» Arte y Psicoanálisis
EL Witz en Freud24/04/2006- Por Wanda Weber Marín -

Si algo nos aporta la genialidad de Sigmund Freud, es que a partir de él, a uno se le ocurre escuchar las ocurrencias nada graciosas de pacientes histéricos. Nada graciosas, porque hasta el momento en que Freud aborda el trabajo con estos pacientes, el Otro médico les había dado una connotación “embustera” (chistoso, Unbewusst como un ¿embuste?).
“Eso de la
figurita que dicen es una cosa que no te había contado porque no sabía bien
cómo explicártelo, ya que se trata de antropología y no de pintura. Resulta que
hice con huesos de pescuezo de pollo y de pavo, después de limpiarlos muy bien,
una figura, y escribí un pequeño tratado de antropología (imitando un viejo
manuscrito) para demostrar que el antecesor del homo sapiens fue esa figurita que hice, a la que llamo homo rodans (porque termina en rueda).
Se me ocurrió llevar el manuscrito y la figurita a la librería de un amigo…le
hizo mucha gracia (todo está hecho y escrito en broma)…los compró para
ofrecérselos como regalo al presidente de la República…me quedé pasmada…todo
está hecho imitando cosas y palabras científicas que casi nadie entiende y
muchas partes del escrito están en un latín inventado que ni yo misma entiendo,
pero el conjunto resultaba gracioso”[1]
REMEDIOS VARO.
Si algo nos aporta la
genialidad de Sigmund Freud, es que a partir de él, a uno se le ocurre escuchar las ocurrencias nada graciosas de pacientes
histéricos. Nada graciosas, porque
hasta el momento en que Freud aborda el trabajo con estos pacientes, el Otro
médico les había dado una connotación “embustera” (chistoso, Unbewusst como un ¿embuste?).
Funda entonces un inédito
dentro de la historia de la enfermedad mental, que trasciende hasta sus últimas
consecuencias con la teoría sobre lo Inconsciente, y aunque su obra está
permeada de cabo a rabo por su ingenio y las ocurrencias, tanto suyas, como de
sus pacientes, era difícil en la época victoriana y aún ahora, transmitir la
noción de que a partir de una
ocurrencia, un sujeto podía establecer una forma diferente de relación con el
(O)otro[2].
Más importante y arriesgado era transmitir aquello que se mostraba como el
trasfondo de todo aquello que se producía dentro de su práctica clínica, a saber:
que el sujeto no sabe quées eso que
lo habita.
La dificultad de mostrarse
para demostrar aquello que se le presentaba como inaprehensible, pero que lo
hacía generar escritura se percibe a través de su obra y, sin embargo,
parecería que en tanto evidente ha quedado oculto tras bambalinas dentro de la
construcción del conocimiento que se
sigue produciendo a partir del análisis.
No es casualidad que La interpretación de los sueños (1900)
sea uno de los textos eje de la producción freudiana. Este texto que es como un
compendio de la ocurrencia a partir del sueño, se muestra en todos los demás
como fundante para el desarrollo del psicoanálisis como teoría y, por supuesto,
dentro de la práctica.
Además de él, se perfilan
otros dos que hasta podrían leerse como cómicos y divertidos: Psicopatología de la vida cotidiana (1901),
y aquel que tomaremos como central para éste texto; El Chiste y su relación con lo Inconsciente (1905). Tal preferencia
obedece a que en este texto aparecen de nuevo las referencias que desarrolla
Freud en La interpretación de los sueños,
pero en vigilia y eso ya nos anuncia diversas implicaciones pues hasta
podríamos aventurarnos a decir que: la vigilia es un estado semi-onírico en
donde la producción subjetiva se ve de-limitada por el unwelt, la “razón o conciencia” y el acceso a motilidad.
Pero no nos adelantemos y
mejor, dirijamos nuestra atención a la regla fundamental del psicoanálisis: Diga
todo lo que se le ocurra, condición princeps a la que llegará Freud dentro
del desarrollo de su teoría.
“Otra de las ventajas del
método es que, en realidad, no puede fallar nunca. Teóricamente tiene que ser
siempre posible al enfermo producir una ocurrencia, dado que no se fija ni
limita en absoluto la naturaleza de la misma. Sin embargo, esta falta de
ocurrencia se presenta siempre en un caso determinado; pero precisamente por
tratarse de un caso aislado, resulta también fácilmente interpretable” [3]
No solamente fundamental
sino fundante, esta regla nos anuncia la preeminencia que da Freud, a la
invención, al ingenio, al inédito de un acto creador en tanto funciona como
promotor de “formaciones de deseo”[4]
a partir de las cuales un sujeto puede re-producir-se. ¿Qué es ésto sino una
encomienda freudiana a delirar[5]desde
donde hasta ahora hemos abordado el delirio: un-hacer-surcos (asociación
libre), una di-versión significante que se escritura ,en el espíritu, para el
sujeto o sea para ser conforme al deseo.
Esa es la importancia que
adquiere aquí nuestro rodeo previo: la
ocurrencia permite ser. Ahora, el problema de abordar un tema así, tanto
antes como ahora, es que en esta exposición parecería per se®[6] una
locura que no puede no someterse a un juicio que hasta este punto creemos sea
descomunal puesto que hasta parecería mostrarse como un chiste y, por ende,
nada razonable y mucho menos científico ¿pero qué es si no una tesis como para
argumentarse y ser expuesta a un posible rechazo?
Incluiremos aquí, una cita
bastante larga, pero que transmite un miedo, las dificultades de esta
exposición y la larga elaboración que requirió, para Freud, (pp. 59-60) el
hecho de confrontarse con un saber- sabido.
“Con ayuda del procedimiento de
asociación libre y del arte de interpretación al correspondiente consiguió el
psicoanálisis algo que no parecía muy importante desde el punto de vista
práctico, pero que en realidad lo condujo a una situación y significación completamente nuevas en los
dominios científicos. Se hizo posible demostrar que los sueños poseen un
sentido y adivinar éste.
Los sueños fueron
considerados en la antigüedad clásica como profecías; pero la ciencia moderna
no quería saber nada de ellos, los abandonaba a la superstición y los declaraba
un acto simplemente «somático», una especie de contracción de la vida anímica
dormida. Parecía totalmente imposible que alguien hubiera llevado a cabo un
serio trabajo científico pudiera surgir luego como «onirocrítico». Pero
desechando tal condenación de los sueños, tratándolos como un incomprendido
síntoma neurótico o como una idea delirante u obsesiva, prescindiendo de su
contenido aparente y haciendo objeto de la asociación libre a cada uno de sus
diversos cuadros, llegamos a un resultado totalmente distinto.
Las numerosas ocurrencias
del sujeto del sueño nos llevaron, en efecto, al conocimiento de un producto
mental que no podía ya ser calificado de absurdo ni de confuso, producto que
equivalía a un rendimiento psíquico completo y del cual no constituiría el
sueño manifiesto sino una traducción deformada, abreviada y mal interpretada,
compuesta generalmente de imágenes visuales. Estas ideas latentes del sueño
contenían el sentido mismo, no siendo el contenido manifiesto del sueño sino un
engaño, una fachada, que podía ser enlazada con la asociación, pero
no con la interpretación.” [7]
Entonces se anuncia que la
supuesta oposición saber-deseo (wissen-wunsch)
no está delimitada más que por un pasaje de saber sobre el deseo (pregunta) y
deseo de saber (la pregunta continúa) mediado y posiblemente condenado por una
representación imaginaria de que por lo menos (O)otro sabe.
Por eso aquí y a riesgo de
parecer una excentricidad, expongo un texto que temeroso de repetir-se podría
irse al extremo de la locura pero no por ello, no escribirse.
Ein Einfall über Ein Fall und das
Vervollständigung o la Ocurrencia (entendida como caída) y el
completarse.
“Mi
fuente de salud es la ironía y el humor. Si no fuera por eso me habría vuelto
un ermitaño…Soy un ontófobo. Nada más que soy un ontófobo que se ríe y se
burla”
Oscar
de la Borbolla[8]
Entonces,
hablemos pues de ingenio y ocurrencia, pero ¿a partir de dónde o en quién? ¿en
dónde encontramos dentro de la obra freudiana un vestigio de un primer momento
de ocurrencias y de ingenio?, pues en quién más sino en Freud mismo.
No
podemos pensar que Freud no se tomó como punto de referencia para realizar una lectura
de lo que le acontecía en clínica, aún cuando poseía un conocimiento
(neurología) y un método (hipnosis) fundamentados por el saber médico; él di-vergía un poco en cuanto a su aplicación
puesto que en la práctica se mostraba insuficiente (sobre todo en histeria); y
es así como encontramos en un primer texto un acercamiento a la ocurrencia
freudiana (dado que se dio en Freud y no negaremos que también en el ingenioso
no-saber de sus pacientes) el cual es un intento de producción a partir de una
intervención dentro del campo de la hipnosis, que sin embargo devino en una
generación de lo que se produce en otros casos dentro de Estudios sobre la Histeria.
El
texto redactado en 1892 se llama Ein Fall
von hypnotisher Heilung nebst Bemerkungen über die Entstehung histerisher
Symptome durch den “Gegenwillen” o “(Un caso) Ocurrencia de cura hipnótica
y observación sobre el origen del síntoma histérico por la «voluntad contraria»”.[9]
Ésta
será la primera y última vez en la que Freud se arriesga a mostrarse puesto que
no vuelve a hablar de Einfall
(idea/ocurrencia) más que en su acepción menos “enjuiciada” que es la de Witz (ocurrencia graciosa).
El
carácter problemático de un Ein Fall es que literalmente implica una caída porque
Ein significa un/una y Fall es tanto “caída” como “caso”[10]
por lo que podríamos aventurarnos a decir que Freud se “resguarda” tras el
significado implícito de la palabra mostrando lo que se puede leer como “un
caso de cura hipnótica…” u “Ocurrencia de un caso…” que en todo caso, se
muestra entre líneas dentro del texto.[11]
Veremos
entonces qué es lo que implica una caída para el sujeto (Freud) y qué se genera
a partir de ella (Vervollständigen).[12]
En este texto Freud nos habla de una histérica
de ocasión la cual, a pesar de su virtuosa
personalidad, o sea no tenía antecedentes de ser una persona nerviosa, comenzó
a presentar extrañas crisis al intentar amamantar a su primer hijo y a los que
le siguieron también.
Freud
nos relata la primera vez que la paciente tuvo problemas para amamantar a su
primer hijo “aún cuando se lo había propuesto”: “La parturienta no consiguió
ser una buena nodriza para su hijo a pesar de tener una constitución
corporal favorable. La leche no era abundante, le causaba dolores poner el niño al pecho, se mostraba
inapetente, le sobrevino una peligrosa repugnancia a alimentarse,
pasaba las noches excitada e insomne; y para no poner en peligro a madre e
hijo, tras catorce días se dio por fracasado el intento y el niño fue entregado
a una nodriza…”
Tres
años después y en ocasión del advenimiento del segundo hijo sucedió lo mismo y
los doctores Breuer y Lott, encargados del “caso”, “no quisieron saber nada
esta vez de que el intento siguiera más tiempo” por lo que convocaron a Freud
para realizar una sugestión hipnótica como último recurso. Freud fue recibido a
regañadientes y con un alto grado de desconfianza por parte de la paciente y su
familia pues después confesarán que “les daba vergüenza que algo como la
hipnosis saliera adelante donde la señora, con toda la fuerza de su voluntad,
resultó impotente”
Freud,
después de sugerir los síntomas del dormir, como era propio de la técnica,
comenzó por sugestión a” contradecirle todos sus temores y las
sensaciones en que éstos se apoyaban. «Usted no tiene por qué angustiarse, será
una excelente nodriza con quien el niño prosperará magníficamente. Su estómago
está totalmente calmo; tiene usted muy buen apetito, desea darse un banquete,
etc». Funcionó. Pero la paciente dándose “un banquete” se excedió y los signos
objetivos aparecieron de nuevo.
Hasta
aquí, nada nos extraña puesto que por el mismo Freud sabemos qué parte de la
técnica hipnótica radica justamente en “la enérgica negación del achaque de que
el enfermo se ha quejado, o en el aseguramiento de que él es capaz de hacer
cierta cosa, o en la orden a ejecutarla además de pasar las manos y presionar
sobre la parte enferma del cuerpo”. Pero lo cierto es que no había un manual
con respecto a qué “orientación” debía tomar la orden o contra-dicción y es ahí donde interviene el ingenio y la ocurrencia
freudianas.
En
la segunda ocasión Freud le dirá a la enferma que “ cinco minutos después de
que yo me retirara ella increparía a los suyos regañándolos un poco: que donde
estaba la comida, que si tenían el propósito de hambrearla, con qué creían que
alimentaría al niño si no comía nada, etc.”.
Ello
funcionó de maravilla aún cuando al marido le pareció “un tanto «ominosa» la
forma en que la noche anterior ella exigiera alimento con tanto arrebato además
de dirigir a la madre unos reproches que nunca se había permitido antes.”
Creo
que éste es el momento princeps donde
Freud da cuenta del carácter de Inter-dicción que ha tenido su ocurrencia en
tanto Contra-dicción del deber ser
que angustiaba a la paciente. O sea, Freud no podía saber que la paciente
arremetería contra su propia madre demandando alimento para entonces ella poder
ejercer su ser madre con su hijo.
Él
realiza una lectura ente líneas de
lo que la paciente decía con su cuerpo y en tanto eso produce una ocurrencia
que al tener efectos remite a Freud a un intento de generar escritura a partir
de esta sorpresa. Él se pone en lugar de la demanda Superyoica para producir
una caída pero del Otro que permite al sujeto cambiar de posición hacia una de deseo y no de tener que…
Como
en este caso, nos dice Freud que no tiene referentes previos de lo que sucede,
nos dice que se ve obligado a colegirlo.
O sea, lo que hace a partir de su ocurrencia y la sorpresa (caída) que de ella
se produce es crear, inventar una posible elucidación de lo ocurrido.
Habla
entonces de representaciones ligadas a un afecto de expectativa, son
representaciones de yo haré esto o esto otro
llamadas Designios y aquellas de que esto o esto otro acontecerá conmigo o Expectativas en sentido estricto. Sus efectos dependen de dos
factores: el significado que posea para el sujeto el desenlace y el grado de
incertidumbre que aqueje a su expectativa.
La
incertidumbre subjetiva, la
expectativa contraria, es a su vez figurada por una suma de representaciones
penosas a las que llama representaciones
penosas contrastantes, o podemos llamarles representaciones contradictorias del deseo, las cuales, en el caso
de las neurosis, reciben gran atención.[13]
No
ahondaremos en los mecanismos descritos para los diversos casos, para ello
remitimos al texto original, pero lo que sí nos interesa señalar es que lo que
hace Freud es contradecir la contradicción
a manera de interdicción, o sea de forma inconsciente en donde por él
sabemos que no hay contradicción. Por decirlo de otra forma, a Freud se le
ocurre hablar el lenguaje del deseo y producir a partir de eso.
Además,
señala el carácter de perversión de la voluntad que se
produce en la histeria (que motiva el trabajo simultáneo que realiza con Breuer
sobre histeria) y que parece tener una coloratura de demanda superyoíca que
aplasta al yo en tanto a mostrar su deseo. O sea, el Otro es la fuente de la
contradicción y hasta Freud mismo, al inferir
dicho mecanismo por cuenta propia, asegura que se ha producido en otros casos
(o sea, se repite por lo que se puede comprobar) y de uno de los cuales, (Emmy
von N.) nos ocuparemos más adelante. Sin embargo, cabe señalar que es probable
que por eso, Freud jugase con Ein Fall,
aprovechándolo como juego de palabras para que no le implicasen un gran riesgo.
En
verdad, es notable el valor que muestra Freud en tanto lo que sostiene como
elucidación muestra que sólo se puede colegir
a posteriori o por decirlo de otra manera No
sabe lo que hace en el momento, sino que se produce, y por ello escribe. Cae
de una posición de saber y se sabe en falta; (que es mucho más de lo que tantos
podemos saber) su ingenio radica en lo que hace con esa caída puesto que al
intentar completar-se, resarcirse lo hace produciendo su saber que ahora se
transmite o sea el Psicoanálisis como su inédito Arte- Facto.
Ahora,
y siguiendo sobre esta misma línea, vemos que en este texto Freud hará
referencia al caso que trabajó años antes y que curiosamente su publicación es
casi simultánea a la de este texto, o sea en 1892 publica la “Comunicación
preliminar de Breuer y Freud Sobre el
mecanismo psíquico de fenómenos histéricos”[14]
y en el cual se producen ocurrencias no sólo en Freud sino en su paciente Emmy
von N. Freud resalta, entre otros achaques que presentaba esta mujer, “el ruido
peculiar que intercalaba en su conversación a modo de un tic y que consistía en
un chasquido de la lengua con irrupción repentina por los labios, que tenía
bien apretados”. Cuando se le preguntó cuándo y en qué ocasión se había
generado alegó que no sabía y entonces Freud, nos dice algo que produce un
viraje sorprendente hasta para él: “Lo consideré entonces un tic genuino, hasta
que se me ocurrió hacerle esta misma pregunta en hipnosis profunda. Y en la
hipnosis, esta enferma -sin que fuera preciso impartirle sugestión- disponía
enseguida de su íntegra capacidad para recordar; diría que disponía de todo
el alcance de su conciencia, que en la vigilia lo tenía limitado “
Entonces
ella relata lo que se le ocurre que es la génesis de su tic y Freud con esta
producción comienza a “asir la génesis de un síntoma histérico mediante la
objetivación de la representación penosa contrastante” o sea, a lo que Freud
llega es a algo que a él lo habita también “ los enfermos no pueden hacer algo
justamente en el momento y el lugar en el que más lo ansiarían y hacen
exactamente lo contrario de lo que se les ha pedido viéndose obligados a
denostar lo que les es más caro y a ponerlo bajo sospecha”
Esta
cosquilla de hacer lo malo en Freud
se traducirá como una diferencia al saber establecido en donde un prominente
médico se vuelve un perverso sexual
valga la redundancia. Esos espectros,
producto de los designios inhibidos
que se apoderan del cuerpo de sus pacientes histéricas, serán El Espectro que
habitará en Freud hasta su muerte, será ese Geist[15]
freudiano, ese mot du sprit, que a
duras penas se puede susurrar (sistum)
por considerarlo obsceno, malo o, en el mejor de los casos, una broma o engaño.
Puesto que lo Inconsciente no sólo habita nuestros sueños sino que cohabita
como una fuerza que invade[16]
(Einfall) la vigilia y por ende a la saludable razón que como a Emma
contradictoriamente la hace delirar demostrando que a fin de cuentas la vida es sueño.
Debemos
recordar que el carácter narrativo
(Erzählung) de la talking cure
era una forma común de hacer intervenciones o contradecir los síntomas que los
pacientes presentaban dentro del marco teórico de la hipnosis (y asimismo a Ersatz, por ejemplo, en tanto al síntoma
como sustituto de algo que falta o
aparece como in-debido) por lo que es un error el pensar que por el hecho de
hablar hay sujeto.
Podemos
pensar que hay sujeción, como acertadamente señala la señora
Emmy cuando Freud le pregunta de dónde proviene su tartamudeo, y ella como en ocasiones
anteriores responde “No Sé” “¿y por qué no?”, pregunta Freud, “¡Porque no lo tengo permitido!”. El
paso a la Einfall y, por ende, a lo
que después será la asociación libre, radica justo en una cierta permisión por
parte del sujeto, pero también del (O)otro a delirar. O sea, el discurso no
está previamente armado ni es lógico, es difícil que otro lo soporte (a menos
que se ocupe de su deseo) y de ello da cuenta Freud por lo que cesan las
continuas interrupciones que hacía a los relatos de Emmy exhortándola a que
contase los detalles siendo que, anteriormente se conformaba sólo con menciones
de los recuerdos.
Con
el tiempo Freud retomará una intervención de Bernheim que devendrá en la
técnica de la presión sobre la frente
(pues seguramente intuye la ocurrencia en acto) para crear la ilusión de que con su tacto, liberaba
al sujeto de los espectros que
velaban su saber de sí (represión) y les decía “Ahora, bajo la presión de mi
mano, se le ocurrirá. En el instante que cese la presión, usted verá ante sí
algo, o algo se le pasará por la mente como súbita ocurrencia, y debe capturarlo.
Es lo que buscamos”. Más adelante agregará: “no tiene permitido reservárselo
por opinar, acaso, que no es lo buscado, lo pertinente, o porque resulta
desagradable decirlo. Nada de crítica ni de reserva, ya provengan del afecto o
del menosprecio.” “¿Pues bien; ¿qué ha visto o qué se le ha ocurrido?”
En
este momento, el mecanismo que el ingenio de Freud dilucida, será que él
(Freud) “disocia la atención del enfermo de su busca y meditación conscientes,
en suma, de todo aquello en lo cual pudiera exteriorizarse su voluntad,
semejante a lo que se consigue quedándose absorto en una bola de cristal, etc.”
No
podemos evitar aquí el asociar estos juegos de desviación de la atención
conciente (o del juicio) con lo que después será su disertación sobre los
mecanismos y técnicas del chiste.
Aunque
la técnica será abandonada para antes de 1900 puesto que Freud deja de
practicar la hipnosis, la encomienda ocurrente persistirá y lo que se va
produciendo lleva a Freud a La
Interpretación de los sueños y El
chiste y su relación con el inconsciente puesto que dará cuenta de los estragos
que el buen juicio produce en la
subjetividad.
Por: Wanda Weber
Marín
vanlith78@yahoo.com
Bibliografía
Freud. S. “Publicaciones
prepsicoanalíticas y manuscritos inéditos en vida de Freud”. En Obras Completas (Vol. 1 pp.151-162). Buenos
Aires. Amorrortu Editores. 1976
Freud. S. “Estudios sobre
la histeria”. En Obras Completas (Vol.
2 pp.71-123) Buenos Aires: Amorrortu Editores
Freud, S. “Autobiografía IV”.
Historia del movimiento psicoanalítico.
(7°. ed.). Madrid: Alianza Editorial S. A 1983. p. 57
Langenscheidts Universal- Wörterbuch. Diccionario español-alemán alemán-español. Berlín.
1969
Pérez-Rincón, H. El teatro de las histéricas. México:
FCE. pp 18-19. 1998
Sevilla, M. E. “Anima de la
Borbolla deseos de venganza”. Reforma.
p.2C 15/9/2004.
Silva, M. “ El chiste, lo cómico, la sonrisa.” Relaciones. Revista al Tema del Hombre. Recuperado Diciembre 14,
2004 en http // www. Chasque.apc.org/frontpage/relación/0005/chiste.htm
Varo, R. Cartas, sueños, y otros textos.(1° ed).
Serie El Prestidigitador 1. México: Universidad Autónoma de Tlaxcala. p.
19. 1994.
Weber, W. La ocurrencia como elemento de
transformación en lo subjetivo. Tesis de Licenciatura, Universidad Nacional
Autónoma de México, México, D.F. 2005.
[1] Varo, R.(1994) Cartas, sueños, y otros textos.(1° ed). Serie El Prestidigitador 1. México: Universidad Autónoma de Tlaxcala. p. 19
[2] Estamos hablando tanto del Otro (Autre) como dimensión de alteridad que se ubica en un orden anterior y exterior al sujeto, ubicado y confundido dentro del orden del lenguaje , lugar del significante y de la ley de la cual el sujeto “pende” aún cuando pretende dominarlo y también hago referencia al otro (autrè) , dimensión imaginaria del semejante, función de desconocimiento frente a la cual, el sujeto tiende a des-a-parecerse cada vez más.
[3]Freud, S. (1983) Autobiografía IV. Historia del movimiento psicoanalítico. (7°. ed.). España: Alianza Editorial S. A ( Trabajo original publicado en 1925). p. 57
[4] El término “formaciones de deseo” es una sustitución nuestra a partir de
“formaciones del inconsciente” tanto
de Freud como de Lacan. La razón por la que utilizamos este término es porque,
cómo más adelante se verá, creemos que a partir de la ocurrencia y de otras
manifestaciones de lo inconsciente se puede generar otra cosa, un “hacer” de
acuerdo al ingenio del sujeto que responda “parcialmente” a su deseo pero
conlleve a un cierto giro en tanto al sufrimiento. Poner especial atención al
caso de Henri Heine.
[5] La
etimología de delirio proviene del
latín ‘delirare’ en donde ‘lirare’ vale
tanto como ‘abrir surcos”
[6] No es un error. Nos pareció chistoso el juego significante entre per sé y “por ser una marca registrada”.
[7] Los subrayados en las citas son nuestros.
[8] Tomado de una entrevista realizada
por: Sevilla, M. E. (2004, Septiembre 15) “Anima de la Borbolla deseos de
venganza”. Reforma. p.2C
[9]Freud. S. (1976). “Publicaciones
prepsicoanalíticas y manuscritos inéditos en vida de Freud”. En Obras Completas (Vol. 1 pp.151-162) Buenos
Aires: Amorrortu Editores. ( Trabajo original publicado en 1886)
En el
texto, el título reza “ Un caso de curación por hipnosis 1892-1893”.
[10] Langenscheidts Universal- Wörterbuch. (1969) Diccionario español-alemán
alemán-español.
Alemania: Autor. Lo que da literalmente el sentido escrito será la
“separación” de las palabras Ein y fall pero si se escucha es difícil distinguirlos.
[11]Idem. Einfall unido significa: idea,
ocurrencia así como invasión.
[12] Idem. Al. “completar”
[13] Esta cuestión acerca de dónde pone
el sujeto su atención será relevante para nuestro texto y se abordará más
adelante.
[14] Freud. S. (1976).”Estudios sobre la
histeria”. En Obras Completas (Vol.
2 pp.71-123) Buenos Aires: Amorrortu Editores ( Trabajo original publicado en
1892)
[15] Algo interesante con respecto al Geist, es que tuvo en sus comienzos equivalencia con el inglés ghost, algo aterrador. La influencia del latín Spiritus (Sanctus) y la griega del s. V, insiste en que el alma, el elemento conciente e inteligente en el hombre, consiste en el “aire” siempre que sea seco. Lo líquido puede ser perturbador. Ver Silva, M.(2004) El chiste, lo cómico, la sonrisa. Relaciones. Revista al Tema del Hombre. Recuperado Diciembre 14, 2004 en http // www. Chasque.apc.org/frontpage/relación/0005/chiste.htm
[16] Curiosamente Einfall
en alemán, también posee el sentido de invasión. Langenscheidts
Universal- Wörterbuch. (1969) Diccionario
español-alemán alemán-español. Alemania: Autor. p.277
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