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                       Arte mural                                         Foto: EPA-EFE

“Somos el vano río prefijado,

rumbo a su mar. La sombra lo ha cercado.

Todo nos dijo adiós, todo se aleja”.

Jorge Luis Borges (Fragmento de la poesía “Son los Ríos”).

  Nos encontramos en un tiempo inédito, en un escenario mundial sin precedentes que trastoca la realidad tal como la conocíamos.

¿Volveremos a la normalidad?

  Esa “normalidad” sostenida durante siglos en las coordenadas, generalmente binómicas que mantenían un orden categórico se agujerean, caen, estallan y en esa evaporización cobran volumen, dimensión.

  Los pares antinómicos modernos colapsan:

Adentro/afuera

Público/privado

Real/virtual

¿Es virtual la realidad?

¿Es real la virtualidad?

  Las fronteras de los ámbitos sostenidos en espacios edilicios diferenciados, horarios, ropajes, traslados… se suceden en un orden de continuidad como una única escena que pareciera no terminar nunca, y en todo momento acontecemos a ser yoes y otros de manera simultánea.

  La experiencia de ser otros en la pantalla, convocados cual narciso a la fascinación de la propia imagen o a la robotización del gesto, nos deja de a ratos sin enigma, sin el desciframiento que nos ha acompañado acerca de ¿cómo nos verá el otro?

El otro semejante somos nosotros en esa imagen que pide a gritos una legalidad tal, que nos rescate de semejante confusión, que ordene tiempos, lugares, roles, funciones, que nos encuadre.

  La palabra nos libera de la alienación pandémica, alienación como nombre del malestar actual, ya que presentifica y descompleta en acto, aquello que se nos presenta como un todo, como agobio.

¿Cuál es la dimensión de la palabra hoy, de qué palabra se trata…?

  Palabra que hace cuerpo, voz, mirada, territorio.

Palabra que hace lazo.

  El fenómeno de la naturaleza, en correspondencia con el efecto del cuerpo biológico como sustrato material donde pega el virus, no es la realidad.

La realidad será la construcción colectiva que hagamos de esta experiencia y no hay construcción posible sin lazo.

Por fuera del mismo está la anomia, el aislamiento, el abismo.

“… no es lo mismo”

  ¿Cuál es la mismidad que está en juego?

¿De qué identidad se trata?

  Si toda categoría se encuentra en estado de interrogación, ¿a qué lugar y qué tiempo quisiéramos volver?

  Ya no seremos nosotros, ni el río.