderna. Se encuentran gran cantidad de registros de conferencias, artículos, entradas en enciclopedias, tratados didácticos que arrancan aproximadamente desde esa fecha clave 1712 y que apuestan a este enfoque de la masturbación como una abominable práctica. Dos siglos después se comienza a dudar de que la masturbación causara serios daños físicos. Una posible explicación es el cambio hacia un enfoque más individualista que valora la autonomía, la autoexploración, el individuo surge libre respecto de un mundo cultural.

  En un contexto donde se dice que reina la verdad, aparece este vicio secreto en el centro de las manifestaciones sexuales. La masturbación, o mejor dicho, su medicalización y regulación, juega un papel fundamental en el intento de conciliar la relación consigo mismo y con los demás, en un mundo sin normas fijas.

  En la década del ’90, declarada como de auge del neocapitalismo, las empresas de juguetes eróticos realizan campañas publicitarias a favor de la masturbación. Se le dedican festejos, mesas redondas, cursos, libros, terapias que ayudan, sobre todo a las mujeres, a masturbarse mejor.

Lecturas más actuales consideran que, de algún modo en nuestros días, la misma práctica se propone curar los mismos males que causaba hace 200 años. Como contracara de las persecuciones y condenas de otros tiempos, hoy en Internet existen comunidades virtuales de onanistas que crean una alternativa de sociabilidad de un vicio que ya no es tan privado. El horror al encuentro con otro cuerpo produce un repliegue a una satisfacción solitaria por vía de la pantalla.[1] El secreto es en gran parte lo que ha convertido en centro de atención al onanismo, ya sea como condena o como consejo. La masturbación ofrece a quien la práctica liberación de vergüenza, culpas y restricciones; los tímidos y las tímidas pueden encontrar el orgasmo; las mujeres pueden usarla para combatir fuertes deseos que las llevarían a brazos equivocados, esquivar el diálogo, la seducción y hasta el chateo virtual.

  Aparecen textos defendiendo la masturbación y se la ubica como punto medio entre abstinencia y exceso. En cuanto a la masturbación femenina, como el lugar del placer separado de la reproducción e incluso del cuerpo del otro. La masturbación es, desde esta perspectiva, la sexualidad de la modernidad, y de la burguesía que la creó. Una manifestación de la sexualidad que alcanza a todos sin distinción alguna. Es así que en este comienzo de siglo conviven personas que consideran que masturbarse es autorrealización con aquellos que pueden recordar las advertencias sobre “pelos y otras marcas” que sus mayores les transmitieron.

  Otro trabajo consultado que se refiere a “El niño masturbador…”[2] aporta además la visión de  Michel Foucault para tratar de entender lo que denomina la problemática del niño masturbador, ubicada en la modernidad (siglos XVIII y XIX), buscando los cambios sociales que se fueron produciendo.

En su obra Historia de la Sexualidad1 La voluntad de saber, Foucault sostiene que,  más que a través de la represión del sexo, el poder opera produciendo un cierto discurso sobre la sexualidad. Desde su perspectiva la cuestión no es si se le dice sí o no al sexo, sino cómo el poder infiltra y controla el placer cotidiano. Aportes como los de Foucault contribuyen a pensar que  la sexualidad no pertenece al orden de lo biológico, sino que se constituye históricamente. La sexualidad para este autor es regulada por los sistemas de poder.

  Un ejemplo de dispositivo de poder es lo que denomina pedagogización del sexo del niño, se trata de una campaña antimasturbatoria que busca prevenir a los niños sobre las consecuencias de estas conductas advirtiendo sobre los sufrimientos que produce, con el objetivo de cuidar su salud. El foco de estas campañas eran los niños burgueses.

 

  También trata de explicar el cambio que se percibe a partir del siglo XVIII en el que la masturbación comienza a ser vista como problema. Se refiere a la hipótesis de que en la sociedad capitalista, el cuerpo, que en épocas anteriores había sido sede de placer, se convierte en esencial en el devenir de la producción de una sociedad y entonces los factores de poder reprimen toda actividad sexual que haga peligrar la energía productiva. Observa que no toda la sexualidad se vio afectada por las imposiciones del poder dominante que se dirigían sólo contra la masturbación y no contra toda manifestación de la sexualidad. Llamativamente las imposiciones no se dirigían a la clase trabajadora, sino a niños burgueses.

En la época a la que nos referimos -finales del siglo XVIII y principios del XIX- comienza para este pensador una conexión entre masturbación y sexualidad y sobre todo, entre masturbación y autoerotismo. Se culpa más al adulto que deja el cuidado de los niños a extraños como familiares o criados, que pudieron haberlo incitado a realizar prácticas masturbatorias. De esta manera, se busca fortalecer el vínculo entre padres e hijos para generar un nuevo tipo de organización familiar. Estas regulaciones formaban parte de políticas que impulsaban la educación natural de los niños. Se dirigían especialmente a niños aristocráticos y burgueses que en el futuro formarían parte de ese Estado.

 

 

El camino de la masturbación al síntoma

 

  Denomino así este tramo del recorrido para incursionar en un enfoque propiamente desde el psicoanálisis[3] que se refiere a la relación que establece S. Freud entre la adicción y la neurosis y a partir de esta relación, su idea de considerar la masturbación como adicción primordial y ligarla con la toxicidad del síntoma. La postura freudiana interpreta la masturbación como un hábito al que designa adicción primordial y considera las otras adicciones como alcoholismo, morfinismo, tabaquismo, sustitutos de la adicción primordial.

  Freud marca una conexión  entre masturbación y autoerotismo. Divide el acto masturbador en el aspecto de evocación de la fantasía y el aspecto más mecánico, esos tocamientos concretos para llegar a la satisfacción. En el pasado estos dos aspectos eran considerados por separado. El puro autoerotismo que se fusionaría luego con la fantasía. Se sintetiza entonces: un primer momento de autoerotismo, de acción mecánica de tocamientos y un tiempo posterior donde se da una fusión o soldadura entre el puro erotismo y la evocación de una fantasía, es decir se agrega lo psíquico. Se subraya este elemento psíquico.

  El autor enlaza esta diferenciación con el tratamiento que remite a J. Lacan cuando dice: “De hecho el sujeto del inconsciente no toca al alma más que a través del cuerpo, introduciendo el pensamiento"[4], es decir que el significante toca el cuerpo. Por vía del pensamiento, con solo pensar o evocar una fantasía se provoca una excitación en el órgano. En adolescentes varones ciertas poluciones nocturnas producen muchas veces una erección, al evocar cierta fantasía. También en la relación sexual aparecen actos más puramente mecánicos que se concretan como puro autoerotismo al que se suma el estímulo de la fantasía. Son instancias que tienen que ver con el soñar, con el pensamiento, con la fantasía. Es el significante que excita al cuerpo.

 

  Ahora bien, ¿cómo seguimos hacia la idea de síntoma? Para Freud no hay masturbación y síntoma a la vez. Desde una perspectiva energética si hay una descarga por vía de la masturbación, no hay descarga por vía del síntoma. Entonces enuncia para ello tres condiciones: primero que hay que dejar la masturbación, en segundo lugar que esa energía no sea sustituida por otra cosa; da a entender que habla de sublimación y, finalmente, que la fantasía pase a ser inconsciente. Si se dan estas tres condiciones cabe la posibilidad de que esto se descargue por vía del síntoma.

 

  Freud nos habla de la génesis tóxica del síntoma de la neurosis actual. Otros autores la describen como el estilo adictivo de las civilizaciones actuales: Sujetos jóvenes que viven recluidos en un universo de multiconexión virtual, evitando las relaciones reales. Se da la paradoja de una interconexión instantánea y múltiple junto al aislamiento y la soledad. Los cambios sociales modifican la clínica, actualmente caracterizada por las patologías del acto, no del pensamiento.[5] El síntoma actual entonces, tiene una relación directa con la satisfacción autoerótica, sin tramitación significante. Es decir que la adicción, que actúa como sustituto del autoerotismo, muestra claramente su efecto tóxico. Reiterando esta idea del síntoma no tanto como una transacción sino en su aspecto tóxico, en el que no media el mecanismo psíquico. 

  En países como Japón hay un record de abstinencia sexual. Por un lado abstinencia voluntaria y al mismo tiempo oferta de sexo por todas partes. Los videobox son cabinas individuales donde los hombres satisfacen su autoerotismo con unos dispositivos que emulan el genital femenino, mientras se proyectan películas porno en una pantalla. También se habla en ese país de un fenómeno social llamado del hombre herbívoro en que los hombres rechazan el matrimonio o reniegan de conseguir una novia. Hombres que son los chicos buenos de una nueva generación que no buscan agresivamente la carne, sino que prefieren comer hierba junto al sexo opuesto. Se nombran como causas ciertos factores sociales y económicos como el declive de la economía japonesa y la desilusión que ha provocado, que hace que los hombres den la espalda al típico rol masculino. Muchas mujeres se niegan a tener relaciones con hombres que no tienen un empleo estable, otras perciben que los autoproclamados hombres herbívoros son débiles y no viriles.  Algunos se consideran intimidados por las mujeres más independientes, mientras que otros muestran poco o ningún interés por el sexo opuesto.

  Diversas preguntas se formulan desde el ámbito del psicoanálisis. Entre ellas: ¿será la crisis de la posición viril?, ¿la consecuencia de la declinación del Nombre del Padre? Es decir, asumir que en la era patriarcal las identificaciones referidas al sexo proporcionaban al sujeto, referentes más estables. Tal vez ¿un autismo generalizado del goce o el declive del amor?

Quizás hayan sido los objetos de consumo que han apagado el deseo, quizás la hipermodernidad basada en tres componentes axiomáticos: el mercado, la eficiencia técnica y el individuo. Quizás el empuje al goce que impone el superyó capitalista.

  El discurso analítico se encuentra con el desafío de remar contra esta tristeza generalizada para orientar al sujeto en la estructura y alcanzar con perseverancia el saber alegre, al decir de Lacan. La búsqueda es otra relación con el cuerpo que haga contrapeso con el goce triste de nuestra época[6]

 

  

¿Por qué de eso no se habla?

 

  En nuestra época, donde la sexualidad ha perdido su espacio íntimo nos preguntamos ¿por qué de eso no se habla? La sexualidad contemporánea atravesada por Internet será: ¿una pérdida de lo íntimo o un intento de recuperarlo?

El silencio acerca de la masturbación reinvindica la posibilidad de existencia del sujeto, porque el hecho de que no se hable de la práctica masturbatoria podemos tomarlo como un síntoma social que traduce el universo de un sujeto que se sostiene en ese silencio, como testimonio de un resto inapresable, del objeto en tanto perdido.[7]

 

 

Referencias bibliográficas

 

-          Fernandez Blanco, Manuel. “El estilo adictivo de las civilizaciones actuales”. Consultado en https://www.adafad.org/pdf/viijornada/ponencia4.pdf

-          Foucault, Michel. Historia de la sexualidad I La voluntad de saber. Siglo XXI, México, 2007.

-          Freud, S. (1912). “Contribuciones para un debate sobre el onanismo”. En: Obras Completas, Amorrortu Editores, Buenos Aires.

-          Freud, S. “Tres ensayos para una teoría sexual”. OC. VII. Amorrortu Ed. 1905.

-          Freud, Sigmund, “Carta 79”Obras Completas, Tomo I, Amorrortu, Buenos Aires, 1985

-          Freud, Sigmund, “La sexualidad en la etiología de las neurosis”, Obras Completas, Tomo II, Amorrortu, Buenos Aires, 1985.

-          Goya, Amanda. “El goce triste” consultado en :

http://blog.elp.org.es/all/cat19/el-goce-triste-amanda-goya/

-          Lacan J. Seminario 20. Aún. Del Goce. Clase 1 21 de Noviembre de 1972.

-          Lacan, J.  Seminario 10. La angustia. Clase 6  19 de Diciembre de 1962.

-          Laqueur, Thomas W. Sexo solitario. Una historia cultural de la masturbación. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2003. Capítulos I, II y VI.

-          Naparstek, Fabian. La masturbación como adicción primordial: la toxicidad del síntoma. Facultad de psicología – UBA,  Secretaría de investigaciones, Anuario de investigaciones, Volumen XVI.

-          Varsavsky, Julián. El hombre herbívoro. Consultado en http://www.revistaanfibia.com/cronica/la-generacion-herbivora-solo-se-ama-a-si-misma/

-          Vicente Miguelez, Violeta. El niño Masturbador Una problemática de los siglos XVIII y XIX. Año 2010.

-          Viola, Liliana. Me tomo cinco minutos… Nota Página 12. Viernes 31 de agosto de 2007.

 



[1] Encuestas recientes registran por ejemplo más de 5 mil jóvenes de aproximadamente 22 años respondieron a la encuesta del quinto aniversario de Jackin World (www.jackin.com que tiene su link especializado en masturbación femenina www.clitical.com) Un tercio dijo que entraba para saber qué opinaba la gente sobre el tema, el otro tercio dijo que quería encontrar nuevas técnicas y el tercio restante, que entraba porque estaba excitado. Alguien lo hace recordando a su amor, o a su suegro, a su propia hermana, a un ser que detesta, a un objeto cualquiera. No hay vicio mas atractivo o fácil de realizar, se puede cumplir sin ayuda de nadie.

 

[2] Miguelez, Violeta Vicente. El niño Masturbador Una problemática de los siglos XVIII y XIX . Trabajo presentado en el marco del seminario de grado “Cristianismo y sexualidad. Michel Foucault: la “carne”, la castidad y la confesión; las poseídas y las histéricas.”, dictado por Hugo Vezzetti con la colaboración del Lic. Mauro Vallejo. Cátedra I de Historia de la Psicología, Facultad de Psicología, UBA, 2do cuatrimestre de 2010.

 

[3] Naparstek, Fabian. “La masturbación como adicción primordial: la toxicidad del síntoma”. Facultad de psicología – UBA,  Secretaría de investigaciones, Anuario de investigaciones, Volumen XVI.

 

[4] Lacan, J., “Psicoanálisis Radiofonía & Televisión”, Anagrama, Bs. As., 1977

[6] Goya, Amanda. El goce triste consultado en:

http://blog.elp.org.es/all/cat19/el-goce-triste-amanda-goya/

 

 

[7] Tal como se señala en El Seminario La angustia, el objeto a como real, causa de deseo, es un objeto que no circula, del que nadie se puede apropiar, que nadie puede poseer. Identificarse con el objeto a en el plano simbólico o imaginario, se diferencia de la identificación con el objeto como real. No existe transitividad ni simbólica ni imaginaria para el objeto a porque éste es una parte del cuerpo, ese punto del cuerpo al que Lacan califica con un nombre: punto de goce, lugar donde el cuerpo atrapa el goce (…). Consultado en

http://23118.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/informacion_adicional/electivas/francesa1/material/conceptodeobjeto.pdf

 

 


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