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Una aproximación sobre la extimidad del goce y la relación hombre-mujer

23/08/2013- Por Ana Lía Yahdjian - Realizar Consulta

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Lacan plantea que ante la imposibilidad de simbolizar la relación sexual, hombre-mujer se relacionan más con el goce que con su partenaire. En ese sentido habría más bien una barrera en esa relación ya que no hay relación sexual. ¿Con qué goce se relacionan, de qué goce se trata? ¿Por qué Lacan privilegia la lógica matemática para explicar la imposibilidad y la contingencia en este binarismo sexual?, ¿Cómo alcanzan las demostraciones de los lógicos y de los filósofos del lenguaje para abordar la inconsistencia y el referente? Se analizarán las afirmaciones de Lacan en torno a que, significado y significación no son nada más que un pleonasmo y que en el Otro se sitúa un significante como exterior.

 

 

 

 

  Introducción

  Se realizará un recorrido de lectura sobre la temática de la Extimidad del goce y la relación hombre-mujer. Para ello se tratarán de puntualizar algunas teorizaciones que realiza Lacan en el Seminario 18 y que realiza Miller en el libro Extimidad.

  Lacan plantea que ante la imposibilidad de simbolizar la relación sexual, hombre-mujer se relacionan más con el goce que con su partenaire. En ese sentido habría más bien una barrera en esa relación ya que no hay relación sexual.

  ¿Con qué goce se relacionan, de qué goce se trata? ¿Por qué Lacan privilegia la lógica matemática para explicar la imposibilidad y la contingencia en este binarismo sexual?, ¿Cómo alcanzan las demostraciones de los lógicos y de los filósofos del lenguaje para abordar la inconsistencia y el referente? Se analizarán las afirmaciones de Lacan en torno a que, significado y significación no son nada más que un pleonasmo y que en el Otro se sitúa un significante como exterior.

 

  Desarrollo

  Lacan caracteriza a la relación entre el binarismo sexual como no inscribible, no fundable. Lo que hay es una relación sexuada y en ello está la concordancia con el campo del lenguaje. Por medio del inconsciente conseguimos cierto acuerdo que viene a convertirse en un fracaso siempre.

  Si pensamos con la lógica de los conjuntos, al conjunto A (Otro) como el que tiene todos los significantes, lo escribimos todos. La matematización de ello se escribe con una A invertida, ¥. Pero Miller, siguiendo la letra de Lacan, plantea que para hacer el todo del conjunto, se podría plantear un término excluido, un término exterior. Es una conjugación entre exterioridad e inherencia, a lo que nos referimos cuando hablamos de extimidad.

  Hay cada vez no todos los significantes. Sin ello se cae en la paradoja de hacer el todo de los significantes y dejar uno afuera. Es decir que lo que ha quedado por fuera es también considerado como parte del conjunto.

  La teoría de los conjuntos no es un paradigma entre otros, Lacan la califica con la estructura misma, es decir, el significante del Otro barrado.

  Para los lógicos, la exigencia del todo, gobierna el conjunto, pero para el uso en la orientación de Lacan es hallarse en estas teorías con colecciones que no forman un todo. Es el no todo que se presenta de inmediato en la teoría de los conjuntos y ello en lógica es una contradicción que conlleva una inconsistencia en su teorización, esta es la característica de la paradoja.

  Este no todo, introduce frente a la exigencia del todo que precede a todo conjunto para la lógica, un tropiezo con las colecciones que no forman el todo que la teoría de los conjuntos luce de inmediato. Nótese que a finales del 1800, Cantor da una definición de conjunto resaltando el todo de elementos definidos y distintos de nuestra intuición o pensamiento. Nos deja en el lugar de definir para un conjunto si un elemento u objeto pertenece o no concierne al mismo. Por otra parte en referencia a los objetos distintos, Cantor señala que todos los objetos del mismo conjunto son diferentes.

  Pero es con Frege (1848-1925), defensor del logicismo y la tesis que las matemáticas son reducibles a la lógica, en el sentido que las verdades de la matemática son deducibles de las verdades de la lógica. Su obra titulada ''Leyes básicas de la aritmética'' fue un intento de llevar a cabo el ideal logicista. En 1902, con las pruebas corregidas del segundo volumen ya en la imprenta, recibió una carta de Bertrand Russell en la que le señalaba acerca de una inconsistencia en su sistema lógico. Esta inconsistencia se conoció más adelante como la paradoja de Russell. Frege introdujo toda una modificación en uno de sus axiomas, de la que dejó constancia en un apéndice de la obra. Pero el golpe a la estructura de su obra prácticamente puso fin a su actividad académica permaneciendo mayormente en el anonimato. El mismo Bertrand Russell lo dio a conocer años más tarde, ya que habiendo llegado a los mismos resultados que Frege de manera independiente, estaba en la capacidad de entenderle y fue el primer pensador de importancia en apreciar el gran valor de su obra. A pesar que el descubrimiento de la paradoja de Russell desmanteló el proyecto logicista de Frege, éste continuó trabajando y llegó a publicar una serie de importantes artículos.

  La teoría elemental de conjuntos o teoría ingenua de conjuntos fue desarrollada en el siglo XIX principalmente por Cantor y Frege, entre otros, con el fin de sentar los fundamentos de las matemáticas sobre la lógica y las nociones de conjunto.

  La paradoja que inventa Russell, para explicar la inconsistencia del todo de Frege trata del barbero del pueblo (está la versión del barco en alta mar) que rasura a todos los que no se rasuran a sí mismos. Se trata entonces de saber si se rasura a sí mismo, qué ocurre.

  Según la expresión objetos definidos son los que en un conjunto dado y para cualquier objeto siempre se puede decidir si son objeto perteneciente o no al conjunto. Es una decisión que aplica un sí o un no. Según la expresión objetos distintos implica que todos los elementos del mismo conjunto son diferentes. Es decir, un elemento no figura en el conjunto varias veces.

  En la paradoja del barbero, vemos como Frege descuida el objeto definido cayendo bajo lo que obliga la paradoja de Russell. Esta negligencia de Frege y el surgimiento de esta paradoja de Russell inauguran un papel esencial en la definición de la estructura en el sentido lacaniano. Entendiendo estos efectos nos vemos transportados a mantener dentro de esta orientación que hay propiedades a las que no responden conjuntos como todo.

  A partir de la inconsistencia podemos construir una lógica del significante, que es lo que posibilita hacer operatoria la extimidad. Lacan enfatiza este paradigma porque trata del significante puro.

  En el Atolondradicho, Lacan menciona que la función que suple a la relación sexual es ser o tener el falo y que ello se obtiene como modo de argumentar una respuesta en torno a lo que no hay.

  Para Lacan la teoría de los conjuntos conlleva una importancia fundamental. Lo califica con la estructura misma del S(A). Es una manera de escribir la consistencia lógica del objeto a como éxtimo en el Otro, ya que en esa barra se inserta el objeto a, le es inherente. ¿Cómo en la operatoria analítica se verifica que lo más íntimo, lo más próximo, es a la vez, lo más exterior, lo más heterogéneo?

  Miller, en Extimidad (2010) señala que la estructura de la extimidad nos permite construir una exterioridad íntima. Sería un modo en que lo real se hace presente en lo simbólico. Es decir que abre una posibilidad de esclarecer espacialmente a modo de emplazamiento, cómo la Cosa, íntima, puede emplazarse en el campo del Otro y verificarse en la experiencia subjetiva como lo más ajeno del sujeto. Este Otro como no todo Otro, como inconsistente contiene la vacuola de goce que le es propia, como goce, al sujeto mismo.

  ¿Cómo se relacionan entonces hombre-mujer con el Φ? El hombre es función fálica en el sentido de todo hombre, siempre y cuando todo hombre exista ya que sólo puede serlo como significante. Del lado mujer sería lo contrario, es discordancial con el enunciado de toda mujer, La mujer puede serlo en tanto que una mujer porque no hay toda mujer.

  Como hechos de discurso se relacionan valiéndose como tales bajo la infatuación de cada quién y apostando a decir el semblante sobre el goce fálico, porque no hay discurso más que del semblante.

  En nuestra clínica es habitual que nos encontremos con estas referencias en la posición de ambos lugares, tanto hombre, como mujer, recurren también al entenderse sin palabras, como hace mención Lacan en el Seminario 18, cuando explica que tanto uno como otro están atrapados en lo discursivo, son hechos de discurso, son efectos de discurso. Si bien un discurso puede ser sin palabras, es mediante el lenguaje que se establecen relaciones estables en los que se inscribe algo más amplio que las enunciaciones efectivas.

  Al psicoanálisis le concierne un discurso particular acerca de las fórmulas hombre y mujer, se destaca en su escritura otra forma lógica que la clásica. Originando un principio de singularidad que se propague hacia una posición de pasante para lo universal, de pasante para todos, podemos expresar que desde el campo freudiano la Cosa, queda del lado de lo subjetivo, es el pathema de lo subjetivo, y el psicoanálisis, queda del lado de lo colectivo, del lado del mathema. Es el deseo de Lacan de matematizar lo real, de volverlo íntegramente transmisible, que con el campo lacaniano podemos decir que el discurso se origina a partir del goce y que se ubica en el esquema (esquema del libro Extimidad Pág. 151) en un lugar de extimidad, una vacuola de goce que gravita en la relación de las tres formas literales S(A), Φ y a.

  A partir del sentido paradojal de la teoría de Frege, podemos exponer que o se deja fuera un todo o es el todo mismo que no se puede formar. De allí podríamos construir con la enseñanza lacaniana de las fórmulas de la sexuación femenina y masculina que, del lado hombre, ilustramos el modo incompletud, hay uno que no y del lado mujer, la inconsistencia, no toda.

  Frege también fue conocido entre otros por ser un filósofo del lenguaje como Bertrand Russell, Whitehead y Wittgenstein, entre otros. Los filósofos del lenguaje no están muy preocupados con el significado individual de una palabra u oración. El diccionario más cercano o la enciclopedia puede resolver el problema sobre el significado de las palabras y cómo hablar correctamente un lenguaje al saber cuál es el significado de la mayoría de las oraciones.

  Lo que más interesa a los filósofos es la pregunta más básica: ¿qué es “significar”? En esta línea los filósofos se maravillan sobre las relaciones entre el significado y la verdad. Ellos están menos interesados en conocer qué oraciones son realmente verdad, y más en qué tipos de significados pueden ser falsos y cuales verdaderos. Algunos ejemplos sobre las preguntas sobre la verdad pueden ser: ¿Pueden oraciones sin significado ser verdaderas o falsas? ¿Qué ocurre con oraciones sobre cosas que no existen?

  En realidad para Lacan significado y significación constituyen un pleonasmo, no hay lenguaje más que el falo. Ello connota la imposibilidad de simbolizar la relación sexual entre los seres que habitan el lenguaje. Como la relación sexual falta en el campo de la verdad, porque el discurso que la instaura proviene del semblante, los goces que se abren camino entonces, parodian lo que le es ajeno, un goce éxtimo, un goce desconocido.  es el símbolo del lugar de la falta de significante, por lo que es símbolo del deseo del Otro. La falta de significante queda calificada como incompletud e incosistencia, frente a al no hay se califica una falta… ¿éxtima?

 

  Conclusiones

  “Es con la lógica con lo que este discurso toca lo real” sentencia Lacan en el Atolondradicho (Otros Escritos; 474), este discurso es el analítico, el único discurso que puede alcanzar lo real. Por otra parte es la ausencia de relación hombre-mujer que los exilia de poder relacionarse, están inscriptos en una relación que es fálica, es con el falo que ambos se conciernen y por otra parte podemos decir que mediante la forma de la incompletud y la inconsistencia pueden semblantear el goce sexual del cual son éxtimos en tanto no hay relación sexual y a pesar de ello el goce sexual gana siempre. (Seminario 18: 136)

 

 

  Bibliografía

Lacan, J: -El Seminario, Libro 16, De otro al otro, Paidós, Bs As. 2008. Cap. XIV, XX apartado 3, XXI pág. 303 y XXV pág. 361.

-El Seminario, Libro 18, De un discurso que no fuera del semblante, Paidós, Bs As, 2009, Cap II ap. 3, VIII apartado 3, IX y X apartado 1

            -Otros Escritos, El Atolondradicho, Paidós, Bs As, 2012

Miller, J-A: -Extimidad, Paidós, Bs As 2010. Cap IX y XXII

            -A merced de la contingencia en Revista Consecuencias, Nov 2008.

 


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