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Comentario al libro “Lo absurdo y el humor. Escritos desde el psicoanálisis”, de Nicolás Cerruti

14/10/2017- Por Natalia Neo Poblet - Realizar Consulta

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El lenguaje nos atraviesa y no estamos exentos de él porque somos seres hablantes. Una letra puede cambiar el sentido de lo dicho, allí lalengua se filtra en el lenguaje. Nico plantea que tanto los niños como los poetas nos conducen a un efecto mayor de la lengua: el humor. El humor hace fallar al sentido y así abre las puertas al absurdo. Estamos sujetos a la lengua y lalengua como un modo de hacerle una zancadilla al sentido, a lo fijo.

 

 

         

                                               Editorial Letra Viva. Buenos Aires. 2017

 

 

  Toda presentación es un acontecimiento y todo acontecimiento tiene relación con la contingencia. Y en relación a la contingencia, Nico, nos dice:

 

“De alguna manera lo contingente es el reverso de la certeza, de un lado de la moneda está lo que podría suceder o no, del otro lo que sucede en sí (de una moneda que tuviese tres caras, lo que hace lugar ya a lo absurdo)”.

 

  Nico, tomó la decisión de plantearse y plantearnos qué de lo absurdo y qué del humor. No qué es lo absurdo y qué es el humor. Porque si nos preguntamos qué es algo estamos engordándonos de sentido y provocando que no se sostenga una pregunta abierta para cada quien.

 

  Me tomé el atrevimiento de hacer tres cortes de lecturas: una vertical (que no es lo mismo que la verticalidad del poder), una horizontal y una diagonal.

 

  Pero antes de meterme con esas tres lecturas, quiero agregar una lectura sobre el diseño de tapa, que no me parece menor. Nico decidió desde la imagen sobreponer lo absurdo y al humor por encima del binarismo que conlleva el lenguaje: la oposición blanco y negro. Y un detalle más: su nombre y apellido está en minúscula. El libro está prologado por Leonardo Leibson.

  Ahora bien, vamos a los cortes de lecturas. La vertical, la horizontal y la diagonal.

 

  En la lectura vertical ubico lo que atraviesa de punta a punta todo el libro: hacer un tratamiento de lo absurdo. Esa es su propuesta. Esta idea se sostiene por lo que Nico dice:

 

“Lo absurdo, lo mismo que el humor, puede ser un tratamiento efectivo sobre el dolor” y agrega: “Un tratamiento absurdo se realiza en el psicoanálisis, no sin humor”.

 

  Hay una constante necesidad de la explicación y del sentido. Pero cuando el sinsentido se presenta, el ser hablante debe hacer algo con ese agujero, ahí es donde y cuando lo absurdo cobra relevancia. Este proporciona un placebo a la neurosis permitiéndonos convivir con… y en palabras de Nico:

 

“la existencia de Dios, la mortalidad y el sinsentido del mundo”.

 

 

  En la lectura horizontal ubico el contenido del libro: lo absurdo y el humor, y como de éste, del humor, deriva lo cómico y el chiste. Nos advierte que lo absurdo y el humor no son lo mismo. Nos lo dice así:

 

“Lo absurdo es un recurso para interroga los grandes planteos de la existencia”.

 

  En cambio sobre el humor Nico nos dice:

 

“El humor, como un recurso más, es un pequeño acento de los días, una calma antes de la calamidad”.

 

 

  Como dije anteriormente, lo cómico y el chiste derivan del humor. La diferencia está en que el chiste necesita ser comunicado a un otro para que se produzca. Un otro que entienda y decodifique. Ahí reímos. Mientras que lo cómico se puede disfrutar en soledad.

 

Y agrega sobre el humor:

 

“el afecto que el humor despierta y comparte es posible, sólo si es un afecto compartido, sino su efecto se trastocará en indignación o franca indiferencia”.

 

 

  Y esto me lleva al tercer corte de lectura. En la lectura diagonal, ubico al lenguaje. El lenguaje nos atraviesa y no estamos exentos de él porque somos seres hablantes. Una letra puede cambiar el sentido de lo dicho, allí lalengua se filtra en el lenguaje. Nico plantea que tanto los niños como los poetas nos conducen a un efecto mayor de la lengua: el humor. El humor hace fallar al sentido y así abre las puertas al absurdo.

  Estamos sujeto a la lengua y lalengua como un modo de hacerle una zancadilla al sentido, a lo fijo.

Entonces, lo absurdo y al humor como un modo de trabajar con y sobre el lenguaje y hacer uso de esto a modo de intervención.

 

“Allí donde la palabra canta en un tono desafinado, el lenguaje desafía su permanencia cerrada”.

 

  Entonces, allí donde el lenguaje se nos impone y estamos sujetos al habla, Cerruti provoca el movimiento de la lengua para liberarnos del somos hablados por el Otro y descolonizarnos de ese Otro. De paso nos orienta a habilitarnos en el hacer con un cuerpo: el dolor que insiste. Lo absurdo y el humor como un tratamiento efectivo para el cuerpo del dolor, que no es lo mismo que decir el dolor del cuerpo.

 

“Iniciar, originar, parece no ser asunto de lo absurdo, sino acontecer, perseverar, mostrar”.

 

 

  Tres son los cortes de lecturas, tres son los escritores que toma Nico: Alejandra Pizarnik. Albert Camus. Daniil Kharms.

 

  Alejandra Pizarnik, poeta argentina. Nace en Buenos Aires en el 1936 y se suicida, en la misma ciudad, en 1972.

Nico nos dice:

 

“No podría decir que se llega al humor sino que -como uno de sus tantos recursos- el humor hace lenguaje (prepara el lenguaje para otra cosa, además). Alejandra lo supo”.

 

Y agrega Nico:

 

“En el final de su arte (el humor) no la situó frente a la vida, sino a la parte viva de la muerte”.

 

Pizarnik recurría al humor en su prosa. Modificando alguna letra de la palabra. “Es sabido que la letra, con risa, entra”.

Pizarnik en su libro La bucanera de Pernambuco o Hilda la polígrafa, escribió Estrúpida y mierdra.

Y en Diversiones públicas escribió…

“Estoy satisfehaciente, muchas Grecias”.

Vemos aquí cómo el humor interrumpe el lenguaje y nos brinda otro sentido y la risa. A ella no le alcanzó como lazo de vida, pero sí le fue suficiente para acercarse un poco más a la muerte.

 

 

  Albert Camus, nace en 1913 y fallece en 1960. Escritor y filósofo francés. Formó parte del pensamiento filosófico absurdismo y de la resistencia francesa durante la ocupación alemana. Camus aparece como un aliado más en la ola del absurdo.

 

Nico trabaja aquí El mito de Sísifo, de Camus. Libro publicado en 1942. Ensayo donde discute la cuestión del suicidio y el valor de la vida, presentando el mito de Sísifo como metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre.

 

Sísifo, en la mitología griega, es conocido por su castigo: empujar cuesta arriba por una montaña una piedra, que antes de llegar a la cima, volvía a rodar hacia abajo, repitiéndose una y otra vez el frustrante proceso.

 

 

  Y también toma a Daniil Kharms, quien nació en 1905 y falleció en 1942. Escritor satírico ruso, de la época soviética, surrealista y antecesor de la literatura del absurdo. Sobrevivía escribiendo libros para niños. En 1931 lo envía a prisión de Kursk. En 1937 le confiscan sus libros infantiles, privándolo de su única fuente de subsistencia y dejándolo sin la posibilidad de expresarse. Y en 1941 es arrestado de nuevo, acusado de distribuir propaganda contra el régimen. Muere de inanición en 1942. Ahí es cuando Nico escribe:

 

“la vida de un hombre puede ser triste y absurda, pero a veces es más absurda la forma en la que se apropian de su muerte”.

 

  Su vida la llevó al arte. Fundó la Oberiu, un grupo literario, que abarcó también cine, teatro, danza y se autotitulaban “pensadores naturales” como una obvia declaración absurda. Combatían la hipocresía del mundo circundante y respondían con escritos llenos de humor.

  Nico, en este libro, intenta dignificar la vida de Daniil. ¿Por qué toma a este autor?

 

“Porque él funda el absurdo y porque rompe con las estructuras hegemónicas del Otro, o al menos muestra la verdad del amo: ser un objeto develado. Él desnudaba al amo de turno.

  Había en él un saber hacer. Su expresión era su arte y su arte era él. Hacía arte absurdo, como también hacía algo cuando se le presentaba su melancolía”.

 

 

  Y, ahora sí, para terminar una frase de Nico que la llevo encima y que me guardo

 

 

“Un poco de humor para nuestras miserias escondidas, nuestros planteos no hechos, nuestras ensoñaciones presentes, no nos vendría nada mal. Pero, como se dijo, hay que estar al menos un poco predispuestos para que ello acontezca”.

 

 

 

                                   Natalia Neo Poblet, Nicolás Cerruti y Alberto Santiere

                                   Panel de presentación en “La Paz arriba” (9 de setiembre)


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