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Mujeres contemporáneas en análisis. Manifestaciones en análisis, del arte, la literatura y el trabajo en tiempos de aislamiento

16/09/2020- Por Graciela Reid - Realizar Consulta

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Algunas puntualizaciones psicoanalíticas con perspectiva de género sobre los malestares de las mujeres transitando trabajo y crianza durante la pandemia y aislamiento. La asimetría patriarcal como grito y la sublimación como fuga en el arte y la literatura.

 

                                                                                               Evgeni TCHERKASSKI/ PIXABEY*

 

  

“No puedo decirte qué hace el arte y cómo lo hace, pero sé que a menudo el arte ha juzgado a los jueces, vengado a los inocentes y enseñado al futuro los sufrimientos del pasado para que nunca se olviden (...) El arte, cuando obra de ese modo, se vuelve un espacio de encuentro de lo invisible, lo irreductible, lo imperecedero, el valor y el honor”.

 

                          John Berger, Cada vez que decimos adiós

 

 

  En nuestra práctica clínica nos encontramos abocadxs  a pensar y trabajar como psicoanalistxs sobre lo emergente. La aparición inesperada de algo nuevo, que irrumpe como el acontecimiento (Deleuze, 2002) de pandemia y aislamiento, se manifiesta en un adentro de un afuera que redefine el estado emocional, social, político y económico en lo singular  y en lo colectivo.

 

  El cuerpo es la máxima expresión de “desterritorialización” que afecta nuestro espacio social como también el cuerpo libidinal y subjetivo en lo privado. El acontecimiento de la pandemia trajo consigo una gran desilusión, como lo señala Freud en “De guerra y muerte” (1915), el impacto social y psíquico produjo “… una extensa restricción de sí mismo, una vasta renuncia a su satisfacción pulsional”. Renuncias necesarias para vivir en comunidad.

 

  Las creaciones sustitutivas son un recurso de elaboración de investiduras afectivas y el material de las fuerzas pulsionales. Las creaciones artísticas son  modos diversos de simbolizar la realidad, enlazan los tres tiempos a través de fantasías, sueños, formaciones de la vida anímica que reciben la marca temporal del pasado, y que pudieran encontrar en el presente el camino de la sublimación (Freud, 1908/1907) como enlace al futuro. 

 

  Para dar cuenta de algunos procesos  específicos en las subjetividades femeninas durante el ASPO[1], tomaré recortes clínicos en tres figuras: la narración literaria, el arte del barro y el collage, y el trabajo.  

 

 

Sublimación y  creación literaria

 

  Para mí como señala Freud, “seguirá siendo imprescindible el psicoanálisis practicado con arreglo al arte”. En este primer recorte voy a tomar el concepto de sublimación metapsicológicamente, concepto con derivaciones importantes en y para el psicoanálisis que se pueden rastrear en la obra de Freud y en otras disciplinas. Desde la escucha clínica compartir algunas observaciones de los procesos de la  realidad psíquica que, en términos de conflicto, se revelan no sólo en los síntomas sino en las formas de deseo.

 

  En “El creador literario y el fantaseo”, Freud señala  que la creación literaria extrae su fuerza de la pulsión sexual y la desplaza hacia un fin no sexual, (...) es un destino de pulsión en el cual se adquieren los logros culturales y éticos más elevados de ganancia de placer frente a la renuncia pulsional.

 

  Una realización literaria compartida en el espacio de análisis, reveló experiencias de la infancia, concediendo una prórroga a ese tiempo perdido que implica la presencia de un trazo de las fuerzas pulsionales, una huella del desplazamiento de los objetos primarios que habitan el lenguaje, nada más queer que el lenguaje en sus infinitas posibilidades de invención.

 

  La paciente escribe y en análisis “… navega por islas extrañas hacia un lugar atemporal, la niñez recuperada en un instante... la mirada violenta, voltea al otro lado... territorio devastado que la consume. En la isla recobra el cuerpo a la deriva... atraviesa el río con una erótica que rompe toda prohibición y la trasciende”.

 

Textualizar territorio-isla, infancia-adultez la transforma, ella es su propia lengua... nada la detiene, comparte fugas nocturnas habitadas por los silencios de la naturaleza salvaje... el tiempo gira enrarecido... echa su ancla para respirar ausencias.

 

  Nuestra escucha ‒siempre difícil‒ privilegia el trabajo con la palabra como emergente, pulsión y deseo, cuerpo y psiquismo dejan sus rastros. La transferencia misma infiltró en este contexto de aislamiento las fronteras de la presencia silenciosa de temores, angustias, dolor de estar frente a frente bajo la insistencia rítmica de lo ominoso, navegamos ‒analista y analizante en el mismo río, con destinos diferentes. La presencia de un retoño de huellas infantiles toma el escenario interpersonal e intrapsíquico en cada sesión.

 

  La analista escucha la presencia de placeres preliminares, las fantasías, los sueños, las acciones fallidas ‒persistencia de lo reprimido‒ a la espera del momento propicio para navegar las inclinaciones pulsionales más primitivas, mordiendo en lo real, ancladas en los blancos de la memoria dolorosa que en ocasiones llegan a buen puerto (sublimadas) y otras tantas naufragan...

 

 

El malestar en la cultura doméstica

 

  En este segundo recorte clínico vemos los destinos de pulsión fracasar en las manos de la artista, al poder sublimar en la actividad, logrando así el apaciguamiento de sufrimientos, de deseos e ilusiones en confinamiento. La realidad se manifiesta en formas contrapuestas, interioridad-exterioridad, no todo es transparencia.

 

  Tanto las obras artísticas como las literarias, tienen en común con la vida psíquica que mantienen una opacidad. También la analista adquiere la opacidad necesaria, abierta a múltiples alteridades en transferencia dispuesta a un devenir repetición-creación que abre ficciones y, ¿qué es el aparato psíquico sino poderosas ficciones? complejo y abierto a confluir en lenguajes y discursos que moran en la subjetividad.

 

  Frente a esta realidad de pandemia ¿Cómo están transitando las mujeres los embarazos, puerperios y crianza en aislamiento?

Las vivencias de malestar no sólo arman síntomas sino que aparecen perturbaciones psíquicas sin ligazón, no defensivas, el insomnio, la vigilia agitada, el dormir alterado entran en escena en clave enigmática.

 

  La angustia como hechicera crea lenguajes a descifrar... para una analizante “… la trasnoche se vuelve tiempo urgente y espacio privilegiado para sí misma…” “… cuando todxs duermen” ... cuando todos duermen, para ella se abre la noche en las manos asistidas por la  rueda de alfarera... crea piezas de barro, piezas únicas como el acto de parir, las manos dirigen la energía que el barro recibe gracias al giro de la rueda... se rompe el silencio preñado de deseo... deseos de recuperar los fragmentos que estallaron la completud primaria... lo íntimo se gesta y se repara en la multitud de otras, ancestrales, cercanas y forasteras... ella modela un vientre en el cual habitar la noche y la añoranza le susurra al oído... presencia del deseo de afirmación de lo incondicional, errático, subversivo... siempre el deseo como un aguijón clavado que mueve infinitamente la rueca que teje el tiempo.

 

  En las aventuras sublimatorias hacerse lugar en la “casa tomada” durante el aislamiento, despierta ritmos de repetición y creación, se producen movimientos elaborativos utilizando por ejemplo el collage como técnica de cortar, romper y pegar… acto que marca, narra, sitúa límites que simbólicamente separan al yo del otro, castración simbólica de la violencia implícita de la alteridad que deviene íntima resistencia.

 

  El collage busca destruir-construir-transformar los efectos del lenguaje en el cuerpo libidinal... hacer cuerpo... otro cuerpo, otro espacio, otras formas de habitar lo impropio en y durante el  puerperio y la crianza… volver a los ciclos menstruales que rompen el tiempo lineal.

 

  El espacio analítico aloja significaciones y vivencias del parir, apegar, amamantar, volver a crear infinitos modelos de maternidades para subvertir la lógica de transmisión madre-hija de los laberintos de las identificaciones, de los mandatos y deseos en juego. Bucear en las formas mixtas de lo heredado y lo construido por cada cuerpo gestante, reconciliarse cada una con la madre interna para armar genealogías libertarias.

 

  Esos laberintos de la experiencia de maternidad también demandan socialmente sumisión a la política de los cuidados, los grados de obediencia al ideal tallan en piedra mandatos pero también fugas, cuando las mujeres tallamos nuevos lenguajes en las resistencias que hacen sentir sus cantos en la revuelta del feminismo.

 

  Las mujeres hacemos un llamado a la persistencia de lo invisible, buscamos las salidas a las trampas y callejones patriarcales, logramos espacios intermedios como en el collage, en la rueda alfarera que vuelve a girar, gestar, parir, maternar, amar y transformar la división erótica desigualada de acceso a los placeres. Deuda que nos debemos en territorios de significación y prácticas del erotismo, internamente disonante y complejo.

 

  En la clínica escuchamos las  presencias de las sexualidades y eróticas femeninas que rompen la mordaza del deseo normativo... modifican el texto en el borde del amanecer... en el intervalo crepuscular de los ritmos dominantes.

 

  La pregunta es ¿por qué las mujeres hacemos “cuando todos duermen”? tiempo que se vuelve clandestino (que tiene costos y riesgos, el aborto que nos deben, la ley) que trastoca el sentido vital del dormir, del soñar... la paradoja es el uso del intervalo, una paradoja entre el sueño y la vigilia, un adentro-afuera, algo se manifiesta como vacilación, el deseo socava la quietud, lo inquietante no sólo toma formas sublimatorias, deja un resto...el de la desigualdad del uso del tiempo en la politicidad doméstica entre los géneros.

 

  En búsqueda del tiempo perdido historia infantil y la deuda que el sistema (patriarcal-capitalista) tiene sobre la apropiacion del tiempo, espacio y cuerpos de  las mujeres. Nosotras debemos desandar los senderos de la culpabilidad... narrar, escribir, modelar, tallar acciones para evitar el “sonambulismo libertario” que se asume como experiencia cotidiana de hacer y ser “entre” los intervalos constituidos como propios... fugas necesarias pero no suficientes por lo ajeno a la lógica de la paridad en el sistema heteropatriarcal.

 

 

Trabajo. Prácticas de la contingencia

 

  La emergencia sanitaria produjo cambios en las relaciones laborales, impuso modificaciones en el tiempo y espacio como “excepcional y obligatorio”. Para algunos sectores, aumentó significativamente la modalidad de teletrabajo. Este impacto aún no ha sido analizado en profundidad, (Liberpueblo, 2020).

 

  Las condiciones y tareas obligatorias ‒ejecutadas desde lo empresarial‒ son enunciadas como una oportunidad para las mujeres y una mejora en la vida ya que obtendrían una ganancia de “tiempo propio” para el orden familiar y doméstico. Deslizamiento del sistema liberal-capitalista-patriarcal que funciona como una trampa.

 

  La esencialización de estos enunciados son vividos por las mujeres como propuesta de “… utilización de  tiempos máximos de trabajo y mínimos de descanso”. Esto revela la contingencia y el carácter político de la organización sexo-genérica en lo laboral.

 

  Cabe preguntarse cómo se constituye la somatización del poder de la que habla Foucault, ¿cómo se corporizan hoy en los cuerpos femeninos las asimetrías de intercambios desiguales y violencias, en tiempos de inestabilidades y aislamiento? 

 

  Durante la pandemia se ha incrementado el malestar en muchas mujeres por el sostén de múltiples espacios en un mismo espacio, como efecto “mamushkas” de multitareas a cargo... esto requiere de alta disponibilidad en y para lo doméstico, que incluye lo público replegado al interior de lo privado borrando las fronteras; no es menor este aspecto ya que no permite el intercambio y la sociabilidad entre las dos esferas.

 

  Entonces, el  teletrabajo, las tareas escolares, de bienestar y sostén de lxs hijxs, el cuidado o asistencia a adultos mayores y la posibilidad de compartir o no esas responsabilidades producen estallidos. Los modos de regulación no alcanzan en muchos casos para metabolizar los excesos de demandas. 

 

  También las inestabilidades pre-existentes produjeron separaciones de pareja que sólo aceleraron un devenir inevitable. Se suma como sufrimiento a esta situación la disminución de la posibilidad de ser asistidas por las redes afectivas dado el aislamiento. Aumenta la carga de sentimientos de culpa por sentir que priorizan el propio bienestar con la separación de la pareja, que afecta a lxs hijxs inevitablemente.  

 

  La pérdida de proximidad con el afuera, con lxs otrxs, congestiona el adentro, el uso del tiempo, de los espacios de los dispositivos tecnológicos aun en los intentos más sofisticados que algunas mujeres emplean sigue siendo a pérdida... se impone la demanda en más que las sitúan en umbrales que resuenan en sentimientos de estar hartas, estalladas, no poder más. El drama está en las profundidades del sistema, hace síntomas, es la política y la  economía de la división sexual del trabajo en función del género en la superficie de lo cotidiano (Reid, 2019).

 

  Se repite como un mantra el “Ma” “Mami” “Mamá” convoca afectos intensos, ambivalentes, permean las pulsiones en actos sin inhibición, ejemplo: “… quiere jugar a la pelea todo el tiempo” “… no aguanto más”, al señalar con cierto humor “y… ¿a qué queres que juegue?” tal vez es sólo un intento de parte del niñx ‒mediante el juego‒ elaborar lo que pasa en el ambiente familiar, ambiente al que ella se refería como “campo minado” ¡todo es NO!... estamos Nonificados, neologismo empleado para significar el espacio-tiempo en disputa recargado que no encuentra una dinámica apaciguadora.

 

  ¿Cuál es la alternativa? insistir en el proyecto político, una política del EROS-FEMINISTA para desandar la división sexual no igualitaria en términos visotemporoespaciales de lo público-privado e identificar organizar y transformar lo que aparece como natural para aquellos que se benefician todavía.

 

  Para finalizar, tanto el uso del tiempo “cuando todos duermen” como la propuesta del teletrabajo reproducen las matrices simbólicas y materiales del sistema patriarcal en las subjetividades femeninas que organiza el tiempo, el espacio, las prácticas y deseos en clave desigualada.

 

  La perspectiva de género en la clínica psicoanalítica abre una escucha en lo singular y los efectos en las subjetividades de las tensiones del deseo y el poder en las relaciones sexo-genéricas. Implicaciones e interrogantes singulares acompañan la experiencia colectiva, en el mientras tanto... las mujeres amasamos el barro para la emancipación.



Nota: El texto formó parte del panel “Mujeres contemporáneas en análisis” del Foro de Psicoanálisis y Género, coordinado por la Dra. Irene Meler. Panel: Dra. Débora Tajer, Dra. Nora Levinton (España) Mg. Alejandra Lo Russo y Mg Graciela Reid. 27/08/20

 



Imagen*: https://www.elindependiente.com/politica/2020/08/15/nos-enfrentamos-a-una-crisis-matrioshka-y-las-emergencias-seran-la-nueva-normalidad/

 

 

Bibliografía

 

- Berger, John (1997). Cada vez que decimos adiós, Ediciones de la Flor

- Deleuze, Giles (2002).  Diferencia y Repetición, Buenos Aires, Amorrortu

- Freud, Sigmund (1915) “De guerra y muerte. Temas de actualidad”. vol. XIV. Obras Completas, Amorrortu

- Freud, Sigmund (1908/07) “El creador literario y el fantaseo”. Vol. IX. Obras Completas, Amorrortu

- Foucault, M. (1977). Historia de la sexualidad. Tomo 1: La voluntad de saber. Madrid, España: Siglo XXI Editores.

- Liberpueblo (2020). “Teletrabajo. Aportes desde la óptica de los/as trabajadores/as y sus organizaciones sindicales”. http://www.liberpueblo.net

- Reid, G. (2019). Maternidades en tiempos de des(e)obediencias. Buenos Aires. Argentina. Ed. Noveduc

                                     

                           



[1] ASPO es el  aislamiento social, preventivo y obligatorio como medida excepcional que el Gobierno Argentino adopta en un contexto crítico de pandemia.

 


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