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Paranoia: entre el prójimo y las cosas del mundo28/07/2018- Por Sergio Zabalza - Realizar Consulta
La estructura de la personalidad es paranoica, luego cada época testimonia su cercanía a la barbarie de acuerdo a la posición que el poder adopta respecto a esta tan delicada relación entre el cuerpo y un enemigo interno… Por lo pronto, la clínica psicoanalítica testimonia el carácter traumático de la inquietante alteridad que habita el ser hablante, esa suerte de objeto… Lejos de proveer a la Salud Pública o la seguridad de los ciudadanos, la presencia de las FFAA en las calles amenaza generar un clima de extrema tensión en función de la angustia y la inseguridad que la vigilancia generalizada suscita en el sujeto...
Intervenciones callejeras del artista "Interlocutor ausente"*
“Pasaron cosas”
Con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y eventuales agresiones externas, el presidente de Argentina ha firmado un decreto por el cual se habilita a las Fuerzas Armadas a intervenir en asuntos de la seguridad interior.
Se trata de una medida que transgrede el consenso social acuñado tras la recuperación de la democracia y amenaza retrotraer a la nación a sus peores y más oscuros momentos.
Hay gobiernos que suelen apelar a las zonas más oscuras de la constitución subjetiva para así cosechar algún apoyo en la exacerbación del odio, el recelo y la sospecha del semejante.
Lejos de proveer a la Salud Pública o la seguridad de los ciudadanos, la presencia de las FFAA en las calles amenaza generar, además de la consabida represión a la protesta social, un clima de extrema tensión en función de la angustia y la inseguridad que la vigilancia generalizada suscita en el sujeto.
Por lo pronto, la clínica psicoanalítica testimonia el carácter traumático de la inquietante alteridad que habita el ser hablante, esa suerte de objeto extranjero cuya particular ubicación le lleva decir a Lacan: “No hay prójimo salvo ese hueco mismo que está en ti, el vacío de ti mismo” (Lacan, 2008, 24).
Se trata de una condición de estructura que desde temprano Freud entrevió cuando, al situar el Complejo del Prójimo sobre el cual “aprende el ser humano a discernir”, refiere que el mismo encarna “el primer objeto-satisfacción y el primer objeto hostil”, uno de cuyos componentes “se mantiene reunido como una cosa del mundo” y el otro “puede ser reconducido a una noticia del cuerpo propio”. (Freud, 1895: 376 y 377)
De allí la especial topología que distingue a la perspectiva psicoanalítica, esto es: lo más íntimo habita en un afuera. Así, las imprevisibles “cosas del mundo que escapan a la apreciación judicativa” (Freud, 1895: p. 379) suelen brindar cuerpo a la ajenidad que nos constituye.
No por nada, en esta condición subjetiva descansa la invención del “enemigo interno” con que algunos gobiernos –tal como el que hoy padecemos en Argentina– se sirven de la particularidad del ser hablante para imponer su nefasto y corrupto orden.
Para decirlo todo: la estructura de la personalidad es paranoica, luego cada época testimonia su cercanía a la barbarie de acuerdo a la posición que el poder adopta respecto a esta tan delicada relación entre el cuerpo y un enemigo interno.
Freud habla del enemigo interior: “En las neurosis traumáticas y de guerra, el yo del ser humano se defiende de un peligro que le amenaza de afuera o que se le corporiza en una configuración del yo mismo; en las neurosis de trasferencia de tiempos de paz, el yo valora a su propia libido como el enemigo cuyas exigencias le parecen amenazadoras.
En ambos casos el yo teme un daño: aquí de parte de la libido, allí de parte de los poderes externos. Y hasta se podría decir que en las neurosis de guerra, a diferencia de las neurosis traumáticas puras y a semejanza de lo que sucede en las neurosis de trasferencia, lo que se teme es pese a todo un enemigo interior” (Freud, 1919: p. 208).
Por otra parte la mención al enemigo interior se hace por demás oportuna si se repara que, según observa Lacan en La Tercera, el miedo al miedo es la angustia ante el propio cuerpo: “el sentimiento que surge de esa sospecha que nos asalta de que nos reducimos a nuestro cuerpo” (Lacan, 1974: p. 27)
Desde esta perspectiva, el enemigo interior es el propio cuerpo, de lo cual resulta que –según se presenten las circunstancias del entorno–, se desprenda una tensión intolerable traducida en violencia hacia la propia persona o actos insensatos dirigidos hacia quien encarne esa alteridad amenazante.
De esta manera, si es cierto que el acto loco siempre interpreta una situación social, con su decreto Mauricio Macri no ha hecho más que brindar todo su alcance a la frase con la que hace pocos días un artista –que sufre de adicciones– intentó justificar una acción que terminó con la vida de una persona: “Era él o yo”. ¿Saldrá ahora el presidente a cantar: “We are the champions, my friend”?
Nota*: la web del artista es
https://www.facebook.com/InterlocutorAusente1
Referencias bibliográficas
Freud, S.: “Proyecto de una psicología para neurólogos” (1950 [1895]), en Obras Completas, A. E. tomo I
Freud, S.: “Introducción al Simposio sobre neurosis de guerra” (1919), en Obras Completas, A. E. Tomo XVII.
Lacan, J.: El Seminario: Libro 16, “De un Otro al otro”, Buenos Aires, Paidós, 2008.
Lacan, J: “La tercera” en Revista Lacaniana Nº 18, Buenos Aires, EOL, (2015 [1974)
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