» Introducción al Psicoanálisis

La repetición (II)

14/03/2008- Por Rafael Casajús - Realizar Consulta

Imprimir Imprimir    Tamaño texto:

el trauma se presenta como algo dislocado, ajeno, extraño pero al mismo tiempo es algo que incumbe como lo más cercano, lo más propio. Y es que en realidad así es, ya que lo traumático es eso que nos constituye y es por eso mismo es que hay repetición, hay la vuelta incesante e insistente de eso, es lo que podemos llamar la necesidad de repetición. La necesidad de repetición es la necesidad de resolver eso, eso que por otro lado es irresoluble, pero que sea irresoluble no quiere decir que por medio de un análisis eso no se pueda reducir y se puede reducir porque lo que hace un análisis, como el juego, es subjetivar.

La vez pasada insistíamos en poder identificar qué es trauma para el psicoanálisis y cómo este al golpear, al irrumpir hace que un trabajo se desencadene.
El aparato psíquico trabaja ininterrumpidamente y en este sentido es importante poder tomar el juego del niño exactamente como eso, es decir como un trabajo, un trabajo que por mas divertido que sea para el niño, no deja de ser algo absolutamente serio. El juego es un trabajo por esto mismo que dice Freud, porque no es sin ton ni son, es la “elaboración” de algo y de algo que se conecta, justamente, con situaciones traumáticas e incluso también lo podemos decir al revés y decir que en muchos casos llega a ser muy importante que los adultos puedan tomar al trabajo como un juego, que puedan obtener de él una “prima de placer”.
Entonces bajo este sesgo de concebir el juego como algo serio, entiendo que sería un problema si asimiláramos directamente al niño con lo infantil. Me acuerdo de una oportunidad, fue el primer o segundo caso que recibí, una mujer viene y dice que consulta por la hija que sufría de alopecía ariata y que el médico le había indicado que tenía que buscar “un psicoanalista infantil” y me preguntaba insistentemente “¿es usted un psicoanalista infantil?”, con lo cual se ve claramente que en general los infantiles suelen ser los adultos y no los niños.

Volvamos al texto y a esta particularidad (“subversiva” podríamos decir con Lacan) de Freud que es este modo de hacer copular cosas tan distintas o aparentemente distintas las unas con las otras como pasar, renglón por medio, de las neurosis traumáticas de guerra al juego en el niño. Hay una soberanía ahí en cómo se maneja Freud, le tiene sin cuidado qué impresión puede causar al lector una cosa así. No quiero decir que esa soberanía tenga que ver con un desprecio sino con un dominio, con una soltura y una libertad que no le impide poner en correlación cosas aparentemente tan disímiles.
Volviendo al texto en sí creo que es en función de lo que venimos diciendo que algo de esto se puede despejar, a saber que eso serio que el niño intenta hacer con el juego es hacer entrar algo. Y esto es un hecho de lógica, de lógica analítica, que sería interesante que podamos capitalizar como una enseñanza que el niño nos transmite. Me refiero al punto crucial de que no hay salida posible respecto de las afecciones, traumas o como se lo quiera llamar si no es entrando en ellas. No hay salida si no es respecto de una entrada. A veces ocurre así, a veces nos llega gente que viene de tal forma que pareciera que quieren salir de algo sin realmente entrar en la cuestión.

A lo nuestro. Podemos por lo tanto sostener que el trauma se presenta como algo dislocado, ajeno, extraño pero al mismo tiempo es algo que incumbe como lo más cercano, lo más propio. Y es que en realidad así es, ya que lo traumático es eso que nos constituye y es por eso mismo es que hay repetición, hay la vuelta incesante e insistente de eso, es lo que podemos llamar la necesidad de repetición. La necesidad de repetición (1) es la necesidad de resolver eso, eso que por otro lado es irresoluble, pero que sea irresoluble no quiere decir que por medio de un análisis eso no se pueda reducir y se puede reducir porque lo que hace un análisis, como el juego, es subjetivar.

¿Qué quiere decir que el trauma nos constituye? Bueno esto se ve muy bien en lo que Freud descubre inicialmente, si por ejemplo el sujeto a sido objeto de una seducción se constituirá una histeria y esa seducción es lo traumático en sí.
Ahora bien, lo digo una vez más, esa elaboración, ese trabajo que desencadena esa irrupción, irrupción que no hay que tomarla como algo original, que ocurrió una vez y listo, sino que esa irrupción es constante, cotidiana, bueno,ese esfuerzo permanente del aparato psíquico de cómo hacer para vérselas con eso (con eso que paradójicamente es lo que continuamente se rechaza, ya que como decíamos la clase pasada lo traumático es aquello respecto de lo cual nada se quiere saber). Retomo, ése trabajo, ¿qué es?, ¿en qué consiste? Es simbolización y entiendo que por eso Freud nos presenta ahí el Fort-Da. Con lo cual hay que poder atender al hecho notable de que la simbolización es el resultado, es la salida que se encuentra o que el aparato anímico se da respecto de un impasse. Es aquí donde podemos hacer esta diferencia: una cosa es la repetición simbólica, es decir que se repita en el intento de simbolizar, como en el Fort-Da y otra muy distinta es esa necesidad de repetición destructiva que Freud una y otra vez nombra en el Más allá… como Compulsión de Repetición. No es que la repetición simbólica no esté asociada a la destrucción, la repetición por definición se asocia a la destrucción pero la cuestión es qué se destruye. Ustedes saben bien que Freud en “Las Pulsiones y sus vicisitudes” aparta como destino posible la orientación hacia la propia persona, con lo cual, freudianamente hablando, es significativo poder saber para dónde está orientada esa destrucción, es decir por ejemplo, si el sujeto se hace o no objeto pasible a ser destruido.
Ahora bien, ¿qué es la Compulsión de Repetición?, ¿porqué “compulsión”? Si ustedes observan hay en la traducción al castellano una fuerza que despliega una significación sugerente por esto de que contendría algo así como una “pulsión” un tanto redoblada o remarcada por este “com”. Además que traducida así permite captar bien en esencia lo que entiendo que Freud nos intenta transmitir como es el hecho de que la compulsión es algo inevitable que se impone a cualquier voluntad contraria que el sujeto pueda tener. Pero aún hay algo más, la compulsión no es otra cosa distinta de la repetición, es también una repetición, es una forma especial que puede tomar la repetición, pero entiendo que la compulsión trae una especie de plus y es que le permite al sujeto darse cuenta claramente de que está repitiendo. Tiene, digamos así, un componente sugestivo. De hecho le avisa. Es algo que no puede dejar de percibirse a diferencia de por ejemplo cuando alguien repite un modelo de algo (por ejemplo hacer lo mismo que el padre), sin que se de cuenta que lo hace. En la compulsión el efecto es tal, se vuelve tan ajeno que parece como si algo le hubiese brotado; el sujeto no puede dejar de percibirlo, de percibir que ahí pasa algo aunque no sepa bien qué es y que lo que le pasa de algún modo es un asunto suyo. ¿Se ve?, ¿se ve lo que se intenta transmitir aquí?. Algo del sujeto intenta tomar consistencia, presentarse, hacerse un lugar, ese es el punto.
Lo voy a decir de otro modo. Hay un decir de Hegel que me parece que tomó de Jacobi en el que sostiene que “cuando rechazo la verdad la abrazo”. En relación a lo que nos incumbe aquello que se rechaza retorna para intentar hacerse su lugar y cuanto con mas decisión e insistencia se rechace de la misma forma retornará y en su retorno armará una Tyché, un encuentro fallido, es decir, por ejemplo un síntoma. El síntoma será entonces  esa solución de compromiso entre lo que no puede ser y lo que necesita ser. Se entiende que “solución de compromiso” aquí no es un término que apunte a ninguna cosa moral sino a una resolución a la que llega el aparato anímico implicando a la vez varias cosas un tanto disímiles entre sí.
Entonces, el síntoma. Buenas noticias, hemos encontrado lo que estábamos buscando, un sujeto.

 

1.- Ref. Los textos de Freud en la formación de los analistas. Anabel Salafia. Seminario inédito dictado en la Efa.


 


© elSigma.com - Todos los derechos reservados


Recibí los newsletters de elSigma

Completá este formulario

Actividades Destacadas


Del mismo autor

» La matriz de la infancia
» Rechazo y conservación de goce
» El amor en los tiempos del discurso de la ciencia y del capitalismo.
» El amor en los tiempos del discurso del Psicoanálisis
» IV Pulsión de muerte. El psicoanálisis no es una biología
» III El Principio del placer. ( Comentarios sobre Más allá del principio del placer)
» Trauma y pulsión de muerte. Comentarios sobre Más Allá del principio del placer

Búsquedas relacionadas

» trauma
» repetición
» histeria
» subjetividad