» Arte y Psicoanálisis
La repetición en el arte28/02/2003- Por Gabriela Trapero y Mario Antmann -

Partiendo de la afirmación de que la creación artística es producto de la sublimación sin represión, intentaremos abordar el tema de la repetición en el arte y la paradoja de que el arte se adelanta a su época.
Trataremos de ubicar el despliegue de la pulsión con destino sublimatorio, camino diverso al que la clínica nos acostumbra con la presencia de lo sintomático.
Marie-Hélène Brousse: dirá "... allí donde la función significante crea un vacío, el arte se presenta organizando ese vacío a partir de un objeto".
La repetición ligada a lo artístico, se orienta, a la producción de un objeto, y no así al síntoma.
Interrogarnos por la repetición en el arte nos convocó a un recorrido sobre este concepto en la obra de Kierkegaard, quien plantea que "todo conocimiento es una reminiscencia, y toda la vida es una repetición... Repetición y recuerdo, constituyen el mismo movimiento en sentido contrario"
Partiendo de la afirmación de que la creación artística
es producto de la sublimación sin represión, intentaremos abordar
el tema de la repetición en el arte y la paradoja de que el arte se adelanta
a su época.
Trataremos de ubicar el despliegue de la pulsión con destino sublimatorio,
camino diverso al que la clínica nos acostumbra con la presencia de lo
sintomático.
Marie-Hélène Brousse: dirá "... allí donde
la función significante crea un vacío, el arte se presenta organizando
ese vacío a partir de un objeto". (1)
La repetición ligada a lo artístico, se orienta, a la producción
de un objeto, y no así al síntoma.
Interrogarnos por la repetición en el arte nos convocó a un recorrido
sobre este concepto en la obra de Kierkegaard, quien plantea que "todo
conocimiento es una reminiscencia, y toda la vida es una repetición...
Repetición y recuerdo, constituyen el mismo movimiento en sentido contrario".
(2)
Respecto de estos planteos Grüner trabaja la relación entre memoria
y repetición cuestionando la fórmula "recordar para no repetir".
¿Es a través de la repetición, de esta forma de memoria,
que un artista construye el estilo?
¿Será la repetición una posibilidad expresiva o un límite
para el artista? El momento en que acontece la repetición es un encuentro
que Kierkegaard conceptualiza como el "Instante". Kierkegaard verá
en esta concepción del instante la posibilidad del hombre de incidir
sobre su propia temporalidad de un modo diverso.
Para ello distinguirá la repetición del recuerdo: la reminiscencia
atada al recuerdo repetirá algo del pasado, en tanto la repetición
propiamente dicha enlazada al instante se orientará como un "recordarse
hacia adelante".
Este encuentro puede ser tanto fulgurante como connotado con cierto espanto,
es decir presupone un riesgo que el artista decide tomar.
¿Es ese instante, en ese momento riesgoso en el cual el artista logra
leer el espíritu de su época antes que pueda ser dicho de otra
manera?
Para profundizar estas cuestiones comenzaremos presentando la tesis de Grüner
en la que articula arte-memoria y repetición. Se pregunta: ¿Qué
supone esta exclusión entre ambos términos insinuada en la fórmula
"recordar para no repetir"? (3)
Justamente supone la concepción freudiana anticipada por Kierkegaard,
que una condición de la repetición, es que aparezca como novedad.
Solo retroactivamente, cuando la repetición ya se ha producido, puedo
asignarle su lugar segundo, y atarla a un recuerdo (traumático).
En el vínculo memoria/ repetición, la relación lógica
invierte la cronológica, es la repetición la que viene primero
y a partir de ella, puedo asignarle el carácter de antecedente a un hecho
del pasado y construir ese hecho en un recuerdo.
Que la novedad de la repetición construya un hecho del pasado como recuerdo,
muestra la paradójica imposibilidad de la fórmula "recordar
para no repetir".
Por un lado, repetir es la condición para recordar. Por otro, es también
la condición para olvidar: que hay algo para recordar, "algo"
y no cualquier cosa.
La repetición, es la memoria que sólo es posible porque adopta
la forma del olvido, como dice Freud: " el sujeto no recuerda nada de lo
olvidado, sino que lo vive de nuevo".
No lo reproduce como recuerdo, sino como acto, lo repite sin saber.
El olvido, no es la negación del recuerdo, sino que supone un acto positivo,
por la repetición, la memoria recuerda lo que debe olvidar.
Y para lograr sustraerse al efecto "siniestro", al automatismo del
encuentro con lo real, produce como recuerdo (encubridor), un hecho del pasado.
Lo produce, no lo re-produce, allí está la novedad.
Al referirse al arte Ernst Bloch, plantea que las condiciones de su producción
serían las que posibilita lo que él llama "memoria anticipada",
con esta metáfora describe el carácter tanto repetitivo como anticipatorio
de la obra. (4)
La repetición así entendida, es la posibilidad del arte. Esta
memoria anticipada, es la búsqueda de una perfección futura que
la obra de arte ofrece en el presente.
La obra anticipa una repetición de sí que debe ser buscada en
lo real.
La repetición no ocurre, se la busca.
Para Nietzsche hay que liberar a la voluntad de todo lo que la encadena, convirtiendo
a la repetición en el objeto mismo de la voluntad.
Hay también otra repetición que no se busca, sino que se soporta.
En el Seminario XI, a propósito de la distinción entre Tyche y
Automatón, Lacan nos advierte que no hay que confundir a la repetición
con el retorno de los signos ni con la reproducción. Lo que se repite
es algo que se produce como el azar.
La función de la Tyche, de lo real como encuentro (fallido), se presenta
primero bajo la forma del trauma, con carácter de insistencia. Aparece
como una presentificación en acto, un acto que concierne a un real que
hay que buscar en la falta de representación (en el trieb).
Será entonces este el recorrido que Magda Bosch describirá para
el arte: "Perseguir el vacío, contornearlo, rodearlo, velarlo, para
tratar mediante alguna representación de velar aquello que por definición
es imposible de velar, aquello que por definición es irrepresentable:
el vacío. Este es el objetivo del arte, que va más allá
de la satisfacción de la pulsión, incluso más allá
de la repetición, porque el artista al elevar un objeto a la dignidad
de la cosa, "injerta" en la repetición el encuentro, el azar,
la tyche" .(5)
En el seminario de la Ética, Lacan nos enseña que, "lo que
hay a nivel del Das Ding, a partir del momento que es revelado, es el lugar
de los Triebe"(6) el lugar de las pulsiones, para marcar que el Trieb está
desviado de lo que Freud llamó su Ziel, su meta.
"La sublimación es representada como diferente de esa economía
de sustitución en que se satisface habitualmente la pulsión, en
la medida en que está reprimida. El síntoma es el retorno vía
sustitutiva significante, de lo que está en el extremo de la pulsión
como su meta. La paradoja es que la pulsión puede encontrar su meta en
algo diferente de su meta sin que se trate de la sustitución significante"
. (7)
La sublimación, pretende engendrar lo real por la siguiente operación:
el significante no es arrancado a lo real, sino promovido al rango de objeto.
La sublimación sostiene al sujeto en la pretensión de significar
la singularidad de su deseo, su efecto límite es de objeto.
Freud dirá que la sublimación es "la enigmática facultad
que posee un artista de dar forma a un material determinado hasta convertirlo
en copia fiel de la representación de su fantasía". (8)
También a Lacan le llamaba la atención esta enigmática
facultad que distingue memoriosos de poetas, en tanto los primeros se orientan
hacia sus recuerdos de la infancia, hacia el parentesco, hacia la significación
infantil, taponándose en efectos de sentido, los segundos logran mediante
la palabra poética, efecto de sentido y efecto de agujero a la vez. Evidentemente
se trata de poder hacer desde la repetición algo diferente con el propio
goce.
Pensándolo desde el concepto de no-relación con el que Miller
delinea la última enseñanza de Lacan, es decir: no relación
sexual, no relación entre significante y significado (la referencia está
fuera del alcance), no relación entre el goce (del cuerpo propio) y el
Otro, nos parece entonces que el artista puede a través de su repetición
producir un objeto con el que establecer lazo.
El mail de los autores es: gabriela_trap@hotmail.com
y mantmann@elsigma.com
1.Marie-Hélène
Brousse: "Una sublimación a riesgo del psicoanálisis"
2-Kierkegaard Soren: "La Repetición", Ediciones Guadarrama,
Madrid, 1976
3.Grüner, Eduardo: "El sitio de la mirada", Primera Parte: "Fetichismos
de la memoria"
Arte/ Memoria/ Repetición , Editorial Norma, Colección Vitral.
4.Grüner, Eduardo, : obra citada
5.Bosch Magda,:"El arte y su objeto" Freudiana No 32
6.Lacan Jacques, Seminario 7, "La ética del psicoanálisis",
Pág. 136, Ed. Paidos
7.Lacan Jacques, Obra citada, Págs. 136,137
8.Freud, S.: "Conferencias de Introducción al Psicoanálisis",
Conf. 23. Los caminos de la formación de síntoma
© elSigma.com - Todos los derechos reservados