» Introducción al Psicoanálisis

Celos e infidelidad en la vida amorosa

18/08/2010- Por Daniel Fernández - Realizar Consulta

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Hablar de celos es hablar de interés. Si celamos a alguien es porque ese alguien nos importa. Por ende, queremos que nos elija y no elija a otra persona. Es decir que celos e infidelidad son obviamente dos conceptos vinculados. Para hablar de celos, en principio debemos mencionar los casos en que una persona sabe a ciencia cierta que su pareja le es infiel porque ya lo ha sido en reiteradas veces y porque sólo dice arrepentirse una vez que es descubierta. En este caso, la persona que siente celos tal vez debería cuestionarse por qué insiste en continuar su relación con una alguien así, por qué sigue luchando por cambiar a quien sabe que no va a cambiar, por qué persiste en continuar invirtiendo en una pareja que le genera celos cuando estos celos la hacen vivir mal.

 

Hablar de celos es hablar de interés. Si celamos a alguien es porque ese alguien nos importa. Por ende, queremos que nos elija y no elija a otra persona. Es decir que celos e infidelidad son obviamente dos conceptos vinculados.

Para hablar de celos, en principio debemos mencionar los casos en que una persona sabe a ciencia cierta que su pareja le es infiel porque ya lo ha sido en reiteradas veces y porque sólo dice arrepentirse una vez que es descubierta. En este caso, la persona que siente celos tal vez debería cuestionarse por qué insiste en continuar su relación con una alguien así, por qué sigue luchando por cambiar a quien sabe que no va a cambiar, por qué persiste en continuar invirtiendo en una pareja que le genera celos cuando estos celos la hacen vivir mal.

Por otra parte, podemos hablar de dos tipos de celos: los que podríamos considerar normales y los que podríamos denominar patológicos. Hablamos de celos normales cuando el hecho de que nuestra pareja muestre cierto interés por otra nos genere un grado manejable de inquietud. Los patológicos serían aquellos celos injustificados, donde se persigue y se acosa a la pareja impidiéndole llevar una vida de tranquilidad. A veces este acoso no lleva más que a generar justamente lo que tanto se temió. Esto tiene que ver con lo que se conoce como “profecía autocumplida”. Vemos aquí que una persona cela y persigue tanto a su pareja que esta última, ya cansada de semejante acoso, empieza a perder interés en esa pareja y encuentra a otra con la cual vincularse mejor.

En casos graves, una persona no soporta la idea de no ser el único objeto de deseo de su pareja, impidiéndole que tenga amistades, compañeros y compañeras de trabajo, molestándose cuando su pareja se relaciona incluso con su familia de origen (padres, hermanos, etc.). La persona que cela aquí pretende construir un muro alrededor de la pareja para así lograr ser el único objeto de deseo de ese otro. Y cuando hablamos de celos patológicos estamos hablando de una persona (la que cela) con profundos sentimientos de inseguridad y con baja autoestima, por supuesto resultado de su vida pasada (infancia y/o experiencia similar con parejas anteriores).

Los casos extremos pueden ser los que observamos en el delirio celotípico, que a menudo se observa en la psicosis paranoica, en donde celos totalmente injustificados denotan la existencia de fantasías homosexuales no conscientes en la persona celosa, pero este es un concepto muy complejo como para extendernos en esto ahora.

En ocasiones observamos que las personas adrede procuran despertar celos en su pareja, con comentarios y actitudes, y esto se puede considerar normal si pensamos que la persona trata de generar celos solo porque duda de su pareja y quiere estar segura de que el otro se intranquilice para así confirmar que al otro realmente le importa (claro que aquí también hablamos de una base de inseguridad en la persona que quiere procurar los celos en el otro). Pero también ocurre que algunas personas, debido a su estructura, son excesivamente culpógenas. Esto se observa muchas veces en los trastornos obsesivos. En estos casos podría darse también que una persona (la obsesiva, la culpógena) le genere celos a su pareja (por supuesto que sin saberlo conscientemente) solo para recibir de esta un castigo y compensar así su culpa, culpa que no tiene nada que ver con infidelidades sino con cuestiones estructurales de ese cuadro obsesivo.

Partimos de la base que en una pareja hay pactos, pactos que son implícitos (no dichos) y estos pactos tienen que ver con el entorno sociocultural de la pareja. Es decir que si una pareja se constituye como tal, ya solo por el hecho de que esa pareja esté ubicada dentro de nuestro entorno sociocultural, con eso basta para deducir que uno de los pactos de esa pareja será el de fidelidad (salvo que ambos miembros de esa pareja decidan voluntaria y explícitamente lo contrario). Por ende, cuando aparece una infidelidad, lo que ha ocurrido fue una transgresión de ese pacto, y dicha infidelidad provoca un duro golpe al narcisismo de la persona que la padeció.

Para cerrar con este artículo, dado que en el vínculo con los pacientes los psicólogos aprendemos también muchas cosas, me gustaría mencionar la frase que escuché de la boca de uno de ellos: “La fidelidad es un regalo que se le entrega a la persona amada”.

 

 

Daniel A. Fernández

PSICÓLOGO - PSICOANALISTA

www.espaciodereflexion.com.ar

consulta@espaciodereflexion.com.ar

Conductor del programa radial “El Puente”, que se emite los martes a las 23 hrs.

por FM Flores (90.7 Mhz - FM).

Se escucha online en: http://www.radiofmflores.net

 


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