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Billy Elliot

21/01/2004- Por Aldana Caro -

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La vida de Billy transcurre en un barrio obrero, de casas de ladrillos indiferenciadas. En este barrio hay un gimnasio, donde por cincuenta peniques Billy asiste a clases de boxeo. Desde un comienzo el boxeo nos muestra un significado con mucho “peso” en la relación padre-hijo, ya que como el padre de Billy ha sido un buen boxeador de joven, guantes heredados mediante, Billy deberá “prolongar” al padre en su calidad de hombre, hombre fuerte a pesar de todo. Pero a Billy parece no apasionarle el boxeo, el ring no es para este chico de once años un escenario donde demostrar su hombría, tal como lo anhela su padre.

FILM: “ BILLY ELLIOT “

 

Escrita por Lee Mall

Producida por Greg Brenman y John Finn

Dirigida por Stephan Daldry

Working Title Film y BBC en asociación con The Arts Council of England

Billy------------ Jamie Bell

Grandma-------Jean Heywood

Tony------------Jamie Draven

Dad-------------Gary Lewis

Michael--------Stuart Wells

Ms.Wilkinson—Julle Walters

 

 

 

Billy Elliot” es un film ambientado en la década del 80’, marcadas por las duras medidas de Margaret Thatcher en Inglaterra. Billy, hijo de un minero que se encuentra en huelga compartiendo la lucha con Tony, el hermano mayor de Billy. Son momentos difíciles y el sindicato responde a los mismos resistiéndose a las miserables condiciones de trabajo y al cierre de las minas. La vida de Billy transcurre en un barrio obrero, de casas de ladrillos indiferenciadas. En este barrio hay un gimnasio, donde por cincuenta peniques Billy asiste a clases de boxeo. Desde un comienzo el boxeo nos muestra un significado con mucho “peso” en la relación padre-hijo, ya que como el padre de Billy ha sido un buen boxeador de joven, guantes heredados mediante, Billy deberá “prolongar” al padre en su calidad de hombre, hombre fuerte a pesar de todo. Pero a Billy parece no apasionarle el boxeo, el ring no es para este chico de once años un escenario donde demostrar su hombría, tal como lo anhela su padre.

Parecería, inclusive, que Billy ridiculiza el boxeo dando saltos, avergonzando al entrenador y, lógicamente, a su padre. Debido a las huelgas, la parte inferior del gimnasio es ocupada por los manifestantes, hecho casual por el que las clases de ballet transcurrirán en el mismo lugar  donde Billy “practica” aquella disciplina masculina. El sonido del piano y la voz de la Sra. Wilkinson marcando los pasos de las niñas con “tutú” llaman la atención de Billy, lo dispersan. Casi por un impulso irrefrenable, Billy se va mezclando con las niñas, algo muy intenso lo empuja a bailar. Y así, en secreto, Billy asistirá a las clases de ballet. Pero pasa poco tiempo hasta que el padre, figura rígida hasta el momento, irrumpe en la clase gritando... es claramente con ese grito con el que Billy deberá enfrentarse.

Vale aclarar que la madre del niño ha muerto, de ella le ha quedado un piano (amor por la madre desplazado hacia el mismo), fotos, una carta (conmovedora escena de la película), el ritual de ir al cementerio con la abuela, a la cuál el niño debe cuidar, y alguna alucinación por un duelo todavía abierto.

La muerte de la mujer de la familia ha dejado en el padre de Billy cierta melancolía, esto da la sensación de desamparo en el espectador, que comienza a desenmascarar la debilidad de este hombre, bajo aquella fuerte y viril apariencia.

Es tal la pasión que en Billy empieza a despertar el baile, que Ms. Wilkinson le ofrece la posibilidad de realizar una audición para el Royal Ballet from London. Es la decisión más difícil que deberá asumir Billy, será una bisagra entre la “irresponsabilidad” de la niñez y el paso hacia una vocación, el paso del juego al trabajo. Tendrá que responderse la siguiente pregunta: ¿Qué hacer? Resignar su vocación por el baile para no decepcionar al padre (y hermano, que parece estar totalmente identificado a él), no ser un “mariquita” o cumplir con su sueño, apropiarse de su incipiente deseo, hacer el esfuerzo a pesar de las adversidades. Con respecto a este dilema habrá en el film una escena clave: En una Navidad fría Billy se escapa con su amigo Michael, manifiestamente homosexual, para bailar, para jugar… y así a manera de juego, entendido como dice Carlos Gularte:

“Jugar a ser quienes hemos elegido ser, para realizar nuestra condición de sujeto”¹

Billy deberá elegir. Y es aquella escena  en donde Billy demuestra frente al padre su vocación, esa puesta en acto quiebra ese universo, esa realidad aparente hasta el momento para él. Se produce así el movimiento correspondiente a la categoría universal-singular sobre la cual se inscribe la dimensión ética, acto ético que va más allá de lo particular de la vida de Billy, que está dado por las condiciones contextuales económico sociales. El movimiento universal - singular irrumpe dando lugar a lo simbólico característico de la especie humana. El universo de Billy se destotaliza, o particulariza, pierde consistencia para él, no le alcanza para la producción de su deseo.

Sabemos que el yo no es propietario del deseo, pero sí es responsable de su puesta en acto, es la capacidad de poner en cuestión nuestra propia existencia.

Con mucho esfuerzo por parte del padre de Billy, y también del hermano, el deseo de Billy es reconocido como auténtico. Aquí intentaré dar cuenta cómo el padre de Billy realiza un viraje, un acto, y por qué no, un movimiento universal-singular. Su realidad se limita a responder al sindicato mediante la lucha, la resistencia, medida de fuerza compartida, código entre huelguistas. Esta situación particular será el soporte, o el soutien en palabras de Fariña, de un movimiento universal-singular, donde el padre decide romper con la huelga para financiar el viaje a Londres de Billy. Adviene un sujeto, una nueva legalidad en pos de un quiebre de la anterior relación padre-hijo. Ya no son los deberes de “macho” lo que el padre deberá transmitir a Billy, sino la libertad y el apoyo en la interminable búsqueda del deseo. Empeño de joyas y ser un “rompehuelgas” son los esfuerzos de un padre por haber escuchado a su hijo, por haber captado la esencia del mismo.

Ya en la ansiada audición se produce un choque de dos mundos, los modales de Billy no son los adecuados a la dura disciplina que exigen los jueces del Royal Ballet, Billy deberá aprender a hacer honor a su pasión incorporando códigos de un mundo nuevo.

¿Qué siente Billy cuando baila?  Casi como si la palabra plena rompiera el muro del lenguaje, surge el verdadero Billy, éste dirá que cuando baila se siente libre, al principio algo duro, pero luego algo muy intenso lo impulsa a volar, como un pájaro. La fórmula freudiana “Wo es war, soll Ich werden” se ve en esta conmovedora escena como también en la última, donde Billy, ya adulto, entra al escenario volando, tratándose del advenimiento del sujeto.

Analizando el concepto de responsabilidad ubicado en el mismo acto ético, vemos que aquel circuito con sus respectivos tiempos están claros en el film, tanto en el personaje de Billy como en el padre. El primer tiempo lo ubicaríamos en Billy en las clases de boxeo, “contrato” superyoico que Billy deberá respetar, acción que, supuestamente, culmina allí. El segundo tiempo estaría dado por el nacimiento de la vocación de Billy, por aquella pasión  que irrumpe en él. Billy recibe indicios de que no es el boxeo lo que está destinado para él, algo en aquel “contrato” implícito no seguirá su curso. Retrospectivamente a partir de este momento se resignifica la demanda del padre de Billy, el tiempo 1. Ante esto el sujeto debe responder y Billy lo hará evidenciando, por medio de la responsabilidad, un superávit del sujeto, donde el mismo se apropia de su posición subjetiva. El curso del circuito incorpora un nuevo tiempo, tiempo 3, caracterizado por aquello que hace el sujeto con lo que le sucede; en este caso será la transformación subjetiva del sujeto. Billy responde, da respuesta a su acto, es responsable de su deseo”.

Será también el padre de Billy el que se responsabiliza (también en el sentido vulgar de la palabra).

Ubico el tiempo 1 del padre en la estricta educación que da a Billy haciendo prolongar su ser, vía guantes de box, en la figura de hijo menor. Pero esto toma “otro color” cuando en un tiempo 2 el padre descubre que su proyecto de hijo no podrá ser, una fuerte  vocación despierta en el niño y… ¿Qué hará este pobre minero con esto?

El tiempo 3 marca la oportunidad de diálogo entre padre e hijo, verdadera comunicación entre ambos, en donde el padre se hace responsable asumiendo un cambio en la vida de la familia. Dice Carlos Guiarte al respecto:

  “La responsabilidad involucra tomar en cuenta no sólo lo que es objeto de mi elección, sino el marco que inscribe mi ¹acto, pues todo sujeto es un ser en situación”.¹

Y es esta situación la que es soporte de este acto ético, situación que, por cierto está llena de limitaciones económicas que serán vencidas; signo de esto es el final feliz con que nos deleita Billy Elliot.

Y habiendo hecho el intento de explicar tanto para Billy como para su padre el acto de responsabilidad subjetiva, vale aclarar que ambos se toparon frente a la pregunta lacaniana ¿Che vuoi?, o sea, que soy Yo en el deseo del Otro. De esto nos dice Fariña:

“El de nuestro tiempo 3 es el sujeto de la renuncia. El que puede sustraerse al dormir en los signos de un guión ajeno. El que enfrenta su existencia. El que está dispuesto quebrar el último de los horizontes… y abrir con decisión la puerta de la incertidumbre.”¹

Sobre la base de este che vuoi? Se formula la hipótesis clínica propia del circuito de la responsabilidad; será la incertidumbre, el devenir el que dará lugar al sujeto, vía acto universal-singular, oponiéndose a los reduccionismos del efecto particularista que aniquilaría la subjetividad.

 

 

El mail de la autora es: aldana@radio10.com.ar

 

 

 

 



¹. Gularte Carlos, “addenda: La responsabilidad: Sastre y el Psicoanálisis, en “Ética. Un horizonte en quiebra” (J. Fariña) 1998. pag. 150 Editorial de la Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires.

¹ Fariña, Juan Michel, apartado “The Truman Show” Mar abierto (un horizonte en quiebra), en “Ética y Cine” (J. Fariña) Pag.125. 2000. Eudeba. Buenos Aires.


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