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La locura: ¿fenómeno o estructura?11/08/2022- Por Ana Lía Schreiber - Realizar Consulta

El discurso actual promueve el rechazo del amor, es decir, el rechazo del semejante, tal como lo plantea Lacan, cuando trabaja el matema del discurso capitalista. La locura está fundada en la función desconocimiento del yo, producida por una identificación al ideal sin mediación… El yo queda tomado por el ideal y su perfección. Esto tiene como consecuencia que se desconoce a sí mismo y, obviamente “se la cree”, es un ser infatuado que se mira en el ideal.
La “Stultifera Navis”. Grabado en madera de 1549*
“El problema de la verdad,
condiciona en su esencia,
el fenómeno de la locura”.
Jacques Lacan
Decidí trabajar el tema de la locura, ya que el discurso actual promueve la locura, ¡es loco!
Las razones por las que lo considero así son las siguientes:
1 – El discurso actual promueve el rechazo del amor, es decir, el rechazo del semejante, tal como lo plantea Lacan, cuando trabaja el matema del discurso capitalista.
2 – La cuestión del “sin límite”. Lacan plantea algo que llama “zona del acting out” se refiere a un sin limite que no posibilita detenerse e interrogarse, esto no es nuevo, pero el discurso de época lo promueve, nada es imposible… como la publicidad de Nike: … impossible is nothing. Es una carrera sin limite ninguno, sin nada que de lugar a un decir posible.
3 – El discurso actual rechaza el inconsciente, todo se aplana en el yo. Se literaliza.
¡Bienvenidos al mundo de las Fake News y el rechazo del semejante!
Acaso, ¿no es esto mismo la locura?
¡Si, la locura!
Me voy a referir sobre todo al texto “Acerca de la Causalidad Psíquica” del año 1946, es el congreso de Bonneval, donde Lacan sitúa la causalidad de la locura como psíquica, y la llama así: locura.
Tengamos en cuenta que es un artículo anterior a su conceptualización de la forclusión. La locura es un fenómeno, no una estructura y puede estar en cualquiera de las estructuras.
Por lo tanto, no coincide con la perversión, ya que esta es una estructura.
La locura está fundada en la función desconocimiento del yo, producida por una identificación al ideal sin mediación, es decir, sin castración, sin la operatividad del significante del Nombre del Padre. El yo queda tomado por el ideal y su perfección. Esto tiene como consecuencia que se desconoce a sí mismo y, obviamente “se la cree”, es un ser infatuado que se mira en el ideal.
Este creérsela en el sentido de creerse quien no se es, lo coloca muy lejos de sí mismo y de su propia subjetividad, pero Lacan agrega, que si un rey se cree rey también está loco.
“Napoleón no estaba loco porque no se creía Napoleón”.
Para conceptualizar la locura Lacan toma tres nociones de Hegel:
. Infatuación (creérsela)
. La ley del corazón
. El alma bella
Aquél que se la cree, puede querer imponer al desorden reinante la ley de su corazón, la verdad está en su corazón.
Esto es muy peligroso, ya que, si un gobernante supone que tiene la solución para salvar al mundo, pues entonces su corazón es la ley.
Cuando la ley del corazón no existe solo para el sujeto, sino que quiere hacerla extensiva al mundo, ahí es cuando esta loco y puede finalizar en una furia demencial, o en la destrucción del semejante.
Y por último el alma bella que todos recordamos ya que Lacan la sitúa en relación a Dora y el desconocimiento de su participación en lo mismo que critica. El loco se considera justo, recto y es el mundo el que no lo comprende y está equivocado.
Es el alma bella que conocemos en relación a la histeria.
Por otra parte, respecto de la melancolía, a veces la melancolía y la locura se intersectan.
El melancólico tiene una gran añoranza de amor, y tiene la certeza de que se lo merece y de que ha sido injustamente abandonado, esto podría ser el mandato de la ley del corazón; en tanto lo considera una gran injusticia en algunos casos se producen pasajes al acto, acting out, furia sin límite…
Es decir: Ataques de locura.
Se transforma en un “sin límite” y necesita de otro que ponga ese límite.
Volvamos al comienzo.
Cuando todo es posible… ya nada es posible.
Arte*: Sebastian Brand (Estrasburgo, 1458-1521) fue un humanista y escritor de obras satíricas. En 1494, crea un nuevo género literario, el género bufo, al publicar su obra maestra Das Narrenschiff (“La nave de los necios”), crítica de la debilidad y locura de sus contemporáneos. Cuenta el viaje de un barco hacia la tierra de los locos y las aventuras de sus pasajeros. Inspirados en su libro surgieron infinidad trabajos artísticos como el presente grabado.
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