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La piedra

El silencio es una onda expansiva. 

En él soy yo la que se expande. 

Capas de oscuridad,

olas insonoras que vienen de su negro pozo. Es blando, húmedo, frío: mi cuerpo se enlaza a esa textura. Me solidifico en siglos de espera. El silencio se espesa y se perfuma. Me vuelvo piedra. Me vuelco en piedra.

Ahora mi ser piedra me contiene.

Guarda ese silencio en existencia mineral. Sus ondas expansivas laten para siempre en ese interior eterno. Atravieso los tiempos sin memoria. Soy tiempo sin memoria. 

Hasta que una palabra me regresa a mi cuerpo y a lo humano. 

Dejo el silencio en la piedra. 

Atesorado en una pieza de mundo. 

El fuego 

Cuando toca la madera es sonido,

y mientras el amarillo brilla y se deshace,

el leño recuerda que fue árbol. 

La conversación también arde por dentro hasta que emerge,

luego será eco de un silencio remoto. 

Mientras viva, ¿la palabra recordará que fue cuerpo, u olvidará haberlo sido?

¿Arderá lento, 

o estallará como una granada en la boca?