Indagaré brevemente sobre el basamento del concepto sobre el que Lacan edifica su teoría de la psicosis, a saber el rechazo de un significante primordial o bien la "forclusión del Nombre-del-Padre", la desestimación (Verwerfung) en Freud.

El problema de la desestimación es atinente al pensar judicativo, al juicio, tal como Freud lo desarrolla en su texto sobre la negación y tempranamente el Proyecto. Subraya que lo esencial al juicio es el tomar decisiones, coherentemente con lo que en otro lugar destaca respecto a la ciencia: que en ella lo fundamental no es la exactitud sino la decisión. Respecto a lo que denomina lenguaje de la pulsión oral expresa: esto lo trago, esto lo escupo, esto forma parte de mí, esto no forma parte de mí. Es un juicio en acto, un juicio práctico, según lo expresa Etcheverry.

Es curioso que Pierre Kaufmann, en sus Elementos para una Enciclopedia del Psicoanálisis, remita el origen de la noción a las primeras líneas de "La represión" cuando en realidad se encuentra en el último apartado de "Las neuropsicosis de defensa" donde conjuga el verbo verwirft, donde la representación es como si nunca hubiese formado parte del yo, como si nunca hubiera advenido a la conciencia. Efectivamente, "no quiere saber nada de ella siguiendo el sentido de la represión", como leemos en el hombre de los lobos, pero se diferencia de la represión. El no querer saber nada es marca registrada, Made in Germany del proceso represivo, pero en la represión el yo no se comporta con la representación como si nunca hubiese advenido a la conciencia. Es que el retorno de lo reprimido aparece, por ejemplo, en un síntoma, un lapsus o un sueño, mientras que lo desestimado retorna en la alucinación. La desestimación es un "no ha lugar" en sentido jurídico, lo cual hace engañosa la traducción por "Juicio de condenación" a la manera de Lopez Ballesteros. En el "no ha lugar", una demanda es rechazada antes de que se inicie todo procedimiento. Lo forcluido en la realidad, expresa Lacan, retorna desde el seno de lo real. En Freud, es posible pesquisar desde donde se produce el retorno pues considera que existe una proyección que genera una realidad exterior. El yo arroja de sí un mundo exterior, dirá en El Malestar, mientras que en sus papeles últimos encontramos que la realidad puede ser una proyección de la espacialidad del aparato psíquico. "Psique es extensa, nada sabe de ello" concluira Freud. Pero esto conecta con un tema arduo y múltiple, el de la realidad en Freud. Concluimos, no obstante, con que en los textos freudianos es posible indagar sobre el destino de los desestimado, tal aquella realidad exterior que devino por proyección.

La desestimación por el juicio a la que alude Kaufmann refiere a una desestimación tardía, pues Freud sitúa a la represión como a medio camino entre la fuga y dicha desestimación. Es la que en alguna oportunidad situó como una de las metas de la terapia analítica, el sustituir represiones por juicios de desestimación. Alude de este modo a un mecanismo consciente del aparato que opera sobre la meta pulsional y no sobre su empuje, como ocurre en la represión. Se trata de un juicio que inhibe el acto, aquél que en la interpretación de los sueños ubica respecto a un deseo, el cual emergido durante el día y luego desestimado, se tramitará durante el dormir. De cualquier modo, toda desestimación conservará su ligamen con el juicio y su decisión de integrar o no algo al yo. Ocurre que aquella que opera como juicio práctico sobre la representación fractura, desconstituye aquel sector del yo acorde con el examen de realidad, de lo cual deviene la imposibilidad de diferenciar percepción de representación y con ello la alucinación.