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Thomas Bernhardt y Ludwig Wittgenstein

18/12/2017- Por Osvaldo Cucagna - Realizar Consulta

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El texto viaja desde una incursión en la vida de Ludwig Wittgenstein, en sus aportes tras el “Tractatus”, sus influencias por Piero Sraffa, y las consecuencias, hasta ahora no tenidas en cuenta. Un viaje íntimo para comenzar a desarrollar estos aportes que nos llevarían a fortalecer la lógica de una antifilosofía.

 

 

 

                             

 

 

  El filósofo austríaco, que estudió en Cambridge con B. Russell y escribió el famoso “Tractatus Lógico Philosoficus” y posteriormente “Las investigaciones filosóficas”, que rectifica al primero, era miembro de una familia de las más ricas del Imperio Austro húngaro. Judíos conversos, el desarrollo de su vida y de sus ideas muy bien mostrado en la biografía de Ray Monk, habla de un personaje muy especial, preocupado por el sentido de la vida. Corroído por sus contradicciones, en lucha con su homosexualidad, que no termina de aceptar. Hay una larga serie de secuencias que aparecen en la biografía que permiten entender lo que ocurre con él.

 

  Muchos escritores austríacos se interesaron en su vida y lo incluyeron en sus obras, entre ellos Thomas Bernhardt e Ingeborg Bachmann. Bernhardt se ocupa en su obra de teatro Ritter, Voss, Demer, que se presentó entre nosotros como “Almuerzo en casa de Ludwig W.”, siendo Ritter la hermana menor, Voss, Ludwig y Demer la hermana mayor. Antes de concluir esta obra escribió también una novela autobiográfica “El sobrino de Wittgenstein”, donde se lo menciona a Ludwig, contraponiéndolo a su sobrino Paul (el mismo nombre del hermano de L.W.). Allí se dice que la locura de Ludwig se canalizó en la Filosofía, mientras que la del sobrino lo llevó a su autodestrucción, en un camino con muchas paradas en Steinhoff, sanatorio para enfermos mentales.

 

  Ludwig, que estudió Ingeniería mecánica, luego fue a Cambridge a estudiar Lógica Matemática, se presentó como voluntario en la guerra del 14, enfrentándose a la muerte, lo que motivó cambios importantes en su vida. Allí escribió el “Tractatus” que ni el mismo Russell, ni Frege, terminaron de comprender. No obstante lo cual Russell hizo lo necesario para que se publicara. En el “Tractatus”, L.W. señaló que lo más importante era su última parte, donde decía que cuando no hay nada que decir hay que callar. Cuando se calla sólo cabe mostrar, y esto tenía que ver con la Estética y con la Ética. Russell vio que ya en esto aparecían los aspectos místicos de L.W., muy influido por Otto Weininger, Schopenhauer, Kierkegaard y Tolstói.

 

  Después de esto vuelve a Austria y decide trabajar de maestro en una escuela rural, para lo cual se prepara para poder ejercer. De Profesor de Cambridge pasa a maestro de escuela. Todos lo toman por loco. Para él lo importante era lo práctico y por eso abandona toda la cháchara filosófica. Su experiencia como maestro le trae grandes problemas. Como se acostumbraba en la época castiga corporalmente a los alumnos y se ensaña con alguno de ellos. En un caso, el alumno se desmaya por golpes que le propina y esto termina con su trabajo. Vuelve a lo de su familia. Allí se transforma en arquitecto para hacerle una casa a una de las hermanas. Se las ingenia para hacerlo. Con la influencia de Loos, que repudiaba todos los adornos finiseculares construye una casa, que todavía está en pie, con grandes modificaciones después de haber sido ocupada por los nazis y actualmente por la embajada de Bulgaria. Inclusive llega a firmar como Arquitecto.

 

  Decide volver a Cambridge en l929. Allí, gracias al “Tractatus”, le dan un cargo de investigador y profesor, y se encuentra con un economista italiano, Piero Sraffa, de suma importancia en su vida y en sus ideas. Este amigo de Antonio Gramsci, el marxista italiano fundador del P.C., que estaba preso por orden de Mussolini desde l926, juega un papel de suma importancia para el cambio de sus ideas, cosa que L.W., agradece en “Las investigaciones filosóficas”.

 

  Salvo los intelectuales italianos como Ferrucio Rossi, Landi, se ignora esa influencia, que llevo a L.W. a los juegos de lenguaje, que supera la estrechez del “Tractatus” y a dar mucha importancia a la alienación marxista, que recibe por vía de Sraffa y Gramsci.

 

  Bernhardt en “El sobrino de Wittgenstein” se precia de ver el detrás de la escena, cosa que no pasa con Paul W. Este, que despilfarraba su dinero, hasta quedarse sin nada, se conmovía cuando veía a un niño pobre pidiendo limosna y le regalaba billetes de gran valor, sin ver que tras los arbustos estaba la madre, que juntaba el dinero, una vez que se iban los donantes, usando al pequeño como señuelo.

 

  El desarrollo de “Almorzando en lo de Ludwig. W.”, se interrumpe precisamente para dedicarse a escribir sobre su sobrino y finlaliza a posteriori. En la obra Ludwig (Voss) aparece recién salido de Steinhoff, que es la clínica donde internaban al sobrino. Esto ocurre veinte años después de la muerte del padre, que fue en 1913, y varios años después de la muerte de la madre. No hay registros de esa internación y por otra parte, él, que era reacio a pasar las fiestas en Viena, durante la vida de sus padres, sobre todo de la madre, se alegraba de pasarla con sus hermanas, cuando ellos no vivían.

 

  Como autor dramático puede ficcionalizar como quiera, pero Ludwig aparece como un enfermo mental, que actúa por capricho, gritando, sacando los cuadros de las paredes. En suma, se toma de las apariencias del personaje. En la Familia Wittgenstein hubo mucha tragedia, tres de los hermanos se suicidaron y eso llevó al padre a autorizar a Ludwig que estudiara Ingeniería Mecánica y que luego fuera a Cambridge a estudiar lógica matemática. Al morir su padre y recibir su herencia, L.W., reparte cantidades importantes entre poetas como Rilke y Georg Trakl, a quien no entendía, pero intuía como gran poeta. Quiso conocerlo cuando estaba en las tricheras, pero llegó al lugar después de su suicidio, lo que le dolió mucho. A la muerte de la madre renuncia a su fortuna, que entrega a sus hermanos, las mujeres y Pauil, el músico, que había perdido un brazo durante la Gran Guerra, pero que seguía tocando el piano con la mano izquierda. Grandes autores, que frecuentaban su casa, escribieron conciertos para la mano izquierda a pedido de él.

 

  Urdapilleta, actor argentino, que lo representó en la obra de teatro, manifestó que no sabía nada de él. Buscó interiorizarse sobre su vida y hasta leyó el “Tractatus”. Confesó que no entendía nada, pero como supo que al mismo B. Russell le resultaban cosas inentendibles, también le pasaba a Frege, se quedó tranquilo.

 

  Lo cito, porque permanentemente hay malentendidos respecto a L.W. Llama la atención la crítica de Lacan en su Seminario 17, donde recomienda su lectura, centrándose en el “Tractatus”, hablando de su furor psicótico por la búsqueda de la verdad y diciendo que como todo filósofo comete la canallada de aceptar un Otro del Otro. Él, que leyó a Hegel, vía Kojeve, discípulo de M. Heiddeger, que en el original del Seminario hace la apología del nazismo, cosa que Lacan negaba, parece ignorar que Hegel decía que la filosofía es un lenguaje Otro, de allí que sea el mundo al revés.

 

  Badiou, en su Seminario sobre L.W. de 1993-94, morigera esta posición de Lacan y dice que tanto L.W. como Lacan son antifilósofos, es decir, aquellos que como Pascal hacen la crítica de la filosofía, pero cuyos hallazgos pueden ser muy útiles para la filosofía.

 

  Llama la atención que ninguno de los dos hace mención a la influencia de Piero Sraffa sobre L.W. y por éste de Gramsci, que lo llevó a la vuelta de tuerca de “Las investigaciones filosóficas”, donde rectifica el “Tractatus”. Además Sraffa le salvó la vida al impedir que viajara a Austria después del Anchluss, en 1938, cosa que L.W. iba a hacer para visitar a su familia con pasaporte vienés. Por suerte lo consultó a Sraffa, que tenía los pies sobre la tierra y le demostró que si iba los nazis lo detendrían.

 

  Tanto Ray Monk, el biógrafo, como Ferruccio Rossi Landi, se ocupan y desarrollan este importante tema. Resulta por lo tanto importante la lectura de L.W., con los aportes últimos señalados, que amplían el panorama, aquí apenas esbozado.

 

 


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