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Publicación de Sara Klaniczay sobre Cantor en la interpretación de Imre Hermann

12/11/2018- Por Osvaldo Cucagna - Realizar Consulta

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A través de la vida de ciertos matemáticos, y de cierta intertextualidad, podemos arrimarnos al enigma de la invención de ideas innovadoras.

 

 

 

                   

              Fotografía de Imre Hermann de la Sociedad Sándor Ferenczi de Budapest*

 

 

 

  La lectura del artículo de Pablo Cúneo sobre “El Aleph” de Borges, aparecido meses atrás en la sección de Literatura y Psicoanálisis de elSigma[1], me hizo recordar, por la relación que hay con Cantor, a unas Conferencias realizadas en Trieste del 5 al 8 de diciembre de 1985, publicadas en l987 como “La Cultura Psicoanalítica”, en italiano, con representantes psicoanalistas de toda Europa, que requirió traducciones del alemán, del croata y del inglés.

 

  El artículo de Sara Klaniczay[2] se encuentra entre las páginas 445 y 451, del libro que tiene 750. Como difícilmente se consiga este trabajo, voy a seguir su desarrollo, incluyendo aportes míos.

 

  S. K. se basa para su escrito en un trabajo de Imre Hermann (1889-1984), húngaro como ella, publicado en alemán en 1949 y cuyo título es “Consideraciones Psicológicas en el Campo de la teoría matemática de los quantas”. Rózsa Peter y Lazlo Kalmar, dos matemáticos húngaros, ayudaron a Hermann en la escritura de esta obra.

 

  Hermann, discípulo de Sandor Ferenczy, que tiene inclusive un trabajo sobre la enfermedad que llevó a éste a la muerte, se ocupó del tema del talento, después de haber estudiado las biografías de grandes científicos y llegar a la conclusión que las invenciones son necesariamente derivadas del bagaje psicológico del inventor.

 

  El pensamiento nuevo y profundo está presente en el inconsciente del inventor. El inconsciente es el dominio del cual la invención se separa en el momento en que toma cuerpo en una formulación objetiva.

 

  Presenta el caso de Semmelweis (que fue el personaje del que se ocupó Celine en su Tesis doctoral, con criterio riguroso, científico, que olvidó años posteriores cuando adhirió al irracionalismo nazi). Semmelweis no llegó a descubrir que la fiebre puerperal era consecuencia de una infección, sino después que la muerte de su profesor de patología, respetado por él como un padre y su propio mal, probablemente sífilis, desató la fantasía edípica.

 

  La idea del incesto y de la infección de la sangre y la búsqueda de la verdad, le dieron una templanza moral heroica como la define Hermann, que finalmente lo llevó al descubrimiento científico.

 

  Para Herman la creación científica y artística de la mente humana no viene creada de la nada, sino que siempre tiene un modelo congruente. Para él es una Ley Psicológica. El modelo congruente permite analizar el resultado del pensamiento. El modelo puede ser ofertado por un hecho instintivo, de un suceso personal.

 

  Cabe recordar aquí la magdalena de Proust, con sus múltiples implicaciones y previas transformaciones, de tostada con manteca, a bizcocho y de allí a la magdalena, con sus implicaciones incestuosas que a través de un recuerdo infantil lo llevó después de mucho batallar y de haber desperdiciado años, a poder rescatarlos con la escritura de la Recherche (“En busca del tiempo perdido”).

 

  Para el caso de Semmelweis conviene leer la Tesis de Celine, y ver cómo descubrió que los médicos y las parteras, que atendían en simultáneo a varias pacientes, sin jamás lavarse las manos ni usar guantes, provocaban las infecciones. El descubrimiento de Semmelweis fue rechazado por los médicos de la época, como ocurre muchas veces con los descubrimientos.

 

  Los modelos congruentes pueden provenir de hechos instintuales, de sucesos personales, de la modalidad perceptiva. La idea científica general de la época, los movimientos culturales como los cambios históricos y sociales, pueden también servir de modelo.

 

  La formulación de la teoría de los conjuntos constituyó un paso importante en el desarrollo de las Matemáticas, ya que permitió relacionar todas las ramas de la Matemática en un sistema único. “La ciencia del múltiple infinito” como la llama Hermann fue fundada por el matemático alemán de origen ruso, Georg Cantor entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX.

 

  Siguiendo la formulación de Cantor, por conjunto entendemos cualquier multiplicidad que puede ser considerada una unidad, cualquier totalidad de elementos que pueden estar reunidos en una unidad gracias a una ley.

 

  Cantor introdujo un nuevo tipo de análisis del infinito. Un conjunto puede tener infinitamente múltiples elementos. Considerando el conjunto de los números naturales, como ejemplo, si lo consideramos como una cosa que crece, con ulteriores números, contamos con un “infinito potencial”. Si en cambio lo consideramos como una unidad cerrada, llegamos al concepto de “infinidad real”.

 

  ¿Qué conjunto tiene más elementos? Esta pregunta trae consigo el caso del conjunto infinito. Cantor optó por el método del relevamiento uno a uno. Según este método la cardinalidad de dos conjuntos infinitos es la misma, si sus elementos pueden ser acoplados en modo tal que ninguno de ellos permanezca excluido. Consecuentemente el conjunto de los números pares tiene la misma cardinalidad del conjunto de los números naturales. No es fácil aceptar que una parte pueda ser igual al entero.

 

  Es muy complejo acceder a las interpretaciones tanto de Lacan como la de Hermann. Se necesitaría, como necesitaron ellos, la ayuda de matemáticos. En ninguno de los dos se tiene en cuenta qué pasó con otros inventores.

 

  A comienzos del siglo XX, Max Plank presentó la Teoría de los quanta. Ninguno de los científicos, ni filósofos de entonces, aceptó la teoría. Distintamente que Cantor, cuya dolencia maníaco depresiva lo llevaba a tener conflictos en la familia por la conversión protestante de su padre, que ya había hecho el abuelo y que se trasladaba a Kroenecker que era judío, Max Plank se mantuvo firme en su descubrimiento y llegó a la conclusión en sus Memorias que cuando ocurría situaciones como ésta, se debía esperar a que la actual generación muriera y que las nuevas entenderían, por el cambio de circunstancias.

 

  Uno de los que más lo atacó entonces fue Mach, un “sabio” respetado por todos, inclusive por Freud y por Einstein. Todavía en 1925 Freud adhirió a un homenaje que se le hizo con motivo de su muerte. Este “sabio”, se opuso a la teoría de los quanta y a la teoría de la relatividad de Einstein. Este, cuando supo de su posición dejó de creerle.

 

  Es llamativo que Lenin en Materialismo y Empiricriticismo, de 1908, se ocupa de la filosofía de Mach y de Avenarius, destruyendo esta concepción, por estar alejada del materialismo. Por supuesto a nadie le importó lo que decía Lenin. El tiempo trascurrido demostró que Plank tenía razón y los equivocados eran todos los otros.

 

  Cantor demostró con su famoso “método diagonal” que la cardinalidad de los números reales es mayor respecto a aquella de los números naturales. La idea base de su demostración es que los números reales no pueden ser incluidos en una secuencia.

 

  Cambiando la cifra decimal a lo largo de la diagonal, podemos formar un número real que difiere de todos los elementos de la misma secuencia. ¿Existe una cardinalidad mayor que aquella de los números reales? Cantor declara que no existe término. Dado cada conjunto podemos hallar otro que tenga una cardinalidad mayor.

 

  El método de investigación psicopatológica de Hermann tiene como objetivo encontrar un modelo para el producto del pensamiento examinado como “conjunto”, “cardinalidad”, “infinito Real”, etc.

 

  Los modelos son psíquicos, usados como arquetipos, que existen aún en otras situaciones y que permiten interpretar los conceptos examinados.

Cantor se anima a procurar modelos inconscientes que tengan la propia raíz en la psiquis y no puedan ser claramente deducidos en una manera lógica.

 

  En una carta escribe que hay que considerar en cuanto a su creación, solamente el estilo y la economía de los propios estudios, mientras que resguardan su contenido, este se considera un mero mediador. En otra dice que perder el control es faltar de recato en el progreso y esto puede meter en peligro. Debido a que formar nuevos números necesita tener principios de contenimiento.

 

  Ahora querríamos desplegar qué cosa entendemos por “fuga de ideas” característica del período maníaco de la enfermedad circular. Mientras la normal sucesión de ideas aparece coherentemente, la sucesión de ideas del enfermo es más o menos incoherente, puede fracturarse o bien puede tener la naturaleza de una fuga coherente.

 

  Es sobre ésta última que nos concentramos. Hermann cita dos ejemplos. Un paciente ha dicho: “Agua-torre, agua, mar, lagos, agua corriente, ríos”. Podemos captar la imagen, que domina todo esto, todo aquello que es relativo al agua.

 

  La palabra de otro paciente es aún más característica: “Mi padre, mi abuelo, bisabuelo, todos mis hermanos y hermana y parientes, todos mis amigos y amigas, todas las personas conocidas y desconocidas que he encontrado en mi trabajo, bajo el poncho y mientras estaba haciendo compras me han tomado el pelo, gritado, despreciado y estafado”.

 

 El paciente con fuga de ideas coherentes teme que sus pensamientos caigan a pedazos, cerca de tenerlos juntos, con la ayuda de una imagen superior. El síntoma de una coherente fuga de ideas es un obvio modelo para el concepto de Conjunto, o sea coaligar elementos en una unidad entera. Los conceptos como orden, tipo de orden, continuidad desarrollan un rol importante en la teoría de los conjuntos.

 

  Conceptos similares como regularidad, pérdida de continuidad, emergencia de nuevos principios guía son también característicos para la fuga coherente de ideas.

 

  ¿Dónde podemos cercar el modelo psicológico de la infinidad?: el objetivo es la muerte, dice Hermann, citando a Madach el poeta húngaro. Así la inmortalidad se refleja en el alma como una infinidad sin finalidad. Según Hermann darle diversos valores a la infinidad, presumir de diversos grados de inmortalidad.

 

  La idea que los conjuntos infinitos tienen diversa cardinalidad, induce en nosotros una sensación extraña. Hermann cita a Frankel que considera la demostración diagonal de Cantor como esencial y atinada, pero se continúa sintiendo cierta cosa de extraño e injusto en el trasfondo.

 

  Observando la demostración desde un punto de vista psicológico, podemos decir que la diagonal ha cancelado nuestros cálculos. El conjunto contable se deteriora y después de la diagonal, emerge un nuevo y siempre vivo número real. Sobre el cuerpo del conjunto infinito contable, aparece una vida nueva y eterna, declara Hermann en una notación agregada.

 

  Resumiendo, según Hermann los dos modelos de la Teoría de los Conjuntos son “la fuga coherente de ideas” y “el problema de la inmortalidad”. El por qué surgió en el espíritu de Cantor estos dos modelos que hemos visto, su efecto es una cuestión todavía abierta a la discusión.

 

  Cantor fue definido por parte de sus biógrafos, como un tipo ciclotímico, un maníaco depresivo. Una personalidad aguda, espirituosa y original, tendiente a imprevistos estallidos. Tenía una estatura alta e imponente y un continuo flujo de pensamientos, era siempre orgulloso de sus propias ideas y no se dejaba fácilmente influenciar de otros.

 

  Era una persona magnífica, pronta a ayudar, un verdadero amigo para sus estudiantes, su casa ofrecía un clima acogedor, con música y una atmósfera de amistad vivaz y juvenil, a la cual contribuía también su mujer.

 

  Desafortunadamente, más tarde Cantor se enfermó y fue internado cuatro veces. El diagnóstico, indicó la fase maníaca de la psicosis circular, la última patografía estableció la recidiva de una manía. Su enfermedad se iniciaba siempre con un intenso fumar y las fases de excitación eran seguidas de fases depresivas.

 

  En la fase maníaca, el paciente sentía la coacción a hablar y moverse, escribía poesía, dramas, se irritaba y gritaba fácilmente. Sus palabras eran características de la fuga de ideas, aún cuando no completamente incoherente. Saltaba de un argumento a otro, era eufórico, confabulaba y a veces tenía delirios paranoicos.

 

  Estos delirios tenían una cosa en común, cometer un crimen colectivo, como por ejemplo el homicidio perpetrado por una pareja o por un grupo. Como podemos ver, el modelo de la teoría de los conjuntos, la fuga coherente de ideas está presente en la vida de Cantor y provienen de su enfermedad.

 

  El concepto de Cardinalidad está radicado en su tendencia maníaca, a expandir el espacio. En la psicosis maníaco depresiva la imagen de la muerte arranca de apartarla y emerge la idea de la inmortalidad. El problema de la inmortalidad tiene un rol particular en la vida de Cantor.

 

  Dedicó mucha de su energía por descubrir si era Bacon quien había escrito las obras de Shakespeare, tema que estaba muy en boga en la época. Escribió dos obras sobre el tema. Sostenía que el falso inmortal, no debería ocupar el lugar del verdadero inmortal.

 

  El problema de sobrepasar está reflejado en su propio conflicto. Él tenía una disputa con su profesor Kronecker, que gozaba de fama internacional y era considerado inmortal, sobre la teoría de los conjuntos. He aquí cómo Cantor veía el motivo de la discordia. “Esta debe ser una cuestión de poder, que no podrá jamás ser resuelta con el recíproco convencimiento”. Más tarde escribe: “La cuestión versará sobre quién habrá formulado los pensamientos más profundos, más omnicomprensivos y fructíferos si yo o Kronecker”.

 

  Naturalmente el conflicto enseñante-alumno era el conflicto entre Cantor y su padre, que había sido contrario a los estudios Matemáticos y hubiera querido a la Ingeniería, como campo más práctico. Otro conflicto familiar era debido al origen judío, del padre protestante. Este también transferido sobre Kronecker que era judío.

 

  Resumiendo hemos encontrado los modelos conceptuales de la teoría de Conjuntos en la vida de Cantor. Trasmite el gran matemático a causa de su enfermedad, la fuga coherente de ideas, ha ofrecido un modelo psicológico para el concepto de los conjuntos. A esto contribuyó también, la fantasía paranoide sobre la colectividad. El concepto de “infinidad” y la relativa teoría podían hacer brotar entre ambos, las fases de su psicosis circular y de sus problemas preocupándose por la inmortalidad.

 

  Según Hermann, más allá de la cualidad personal de los suscriptores los pensamientos nuevos y profundos, son radicados en los factores generales de la época, en los movimientos históricos y culturales, entre estos el estado actual de una ciencia desarrolla un rol similar a aquel de la mente en la dinámica de la psiche.

 

  Hermann ve una ligazón entre las ideas de Cantor y los movimientos sociales en gran escala. El primero está constituido por los movimientos socialistas y del marxismo. La primera Internacional fue fundada en l863 con el slogan “Proletarios de todo el mundo uníos”.

 

  El segundo movimiento era constituido por la formación del Imperio Germánico, de los Estados Germánicos en 1870. El tercer movimiento, por la formación de Los Cartels, después de 1873. Los datos biográficos relativos, confirman la atención dedicada por Cantor a estos movimientos.

 

 

Imagen*: Imre Hermann (1889 - 1984) es un neurólogo y psicoanalista húngaro. Miembro de la Sociedad Psicoanalítica Húngara y de la IPA. En su juventud, transitó la psicología experimental en la Facultad de Psicología de la Universidad de Budapest, y luego trató de relacionar los métodos matemáticos y experimentales con el psicoanálisis. 

 



[1] http://www.elsigma.com/literatura/cabalistas-y-linguistas-el-golem-de-borges/13244

[2] Sara Klaniczay es psiquiatra, miembro de la Sociedad Psicoanalítica Húngara.

 


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