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                                                            Foto de difusión de Succession

Ficha técnica y artística

Título original: Succession

Año 2018-2023

Duración: 60 minutos/episodio

País: Estados Unidos

Dirección: Jesse Armstrong

Guión: Jesse Armstrong y otros

Música: Nicholas Brittel

Fotografía: Andrij Parekh

Reparto: Brian Cox, Jeremy Strong, Sarah Snook, Kieran Culkin

Emitida por: HBO MAX

Género: Drama de TV. 4 temporadas. 39 episodios.

                       “Ningún padre podrá ser nunca la garantía última de sus descendientes”

                                                                          Massimo Recalcati

  Succession ha logrado capturar la atención de miles de espectadores al unísono en una sintonía semana a semana, con ecos en redes sociales, sembrando fanatismo por una historia que se presenta en principio lejana, enraizada en una familia millonaria norteamericana, en el nodo capitalista mundial.

  Un holding empresarial gigantesco, atravesado de reglas tácitas y bordes que se flexibilizan según lo que los negocios y el dinero le demanden.

El rol del cuarto poder: el periodismo, los medios de comunicación que formatean opiniones y definen el norte en las brújulas gubernamentales.

  Ese imperio, construido desde la nada, por un inmigrante escocés. Un niño que escapa de la guerra y que atraviesa una infancia dura y plagada de desamor y vivencias traumáticas, conforma la figura del Padre, Logan Roy, el dueño, el CEO, el jefe. Quien concentra el poder, una encarnación superpoderosa, endiosada, activa, pero con una edad que lo aproxima a su retiro.

  Así da comienzo esta fascinante narrativa sobre la sucesión. La herencia. En una dinámica nada exenta de jugadas tenebrosas, más o menos sutiles, silenciosas, pero fundamentalmente dañinas, donde los roles se superponen y empastan: el padre y el dueño.

  Un padre que es dueño de todo, un todo que excluye, lastima y arroja a su descendencia hacia lo imposible: pertenecer a su matriz sin salir heridos. Pareciera que todos son sus herederos, pero ¿cuál es la herencia?

  Al respecto el psicoanalista italiano, Massimo Recalcati (1) dice:

“La herencia implica un movimiento singular entre identificación y desidentificación. (...) Lo recordaba Freud al final de su texto-testamento, el Esquema del Psicoanálisis, citando una célebre frase de Goethe: Lo que has heredado de los padres, reconquistalo si quieres poseerlo de verdad.”

  A lo largo de las temporadas y la construcción de la historia, los tres hijos del segundo matrimonio de Logan Roy son nombrados por él como posibles sucesores. Pareciera estar claro que Kendall es quien mayor compromiso emocional tiene con el rol. El relata que su padre, en su cumpleaños de 7 años le comunica que lo sucederá y allí queda grabado a fuego un destino ineludible pese a que Logan no cesa en sus intentos de sepultarlo en su intención, lo abruma, lo traiciona, lo denigra, lo expone al mundo en sus imposibilidades, subraya todos sus errores, no lo reconoce como un destinatario valioso de su imperio. Lo empuja al abismo de la autodestrucción.

  La vida personal de Kendall se fragmenta, sus adicciones lo someten y toca fondo ante un hecho irreversible: el homicidio. Otra oportunidad para que el padre superpoderoso genere un pacto impagable: lo salva y lo hunde por igual, goza de la vulnerabilidad extrema de su hijo para garantizarse su poderío.

  Roman y Shiv no están inmunes a los desplazamientos de Logan Padre y también son permanentemente convocados y desalojados por igual. Ocupan junto con Kendall el trípode de “los chicos”, donde son infantilizados permanentemente en un mandato mortífero: “no crecerán”.

En el caso de Shiv con el doble peso, por ser mujer ante el funcionamiento abusivo, patriarcal y machista de su padre.

  Tanto Kendall, como Roman y Shiv, parecen estar capturados por el deseo del padre, con imposibilidades para “reconquistar la propia herencia”, sino solo dar continuidad a lo existente y todo intento de diferenciarse se topa con la sanción, el castigo, la expulsión. No hay chance o si, la de Connor, el primogénito, hijo del primer matrimonio de Logan Roy.

  Connor no ingresa en la lógica de la potencia fálica de la herencia, que captura  a sus hermanos. Connor fabrica sus propias lógicas, amparado en no tener “nada que ver” con su padre, aunque genere cultivos orgánicos, matrimonios, obras de teatro y hasta una candidatura presidencial con la plataforma económica de los Roy. Connor se aventura, aunque todos asumen de antemano su fracaso, y aventurarse es el camino hacia la asunción singular del propio deseo, ese ejercicio simbólico y también traumático que asegura la paternidad cuando es posible salirse del pantano indiferenciado del goce.

  “La muerte de un padre es siempre un momento de pasaje crucial de nuestra vida” (Massimo Recalcati, 2011) y la muerte de Roy Padre, da rienda en la cuarta y última temporada de Succession, a un laberinto fraterno fascinante para los espectadores de la historia, y absolutamente desafiante para los personajes de esta ficción que interpela en los funcionamientos familiares donde el “lujo silencioso” (2) no está presente, ni la negociación por la venta del mosaico empresarial inabarcable.

  Una muerte que irrumpe como si no fuera posible. Una muerte que con-mueve y también habilita un acercamiento entre hermanos que vuelve a entrar en modo supervivencia aunque hay raptos de ternura y amorosidad entre ellos.

  Las cuestiones de género vuelven a pesar y la exclusión de Shiv en la asunción del directorio transicional retumba. Roman y Kendall quedan a cargo al grito de “Viva el Rey” mientras los restos de Logan aún no habían sido velados, ubicando a Shiv enfrentada, lastimada y también embarazada. Un embarazo que llega en el ocaso de su matrimonio con Tom, quien se encarga de notificar el fallecimiento del padre y se ubica en roles privilegiados donde Shiv fue trampolín para sus aspiraciones más mundanas y codiciosas.

  Se inicia un nuevo tiempo, un traspaso de la Ley del Padre a las Reglas de los Hermanos. Donde la simetría no será menos cruel que la sumisión en la cual venían nadando desde sus infancias.

  Pero capítulo tras capítulo el pasaje del vínculo fraterno a la alianza no sucede, solo se generan escenas donde un “como si” se asoma y rápidamente las reglas de la ambición pueden más.

La traición de Shiv para ser nombrada directora en la venta del multinegocio Waystar, junto con el desmoronamiento de Roman tras su discurso fallido en la ceremonia funeraria, dan cuenta de la imposibilidad para la “hermandad totémica” (3).

  En relación con “lo fraterno” las psicoanalistas vincularistas  Susana Kuras de Mauer, Sara Moscona, Silvia Resnizky, dicen:

“Freud se refiere a la ‘liga de hermanos’ como la primera forma de organización social, “con renuncia a lo pulsional, reconocimiento de obligaciones y derechos, mutua erección de ciertas instituciones que se declararon inviolables (sagradas).” Se trata del pasaje del vínculo fraterno a la alianza. Luego del asesinato del padre, se forma la “hermandad totémica, en la que todos gozaban de iguales derechos y estaban ligados a las prohibiciones totémicas...”

Así se originan para Freud, la moral y el derecho. Lacan puntualiza que el resultado del asesinato del padre es que quienes lo cometen se descubren hermanos. Podríamos decir que la identificación se halla en la base de la alianza fraterna. Tal como Freud la plantea, es la forma primera y más originaria del lazo afectivo con otra persona. “Tiene como consecuencia, entre otras, que se restrinja la agresión hacia la persona con la que uno se ha identificado, se la perdone y se la ayude.”

  En los hermanos Roy la agresión se presentifica y cobra su punto más álgido con la maniobra final que deja al descubierto la imposibilidad de construir ayuda, perdón y lazo afectivo entre ellos.

  Un desenlace que ilumina la pesada herencia de Kendall y su imposibilidad de moverse del deseo de su padre, la salida de Roman y la perpetuidad de Shiv, al lado de ahora Tom y ya no su padre. Una repetición que la ubica una vez más acompañando sin poder ser quien ocupe el lugar de poder, aunque tome decisiones.

  Un final que muestra el backstage de un carrousel vincular en el que se pertenece, se sobrevive, se hiere de muerte y donde los intentos por humanizar la vida, se topan con las marcas de la muerte del padre y el encuentro con la verdad radical: lo que los hermanos no son.

Bibliografía:

1-Recalcati Massimo, ¿Qué queda del padre? Paternidad en la época hipermoderna. Xoroi edicions, Milán, 2011.

2-“Lujo Silencioso” concepto que popularizó la serie, como metáfora de la ausencia del exhibicionismo de marcas y logos en la vestimenta de sus personajes. Revista Vogue:https://www.vogue.es/articulos/succession-disenadora-vestuario-entrevista

3-Freud, Sigmund (1913) Tótem y Tabú. En Obras Completas. Amorrortu editores. Tomo XIII. 1976.

4-Susana Kuras de Mauer, Sara Moscona, Silvia Resnizky, Lo Fraterno en la tramitación de lo traumático, Revista Psicoanálisis APDeBA, 2007.