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    Carlos A. Ruiz                                                                                 Ilda S. Levin

            Editorial Escuela Freudiana de Buenos Aires. 2018. Buenos Aires

  Mucho agradezco a Ilda Levin el honor que me otorgó de integrar el comité de primeros lectores y de presentar, junto a amigos el libro de Carlos Ruiz, uno de mis más queridos maestros.

  La tarea de presentar un libro post mortem tiene para mi algo de transgresivo, sobre todo porque cuando le insistíamos a Carlos de que publicara, que editara un libro de topología psicoanalítica, de “topologería lacaniana” y de lógica para psicoanalistas, él prometía hacerlo cuando tuviera tiempo.

  Tiempo, seguramente, no le faltaba pero tal vez lo dedicaba a otras cosas que a él le parecían más divertidas que corregir desgrabaciones.

  Hoy celebramos la aparición de un libro suyo para el que, en su memoria, trabajaron arduamente su esposa Ilda y sus hijos Sofía y Diego. Nuestro agradecimiento va a ellos, a Carlos Marcos, nuestro bibliotecario por el hermoso prólogo y a la Escuela, por la dedicación para editarlo.

  El texto es producto de un seminario que Carlos dictó en la Escuela Freudiana de Buenos Aires –de la que últimamente fue miembro– y llamó “Intervenciones Incidentales”.

  En el mismo trabajó sobre cuatro intervenciones de Lacan en ocasión de jornadas, conferencias, e incluso de comunicaciones personales, orientados a dilucidar algún punto problemático de los Seminarios 22, 23 y 24: RSI, Le Sinthôme y L´Insu, especialmente acerca de los tres registros, sueño y despertar, consistencia y cuerpo, inconsciente y pulsión, sexo y muerte.

  Estos textos son:

*1974 Respuesta a una pregunta de Catherine Millot

*1975 Comentario a la intervención de André Albert sobre “El principio de placer y la Regla Fundamental”.

*1975 Respuesta a Marcel Ritter

*1975 Introducción a la edición alemana de un primer volumen de los Escritos.

  Sólo me dedicaré a presentar muy sintéticamente algunos de los aportes para –como se dice hoy– no “spoliar” el libro y para estimular a leerlo porque vale la pena: es como estar dialogando un rato, nuevamente, con Carlos.

  Antes quería agradecer la intervención que tuvo Carlos en mi formación como analista y contar que me ayudó a transgredir los lugares comunes instituidos por los usos y costumbres en nuestras teorizaciones.

  Estudié con él topología de superficies y nudos, unos años en grupo con algunos miembros de la EFBA y otros tantos tomando clases individuales, además de los seminarios de Topología en la EFBA. Casi 8 años en total.

  Hace muchos años, a instancias suyas, editamos un libro que aún circula y se vende en la Escuela, con los rudimentos que íbamos aprendiendo. Ocasionalmente, acudía a él para tomar una clase y revisar mis nudos, cada vez que escribía un trabajo sobre el tema.

  Comencé a pensar en tres registros y a analizar de ese modo hasta que un día le llevé los nudos que había hecho para mostrarle mis escritos y no sólo validó mi propuesta sino que me estimuló a escribir un texto que publiqué en el N° 19 de los Cuadernos Sigmund Freud.

  Grande fue mi sorpresa cuando me comentó que escribiría un texto, que resultó introductorio a mis texto fundamentando, el mío. Su trabajo fue publicado en ese mismo Cuaderno y en el libro, aparece la cita correspondiente en las páginas 82-83.

  Respecto al libro que hoy se presenta a la comunidad diré que el fundamento del psicoanálisis que atraviesa la interlocución con los que participaron del seminario en los artículos que propone a la lectura es “No hay relación sexual”.Abre a la discusión temas que Lacan dejó abiertos exhaustivándolos.

  Sitúa así en esos temas el límite de Lacan y el propio, confesando como prueba de su honestidad intelectual “hasta acá llegó Lacan y hasta acá llegué yo. Comienza por lo Real pulsional, sin dejar de detenerse en la diferencia entre orificio y agujero.

  Da por sentado un saber del lector sobre topología, pero no olvidamos que eso nos lo enseñó claramente con el toro en la topología de superficies hace años y nos condujo a diferenciar corte trivial, perforación, o corte que hace borde y a situar claramente el agujero como la operación de la cuerda simbólica en los otros dos registros, diferenciándolo de la lógica de incompletud del inconsciente.

  Con el pretexto de los artículos que propone, el libro continúa abordando la posible relación entre los sexos, donde afirma que no es una relación de dos sino de tres, si ubicamos al falo como significante, retomando así la clara propuesta de Lacan de que lo más parecido a una diferencia entre hombre y mujer, es que una mujer es sinthôme para un hombre.

  La “pequeña diferencia” es un hecho de lenguaje. Lo dice así al concluir el último capítulo: “El lenguaje teje y se encuentra con un punto en el que no puede seguir tejiendo, ese punto sería el de “no hay relación sexual”. Si tenemos la suerte de que haya encuentro, hay buen o mal encuentro porque solo los seres de lenguaje pueden tener buena o mala suerte y sólo porque estando despiertos podemos imaginar la muerte.

  Carlos Ruiz subraya la diferencia de Lacan con Freud respecto a la pretensión del retorno a lo inanimado. Una perla de este libro es el trabajo acerca del artículo de Albert sobre lo particular y lo singular. Carlos se detiene para hacer la diferencia entre la lógica modal tradicional y la que propone Lacan.

  Carlos Ruiz recorre cuestiones de lógica y también de filosofía; cita textos de gran interés que invitan a la lectura y hasta glosa el tango “Maquillaje”.

  El libro conserva la interlocución con sus lectores y las preguntas que orientan el diálogo con los mismos.

  Su conclusión final es que lo único que el psicoanálisis debe a la ciencia –además de la deuda con Descartes, “pienso luego soy”– es la noción de significante que le provee la lingüística y la ciencia se lo debe a Heráclito, quien decía: “El señor que está en Delfos no afirma ni niega, significa”.

  Los invito calurosamente a leer este libro en el que Carlos hace pasar con sus propios recursos la letra de Jacques Lacan.

Presentación del libro en la Sede de la E. F. B. A. (15/ 5/ 2018)

Panel: Benjamín Domb, Germán Gargano, Oscar González, Eva Lerner,

Ilda Levin y la intervención de Carlos Marcos