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El Anillo de los Nibelungos (Parte I)05/03/2007- Por Peichi Su - Realizar Consulta

La Tetralogía "El Anillo de los Nibelungos" (Der Ring des Nibelungen) es una serie de cuatro óperas cuyo libreto y música fueron escritos por el compositor alemán Richard Wagner. El ciclo fue completado en un plazo de veintiséis años (de 1848 a 1874).
La Tetralogía El Anillo de los Nibelungos (Der Ring des Nibelungen) es una serie de cuatro óperas cuyo libreto y música fueron escritos por el compositor alemán Richard Wagner. El ciclo fue completado en un plazo de veintiséis años (de 1848 a 1874).
Las cuatro óperas que conforman este ciclo poseen los siguientes nombres:
- El Oro del Rin (Das Rheingold)
- La Walkiria (Die Walküre)
- Sigfrido (Siegfried)
- El Ocaso de los Dioses (Götterdämmerung)
Ethan Mordden, autor de El Espléndido Arte de la Ópera, nos lo describe con las siguientes palabras:
“El Anillo… es una obra fascinantemente compleja que abarca el cielo y la tierra y el mundo subterráneo de los enanos e incluye un yelmo que cambia la fisonomía del que lo usa o lo transporta en un segundo a cualquier sitio, pociones que inducen al olvido o al recuerdo, un dragón soñoliento que custodia un tesoro, sirenas, valquirias y, por supuesto, el anillo de oro que sólo sirve a aquel que renuncia al amor y cuyo poder mágico otorga a quien lo usa, el dominio del mundo, pero que también lo consume con su magia. El poder corrompe ”
Varios aspectos son profundamente explorados por el compositor alemán en esta tetralogía, tales son las pasiones humanas, la ética, las promesas, la lealtad, el deseo, el amor, el incesto, el sacrificio, la codicia, entre muchos otros.
El autor de El libro de la ópera, José María Martín Triana, resalta una de las singulares técnicas que posee Wagner en la orquestación y en el despliegue de sus óperas: “. resulta admirable la forma en que el compositor logra mantener la atención del oyente, al mismo tiempo que hace crecer la tensión dramática sin un momento de respiro .
Las voces operísticas.
La voz operística que escuchamos usualmente pertenece a las siguientes tres categorías: tonos de pecho, registro medio y tonos agudos (nasales). Estas tres categorías están ubicadas más claramente en los tenores y las sopranos. Una voz es considerada “gran voz” cuando puede moverse fácilmente a través de estas tres categorías con la misma calidad vocal y el mismo carácter. Cuando esto sucede, se percibe como si los cantantes, con la misma garganta, tuvieran tres voces diferentes. Generalmente, los “grandes cantantes” poseen esta habilidad. Una voz operística bien adiestrada mueve con facilidad desde las notas graves hacia las notas agudas, realizando cambios graduales en la calidad de la voz, y teniendo a su vez un bello timbre, suficiente volumen, flexibilidad y control.
La cuestión del “volumen” es un rasgo muy particular en las óperas wagnerianas, los dramas musicales de este músico suelen exigir a los cantantes una voz fuerte y potente, una voz que llene la sala entera del teatro alcanzando a cada uno de sus rincones, una voz que consiga superar el volumen de la orquesta, pero a su vez ésta debe ser flexible, expresiva y bella. Es sabido que no todos los cantantes logran reunir estas cualidades, por esta razón, estos cantantes son conocidos en el mundo operístico como “cantantes wagnerianos”.
Características.
Soprano: voz femenina, perteneciente al registro más agudo. Posee un timbre claro y brillante.
Soprano lírica: matiz diferente dentro de la voz de soprano. Posee un timbre más ligero y cantabile. Logra mayor expresividad y volumen con su color. Sin embargo, carece de agudos firmes.
Soprano lírico spinto: dentro de los diferentes personajes de una ópera, estas sopranos poseen los papeles más difíciles en términos de exigencias vocales. Una soprano spinto debe ser capaz de llegar vocalmente a algo más dramático que la soprano lírica, asimismo, debe alcanzar notas más agudas y más graves.
Soprano dramática: la voz de la soprano dramática, comparada con la spinto, tiene que ser más amplia y potente, ya que sus partes son más extensas e incluso más exigentes desde el punto de vista vocal y dramático.
Mezzosoprano: voz femenina más grave que la voz de la soprano. Con frecuencia, resulta difícil distinguir la mezzosoprano de la soprano. El color vocal de la mezzosoprano es más oscuro que el de la soprano.
Contralto: es el registro más grave de la voz femenina. Posee un color oscuro y potente. Su punto fuerte son los graves. Es un registro poco común, ya que pocas cantantes llegan a ser contraltos.
Tenor: registro más agudo de la voz masculina. Las voces muy altas provienen de los registros agudos nasales, provocando gran excitación entre el público.
Tenor heroico: conocido también bajo el nombre de “tenor wagneriano”. El tenor heroico es la más difícil y exigente categoría de tenores dramáticos, se especializa en los difíciles papeles wagnerianos: Lohengrin, Sigmundo, Sigfrido, Tannhäuser, Tristán, Parsifal. Estos papeles exigen una tremenda resistencia, ya que contienen partes muy largas con grandes acompañamientos y orquestaciones poderosas.
Barítono: registro más grave que el del tenor. Sus voces provienen del pecho, de modo que su canto suena más como una voz hablada.
Barítono bajo: en este registro se exigen muchas notas graves dentro del registro de barítono.
Bajo: es el registro más grave de la voz masculina. Posee un sonido profundo, resonante, oscuro y solemne.
La tetralogía wagneriana.
El Oro del Rin (Das Rheingold)
Prólogo en un acto (cuatro escenas).
Estreno: Munich, 22 de septiembre de 1869.
Personajes:
Wotan: Dios supremo (barítono bajo)
Fricka: su esposa, diosa del amor conyugal (mezzosoprano)
Freia: su hermana, diosa de la juventud (soprano lírica)
Donner: dios del trueno, hermano de Fricka y Freia (barítono)
Froh: dios del día, hermano de Fricka y Freia (tenor)
Loge: dios del fuego (tenor)
Erda: diosa madre de la naturaleza (contralto)
Alberich: enano nibelungo (barítono bajo)
Mime: su hermano (tenor)
Fasolt: gigante (barítono bajo)
Fafner: su hermano (bajo)
Woglinde: hija del Rin (soprano lírica)
Wellgunde: hija del Rin (mezzosoprano)
Flosshilde: hija del Rin (contralto)
Nibelungos
Lugar: El Rin y sus alrededores.
Escena I
Es de noche. En el fondo del río Rin, las hijas del río juguetean entre sí alrededor de una roca. A un lado se encuentra el enano Alberich, quien permanece contemplando a estas doncellas. Éstas coquetean y juegan con él. De a poco comienza a amanecer, y de pronto un rayo de sol ilumina el oro que corona la roca. Alberich queda encantado por ese brillo y pregunta a las doncellas de dónde emana ese brillo, las tres responden que se trata del oro del Rin, el cual deben cuidar bajo las órdenes de su padre. Las doncellas le explican al enano que solo aquel que renuncie al amor podrá crear el anillo llamado Andavarinaut a partir del oro del Rin; el portador de este anillo tendrá el poder de dominar el mundo. Alberich medita, y ante las burlas incesantes de las hijas del río, se enfada y roba el oro, diciéndose a sí mismo que, al menos, podrá obtener el placer con este anillo.
Escena II
A lo lejos se ve un magnífico castillo. Wotan se despierta y le dice a su esposa Fricka que su nuevo hogar ha sido construido. La diosa del amor se encuentra consternada ya que los gigantes construyeron el castillo a cambio de Freia (su hermana). Pero Wotan confía en que no tiene que cumplir su promesa.
Aparece Freia, horrorizada, mientras es perseguida por los gigantes Fasolt y Fafner. Wotan se ríe y le dice a los presentes que todo fue una broma. Los gigantes le recuerdan que su poder proviene de la promesa de cumplir su pacto. Fasolt y Fafner deciden quedarse con la diosa Freia. Sin la presencia de ésta los dioses perderán la juventud que les otorga la diosa de la juventud todos los días. Donner y Froh deciden luchar con los gigantes. Aparece Loge y cuenta que Alberich ha robado el oro del Rin y que ha forjado un poderoso anillo utilizando ese metal. Al escuchar esto, Fafner sugiere que el anillo sea el modo de pago por el castillo de Wotan. Los gigantes se marchan llevándose a Freia de rehén.
Sin las manzanas doradas de Freia los dioses comienzan a envejecer y a deteriorarse. La única forma de revertir esta penosa situación es conseguir el anillo y recuperar a Freia, por esta causa los dioses Wotan y Loge descienden al mundo terrestre en busca del anillo.
(Aquí aparece un intermedio orquestal que “narra” el descenso de Wotan y Loge hacia el Nibelheim. La orquesta disminuye su intensidad sonora para que el público escuche los dieciocho yunques que representan la labor de los enanos en el mundo subterráneo.)
Escena III
En las galerías subterráneas del Nibelheim, Alberich ha esclavizado a los enanos nibelungos y obligó a su hermano, Mime, a forjar un casco mágico. Este casco le permite a Alberich volverse invisible.
Wotan y Loge llegan a Nibelheim y se encuentran con Mime, éste les cuenta acerca del anillo y de la miseria por la que están atravesando los nibelungos bajo el dominio de Alberich. El enano se acerca a los visitantes y les anuncia su plan de dominar el mundo. Loge decide engañar a Alberich pidiéndole que le muestre el poder del casco mágico, el enano les muestra ese poder convirtiéndose en un dragón; ante tal mostración, Loge le pregunta si también puede trasformarse en un sapo. Una vez que Alberich se transforma en sapo, Loge y Wotan aprovechan y lo capturan.
Escena IV
En la cima de la montaña, Wotan y Loge obligan a Alberich a entregar su tesoro a cambio de su libertad. Una vez entregado el oro, el enano pide a los dioses que le devuelvan su casco mágico. Loge se niega y le dice que el casco también forma parte de la fortuna que se requiere para su liberación. Wotan le pide que entregue también el anillo, Alberich se niega, ante esta negativa Wotan se lo arrebata y lo coloca sobre su propio dedo. Al ser desposeído de su objeto precioso, el enano decide poner una maldición en ese anillo: “aquel que lleve el anillo sentirá siempre una codicia insaciable, y se verá rodeado por las consecuencias de ésta”.
Los gigantes regresan con Freia. Fasolt y Fafner exigen como condición acumular suficiente oro de tal modo que Freia quede fuera de su vista. Una vez amontonado el oro, Fasolt señala que hay un pequeño hueco en la pila de oro y que éste solo podrá ser cubierto por el anillo. Wotan se niega a entregar el anillo, ante esta respuesta los gigantes deciden llevarse a Freia nuevamente.
Repentinamente aparece Erda, diosa madre de la naturaleza, le advierte a Wotan acerca de la maldición del anillo y le pide que lo abandone. Consternado, Wotan les entrega el anillo a los gigantes y Freia queda liberada. Los gigantes comienzan a dividir el tesoro e inician una pelea acerca de quién se queda con el anillo. Fafner asesina a Fasolt a golpes y se lleva toda la fortuna. Al ver la escena, Wotan queda horrorizado dándose cuenta del terrible poder que posee la maldición del enano Alberich.
Finalmente, los dioses entran a su nuevo hogar. Wotan entra al castillo y lo bautiza con el nombre de Valhalla. Loge, quien siente que el fin de los dioses se acerca, no sigue a los demás al Valhalla. En el río Rin las hijas del Rin lamentan la pérdida de su oro.
La Walkiria (Die Walküre)
Drama musical en tres actos.
Estreno: Munich, 26 de junio de 1870.
Personajes:
Siegmund: hijo mortal de Wotan (tenor heroico o lírico spinto)
Sieglinde: hija mortal de Wotan (soprano lírico spinto)
Wotan (barítono bajo)
Fricka (mezzosoprano)
Brünnhilde: hija de Wotan y Erda (soprano dramática)
Hunding: esposo de Sieglinde (bajo)
Gerhilde (soprano), Helmwige (soprano), Waltraute (mezzosoprano), Schwertleite (contralto), Ortlinde (soprano), Siegrune (mezzosoprano), Grimgerde (mezzosoprano) y Rossweisse (contralto): walkirias y hermanas de Brünnhilde.
Lugar: Alemania.
Acto I
En medio de una fuerte tormenta, Siegmund busca refugio en la casa del guerrero Hunding. Sieglinde lo atiende y le cuenta que la casa le pertenece a Hunding, su esposo (quien no se encontraba presente en ese momento). Regresa Hunding y le pregunta quién es. Siegmund relata que era hijo de Wälse y tenía una hermana gemela; un día, al volver a su casa con su padre, encontraron a la madre muerta, la casa quemada, y la hermana desaparecida. Desde entonces viajó junto a su padre hasta que ambos tomaron rumbos diferentes. Un día Siegmund se encontró con una niña que estaba siendo obligada a casarse y luchó con los parientes de ésta. Las armas de Siegmund se dañaron y la niña murió, por tal motivo huyó y buscó refugio en la casa de Hunding. Hunding le cuenta entonces que él también era familia de ellos, y aunque el huésped podía quedarse esa noche, al amanecer tendrá que luchar con él. Luego le ordena a Sieglinde que le prepare un lugar para pasar la noche. Sieglinde regresa y le confiesa al huésped que le puso una droga en la bebida de Hunding para que quedara profundamente dormido. Le cuenta que ella también fue obligada a casarse con Hunding, y que en el día de su boda un desconocido se presentó y clavó en el tronco una espada que ningún hombre pudo sacar, el que libere esa espada será su salvador de las garras de Hunding. Siegmund le revela su amor a Sieglinde, y ella lo corresponde. Ambos empiezan a confesar sus sentimientos. Siegmund revela que el nombre de su padre era Wälse y logra liberar sin dificultad la espada. Sieglinde le revela su propio nombre, y ambos se reconocen como los hermanos gemelos Wälsung. Siegmund nombra la espada Nothung, y finalmente ambos hermanos huyen de la casa de Hunding enloquecidos por el amor.
Acto II
En medio de las montañas, Wotan instruye a su hija predilecta, Brünnhilde, para que defienda y haga ganar a Siegmund en el combate con Hunding. Fricka, su esposa, aparece y le exige al dios Wotan que castigue el incesto de los hermanos, ya que ese hecho se opone al vínculo del matrimonio al cual ella protege. Wotan finge inocencia y le explica que ella debería sentirse orgullosa ya que es amor lo que existe entre esos dos hermanos. Fricka sabe que Wotan, disfrazado de mortal llamado Wälse, es el padre de Siegmund y Sieglinde. Wotan trata de explicarle que solo un héroe humano sería capaz de devolver el oro robado del Rin. Fricka le recuerda que, como diosa, debe castigar la injuria cometida contra el amor conyugal, y le exige que retire la protección de Brünnhilde de Siegmund.
Fricka se retira y Brünnhilde se queda a acompañar a su padre. Wotan decide narrarle a su hija sus problemas. Al final de El Oro del Rin Wotan había seducido a Erda (diosa de la tierra) para lograr averiguar más acerca de esa profecía. De esa unión nació Brünnhilde. Wotan crió a Brünnhilde y a otras ocho hijas como las walkirias (guerreras encargadas de recolectar las almas de los héroes caídos para formar un ejército que luchará contra Alberich). El ejército de Valhalla solo fallaría si Alberich llegase a apoderarse del anillo nuevamente. Actualmente el anillo se encuentra en las manos de Fafner, el gigante utilizó el casco mágico para convertirse en un dragón y se escondió en el bosque quedándose con el tesoro de los nibelungos. Wotan no puede quitarle el anillo a Fafner, ya que se lo había entregado bajo una promesa, necesitará que un héroe derrote al gigante en su nombre.
Aparecen Siegmund y Sieglinde agotados de la huida. Brünnhilde se acerca mientras Sieglinde se queda dormida. Brünnhilde le cuenta a Siegmund que su misión es llevarlo, una vez muerto, al Walhalla, junto a Wotan y a los demás héroes y dioses. Siegmund, al enterarse que una vez allí no verá más a Sieglinde, decide renunciar a todas las glorias divinas con tal de quedarse al lado de su esposa. Brünnhilde, conmovida por tal amor, decide ayudar al joven. De repente, se oyen cuernos de caza, y Siegmund sale a pelear con Hunding, ayudados por Wotan y Brünnhilde. Wotan, con su lanza, destruye la Nothung, Hunding aprovecha la situación para matar a Siegmund. Con gran tristeza y con un gesto de desprecio, Wotan mata al cazador. Mientras tanto Brünnhilde se escapa llevándose a Sieglinde y los pedazos de la espada rota. Wotan sale en persecución de su hija.
Acto III
En la cumbre de una montaña rocosa, las walkirias se reúnen arrastrando a los héroes que han muerto; éstos formarán un ejército que defenderá a los dioses. Aparece Brünnhilde con Sieglinde, las demás walkirias se sorprenden al ver que la mujer se encuentra viva todavía. Brünnhilde pide ayuda y cuenta que Wotan la persigue con toda su ira ya que le ha desobedecido por salvar el fruto del amor de los hermanos. Sieglinde prefiere morir, pero Brünnhilde le revela que de su vientre nacerá un hijo cuyo nombre será Siegfried, un día éste blandirá la espada de su padre; le entrega a Sieglinde los pedazos del arma que juntó en el combate. Llena de felicidad, Sieglinde huye hacia el bosque. Llega Wotan furioso y decide castigar a su hija predilecta: Brünnhilde deja de ser una walkiria y se ve despojada de su inmortalidad. Le explica a su padre que en el fondo ha obrado de acuerdo a su deseo, pero Wotan le dice que su desobediencia es de tal magnitud que la causa de los dioses está perdida. Brünnhilde le ruega a su padre que no la deje a merced de cualquier mortal, le pide que la proteja con un círculo de fuego para que, únicamente, el más valiente de los hombres se atreva a cruzar. Wotan accede, posiciona a Brünnhilde sobre una roca y la somete en un profundo sueño, convoca luego a Loge (dios del fuego) para que crea la llama que protegerá a su hija. El fuego rodea a Brünnhilde en la cima de la montaña. Despojado de dos de sus hijos, Wotan se aleja con un profundo dolor.
Peichi Su
psu@elsigma.com
Octubre 2006
BIBIOGRAFÍA
Mordden, Ethan. El Espléndido Arte de la Ópera, Javier Vergara Editor, Buenos Aires, 1980.
Digaetani, John Louis. Invitación a la Ópera, Javier Vergara Editor, Buenos Aires, 1986.
Martín Triana, José María. El libro de la ópera, Alianza Editorial, Madrid, España, 1987.
http://es.wikipedia.org/wiki/El_Anillo_de_los_Nibelungos
http://www.stadtgeschichtliches-museum-leipzig.de/service/presse/wagner/walkuere.jpg
http://es.wikipedia.org
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