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Las mujeres perfectas11/06/2007- Por Eliana Pasquali - Realizar Consulta

Joanna Eberhart, una exitosa presidente de una cadena de TV, es despedida después de que un ex integrante de uno de sus Reality Shows intentase matarla. Perturbada, accede al pedido de su marido, Bobbie, de mudarse a un pueblo tranquilo para poder recuperarse. Habiendo llegado a Stepford, nota que algo extraño sucede con las personas de allí. Todos viven en un imperturbable estado de felicidad. Todo parece una puesta en escena del ideal americano de familia y belleza. Es tan estereotipado que llama la atención de Joanna, quien decide investigar, y descubre que todas las mujeres de Stepford, fueron antes mujeres de negocios y profesionales. ¿Qué fue lo que provocó este cambio?
Ficha técnica y artística
Dirección: Frank Oz.
País: USA.
Año: 2004.
Duración: 93 min.
Género: Comedia.
Interpretación: Nicole Kidman (Joanna Eberhart), Matthew Broderick (Walter Kresby), Bette Midler (Bobbie Markowitz), Christopher Walken (Mike Wellington), Faith Hill (Sarah Sunderson), Glenn Close (Claire Wellington), Roger Bart (Roger Bannister), David Marshall Grant (Jerry Harmon), Jon Lovitz (Dave Markowitz), Lorri Bagley (Charmaine).
Guión: Paul Rudnick; basado en la novela de Ira Levin.
Producción: Scott Rudin, Donald De Line, Gabriel Grunfeld y Edgar J. Scherick.
Música: David Arnold.
Fotografía: Rob Hahn.
Montaje: Jay Rabinowitz.
Diseño de producción: Jackson De Govia.
Dirección artística: Peter Rogness.
Vestuario: Ann Roth.
Estreno en USA: 11 Junio 2004.
Joanna Eberhart, una exitosa presidente de una cadena de TV, es despedida después de que un ex integrante de uno de sus Reality Shows intentase matarla. Perturbada, accede al pedido de su marido, Bobbie, de mudarse a un pueblo tranquilo para poder recuperarse. Habiendo llegado a Stepford, nota que algo extraño sucede con las personas de allí. Todos viven en un imperturbable estado de felicidad. Todo parece una puesta en escena del ideal americano de familia y belleza. Es tan estereotipado que llama la atención de Joanna, quien decide investigar, y descubre que todas las mujeres de Stepford, fueron antes mujeres de negocios y profesionales. ¿Qué fue lo que provocó este cambio? Su sistema nervioso fue modificado mediante el implante de chips, cuyo control lo tenían... sus esposos. Ellas eran robots a su servicio. Bobbie quería lo mismo para ella.
Presentaré ahora un análisis de la escena según el circuito de la responsabilidad, en la que la figura de Joanna interpela, exige una respuesta de su marido, lo que lo lleva a resignificar los motivos de lo que estaba por hacer. El recorte abarca unos pocos segundos de película, pero alcanza para que Bobbie se enfrente con un quiebre en el universo del discurso en que se encontraba. Previo a la conversión de Joanna, en un intento por convencerlo preguntó si las esposas de Stepford podían decir "te amo", Bobbie no lo sabía, miró consultando al líder de la organización, quien dijo que sí, podían hacerlo en cincuenta y ocho idiomas. Miró a su esposa triunfante, pero todavía le quedaba una pregunta a Joanna: “¿pero lo dicen en serio?” No hubo respuesta posible. Bobbie encontró una grieta de no todo en la lógica totalitaria que había adoptado. Hasta aquí la escena, que lleva al final del film.
Ubico el tiempo 1 del circuito de la responsabilidad con relación al dejarse llevar de Bobbie por la seducción del ideal de completud de Stepford. Sitúo en este punto, al eje de lo particular, a la moral de los bienes de esta comunidad, que mediante la identificación de sus miembros (los hombres, ya que no había "personas" que fuesen mujeres) compartían "ideales", merecedores de un estudio aparte. Este universo particular-particularista promovido por sus habitantes, este ideal totalitario es puesto frente a sus ojos desde la perspectiva de su mujer, provocando que la egosintonía devenga agenidad (tiempo 2).
Es importante destacar el carácter siniestro, en tanto que secretamente familiar, que tiene "el secreto" de los hombres de este pueblo. Ellos en el lugar de poseedores del saber velado, se mantenían insensibles ante sus efectos, volviéndose siniestros aunque, por supuesto, esto no era un problema. Habían generado teorías y doctrinas que validaban su poder fascista y sádico, y por lo mismo endeble e inválido. Y digo esto porque el poder del que estos hombres se jactaban, no era sino una ilusión, producto del sistema del que también ellos eran títeres, como se verá al final del film. No tenían poder sobre sus mujeres, sino sobre los objetos inanimados que habían hecho de ellas.
La pregunta sin respuesta de Joanna
Desde el psicoanálisis podemos ubicar diversas relaciones con respecto al saber, que pueden ponerse en relación con las diferentes estructuras psicopatológicas. Así, del lado de la neurosis colocamos la duda; del lado de la perversión está el saber que se demuestra; del lado de las psicosis, la certeza. Esta banal descripción es a los efectos de ubicar la pregunta sin respuesta de Joanna como un stop frente a la maquinaria totalitaria y alienante, perversa en sí misma. Este tope es dado por la imposibilidad de este sistema de responder a algo que sólo podía saber cada mujer desde su singularidad, respuesta perdida, dado que en este sistema eso no existe.
Esta aparición de la lógica del no todo, destotalizadora, pincha la burbuja narcisista del marido, poniéndolo ante el espejo, mostrándole lo que estaba por hacer desde un más allá del puro comportamiento.
Nadie tenía una respuesta para Joanna, simplemente porque nadie lo había pensado antes. Nadie había pensado cuál era el valor de verdad de todo ese montaje de felicidad imaginaria (en tanto que yoica - especular), de todo este gran acting perverso... pero de neuróticos. Y aclaro esto, porque en realidad la problemática que se plantea es prácticamente un clásico de la neurosis. El reclamo de Bobbie, en otros términos, sería el siguiente: "...tú siempre fuiste mejor que yo...", por lo tanto, por culpa de ella, él siempre quedaba "... sosteniendo tu bolso...".
Nos encontramos con elementos que en la dimensión de la clínica se dan en sujetos obsesivos. Dentro de la dialéctica hegeliana, del amo y el esclavo, ella sería una especie de ama, completa, sin fallas, y él un esclavo que no podía brillar en la vida porque estaba bajo su sombra. Así, si la reducía a una simple muñeca a su lado, vale decir, mataba en ella toda su singularidad amenazadora, sería, entonces, él amo. Sería el dueño del goce que le suponía a su mujer. Considero que este es el punto en que este sujeto está implicado en esta trama, de esto es de lo que debe hacerse cargo. Deseo de ser omnipotente, de dominar lo indominable, de evadir los hechos que se presentan en su vida, pretendiendo crearse una realidad al gusto de su fantasma. En fin, una especie de goce constante que resultaría algo muy cercano a la muerte, si consideramos muerto todo aquello a lo que no le pasa nada. Esta es una hipótesis clínica en torno al punto de responsabilidad, de lo que hace al ser de responsabilidad de Bobbie, de su punto de implicancia en esa elección.
Ubico, entonces, así el punto de aparición de la dimensión de la responsabilidad, ya que no es posible de ningún modo proponer esta situación desde el azar o la necesidad. Quizás la elección del pueblo haya sido casual, pero de ninguna manera ellos estaban ahí por puro azar, él sabía incluso desde su conciencia sus intenciones. Tampoco estaba obligado por los otros, entonces no es posible ubicar la generación de esta situación como necesaria.
Elección que se ve desmoronada frente a una interpelación que toca también puntos de su estructura. ¿Pueden estas mujeres amar?, ¿cuál sería el valor de todo lo que hacen por sus esposos si es producto de un chip en sus cerebros? Se pierde así la dimensión de misterio del amor. Se cae en la pura necesidad satisfecha, no hay más allá, no hay lugar para el desear.
Dije más arriba que él sabía, incluso desde su conciencia, lo que iba a suceder (de otro modo: era responsable incluso desde el punto de vista jurídico, premeditado y alevoso). Cabe aclarar que lleva a cabo esta acción creyendo que se agota en sus fines, realmente cree que ese es el fin de sus problemas. Es la pregunta de ella la que exige una respuesta que no está en ninguna parte, que interpela. Le deja el lugar de dudar. Pone en marcha su singularidad. "...Esta falla en el circuito no es otra cosa que el lugar mismo del deseo..."[1]. Este lugar para el deseo es lo que le permitirá ser responsable de algo que se puede llamar "su felicidad", no un títere de una máquina totalizante.
Y la respuesta no se hizo esperar. En ella se puso en juego la cualidad de eje universal-singular, y su lógica del no todo. Respondió de una forma novedosa, en soledad. Restableciendo la singularidad, en un acto que podría ser considerado ético en tanto que hizo desfallecer el particular previo, no eligió una existencia al lado de alguien de quien podía modificar el tamaño del busto. Esta criatura no sería más que una foto de la mujer con quien se casó, serían entonces él y una foto... casi un acto masturbatorio. Él eligió respetar la individualidad única de su esposa. No para sostener la situación anterior de amo y esclavo. Esta cayó en el momento en que se mencionó el amor. Si ella ama está en falta, y eso le permite a su esposo bajarla del lugar de amo. Él elige a una mujer imperfecta, pero elige a una mujer. A diferencia del resto, no quiso una mujer ideal, en un mundo ideal, porque ni en Stepford era posible.
"...Sólo el hecho de «saberse» culpable de la situación en juego permite la posibilidad de [...] responsabilidad [...] la respuesta queda supeditada a ese pasaje por la culpa..." [2].
Es posible que el marido se haga responsable y responda. Se trata de una deuda en la economía subjetiva por la que debe responder. Pero para esto debe saberse culpable. No se trata del sentimiento inconsciente de culpa, que es sólo una forma de respuesta. Bajo esta égida de la culpa para evitar la emergencia subjetiva, Bobbie podría haber seguido adelante con sus planes y ser un culposo. Pero ese sentimiento de culpa, fue diluido en el efecto sujeto generado por su acto.
Como último punto, ampliaré lo arriba mencionado con respecto al particularismo. Stepford era un particular-particularista, porque se correspondía con una moral particular, como todas las morales, pero que no toleraba más que un para todos igual.
Considero que este film, por ligero que parezca a simple vista, requiere un análisis que no se agota en estas páginas, ya que abarca un amplio número de cuestiones. Comienza con una interpelación, y la historia de Stepford termina con otra, ambas en las que quienes deben responder, no son capaces de resignificar, de pasar por la culpa, para luego hacerse cargo, emergiendo como sujetos. Podríamos decir, en un lenguaje casero, que el único que no es el mismo antes que después de su acto es Bobbie, que emergió del aplastamiento, para poder desear otra cosa, siempre otra cosa.
Referencias
[1] Domínguez, M.E. "Los carriles de la responsabilidad: el circuito de un análisis", en La transmisión de la ética: clínica y deontología. Letra Viva, Bs. As. , Pag 137.
[2] D' Amore O. " Responsabilidad subjetiva y culpa", en La transmisión de la ética: clínica y deontología. Letra Viva, pag, 150.
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