Columnas

Fracasos de analista
por Stella Maris Rivadero

"A veces, el analista abandona la partida cuando el goce padeciente del analizante insiste en la compulsión de repetición y el analista se frustra en sus intentos de acotar los goces mortíferos de la pulsión de muerte y/o no encuentra una vía de abordaje que permita esas intervenciones de empalme y corte para que advenga un sujeto de deseo. Pensar que el analista podría no tener resistencias implicaría la creencia en la encarnadura de un amo no castrado y en un ideal de omnipotencia que evitaría los fracasos y aseguraría el éxito. Un analista advertido de sus propios límites, insistimos sostenido en el trípode freudiano, tendrá menos fracasos que aquél que los desconozca..."

El aguante de los pelados
por Alberto Santiere

Ante la irrupción de la enfermedad y el consiguiente tratamiento, uno de sus amigos tuvo la idea y convenció al resto del grupo de quinto para raparse como una forma de compartir los momentos difíciles que vive, alentarlo, y aligerarle lo agobiante de verse distinto. "Es impresionante, son ellos mis seres queridos, ellos me hacen estar hoy donde estoy y los que me ayudan a seguir peleándola" –expresó Leo en fraterno reconocimiento–. Hay quienes escalan los montes más escarpados de lo humano con sencillos movimientos… ¡y poniéndole el cuerpo al otro! Ahí, tan cerca y tan lejos, es dónde el “otro” –con minúsculas–, el prójimo, es inmenso.

Fidias Cesio. In memoriam
por Diego Mosner

Cuando pienso en Cesio, se me ocurren los epítetos: el último caballero del psicoanálisis… el domador de espíritus… aquel que se adentro en el Hades. Quiero recordar de Fidias su férrea convicción en el psicoanálisis, en analizar el inconsciente. Su tenacidad podía volverse molesta para el interlocutor, pero su carácter respetuoso y amistoso lograba vencer la resistencia que causaba la expresión de sus pensamientos... El concepto de "letargo" y la labor interpretativa, uno de los legados de nuestro querido maestro, Fidias Cesio, que se eterniza en nuestra memoria.

Los “nuevos síntomas”, de los analistas
por Sergio Zabalza

Acotar o reducir las consecuencias de la intrusión de la ciencia en lo real de los cuerpos a las personas directamente involucradas en tales prácticas, es desconocer que el ser hablante posee un cuerpo social atravesado por los discursos que, para bien o para mal, sostienen a una comunidad. Las operaciones quirúrgicas, el cambio de sexo, las nuevas modalidades de concepción y crianza de seres humanos y las prácticas vinculares derivadas del horizonte que el siglo abre con sus aún inexploradas derivaciones, nos afectan a todos...

A propósito del Premio 2010 a la investigación clínica Dr. A. Ameghino
por Élida E. Fernández

Nuestros pacientes graves son portadores de una muerte temprana, apresurada, una muerte peor que la del final. A veces de una sexualidad que no tiene inscripción y es sólo pulsión sin objeto posible. Es la muerte producida por lo que nunca hubo, la muerte de a cachitos, la muerte en vida, el goce mortífero. Es la sexualidad errante que no halla su goce. ¿Cómo escribir esa muerte que no cesa y la insistencia en recurrir a pedir al Otro de la institución un alojamiento? ¿Cómo dar cuenta de esa errancia pulsional que enloquece? ¿Por qué recurrimos o nos topamos con los textos literarios, para dar cuenta de esto? Escribir, transmitir es un desafío a la muerte, a la desaparición de lo viviente. Intenta arrancarle a la muerte un retoño que vuelva a florecer.

La sonrisa de Anders Behring Breivik (sobre algunos intelectuales argentinos)
por Sergio Zabalza

Resulta curioso el criterio que separa la locura de los avatares propios de la experiencia humana. Ante algunas masacres se elide toda reflexión sobre la responsabilidad social en la consecución de las mismas: el mal, mórbido o terrorista, está siempre a cargo del Otro. Así, la enfermedad mental queda reducida a las solitarias vicisitudes de un individuo trastornado, carentes de toda significación y verdad: mientras que, por ejemplo, en nuestro país, algunos reivindican el carácter idealista de las juventudes del nazismo, del cual Behring Breivik -autor del desastre en la Isla Noruega de Utoya- brinda una muestra cabal.

Envejecimientos. R. S. I. <> Neurobiología
por Sergio Rodríguez

En la manera de encarar el progresivo envejecimiento juega la sobredeterminación. Relatos familiares de envejecimientos en las generaciones previas, trasmitidos en la ontogenia. Luego, cómo opera en sí, el trauma de advertirse envejeciendo. Éste se subjetiva según la estructura del nudo Borromeo de cada quien, y los lugares que va ocupando cada uno en él... También influyen en los envejecimientos las cargas genéticas, que a veces, no dejan llegar a viejos. Por supuesto, nadie es Dorian Grey... y por más cuidados que se tengan, se envejece irremisiblemente. Pero hay formas y formas...

Batman y el fin de la metáfora
por Sergio Zabalza

Lejos está el psicótico de cargar con la exclusiva responsabilidad de estas tragedias, antes bien convendría cuestionar al colectivo que, a través de finos y velados mecanismos, se sirve de la vocación solipsista del alienado para confirmar sus instituidos sacralizados. Desde el punto de vista psicoanalítico, se trata de indagar acerca del mortífero mecanismo por el cual la metáfora pierde su aspecto pacificador: el objeto a través del cual se hace efectivo el mandato superyoico que empuja a gozar. Los gadgets con que la tecnología inunda la vida cotidiana indican que la Voz y la Mirada ocupan ese triste sitial de privilegio: una suerte de 3D omnipresente que obtura el resquicio por donde la metáfora propicia el motor del deseo.

Jubilación Compulsiva
por Ricardo Rodulfo

La medida que toma la Universidad parece tener dos direcciones principales: una, decapitar circuitos de transmisión generados por colegas de larga y distinguida trayectoria, que se encuentran en plena madurez intelectual y que por lo tanto están en inmejorables condiciones para la transmisión de saberes y haceres... La otra, más crudamente económica implica que la Universidad se des-responsabiliza de pagar haberes a Profesores Consultos, incluso violando contratos convenidos al respecto, y dejándoles como única salida a dichos colegas un trámite jubilatorio forzado...

La formación del psicoanalista
por Élida E. Fernández

"Mientras para el psicólogo clínico era y es indispensable la práctica hospitalaria, para el psicoanalista no es un requisito ni una meta, no está formalizado como tal en los trabajos referidos a su formación..."
"No es posible pensar un analista que no haya atravesado la experiencia de la transferencia en un contexto de demanda a un sujeto supuesto saber, la experiencia de suponer un sujeto que sabe de su inconsciente y el duelo de su caída: la del sujeto supuesto saber y la propia castración..."
"A mi criterio la de-formación más brutal del psicoanalista es la búsqueda de Dios y la creencia de haberlo encontrado en los textos que se vuelven así 'sagrados'"...
"Cada analista tiene su estilo, su marca, su recorrido particular por su historia y sus propios deseos. Todo analista, para poder escuchar, debe estar en atención flotante, pero los senderos por los que flota la atención de cada uno son diversos y personales".



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