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“Alias Grace”

05/04/2021- Por Valentina Arcos - Realizar Consulta

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Sucumbe la mirada del público ante la fascinación de lo enigmática que resulta ser Grace. Una inmigrante irlandesa en Canadá, una criada del año 1859, acusada de cometer dos homicidios hacia su empleador y al ama de llaves. Lo que no se sabe es que Grace es una desconocida para sí misma, un enigma que no se deja atrapar fácilmente por los significantes y mucho menos por los que ella le otorga a su yo. ¿Enfermedad o protesta? ¿Mentira o verdad? ¿Grace o Mary? Son formas de mencionar pares de opuestos que no logran separarse del todo en esta serie basada en la novela de Margaret Atwood que recorre un saber cifrado en el cuerpo, ignorado inclusive por aquella que lo porta.

 

                  *                                                                Sarah Gadon en Alias Grace

                   

 

 

          Ficha técnica y artística

 

Mini serie

Título: Alias Grace

Género: Drama

Directora: Mary Harron

Guión: Sarah Polley

Basada en: Alias Grace, novela de Margaret Atwood.

Año de estreno: 2017 (Canadá)

Duración: 159 minutos

Distribuidor: Netflix

 

 

“Sentí una división en mi mente

Como si mi cerebro se quebrase

Traté de unir las piezas puntada tras puntada

Pero no pude unirlas”

 

                           Emily Dickinson

 

 

  Sucumbe la mirada del público ante la fascinación de lo enigmática que resulta ser Grace Marks. Una inmigrante irlandesa en Canadá, una criada del año 1859, acusada de cometer dos homicidios hacia su empleador y al ama de llaves. Lo que no se sabe es que Grace es una desconocida para sí misma, un enigma que no se deja atrapar fácilmente por los significantes y mucho menos por los que ella le otorga a su yo. 

 

  El amo y la esclavitud sumisa de la servidumbre se engarzan en un goce prohibido por el discurso de la época. Grace, con un velo de suavidad y dulzura hace huelga. Grace no es una esclava, aunque en su división subjetiva eso esté rechazado en ella, y sea adjudicado a otras dos mujeres.

 

  La obediencia, su comportamiento ejemplar, el dejarse censurar, las sábanas siempre blancas y puras y su tono de voz bajo van dejando lugar sutilmente en su relato a esa porción de rebelión de su ser: Grace se limpia la mierda con periódicos que muestran imágenes de las damas de alta sociedad y le repugna la hipocresía de los que acuden cada domingo a la iglesia, pero dejan morir a sus sirvientes sin ningún tipo de escrúpulo.

 

  Con una historia de abusos y vejaciones cometidas hacia su cuerpo, Grace no limpia… friega con fuerza y furia. Conoce la mierda de aquellos que no saben lavar la propia y observa detenidamente a los hombres, incitando a uno de ellos al pasaje al acto con la promesa mentirosa de una entrega al matrimonio. En una estrategia de sustracción, escamotea, con un doble movimiento de seducción y rechazo, una mano que levanta la falda y otra que la baja. (Soler, 2015)

 

  Su locura y criminalidad, cuestiones de las que su yo no está enterado ni tampoco quisiera saber, la someten a maltratos en instituciones asilares y carcelarias en las que tratan de colocar algo de ese desarreglo singular en un orden universal. Hay múltiples intentos de insertar a Grace en un sistema de clasificación.

 

  ¿A qué diagnóstico se podría arribar, una psicosis, una histeria con períodos de amnesia, está poseída, es una perversión? ¿Por qué hizo eso, lo hizo? ¿Acaso es un “demonio inhumano, víctima inocente de un canalla, obligada en contra de su voluntad, una ignorante que no sabía cómo actuar, una persona de espíritu pendenciero y carácter huraño, una buena mujer de naturaleza maleable que no haría daño a nadie, astuta y retorcida o está mal de la cabeza”?

 

  Grace logra escabullirse una y otra vez, dejando un resto indeterminado no capturable. Hay algo que no cierra, que no se comprende en ella, ese resto misterioso que empuja al otro hacia una atracción pasional imaginaria o una investigación médica, hipnótica, espiritista.

 

  En una de esas investigaciones se instala un lazo transferencial entre ella y el Dr. Jordan, en el que se escribe su historia olvidada, en el que su palabra dejada de lado por la fascinación que genera su imagen, vuelve a emerger. La presencia de otro que presta su cuerpo y su escucha para alojar su enunciación. Su relato continúa, aunque aquel que escucha no se encuentre presente en la materialidad.

 

“Cuando escribe siento como si me dibujara a mí, a mi piel con el extremo de una anticuada pluma de ganso. Como si cientos de mariposas se hubieran posado en mi cara y abrieran y cerraran las alas delicadamente”.

 

  Grace capta que hay una satisfacción del doctor en escuchar el sufrimiento ajeno. Este médico estadounidense es llamado a poner las cosas en orden, el saber médico como garantía para reconocimiento de lo verdadero, algo se le escapa. ¿Enfermedad o protesta? (Courel, 1996).

 

  Rechazo del cuerpo a seguir el efecto del significante amo, la histeria se niega a que la cosa marche no entregando su saber. Manteniendo la función del amo, la desenmascara sustrayéndose como objeto de su deseo. (Lacan, 1992). Hace fracasar al campo del saber cómo un todo coherente y omnipotente.

 

  Ese todo se rompe en la complejidad de las otras a las que Grace sigue con la mirada del deseo. La división que presenta Mary Whitney, su amiga canadiense nativa, que apoya la rebelión de William Lyon Mackenzie, pero a su vez, expresa la ilusión de terminar casada en una granja, con una vida tranquila. Nancy, la ama de llaves, sirviente ella misma pero que a su vez, humilla y muestra su repulsión hacia los sirvientes de la casa, utilizando joyas de oro y vestidos de valor.

 

  Grace culmina la elaboración de un cobertor cargado de simbolismo, la cama parecerá un lugar tranquilo para descansar, pero encubre peligros, los peligros del nacimiento, sueño, sexualidad y muerte. En su último cobertor cose las porciones de esas otras que conviven en ella, pero ya no en un sufrimiento dividido, sino que aquello propio que nunca se pudo transformar y que ha permanecido anómalo, es finalmente aceptado. ¿Identificación al síntoma? (Soler, 2015). ¿Identificación a lo sintomático en el Otro?

 

 

Imagen*: https://www.espinof.com/criticas/alias-grace-es-una-fascinante-deconstruccion-de-una-asesina

 

 

Bibliografía:

 

Álvarez, A. R. (2016). La teoría de los discursos en Jacques Lacan. La formalización del lazo social. Buenos Aires. Ed. Letra Viva.

Courel, R. (1996) La cuestión psicosomática. Ficciones psicogénicas. Buenos Aires, Argentina. Ed. Manantial.

Lacan, J. (1992). Seminario 17: El Reverso del Psicoanálisis. Buenos Aires, Argentina. Ed: Paidós

Soler, C. (2015) Lo que Lacan dijo de las mujeres. Estudio de psicoanálisis. Buenos Aires. Argentina. Ed. Paidós.

 

 

 

 


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