La virgen y la puta en clave de sol

22/02/2011- Por Elizabeth Ormart - Realizar Consulta

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Los fragmentos de estas letras de Joaquín Sabina y Ricardo Arjona nos remiten a una afección propia del género masculino. La dicotomía entre la virgen y la puta, la ideal y la accesible, la pura y la carnal, resulta una de las más comunes de las patologías masculinas. Freud explora esta afección en su obra “Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa” (1912). Dicha afección se exterioriza, en su forma culminante, en la inhibición para la consumación del acto sexual.

“De sobra sabes

Que eres la primera

Que no miento si juro que daría

Por ti la vida entera, por ti la vida entera.

Y sin embargo un rato cada día

Ya ves

Te engañaría con cualquiera

Te cambiaría por cualquiera.”

Joaquín Sabina

 

“... o será que la mujer perfecta que me construyo mamá
Es muy grande de estatura [...]

Me la construyeron puritana e inteligente
Buena para la cocina y muy decente
Tan irreal que existiría en mi mente y nada más
Pero insisto en compararla con ella.”

Ricardo Arjona

 

 

Los fragmentos de estas letras de Joaquín Sabina y Ricardo Arjona nos remiten a una afección propia del género masculino.

La dicotomía entre la virgen y la puta, la ideal y la accesible, la pura y la carnal, resulta una de las más comunes  de las patologías masculinas.

Freud explora esta afección en su obra “Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa” (1912). Dicha afección se exterioriza, en su forma culminante, en la inhibición para la consumación del acto sexual.

La generalización es tal que, el mismo Freud se pregunta porque no considerarla una afección universal de la cultura y no sólo la enfermedad de algunos individuos.

Sobre esta base, las vicisitudes singulares de cada quien trazan las variantes más o menos dolorosas en su manifestación.

La etiología de su causación remite al desarrollo infantil del complejo de Edipo, la elección del objeto incestuoso y los dos tiempos en la acometida sexual.

En términos freudianos: “dos factores contribuirán decisivamente al fracaso de este progreso en el curso de desarrollo de la libido. En primer lugar, la medida de frustración (denegación) real que contraríe la nueva elección de objeto y la desvalorice para el individuo. En efecto, no tiene ningún sentido volcarse a la elección de objeto si uno no puede elegir absolutamente nada o no tiene perspectivas de poder elegir algo conveniente. En segundo lugar, la medida de la atracción que sean capaces de exteriorizar los objetos infantiles que han de abandonarse, y que es proporcional a la investidura erótica que les cupo todavía en la niñez. Si estos dos factores son lo bastante fuertes, entra en acción el mecanismo universal de la formación de neurosis”

En “Y sin embargo” la canción escrita por Joaquín Sabina,  Pancho Varona  y Antonio García de Diego, Sabina describe su amor por una mujer única en contraposición con cualquier otra que viene a llenar el vacío.

En términos lógicos al universo de todas las mujeres signadas por el significante “cualquiera” se le sustrae “la primera”.

El término “cualquiera” posee según el diccionario de la Real Academia Española dos significados:

1. Pronombre indefinido. Una persona indeterminada, alguno, sea el que fuere.

2.  Mujer de mala vida.

Ambos significados se encuentran condensados en la canción en este significante “una cualquiera”: una del montón o bien una puta.

(X) Px  A todos los x les cabe la propiedad ser “cualquiera”

Contrapuesto al término “cualquiera” se encuentra  la única mujer de su vida, marcada por el significante “la primera”. Que tiene para el hombre el significado del primer objeto de amor, que remite a la madre.

 (Ex) -Px  Existe al menos una que no posee la propiedad de ser “cualquiera”

En términos lógicos para que exista un universo de mujeres accesibles carnalmente debe haber al menos una no accesible.

El todo se funda en la excepción.

En términos freudianos, a todas las mujeres les cabe la investidura de libido erótica salvo a una, la primera sobre la que recae la investidura libidinal tierna.

El problema se presenta cuando la primera no sólo es la madre sino la mujer amada.

Freud, reflexiona acerca de esta dificultad en la que se encuentran sumidos la mayoría de los hombres, “la vida amorosa de estos seres permanece escindida en las dos orientaciones que el arte ha personificado como amor celestial y terreno (o animal). Cuando aman no anhelan, y cuando anhelan no pueden amar.”

Esta escisión deja al sujeto en una imposibilidad que le impide avanzar en la construcción de un proyecto de vida que le resulte satisfactorio.

De forma más explícita Ricardo Arjona, apela al creador del psicoanálisis en su canción “Ayúdame Freud” parodiando una sesión de análisis en la que un hombre le cuenta al analista su padecimiento: se trata de la escisión entre la mujer ideal y la real.

La idealizada, tal como la describe “puritana e inteligente, buena para la cocina y muy decente” un fantasma en su cabeza que no se ajusta a la mujer real, a la que le gusta usar la pollera corta y no se acomoda a los estándares que su madre le construyó.

El último párrafo de la canción, nos resulta interesante por la posición de división en la que se encuentra el sujeto. Su pregunta, da cuenta de ello.

La respuesta generalizada del médico tapona lo singular de su padecimiento.

“Sera doctor
que esto me pasa solo a mi
O a todo el mundo.
Y el doctor me contesto
No hay quien se salve de este asunto”

Es la conclusión del médico la misma a la que arriba Freud en su escrito, sin embargo, éste último no está dando respuesta a un paciente sino teorizando sobre la más generalizada de las degradaciones de la vida amorosa.

                                                             


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