Una aproximación al trazo unario

19/08/2017- Por Nicolás Mazal - Realizar Consulta

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En un ágil recorrido de Nicolás Mazal por la obra de nuestros dos grandes maestros, guiado por el hilo del “einziger zug”, batalla en el terreno de la lógica para intentar desentrañar lo inherente al Trazo Unario.

 

 

Si el lector, a modo de multiple choice, tuviese que elegir una de estas tres opciones, ¿cuál elegiría?

El trazo unario es…

a) Un signo

b) Un significante

c) Ninguna de las opciones anteriores

En nuestro caso, se elige la opción C. En primer lugar realizaremos un breve recorrido teórico por las otras dos opciones, y como conclusión, justificaremos nuestra respuesta.

 

 

a) Trazo unario es un signo

 

En los seminarios dictados por Jaques Lacan, la primera vez que hace mención al trazo unario en es en la clase XXIV del seminario La Transferencia:

“Freud se detiene en su texto (“La identificación”) para decirnos expresamente que, en los dos primeros modos de identificación que son fundamentales, la identificación se produce siempre por ein einziger zug (trazo unario)” (p. 394a).

Continuando con la cita, Lacan refiere que el einziger zug no es un significante, porque para que sea un significante hace falta que sea ulteriormente utilizado en, o que esté en relación con, una batería significante. Más bien, Lacan se inclina a que el einziger zug es un signo, y agrega que “lo que lo define es la referencia original al Otro en la relación narcisista” (p. 394b).

En la siguiente cita se lo refiere al trazo unario con la inclusión de la mirada del Otro en el espejo:

“Esta mirada del Otro, debemos concebir que se interioriza mediante un  signo*. Con eso basta. Ein einziger zug. No hay necesidad de todo un campo de organización y de una introyección masiva. Este punto I mayúscula del rasgo único, ese signo de asentimiento del Otro, de elección de amor, sobre el cual el sujeto puede operar, se encuentra ahí la elección de amor y se ajusta en el desarrollo del juego del espejo. Basta con que el sujeto llegue a coincidir con él en su relación con el Otro, para que ese pequeño signo, este einziger zug, se encuentre a su disposición”. (1960-1961, p.395).

Entonces encontramos que en primer lugar Lacan define al trazo unario como signo y lo ubica en el matema I (Ideal del yo) del esquema óptico.

 

                                                                                                          

                                      

 

B) Trazo unario es un significante

 

“Pero ese lugar original del sujeto, ¿cómo lo recobraría en esa elisión que lo constituye como ausencia? ¿Cómo reconocería ese vacío como la Cosa más próxima, aún cuando lo excavara de nuevo en el seno del Otro, por hacer resonar en él su grito? Más bien se complacerá en encontrar en él las marcas de respuestas que fueron poderosas a hacer de su grito llamada. Así quedan circunscritas en la realidad, con el trazo significante, esas marcas donde se inscribe la omnipotencia de la respuesta. No es en vano si se llama insignes a esas realidades. Este término es aquí nominativo. Es la constelación de esas insignias la que constituye para el sujeto el ideal del yo” (Lacan, Escritos II p.646).

Se toma esta extensa cita del texto “Observación sobre el informe de Daniel Lagache”,  para ir puntuando que ahora el ideal del yo está conformado por esas marcas, pero menciona que es con el trazo significante: “Así quedan circunscritas en la realidad, con el trazo significante…”. Por lo tanto, Lacan le está dando un estatuto de significante al trazo unario y no de signo. Además refiere que se las denomina insignes a esas marcas. Se toma la definición de insignia como: “Un emblema distintivo de una institución, asociación o marca comercial que se usa prendido en la ropa como muestra de vinculación o simpatía (RAE)”. Ahora bien, supongamos entonces que el Otro es el que posee esas insignias. Esos emblemas distintivos que hacen que el sujeto las busca en el Otro, constituye el ideal del Yo, ¿pero no sería el ideal del Otro? En el grafo, Lacan lo escribe como I(A), matema Ideal del Otro. Retomando el esquema óptico, Lacan ubica el matema I en el espejo plano, y el espejo plano es el Otro, el A, (1966, p. 645). Por lo tanto el trazo significante queda ubicado en el matema I(A).

 

                                    Trazo unario

  

Se tomará una cita del texto “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo” para dar cuenta que si bien Lacan aun menciona el trazo unario como significante, ahora, en dicha cita lo vincula al matema S(A) (significante de la falta en el Otro):

“Partiremos de lo que articula la sigla S(A): ser en primer lugar un significante. Nuestra definición del significante (no hay otra) es: un significante es lo que representa al sujeto para otro significante. Este significante será pues el significante para el cual todos los otros significantes representen al sujeto: es decir que a falta de este significante, todos los otros no representarían nada. Puesto que nada es representado sino para. Ahora bien, puesto que la batería de los significantes, en cuanto que es, está por encima por eso mismo completa, este significante no puede ser sino un trazo que se traza de su círculo sin poder contarse en él. Simbolizable por la inherencia de un (-1) al conjunto de los significantes” (1966, p. 779,).

Es explícito en cuanto que Lacan expresa “este significante no puede ser sino un trazo”. Ahora bien, aparece el matema S(A) -significante de la falta en el Otro-, matema que articula el significante que no puede contarse con él. Si no se lo puede contar, por ende, se simbolizará, como lo hace Lacan, en el lugar del (-1). Ese significante, que es el S(A) es un trazo. Y es más, lo ubica en el (-1), es decir, con algo que no sólo no se puede contar, sino que se puede notar el cambio que ubica Lacan en cuanto al trazo unario. Anteriormente lo ubicaba en el Ideal del yo como un signo que, en este trabajo, se infiere que es el ideal del Otro. Luego se ha mostrado que Lacan denominaba significante al trazo unario con la connotación de insignia y aparece como significante en el matema I(A). Ahora el trazo unario se encuentra en el matema S(A). Por lo tanto, también hay una diferencia espacial con respecto al trazo unario.

 


             

    

 

c) Ninguna de las opciones anteriores

 

En este último ítem, el cual elegimos como opción para denominar al trazo unario, tenemos ahora que decir qué es el trazo unario. El trazo unario es el soporte de cada significante y que permite que cada significante sea lo que es. Vayamos por parte. En cuanto a la noción de soporte del trazo unario, nos referimos a la siguiente cita de Lacan:

“La fundación del uno que constituye ese trazo no está en ninguna parte más que en su unicidad. Como tal, no podemos decir de él otra cosa sino que es lo que tiene de común todo significante: estar ante todo constituido como trazo, tener a ese trazo por soporte.” (Lacan, clase 2, p.18)

Para profundizar en la siguiente parte de la definición que expusimos del trazo unario “…y que permite que cada significante sea lo que es”, tomaremos un concepto que trabaja Lacan en el seminario de la Identificación, y es lo que se conoce en Lógica como tautología. La tautología es una proposición que no enuncia como verdaderas ni como falsas las proposiciones que intervienen en su composición, son por ellos, fórmulas vacías (Vicente Fatone, 1951, p. 86). Por ejemplo: A es A

Una cita del libro Tractatus lógico matemática de Wittgenstein que toma Lacan en el seminario La Identificación y que hace referencia a la tautología es la siguiente:

“(…) por ejemplo, si conozco el significado de una palabra inglesa y de una palabra alemana que significan lo mismo, es imposible que no se pueda traducir una de otra. Expresiones como A=A, o derivadas de estas, no son ni proposiciones elementales ni signos con sentido” (p. 79).

Sin embargo, para Lacan, A es A no es una tautología, ¿por qué? Porque para Lacan, lo que caracteriza a cada significante es ser lo que no son. (Lacan, clase 2, p.6). Lo que tienen en común cada significante es que cada uno es diferente, pero no diferente con respecto al otro, si no a sí mismo. ¿Cómo se entiende esto? Por ejemplo:

A no es A

No se está exponiendo que A es diferente a su siguiente letra, A, sino que la primera A es diferente a ella misma. Lo que ocurre es que para explicar su diferencia en una proposición se necesita agregar el otro término que es el mismo, pero que a la vez marca (traza) la diferencia. Por ejemplo, si digo “A no es…” ¿pero no es qué? A. Puede ser engañoso ya que tiende a pensar que la primera A es diferente a la segunda A, pero no es así. Lo que sucede es que hay que escribir esta segunda A para mostrar que es diferente de la primera, pero que en realidad, es esa A, y no lo es. Así también, se infiere cómo Lacan no toma al A es A como una tautología. Si lo llevamos esto al terreno del significante, no es que un significante es diferente al otro significante, sino que ese significante, es diferente a si mismo, y esto está posibilitado por el trazo unario.

Entonces, no podemos elegir la primera opción: trazo unario es un signo, ya que el signo representa algo para alguien, y el trazo unario posibilita que cada significante no se represente ni siquiera a si mismo. Tampoco podemos afirmar la segunda opción: el trazo unario es un significante, porque el trazo unario es el soporte de   cada significante para que sea diferente a sí mismo, por lo tanto no es un significante más. Esta última propuesta es distinta a la idea del principio de no  contradicción de Aristóteles “es imposible concebir que la misma cosa pueda ser y no ser al mismo tiempo (Metafísica, libro IV, p. 130). En este caso, en la teoría del trazo unario en Lacan, es posible que cada significante pueda ser y no ser al mismo tiempo.

¬(A ¬A) principio de no contradicción.

¬¬(A ¬A) principio del trazo unario, también se podría escribir A ¬A

Ahora bien, en cuanto a su lugar, ¿dónde ubicarlo? Primeramente ubicamos al trazo unario en el modelo óptico (como signo), luego en el grafo del deseo (como significante). En este caso, pareciera ser su lugar una aparente paradoja, ya que el trazo unario ahora se ubica en la cópula “es”, A “es” A, ¿por qué? Si Lacan refiere que no funciona la tautología en esta proposición, es porque la cuestión está en la cópula “es”. Entonces esta cópula “es”, es el trazo unario que permite a cada significante ser cada uno distinto a sí mismo, y por ende, eso es lo que tiene en común con los otros significantes: ser cada uno distinto a sí mismo. Para aclarar el asunto, se concluirá con un ejemplo que ofrece Lacan en el seminario la Identificación, y en el que tenemos que tener en cuenta la función escansiva.

 “Una pelotita que desaparece y vuelve a aparecer. La pelotita cuando desaparece y vuelve a aparecer es donde luego se puede decir que esa pelotita (la que desapareció y volvió a aparecer) “es” la pelotita”. Lacan entonces se pregunta: ¿Qué relación hay entre el “es” que une las dos apariciones de la pelotita y esta desaparición intermedia? la respuesta es: si la pelotita es la pelotita es porque “no es” la pelotita”. (Lacan, clase 4).

 

 

 

         Bibliografía

 

·         Aristóteles. La Metafísica. 1ª ed. 2008, 2da ed. 2014. Madrid: Ed. Alianza

·         Fatone, V. Lógica e introducción a la Filosofía. 1ª ed. (1951, 9ª ed. 1969). Buenos Aires: Ed. Kapelusz.

·         Lacan, J. (2015) El seminario. Libro 8. La transferencia. (1ª ed. 8ª reimp.). Buenos Aires: Ed. Paidós. (Trabajo original publicado en 1960-1961).

·         Lacan, J. (1961-1962). El seminario. Libro 9. La identificación. Inédito. (Establecimiento del texto, traducción y notas: Ricardo E. Rodríguez Ponte, para circulación interna de la Escuela Freudiana de Buenos Aires).

·         Lacan, J. (2002a). “Información sobre el informe de Daniel Lagache”. En Escritos 2 (2da ed., 1ª reimp.). Buenos Aires: Ed. Siglo Veintiuno. (Trabajo original publicado en 1961)

 

 

*Para la vinculación del signo con el trazo unario, se ha trabajado, además del seminario La transferencia editado por Paidós, con la versión de Rodríguez Ponte, el cual lleva de nombre “La transferencia en su disparidad subjetiva”, y con la versión de Staferla, Séminaire 8: Le transfert

 

Versión Rodriguez Ponte: “Esto no quiere decir que este einziger Zug, este rasgo único, esté por eso dado como significante. De ningún modo. Es bastante probable, si partimos de la dialéctica que trato de esbozar ante ustedes, que sea posiblemente un signo.”

 

Versión Staferla: “Cela ne veut pas dire que cet einziger Zug, ce trait unique, soit par

cela même donné comme tel, comme signifiant. Pas du tout! Il est assez probable,

si nous partons de la dialectique que j’essaie d’ébaucher devant vous, que c’est

possiblement un signe.”

 

 

 


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