El psicoanálisis en la universidad y la investigación en psicoanálisis

23/05/2018- Por Sergio Sebastián Narváez Mideros - Realizar Consulta

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En un recorrido que ubica la heterogeneidad entre el discurso universitario y del psicoanálisis, el trabajo propone pensar la investigación en articulación al sujeto del inconsciente, la lógica del no-todo y la verdad en psicoanálisis.

 

 

 

           

                                                Universidad de Viena*

 

 

  “¿Debe enseñarse el psicoanálisis en la universidad?”, es el nombre del texto de Sigmund Freud que permite observar algunos impasses a los que los médicos de la época se encontraban expuestos y la importancia que tienen “los factores psíquicos en las manifestaciones vitales, en la enfermedad y el tratamiento” (Freud, 1919. P 170)[1].

 

  Sin embargo, el aporte teórico que Freud realizó iba más allá de una crítica a los médicos, estaba perfilada hacia la ampliación del campo investigativo que, como bien es sabido, prevalece en la academia como una dualidad; del sujeto y el objeto cognoscible, a saber, el paradigma científico cartesiano.

 

  La universidad contemporánea se caracteriza por la transmisión de los saberes desde un fanatismo de la objetividad, la medición y la precisión que la investigación científico–positivista proporciona.

 

  Por el contrario, el psicoanálisis aporta un método que sale de dicho marco y que se encarga de otros fenómenos. Fenómenos que van de parte del sufrimiento que aqueja al ser humano, de ello, es preciso observar que algo tan inherente al ser hablante estanca el buen vivir y en esto radica la diferencia.

La investigación gira en torno al sufrimiento humano.

 

  Además, el psicoanálisis da la posibilidad de la formulación de nuevas hipótesis que den paso a observar de una manera comprensiva y con rigurosidad, los fenómenos que quizás no hayan sido resueltos o hayan sido pasados por alto desde otras perspectivas.

 

  Una definición que permitirá ahondar en éste tema la brinda Freud en 1923, refiriéndose al psicoanálisis como; 1) un procedimiento que sirve para indagar procesos anímicos difícilmente accesibles por otras vías; 2) de un método de tratamiento de perturbaciones neuróticas, fundado en esa indagación, y 3) de una serie de intelecciones psicológicas, ganadas por ese camino, que poco a poco se han ido coligando en una nueva disciplina científica. (Freud, 1923. P 231)[2].

 

  Esta definición tripartita resulta importante puesto que permite entender al psicoanálisis como un tratamiento y como una herramienta que permite investigar lo concerniente al sujeto.

 

 

La investigación: de la academia a la clínica

 

  Freud, inició su investigación sobre la subjetividad partiendo de los estudios sobre la histeria, así como también el estudio de los sueños, los actos fallidos, los olvidos,  entre otros.

 

  Por tanto, es necesaria una puesta en escena que permita dar lugar a la escucha del padecimiento y que dichas formaciones del inconsciente puedan ser captadas y devueltas al analizante. Es decir, un lugar donde se permitan abrir las vías de la investigación del padecimiento del sujeto y su relación con el inconsciente.

 

  Lo anterior permite pensar que no hay una producción de analistas desde la academia sino desde la experiencia, y que los analistas no son dueños de un saber; no el saber que concierne al psicoanálisis.

 

  Esta es una forma de esbozar la idea central de este texto y es que existe, aún, la creencia o la fantasía de que el psicoanalista es el que sabe sobre algo o sobre todo, siendo este un error abismal y olvidando una ética fundamental que hace surgir una pregunta, ¿dónde queda la Lógica del No-todo?

 

  Julio Eduardo Hoyos Zuluaga, en su libro Perspectivas de la investigación psicoanalítica en Colombia[3], sostiene el trabajo de pensar desde el psicoanálisis los problemas de la subjetividad en el hombre actual.

 

  Esta Obra, que incluye una compilación de textos de varios autores, enfatiza la importancia que, a pesar de los tantos grupos de estudio e investigación desde otras teorías psicológicas, el psicoanálisis mantiene en la academia dando la posibilidad de dar respuestas desde su mirada particular.

 

  Entonces, conviene no incurrir en el error de pensar que el psicoanálisis investiga los mismos fenómenos de las otras posturas como el discurso científico; la investigación psicoanalítica se ocupa del sujeto del inconsciente y desde allí se instaura en la academia.

 

  En este orden de ideas, el psicoanálisis va fuera de la producción de cubos estandarizados de saber que empastillan conocimiento –no apto- para el consumo, saberes generalizados o en masa.

 

  El psicoanálisis se muestra subversivo ante esto que se encuentra en las aulas, este dispositivo parte de indagar “una verdad que llama a un saber que falta” (AMP, 1996, p. 277)[4] que a su vez y por medio de la misma, hace posible la transmisión de un saber teórico o de sus fundamentos dentro de la academia y llegar a abordar otro tipo de fenómenos.

 

  De esta manera nos permite hacer un vehículo para aproximarnos a fenómenos de los que la ciencia no se ha ocupado, o que si bien sí lo ha hecho, ha existido la necesidad de una intelección e intervención desde otro método diferente, por tanto, esto permite llegar a atender lo que “la ciencia desatiende por quedar fuera de su interés” (Rojas & Jardmin, 2010. P 532)[5]. Quiero resaltar este “hacer un vehículo”, que deja entrever que el hecho de estar en condición de atravesados por el lenguaje, posibilita estar inscritos en el lazo social y, por consiguiente, encontrarnos con los fenómenos que  esta condición suscita.

 

  Cito, “el impasse está en pensar que el psicoanálisis es una disciplina de lo particular; cuando es una clínica del Uno por Uno, pero siempre en tanto que inscrito en la perspectiva del deseo del Otro, inscrito en el lazo social y respondiendo a la lógica del discurso del cual es efecto y en el cual está inmerso.” (Hoyos citando a Mesa, 2009. P 13).[6]

 

 

De la investigación psicoanalítica

 

  Como vimos en los anteriores apartados, la investigación psicoanalítica se ocupa del sujeto del inconsciente, pero su relación con los fenómenos que son catalogados como “problemáticas sociales” se encuentran enmarcados en la lógica inseparable de la singularidad del ser humano que, bajo esa condición, la de humano, queda supeditado  a la irrupción del lenguaje en el cuerpo.

 

  Ante ello, la investigación psicoanalítica opera en función del sujeto y del inconsciente, por lo cual ya no estaríamos hablando de generalidades como, por ejemplo, la clasificación de la conducta por trastornos, sino del padecimiento único de cada sujeto el cual “se caracteriza esencialmente por ser el medio a través del cual el sujeto objeta ese discurso universalizante del amo cuyo enunciado es: “todas anoréxicas”, “todos hiperactivos”, “todos deprimidos” (Mesa, 2009. P 20).

 

  Ahora bien, con respecto al sujeto, el que nos interesa desde la investigación psicoanalítica no es aquel que se pueda observar, medir o cuantificar; el sujeto para el psicoanálisis se encuentra divido por el lenguaje y surge en la sorpresa o en los traspiés, es decir, es revelado por las formaciones del inconsciente.

 

  Esta condición de divididos, permite a su vez inscribirse en el lazo social y de allí partiría la idea de que las problemáticas o fenómenos sociales son sólo “generalizaciones”, y que las investigaciones que se realicen en torno a ello serán un callejón sin salida que repercutirá en el sujeto, en el padecimiento del sujeto propiamente dicho.

 

  Consecuentemente, esta investigación no obedece al discurso científico dado que “no se piensa la ciencia desde el psicoanálisis”[7], a decir verdad, la ciencia excluye al sujeto; lo reduce. El psicoanálisis muestra que, por el contrario, existe un límite entre saber y verdad, límite que es constituyente para el sujeto, en efecto, que existe un saber no-sabido y una verdad mentirosa.

 

  El objeto se escapa a toda objetividad y posee un matiz de resto, imposible de aprehender e imposible de recubrir bajo los tres registros que Lacan propone, este objeto es causa, a saber, causa de deseo.

 

  Este no-todo se encuentra enmarcado, según Lacan, bajo una “división constituyente” (Lacan, 2009 p. 835)[8]. Partimos de la investigación desde la clínica del uno por uno, en la que no existen generalidades ni categorías universales; desde esta perspectiva asumimos como condición sine qua non la singularidad.

 

  Entre tanto, la contemporaneidad demanda una inmediatez de resultados que repercute imperativamente en los procesos de trasmisión del saber, ulterior a lo que el psicoanálisis, desde la clínica y su lugar en la academia, propone.

 

  Esto recuerda el texto “Análisis terminable e interminable” de 1937, en el que Freud hace mención de las tres profesiones imposibles.

“(…) y hasta pareciera que analizar sería la tercera de aquellas profesiones <imposibles> en que se puede dar anticipadamente por cierta la insuficiencia del resultado. Las otras dos, ya de antiguo consabidas, son el educar y gobernar.” (Freud, 1937 p. 249, AE.)[9]

 

  De esta manera, dejo en cada lector una in-tensión de trasmisión que lo lleve por aquellos senderos donde el filo cortante de la verdad, como subversión en la enseñanza del psicoanálisis, hace huella.

 

  Estoy seguro que cada lectura que se realice, puede dar apertura a nuevos cuestionamientos, así como en su momento lo hicieron grandes pensadores como Marx, Nietzsche, Heidegger y Lacan, quienes permiten fundar, en cada retorno, nuevos horizontes ante lo implacable que resulta la contemporaneidad y sus devenires.

 

 

 

Nota*: la imagen pertenece al hall central de lUniversidad de Viena fundada en 1365, (segunda universidad de lengua alemana más antigua del mundo), en el que está emplazado un busto de Sigmund Freud (su biblioteca es la más grande de Austria con seis millones de volúmenes)

 

 

Nota 1: el presente escrito ha sido remitido por nuestro colega integrante del portal John James Gómez Gallego de Colombia


[1] Freud, Sigmund. Obras Completas Vol. XVII: “De la historia de una neurosis infantil y otras obras”, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1978.

[2] Freud, Sigmund. Obras Completas Vol. XVIII: “Más allá del principio de placer Psicología de las masas y análisis del yo y otras obras”, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1978.

[3] Hoyos, Julio. “Perspectiva de la investigación psicoanalítica en Colombia, compilación”. Departamento de Psicoanálisis Universidad de Antioquia. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Medellín, 2009.

[4] Asociación Mundial de Psicoanálisis. “Los poderes de la palabra: la palabra aplastada”, p. 269 – 277, 1996.

[5] Rojas, M & Jardmin, L. Investigación psicoanalítica en la universidad. Campiñas, pp. 529 – 536, 2009.

[6] Hoyos, Julio. “Perspectiva de la investigación psicoanalítica en Colombia, compilación”. Departamento de Psicoanálisis Universidad de Antioquia. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Medellín, 2009.

[7] Cfr. Presentación del plegable del III encuentro de  investigación psicoanalítica, Medellín 2011.

[8] Jaques, Lacan. Escritos II: ciencia y verdad. Siglo XXI editores, México, 2009.

[9] Freud, Sigmund. “Moisés y la religión monoteísta”, “Esquema del psicoanálisis” y otras obras. Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1978.

 

 


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