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¿Quiénes son los demonios?

16/07/2018- Por Florinda Chama - Realizar Consulta

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Ante el desastre humanitario que representa la exclusión de “oleadas” masivas de migrantes en busca de la supervivencia –tanto de territorio europeo como norteamericano-, valgan estas reflexiones que se nutren de la descripción de un fenómeno que sin ser nuevo, se ha agudizado. Asimismo la presente articulación recala en el incremento humano de la agresividad contra el semejante, tal detallara Freud en “El malestar en la cultura”

 

 

 

                        

 

 

                                                     Foto de Sebastiao Salgado del libro Éxodos*

 

 

  Las noticias nos vuelven a enfrentar a la crueldad de los gobiernos 

 frente a los movimientos migratorios. Como si fuera un cuento de maldad ilimitada, la perversión de los más fuertes, de los poderosos, sigue poniendo el acento en los más vulnerables. 

 

  Pero no es un cuento, ni una poesía, aunque pudiésemos llenar bibliotecas 

de diferentes historias, en todos los tiempos. 

 

  Hace unos días fueron rescatados 630 migrantes en aguas del Mediterráneo por el barco de ayuda humanitaria Acquarius. La embarcación permaneció días en dichas aguas esperando la respuesta del gobierno de algún país europeo que se dignara a recibirlos.

 

  Italia los rechazó… España los recibe pero parte de su sociedad resiste esta política con viejos y temerosos argumentos: nos quitaran el trabajo, les daremos libreta sanitaria, tienen otras costumbres… la migración debe ser controlada… vienen a cobrar las ayudas por desempleo, etc., etc., y es un muy largo el etcétera… 

 

  Al mismo tiempo Donald Trump hacía alarde de su táctica frente a la migración latinoamericana: separar a los hijos de sus padres como modo de coerción. 

Pero esto no es nuevo, más de medio millón de niños, nacidos en Estados Unidos, esperan el corredor de la expulsión. Incluso Obama durante su mandato deportó cerca de 3 millones de personas.[1]

 

  El parlamento de Hungría aprueba una ley que castiga con un año de cárcel a los

ciudadanos que ayuden a migrantes en situación irregular, incluidos los refugiados y los solicitantes de asilo.[2]

 

  Sumamos a esto a los niños y adolescentes que son explotados por proxenetas así como en trabajos ilegales en el campo italiano.

Niños llegados de África subsahariana, Egipto. 5000 niños desaparecidos en Italia y que nadie busca.[3] Como si no existieran. 

 

  En España por ejemplo subió un 60% la llegada de menores no acompañados 

por adultos… y en Melilla no son escolarizados por no tener papeles.  

 

  En nuestro país la comunidad Senegalesa, es perseguida violentamente. 

Como siempre la lista es interminable. 

Es una lista de aberraciones, que nos enfrenta con una realidad que nos 

deja, una vez más, impotentes ante tanta injusticia. 

 

  La sociedad aún no se hace cargo de éste gran problema. Nuevamente el miedo al otro, al diferente, al desconocido. Sin contemplar que decenas de miles provienen de países que los rechazan, generan guerras, hambre y la consecuente migración. 

Sin reflexionar sobre el envejecimiento de la población europea por ejemplo, y de cómo la migración mitigaría este problema. 

 

  Sin poder pensar en el aporte que produce la migración, tanto económica, como culturalmente. La música, la danza, las comidas, la lengua... todo eso y más, va tejiendo una red de relaciones nuevas y enriquecedoras.

 

  Sujetos sin derechos, sin identidad, inexistentes, dejados a la deriva y no solo en el mar.

 

  En cambio Portugal, con un gobierno de izquierda acaba de anunciar 

que va a conceder la ciudadanía a todos los inmigrantes, legales o ilegales, que lleven un año trabajando en el país. Unas 30.000 personas podrán beneficiarse del cambio legal. Es que éste país necesita que la población crezca al igual que la economía también.

En medio de tanta negativa, por lo menos un país abre sus puertas, no todo 

está perdido.

 

 

  Este panorama amerita retornar al Freud de “El malestar en la cultura”:

 

“… el prójimo no le representa únicamente un posible colaborador y objeto sexual, sino también un motivo de tentación para satisfacer en él su agresividad, para explotar su capacidad de trabajo sin retribuirla, para aprovecharlo sexualmente sin su consentimiento, para apoderarse de sus bienes, para humillarlo, para ocasionarle sufrimientos, martirizarlo y matarlo”.[4]

 

  Me cuesta pensar en que toda esta parte nuestra de maldad desenfrenada no 

pueda ser detenida, erradicada. Me cuesta creer que el mundo lleve un rumbo 

equivocado, donde el otro siempre nos resulta amenazante. Claro, no soy yo la única que piensa así y sé que muchos otros también, pero los que deciden sí, suelen actuar con maldad, humillar y matar.

 

  No salvar a los miles que se mueren en el Mediterráneo tratando de llegar a una vida mejor, separar a las familias, menospreciar al inmigrante por portación de cara, etc., son lógicas consecuencias… 

 

  Las ONG realizan una labor maravillosa en éste tema, pero son los estados, junto 

con las sociedades quienes tienen que cambiar sus políticas ya. Sin demora, sin 

dubitaciones.

 

  Son 70 millones de personas buscando un lugar para vivir, huyendo de guerras, hambre, persecución. Muchísimos no llegan. 

 

  “El infierno está vacío y los demonios están aquí”… parafraseando a William Shakespeare. 

 

  Con todo éste panorama sobre la migración ¿quiénes son los demonios? 

 

 

Nota*: Sebastiao Salgado es un fotógrafo sociodocumental y reportero brasileño contemporáneo. Y uno de los exponentes más destacados de la fotografía mundial.

En el libro Éxodos retrata a migrantes de 35 países. (Los rostros denotan dignidad de la gesta en circunstancias extremas como así también las marcas de la devastación brutal, la codicia y el odio).

 

 

 



[1] Página 12 Nota de Eduardo Febbro. 23 de junio 2018  

https://www.pagina12.com.ar/123602-un-cielo-repleto-de-mexicanos-expulsados-de-ee-uu

 

[2] Eldiario.es edición digital del 20 de junio 2018 

https://www.eldiario.es/desalambre/Parlamento-hungaro-criminaliza-inmigrantes-irregulares_0_784272385.html

 

[3] https://www.elconfidencial.com/mundo/2018-06-22/italia-inmigrantes-menores-desaparecidos_1582308/

 

[4] Freud, Sigmund. “El malestar en la cultura”. Capítulo III. Obras Completas. 1929 (1930)

“Muy distinta es nuestra actitud frente al tercer motivo de sufrimiento, el de origen social. Nos negamos en absoluto a aceptarlo: no atinamos a comprender por qué las instituciones que nosotros mismos hemos creado no habrían de representar más bien protección y bienestar para todos. Sin embargo, si consideramos cuán pésimo resultado hemos obtenido precisamente en este sector de la prevención contra el sufrimiento, comenzamos a sospechar que también aquí podría ocultarse una porción de la indomable naturaleza, tratándose esta vez de nuestra propia constitución psíquica.

V La verdad oculta tras de todo esto, que negaríamos de buen grado, es la de que el hombre no es una criatura tierna y necesitada de amor, que sólo osaría defenderse si se le atacara, sino, por el contrario, un ser entre cuyas disposiciones instintivas también debe incluirse una buena porción de agresividad. Por consiguiente, el prójimo no le representa únicamente un posible colaborador y objeto sexual, sino también un motivo de tentación para satisfacer en él su agresividad, para explotar su capacidad de trabajo sin retribuirla, para aprovecharlo sexualmente sin su consentimiento, para apoderarse de sus bienes, para humillarlo, para ocasionarle sufrimientos, martirizarlo y matarlo”.| 

 

 


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