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Detrás de un vidrio oscuro04/08/2017- Por María Malusardi - Realizar Consulta
Es casi imposible presentar la poética de Malusardi; tal vez un diseño de horas de insomnio o la multiplicación del sueño podrían acercárnosla o cercarnos. Porque la poesía de Malusardi nos atrapa en el mismo punto donde nos libera. Allí donde las imágenes poseen la fuerza del acto. Y el simbolismo se desliza gustoso hacia su propiedad real. Damos paso a la poeta…
a Ingmar Bergman
in memorian
“¿Cómo puede uno ponerse a salvo de aquello
que jamás desaparece?”
Heráclito
detrás de un vidrio oscuro una mujer repasa sus costumbres: en su sueño un hombre se escapa un dinosaurio ladra música barroca un perro mastica una flor y escribe un epitafio una cama incendia el trigo de su cosecha un pájaro anarquista se fatiga por la causa mientras yo inválida de atuendos atravieso dos amores: uno que me deja otro que me condena a la repetición
la mujer espera a dios sin embargo lo que llega y rodea su delantal de cocina es la locura
amasa el pan hunde sus dedos en lo informe como una salvación desnuda la mujer de cara a la ventana ve reflejos en el barro ve sobre el agua del mar una multitud que camina hacia los perros muertos que rasguñan sus ojos
contemplo a esa mujer y calzo en su sufrimiento la acuno le escribo un destino detrás de un vidrio oscuro
la ausencia de la mujer en mí es un sendero de caracolas filosos sus bordes desarman (desangran) mi colección de huérfanos
detrás de un vidrio oscuro la vida escribe su distorsión: la humanidad entre los huesos de un dinosaurio recauchutado: parece que sonríe pero es un niño que llora
detrás de un vidrio oscuro espero que la mujer afine mis laúdes y se vaya
he enredado el mar entre mis atuendos he perdido una puerta la respiración de la madera un foco de aliento sobre el vidrio el fin de la esperanza recojo de la bruma la piel de las costumbres: cuando muda calma mis temblores
encuentro el otro lado de mí en el barco hundido en el fondo irregular de mi cabeza donde la arena envuelve mi cuerpo como una sábana herida
todo sangra en mi lugar cuando yo no sangro la desesperación es de los otros y de las cosas que flotan y pululan busco refugio en el barco encallado en mi cabeza el agua avanza y se recicla y compone música barroca hago el amor con mis hermanos hago el amor prohibido en el barco encallado en mi cabeza y lloro porque ya no podré cantar
la mujer intenta que mis ojos se llenen de mar y arranquen del sueño a sus perros muertos
son mis huérfanos los que ocultan el mar en mi cabeza es el poema que me encierra y me entristece detrás de un vidrio oscuro
ese otro lado que la poesía roza cuando algo en mí se desafina (cuando cortan alguna cuerda los laúdes) detrás de un vidrio oscuro
ese otro lado detrás del mar debajo de mi barco encallado en mi cabeza delante de un cristal que estalla y disemina la fertilidad de los abismos en mis ojos
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