» Columnas

La proyección del parricidio en el envejecimiento humano

31/01/2015- Por Osvaldo Bodni - Realizar Consulta

Imprimir Imprimir    Tamaño texto:

En el envejecimiento prolongado, al debilitarse el poder enunciativo, el sucesor ya se ha convertido en un adulto, con capacidad de administrar su escucha y rechazar las redundancias. Así es como puede presentarse ante el anciano como un objeto decepcionante, sobre el que éste puede proyectar al pequeño asesino potencial que él mismo fue en su infancia. Proyecciones que provocan un sufrimiento mudo que se ha de detectar en la trama de los relatos y los sueños. Allí será necesario contar con recursos teóricos y técnicos para interpretar la furia del que cree en el deseo de su destitución…

 

 

 

En estas líneas nos proponemos algunas cuestiones articuladas en función de la psicopatología del envejecimiento humano. Tales son la transmisión generacional, el envejecimiento demográfico, la duración prolongada de la vida, la aceleración tecnológica, el nuevo ordenamiento generacional que esto implica, y algunas consecuencias no previstas respecto del Complejo de Edipo, como un retorno peculiar del antiguo conflicto infantil, a partir de su proyección adulta en un objeto sucesor.

 

Algunas reflexiones introductorias nos llevan en sentido darwiniano, a la selección natural de las especies, que está en relación directa con la eficacia de una transmisión generacional capaz de superar las dificultades de supervivencia de cada una de ellas. En la especie humana, la responsabilidad por conservar la cultura agrega una exigencia de trabajo, apuntalada en la necesidad de transportar activamente un plus de memoria que no cabe en los códigos de transporte biológico. Cada ejemplar debe entonces transmitir un legado, y designar un objeto sucesor. Antes de morir debe cumplir con esta función de transporte, lo que da un sentido teleológico a la amenaza de castración.

 

Como lo sugirió Ferenczi, citado por Freud, (1925) la importancia narcisista del falo recibe un valor agregado a partir de una función simbólica respecto de su poder generativo. Desde esta conceptualización la amenaza de castración presupone un destino de intrascendencia, como imposibilidad de transmisión de la memoria a un sucesor. La réplica humana es hablante y culta, y esta particularidad única exige una transmisión estructurante comandada por la energía pulsional del transmisor. (R. Kaës. 1995). En este sentido la fantasía de parricidio más que un homicidio es una destitución.

 

Ahora bién, en este trabajo queremos compartir algunas observaciones respecto a las alternativas y alcances del fenómeno edípico, relacionado con la clínica de los adultos mayores. Nos referimos a una reaparición de las fantasías infantiles de parricidio, pero como síntoma de retorno, ahora proyectadas en el objeto sucesor. Este ocupa el lugar de quién desea el silencio, el sometimiento, o la muerte de su antecesor.

 

Aclaremos, nos referimos al mecanismo de proyección como un proceso psíquico imprescindible, estructurante de la teoría de las representaciones y de la memoria en una función anterior y paralela a su uso defensivo. Respecto de la memoria, la teoría mecanicista de los engramas mnémicos queda superada en el modelo cuando se contradicen el deseo y las defensas, negociando para un almacenamiento de información que nunca es neutral. Por la misma razón todo conocimiento tiene algo de reconocimiento, y en toda percepción siempre es proyectada una percepción anterior: se trata de un acto no neutral, que da lugar al concepto de transferencia.

 

Ahora bien, en el envejecimiento prolongado, al debilitarse el poder enunciativo, el sucesor ya se ha convertido en un adulto, con capacidad de administrar su escucha y rechazar las redundancias. Así es como puede presentarse ante el anciano como un objeto decepcionante, sobre el que éste puede proyectar al pequeño asesino potencial que él mismo fue en su infancia.

 

Como punto de partida de este modelo nos habremos de referir a la contradicción entre el carácter pulsional de la transmisión activa, y los obstáculos que inhiben su descarga. La hipótesis nos habla del adulto mayor como un relator fundamental, que necesita sostener una fantasía de perduración en la memoria del grupo. En este sentido los objetos siempre tienen historia, y a veces se trata a cualquier costo de darles un destino; sabemos que la narración, la docencia, la transmisión de un recuerdo, el testar la fortuna, son actos de sentido legatario pleno, produciendo los linajes que transportarán los rasgos culturales. La transmisión se potencia con los años, coincidiendo con la claudicación de otras destrezas, y no ignoramos que en épocas de una expectativa corta de vida los sobrevivientes eran pocos, idealizados como monumentos vivos. Algunos ceremoniales religiosos todavía dan cuenta de aquellas costumbres, cuando presiden la mesa familiar y responden las preguntas de los niños.

 

Ahora bien, el desarrollo de la medicina ha creado un envejecimiento poblacional prolongado, que modifica estas costumbres. Con la extensión de la vida la transmisión puede convertirse en una descarga pulsional repetida, tediosa o disruptiva, que lejos de generar una escucha induce defensas frente a la misma. Los antiguos relatos se diluyen mientras son más largos los años de vejez: si el lugar del anciano en el grupo familiar es discutido, la consecuencia puede ser una neurosis actual.  Y otras veces llegan a duelos dolorosos, a soledad, y a una depresión manifiesta. Las medidas terapéuticas de la oferta habitual tienden a la oferta de psicofármacos, a lo que suelen sumarse psicoterapias cognitivas, hospitales de día, y dispositivos de encuentro social o el llamado “mental fitness”.

 

En cambio, desde el psicoanálisis, acumulada la deuda, formamos parte de un conjunto de colegas que nos hemos ocupado por brindar un mayor protagonismo a la teoría del inconsciente en la vejez. En este sentido la mencionada concepción,  de la proyección de las antiguas fantasías de parricidio, se origina en la clínica, a partir de un notable incremento de la consulta de adultos mayores y sus familiares.

 

La prolongación de las expectativas de vida generó un cambio de postura acerca de los grupos etáreos que podían acceder a los divanes, en poco tiempo el psicoanálisis del envejecimiento involucró también a los familiares de estos adultos,  y ha sido un fuerte motor para investigaciones psicoanalíticas acerca del tema vincular. Siguiendo la analogía con los genes, los legados culturales (-los memes-, como los llamó Richard Dawkins en analogía con los replicadores genéticos), tienen también formas recesivas que emergen de vez en cuando, derivando a otras generaciones  viejos secretos familiares.

 

Desde lo social, el envejecimiento demográfico es relacionado con una tendencia a la confrontación generacional, con los abuelos clásicos ocupando demasiado lugar y los sistemas de pensión en crisis. Hoy esta competencia también abarca lo institucional, lo ocupacional  y lo habitacional: la prolongación extensa de la vida humana constituye un cambio político estructural, con  los mayores bloqueando el avance de los más jóvenes y ocupando lugares que éstos necesitan. (Ban Ki Moon, Informe de Desarrollo Humano 1997, “El desarrollo en un mundo que envejece”, Ed. ONU). Otras veces los mayores claudican, sufriendo crisis desidentificatorias cuando su capital de experiencia todavía podría ser eficaz. (Baranger, W. Et al., 1989)

 

El problema se torna más complejo en la denuncia de Bauman (Bauman, Z., 2000), quien señala la aceleración exponencial de los flujos de cambio en los saberes y las técnicas, que se convierten en obsoletos, devaluando las capacitaciones. Así incorporó la categoría de residuo social, en la que caben los elementos más prescindibles del sistema, junto a los desocupados y los refugiados superfluos de todo el mundo. Por otra parte, Paul Virilio, (Virilio, P., 1993) señaló al motor como “el objeto del siglo”: durante milenios la velocidad máxima del hombre fue la del caballo, pero en doscientos años aparecieron el vapor, el automóvil, los aviones, los cohetes.

 

Al compás de la aceleración, el escenario de estas nuevas expectativas de larga vida es una agricultura despoblada por las máquinas, y una industria robotizada, con millones de personas vendiendo servicios en cordones urbanos de mala calidad. En este escenario se producen el hacinamiento, los “no lugares”, y las rupturas del eslabonamiento generacional compitiendo y sosteniendo el fantasma de la destitución. 

 

No abundaremos en la observación clínica actual: es rica en relatos que señalan la oferta del mercado con su inundación de estímulos, la creciente robotización de los dispositivos comunes de la vida cotidiana, o la aceleración tecnológica que deja fuera del discurso grupal a los “no iniciados”, todo esto contribuye a crear las condiciones para una sumación traumática que atraviesa las barreras antiestímulo. Todo cambia velozmente en la gran aldea, demasiado, muchas veces en una etapa de la vida madura que todavía tiene años de supervivencia por delante. Aquí será importante diferenciar aquellos aspectos de la clínica que agravan viejas caracteropatías, de otros que emergen como regresión.

 

En suma, la hipótesis psicopatológica nos remite a una descarga pulsional fallida, que produce efectos en quien envejece sin meta ni proyectos, con una sucesión no clara, con la toxicidad pulsional de la neurosis actual empujando al autoerotismo o a procedimientos autocalmantes de descarga redundante. (Maldavsky, 1992) A veces el fracaso de la delegación es ostensible, dando lugar a procesos regresivos de desubjetivación, con desestimación del afecto, pensamiento operatorio o numérico, alteración somática, y trastornos de la vida sexual. (MacDougall, 1989)

 

 

Conclusiones

 

En esta clínica le cabe al analista trabajar sobre las defensas patógenas, como la desestimación del afecto o su expresión fenoménica como alexitimia, y sobre la desmentida. Esta última se apoya en la simulación cosmética, o en la discipulación de un “doble”. En cambio, aceptar al sucesor en el nivel de un semejante, le permitirá percibir las señales de una delegación sutil, mucho más vigente de lo que parece.

 

La activación proyectiva de las fantasías parricidas que hemos mencionado, suele producir un sufrimiento mudo que se ha de detectar en la trama de los relatos y los sueños. No debe dejarse de lado, allí será necesario contar con recursos teóricos y técnicos para interpretar la furia del que cree en el deseo de su destitución. 

 

Cabe subrayar que los abordajes vinculares son un recurso útil para el desmantelamiento de estas fantasías, promoviendo los sentimientos que puede expresar la familia para una longevidad más feliz. Una propuesta clínica es considerar el impulso a la transmisión, prestando atención al balance de la vida como tarea bien realizada. El grupo podrá hablar de los ejemplos de vida recibidos, y poner palabras a los enunciados transportados a la nueva generación.

 

El adulto mayor en psicoterapia psicoanalítica, a cambio de su renuncia a la imposible inmortalidad, podrá reconocer con sabiduría su marca en los sucesores, se reconocerá en muchos de sus discursos y proyectos, y percibirá las señales sutiles del respeto y el amor. Aun en los cuadros dolorosos, por lo inevitable de los duelos o las pérdidas de calidad de vida, muchas veces se podrán rescatar fragmentos de memoria, como testimonios de una delegación suficientemente buena.

 

 

Bibliografía

 

Aulagnier, P.  (1975) La violencia de la interpretaciónAmorrortu Editores, Buenos Aires.

Baranger W.; Zak de Goldstein R.; Goldstein N. (1989) “Acerca de la desidentificación”. Revista de psicoanalisis APA.

Bauman, Z. (2000) Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica Argentina.

Benjamín, Walter. (1936) El narrador. Ediciones Metales Pesados, S. Chile. [2008]

Bernheim, B. D. y Whinston, M. D. (1986) Menu Auctions, Resource Allocation, and Economic Influence. Quarterly Journal of Economics, 101 (1): 1-31

Bleger, J.  (1969) Psicología de la conducta. C.E.A.L., Buenos Aires. 

Bodni, O. (1999) “Angustia de castración generacional y sentimiento de intrascendencia”. Congreso internacional de la IPA, Santiago de Chile. Revista de Psicoanálisis, APA, Tomo LVI, N3.

Bodni, O. (2010)  “La simulación en la lucha por la vida cien años después”, Ed. Actualidad  Psicológica.

Bodni, O. (2014) La delegación del poder en el envejecimiento humano. Buenos Aires. Psicolibro, A.Paidos, 2014.

Dawkins, R. (1976) The Selfish Gene. Oxford University Press, Oxford. )hay traducción)

Dennet, D. (1996) Darwin's Dangerous Idea: Evolution and the Meanings of Life (Simon & Schuster; reprint edition).

Erikson, E. (1974)  El ciclo vital completado. Ed. Paidós Ibérica, Barcelona,

Freud, S. (1901) “Psicopatología de la vida cotidiana”, A.E. VI

Freud, S. (1914c) “Introducción al Narcisismo”. XIV, A. E.

Freud, S. (1920) “Más allá del principio del placer”. XVIII, A. E.

Freud, S.: (1925) “Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos”.

Kaës, R.  (1996) “El sujeto de la herencia” en Transmisión de la vida psíquica entre generaciones

Kantorowicz E. (1958) Los dos cuerpos del Rey (Estudios sobre la realeza medioeval). Editorial S. Compostela.Amorrortu  Editores, Buenos Aires

Legendre, P. (1985) L’inestimable objet de la transmission. Fayard, Paris. 

Liberman,D. (1982) Del cuerpo al símbolo: sobreadaptación y enfermedad psicosomática. Ed.  Kargieman, Buenos Aires.

Mac Dougall, J.: 1989 “Teatros del Cuerpo” Ed Yebenes, Madrid. 

Maldavsky, D. (1992) “Teoría y clínica de los procesos tóxicos”, Ed. Amorroru, Bs.As.

Marshall, Alfred (1949), citado por Alex Tabarrok.

Miller, A. (1991) La muerte de un viajante. Editorial Losada, Buenos Aires.

Rozitchner, E. (2012) La vejez no pensada: clínica y teoría psicoanalítica. Psicolibro Ediciones, Buenos Aires.

Salvarezza, L. (1995) “Pasado y presente de la gerontología. Un desafío para el futuro” en El fantasma de la vejez. Tekné, Buenos Aires

Tabarrok A. “Impuestos a la herencia: Teoría, historia y ética”. Revista Libertas, Nos. 31 y 33, (Octubre 2000), Instituto Universitario ESEADE,  www.eseade.edu.ar

Taussig F. W. (1920) Principios de Economia. Espasa Calpe [1951]

Virilio, P. (1993) L´art du moteur. Éditions Galilée, París. [Hay traducción en castellano: El arte del motor, Ediciones Manantial, Buenos Aires, 1996]

Virilio, P. La velocidad de liberación, Ediciones Manantial, Buenos Aires, 1997]

Weisman, A. (1893) The germ-plasm, a theory of heredity. Londres.

 

 

 

 

 


© elSigma.com - Todos los derechos reservados


Recibí los newsletters de elSigma

Completá este formulario

Actividades Destacadas


Del mismo autor

No hay más artículos de este autor

Búsquedas relacionadas

» Vejez y psicoanálisis
» proyección
» transmisión
» pulsión
» fantasías y parricidio
» envejecimiento demográfico
» intervenciones posibles.