Columnas

De porqué en un momento se pierde la palabra aunque no se pierda el habla
por Emilia Cueto

Se observa con frecuencia en relación a algunas internaciones geriátricas, que las mismas adquieren características similares a las retratadas por Foucault acerca del encierro en relación al castigo... El sujeto pierde la palabra, aún cuando no haya perdido el habla. Se ve cosificado, sin reconocimiento del Otro, identificándose al lugar de desecho, pudiendo desencadenarse la vacilación fantasmática con el consiguiente desborde de angustia, aparición de síntomas y enfermedades. La ley Nacional de Salud Mental Nº 26657 señala que el Estado reconoce el “derecho a recibir tratamiento y a ser tratado con la alternativa terapéutica más conveniente, que menos restrinja sus derechos y libertades, promoviendo la integración familiar, laboral y comunitaria.”

Docencia “salame” y academia
por Marta Gerez Ambertín

Luego de haber hecho pública mi posición crítica en cuanto a diversas tendencias académicas actuales, se ha suscitado una polémica que considero valiosa para el devenir de la transmisión universitaria y de las investigaciones consiguientes. El fluido intercambio posterior ha dado pie a posturas adversas o de apoyo a lo afirmado. Por eso este escrito.

La verdadera amistad llega cuando el silencio entre dos transcurre amenamente
por Luis Kancyper

El estudio de la amistad es un terreno relativamente descuidado por el psicoanálisis. En textos anteriores señalé que la amistad era un derivado sublimatorio del complejo fraterno; pero deseo rectificar ese enfoque, porque considero en la actualidad que el amigo, ese otro sí mismo exógamo y auxiliar, no mantiene nexos tan estrechos con los vínculos endogámicos sino que presenta estructuralmente su propia singularidad y opera además como un factor relevante en la estructuración del aparato psíquico.

“La voz humana (en el teléfono): escucha psicoanalítica en emergencia con víctimas de violencia familiar”.
por Eva Giberti

En la clínica la palabra es la herramienta primordial de la que se vale el analista, siendo la voz lo que circula y da sentido a esa palabra. En nuestra labor cotidiana no sólo la palabra es con lo que contamos, sino que al estar privados del contacto directo con la víctima, es la voz nuestra única y primordial herramienta. Es así como cobra mayor fuerza la materialidad de dicha voz… Con nuestra intervención apuntamos a la posibilidad de introducir una diferencia, para que la víctima pueda comenzar a correrse del lugar en el que está siendo objeto de la violencia del otro. Valga entonces este escrito trabajado por el equipo consignado al pie, como introducción y fiel reflejo de las implicancias de esta magnífica labor.

El cuerpo como “máquina” de goce
por José E. Milmaniene

La sociedad posmoderna facilita la hegemonía de la maquinaria de goce -hecha del consumo del consumo- conformado por sujetos anónimos y serializados. Frente a la caída de los valores, la pérdida de las normas éticas de referencia, y la disolución de los vínculos solidarios y consistentes con el Otro, se plantean frecuentes resoluciones sintomáticas, tales como la estabilización a través del fortalecimiento de los núcleos autísticos, las compensaciones narcisistas que procuran las suplencias adictivas y/o la apropiación compulsiva de objetos de consumo... Dada la emergencia persecutoria del goce del Otro -encarnado por padres incestuosos incapaces de reprimir sus pulsiones- se instrumentan defensas arcaicas, que distancian al sujeto del circuito represión-retorno de lo reprimido-, para incluirlo en el registro de la escisión del Yo, correlativo al inconsciente forcluido...

Actualidad de las perversiones
por Silvia Ons

Alguien enuncia sus preferencias sexuales por Internet y de este modo las mismas toman un valor que antes no tenían ya que transformadas en mercancías adquieren un valor agregado. Lo privado sufre una transformación haciéndose público y apto para el consumo... De la misma manera en la que la oferta genera demanda, habría que preguntarse si el gran abanico de perversiones en la actualidad no está favorecido por las mismas ofertas... Vemos surgir un nuevo fenómeno de masas, en el que los sujetos se identifican ya no por tener un ideal común, sino ciertas inclinaciones que toman mayor fuerza al ser confesadas y colectivizadas...

La confusión entre disciplina e industria
por Martín H. Smud

Psiquiatría e industria están fusionados. Los diagnósticos construidos por esta fusión llegan a los psicólogos, trabajado­res sociales, docentes, etc. Este trabajo conjunto entre psiquiatras reconocidos y/o anó­nimos y la industria misma tiene incidencia en toda el área de la salud mental... El acto de prescripción no lo puede hacer cualquiera pero el diagnóstico psicofarmacológico tiene vigencia para todos los profesionales psi como para pacientes y conlleva enormes con­secuencias en nuestra época.

Borda: mensaje al cuerpo
por Sergio Zabalza

El 26 de abril del 2013 es la fecha que incorpora el recurso de la represión policial dentro de la política de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires. Una medida inédita en la historia de los hospitales neuropsiquiátricos del mundo... Las balas en un hospital psiquiátrico testimonian un salto cualitativo en el intento disciplinante ejercido sobre el cuerpo social. De la misma forma que el cínico procedimiento discursivo destinado a negar lo evidente por parte de los responsables políticos de la ciudad, resulta enloquecedor para cualquier oreja poco advertida.

Digamos Basta
por Nicolás Cerruti

La irrupción descomunal en el Hospital Borda, no debería entenderse como un hecho aislado, fragmentado, sino con una lógica. Estamos acostumbrándonos a leer lo que pasa, lo que nos pasa, como sin historia, sin ilaciones posibles; tan defraudados de la verdad que nos perdemos. Creemos que una inundación es un hecho emblemático pero contingente, una expresión más de la naturaleza que nos excluye, y no soportamos que haya responsables previos a lo sucedido, responsables humanos. El contenido simbólico de lo acontecido el 26 en el Hospital Borda es atroz, pero mucho más por ser algo real: el negocio es la ley, la gente es un estorbo. Digamos Basta

La cuestión del diagnóstico, un asunto político
por Enrique Tenenbaum

En las líneas que siguen intento argumentar cómo a partir de la entrada de la llamada Salud Mental en el mercado global, y con mayor incidencia en el neoliberalismo imperante, la cuestión diagnóstica se ha fetichizado rechazando su raíz clínica y su impronta transferencial para devenir una mercancía que, como tal, barre y arrasa las dimensiones del sujeto. Es en este sentido que la cuestión diagnóstica resulta un asunto político, y requiere que en ese campo nos orientemos de un modo acorde con nuestra praxis.



Recibí los newsletters de elSigma

Completá este formulario

Actividades Destacadas

La Tercera: Asistencia y Docencia en Psicoanálisis

Programa de Formación Integral en Psicoanálisis
Leer más
Realizar consulta