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La Urgencia en psicoanálisis en la época del Otro que no existe

17/01/2007- Por Silvia Baudini - Realizar Consulta

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La aplicación del psicoanálisis más allá de la consulta privada, en los dispositivos de atención, ha contribuido a la variedad de la duración del tratamiento psicoanalítico. La variedad de los casos clínicos y de las edades a las que ha sido aplicado el psicoanálisis permite considerar que ahora, en el mejor de los casos, la duración de la cura se define "a medida". Una cura se prolonga hasta que el analizante esté lo suficientemente satisfecho de la experiencia que ha hecho como para dejar al analista. Lo que se persigue no es la aplicación de una norma sino al acuerdo del sujeto consigo mismo. Encontramos nuevamente este punto de la satisfacción. Lo interesante es que el que decide de esa satisfacción es el sujeto, él es el sujeto supuesto saber satisfacción, y la clave es que hay un punto de detención que no responde al punto de capitón que ordena el nombre del padre y que hoy se muestra completamente en retirada. En relación con el lugar, he escrito debajo el término libidinal. Es decir que el lugar donde esa urgencia se alojará, se producirá es un lugar donde se pondrá en juego la vertiente libidinal del inconciente, puesto que el inconciente no es solo el inconciente freudiano del Edipo, sino el inconciente lacaniano que debe su dinámica al objeto a y su lógica a la diversidad de los cuatro discursos que constituyen el lazo social.

Este trabajo intenta trasmitir lo que nuestra experiencia en “PAUSA” en el tratamiento de la urgencia nos ha permitido aprender. PAUSA(1) forma parte del proyecto asistencial de la EOL, que incluye también a la Red Asistencial que funciona desde 1997. Y a la vez tanto uno como otro forman parte de un programa más amplio formulado en 2002 en Bruselas por J.-A.Miller como el proyecto “PIPOL” Programa internacional de Psicoanálisis aplicado de la Orientación lacaniana. Ese programa hoy cuenta con centros como los “CPCT” (Centro Psicoanalítico de consulta y tratamiento), en Europa, diversos centros que se han creado en Latinoamérica y se extiende.
Es un programa que se ajusta a lo que conocemos como la época del Otro que no existe, y cuyas coordenadas nos viene dando J.-A.Miller desde hace más de 10 años.

Este trabajo se justifica en relación con el trabajo en “PAUSA” y un gusto por la urgencia. Un gusto que tiene que ver con la formación que comenzó como residente y que me sumergió de entrada en el manejo (difícil, traumático) de la urgencia en psiquiatría.
Como dice F. Leguil para poder atender la urgencia hay que estar de vuelta de la propia urgencia subjetiva., lo que ya incluye lo fundamental de la formación, es decir el propio análisis.

Tiempo y lugar

Estas dos variables son las que se ordenan en la urgencia.

  Tiempo                   Lugar
  
  Satisfacción
  Detenerse allí           libidinal

El Tiempo de la urgencia no es un tiempo de la cronología, es un tiempo que se construye y que incluye un punto de detención como lo dice Lacan “cuando alguien cree estar satisfecho se puede detener allí” y  Miller agrega que ubica ese dicho “en una perspectiva hedonista por el lado del régimen de goce donde no hay absoluto, donde hay un más y un menos. Uno no se cura pero  se mejora.” (2)
Y bien el tratamiento de la urgencia nos enseña todos los días esta falta de absoluto que tiene coordenadas muy precisas en relación al pasaje en la enseñanza de Lacan de la causa significante a la causa sexual como imposible.  De allí que este imposible hoy tome la forma de lo traumático. Puesto que todo lo que no está programado deviene trauma.

Es así que Eric Laurent en su artículo “El revés del trauma” nos dice que la sexualidad misma deviene traumática en tanto no hay programación del encuentro de un sexo con el otro.
Volviendo a la cuestión del tiempo quiero citar el sexto principio de los Principios directores del acto psicoanalítico que Eric Laurent presentó en Roma este año, durante el V Congreso de la “AMP”  
                                  
Sexto principio: La duración del tratamiento y el desarrollo de las sesiones no pueden ser estandarizadas. Las curas de Freud tuvieron duraciones muy variables. Hubo tratamientos de una sesión, como el psicoanálisis de Gustav Mahler. También hubo tratamientos de cuatro meses como el de Juanito o de un año como el del Hombre de las ratas, de varios años como el del Hombre de los lobos. Desde entonces la  distancia y la diversificación no han cesado de aumentar. Además, la aplicación del psicoanálisis más allá de la consulta privada, en los dispositivos de atención, ha contribuido a la variedad de la duración del tratamiento psicoanalítico. La variedad de los casos clínicos y de las edades  a las que ha sido aplicado el psicoanálisis permite considerar que ahora, en el mejor de los casos, la duración de la cura se define "a medida". Una cura se prolonga hasta que el analizante esté lo suficientemente satisfecho de la experiencia que ha hecho como para dejar al analista. Lo que se persigue no es  la aplicación de una norma sino al acuerdo del sujeto consigo mismo.
Encontramos nuevamente este punto de la satisfacción.
Lo interesante es que el que decide de esa satisfacción es el sujeto, él es el sujeto supuesto saber satisfacción, y la clave es que hay un punto de detención que no responde al punto de capitón que ordena el nombre del padre y que hoy se muestra completamente en retirada.
En relación con el lugar, he escrito debajo el término libidinal. Es decir que el lugar donde esa urgencia se alojará, se producirá es un lugar donde se pondrá en juego la vertiente libidinal del inconsciente, puesto que el inconsciente no es solo el inconsciente freudiano del Edipo, sino el inconsciente lacaniano que debe su dinámica al objeto a y su lógica a la diversidad de los  cuatro discursos que constituyen el lazo social.

La Urgencia generalizada

El concepto de urgencia generalizada es solidario de la época del Otro que no existe. Eso permite una extensión que ubica la urgencia no solo como un problema clínico individual sino como una respuesta a un discurso.
G. Belaga en su texto de presentación del libro La urgencia generalizada, la práctica en el hospital (3) nos dice que hay dos vertientes del trauma, uno como proceso, ligado al real sin ley, no programable y otro como acontecimiento, que se verifica en la figura de la contingencia. El modelo de la urgencia responde la mayoría de las veces a este trauma acontecimiento.
Pero no podemos olvidar que lo que subyace es el proceso que hace de ese acontecimiento hoy más que nunca trauma generalizado. Entonces tenemos que desplegar el desplazamiento de la enseñanza de Lacan de lo que podemos pasar de ubicar como la cadena significante, el par S1-S2 que se relaciona con un modo del Otro a partir del cual el sujeto obtiene una referencia, al S1 solo fuera de la cadena y fuera del Otro. A partir de aquí voy a poner en relación dos definiciones
1) La urgencia es la ruptura abrupta de la cadena significante
2) Vivimos en una época sin punto de capitón.

En el año 2004 en el IV Congreso de la AMP que tuvo lugar en Comandatuba, Miller sorprendió a la audiencia, escribiendo el discurso hipermoderno con los mismos términos que el discurso del analista

   Empuje a gozar              a            S/         
  desamparo
 Saber de exp                   S2         S1        uno
  contable de la evaluación
        Perspectivismo

Y entonces dice que si esta fantasía es verdad, hoy el discurso de la civilización ya no es el reverso del psicoanálisis sino el éxito del psicoanálisis.  Pero esto pone en tela de juicio el medio del psicoanálisis, la interpretación y su fin, incluso su comienzo.

 Volvemos al tema del tiempo y la conclusión. ¿Cuál es entonces la diferencia que plantea Miller entre el discurso analítico y el discurso hipermoderno? “En la civilización estos diferentes elementos están dispersos y solo en el psicoanálisis, en el psicoanálisis puro, estos elementos se ordenan en un discurso.” (4)
Es entonces aquí donde surge estas cuatro palabras, entre comas, en el psicoanálisis puro, que reordenan para nosotros el tema del psicoanálisis aplicado a la terapéutica es decir que el psicoanálisis se practica en las instituciones, se aplica, pero que la formación, la “garantía” de supervivencia de ese discurso que Freud inventó y Lacan formalizó, está en la formación que se hace en la Escuela, una Escuela que incluye el pase como el punto en el cual se puede decir que hay analista, uno por uno, aunque nunca podrá decirse qué es un analista.
La existencia de los centros y redes del programa PIPOL no podrían sostenerse sin las Escuelas como garantía de formación.
Eric Laurent planteó en su discurso de candidatura como Delegado General,, las tres consistencias. Escuela, Institutos y Centros. “Son ahora las tres consistencias en las cuales se definen los problemas que tienen que enfrentar la transmisión del psicoanálisis como tal.”

Este momento de la civilización, la civilización hipermoderna, hace que el sujeto llegue a nosotros en su desamparo, un desamparo que hace de él, en el mejor de los casos un asalariado angustiado. Viene suspendido en la cadena significante, con un efecto de perplejidad frente al hecho que hoy generalizadamente, también, se llama trauma.
Este mundo sin punto de capitón es lo que conocemos como la época del Otro que no existe, del Otro que ha estallado en pedazos.
Un sujeto en que el sentido queda suspendido, donde lo real irrumpe sin el ordenamiento que proveían en otra época las Identificaciones estables, al Otro, al Padre, a la ley.
Se trata como dice G. Belaga en su conferencia de apertura de las Jornadas de la EOL Sección Córdoba de este año, de una “época donde hay un desamparo organizado, donde lo traumático irrumpe angustiosamente cuando los sujetos comprueban la falla de una vida autoorganizada; en la que se creía estar en un mundo de espacios protegidos o inmunes.
Donde, lejos de los primeros seminarios de Lacan, es lo simbólico que se consagra a la imagen. Es más, se puede afirmar que el mismo (lo simbólico) está dominado o en continuidad con lo imaginario, situación, que cuando se desestabiliza produce como consecuencia ya no el malestar en la civilización, sino la civilización del trauma . Nuevo “ teatro de la crueldad”, que como dice Eric Laurent, implica aceptar el surgimiento de un movimiento violento de lo real.
Con lo que, ahora más que nunca nos toca ocuparnos de este movimiento violento de lo real. Este mundo le pide al analista que invente una nueva práctica con relación al trauma, para que pueda estar a la altura del tiempo que le ha tocado vivir.” (5)

Voy a citar aquí las palabras que J Dhéret envió para el blog de la AMP (6) “Los psicoanalistas saben recibir lo indecible. De este modo se pone de relieve que la disciplina del decir es en sí misma un tratamiento del goce incestuoso” que permite, según reinventar el pudor. Esa disciplina del decir se pone en cruz con lo que es hoy un abuso del cuerpo y del lenguaje.”
Ese abuso del lenguaje es lo que hoy vemos en la clínica bajo distintos aspectos. La obscenidad, la vacuidad, la desarticulación, el rechazo. Abuso que se inserta en los abusos del cuerpo, tan actuales que van desde las marcas reguladas como tatuajes y peircing a los cortes, anorexias, bulimia, adicciones, abusos sexuales.

    
Eric Laurent en “El revés del trauma” (7) dice  “que en caso de trauma, hay que lograr dar sentido a lo que no lo tiene. Es el tratamiento por el sentido. El psicoanálisis se inscribe entonces, con otras psicoterapias en una voluntad de no limitar el trauma a un fuera de sentido cuantitativo. Considera que, en el accidente más contingente, la restitución del sentido en el trauma, de la inscripción del trauma en la particularidad inconsciente del sujeto, es curativo.
El psicoanálisis se apoya ahí sobre el inconsciente como un dispositivo que produce sentido libidinal. Esto supone desconfiar de la inscripción del sujeto en grandes categorías anónimas y preservar su particularidad.
Pero también después del trauma hay que inventar a un Otro que ya no existe. Y eso no se hace por la vía del sentido sino de lo que el sentido no puede capturar.”

El S1y la poética


          Trat. De la   Urgencia
                                                   S1----------------------->legibilidad (poética)


Miller nos dice en el Curso “Un esfuerzo de poesía” (Clase del 26 de marzo de 2003) que hay dos usos posibles del significante, con fines de identificación, y ese es lo que se llama la política y con fines de goce y es aquí donde habla de la poesía. Para terminar diciendo que es la poesía o la política. Y agrega que el uso con fines de goce son fines de vida, pues sino el significante se torna con fines de muerte.

La gran neurosis contemporánea está determinada por la inexistencia del Otro que condena al sujeto a la caza del plus de gozar.
Cito esta frase del seminario El Otro que no existe y sus comités de ética (8) para poder avanzar en el papel actual de lo que llamamos S1.
Para Lacan el ideal del yo tiene una función esencialmente pacificante de las relaciones del sujeto con el Otro. Pero este significante del ideal I (A) tiende a desaparecer en la enseñanza de Lacan y encontramos una nueva versión en lo que llama significante amo: S1.  En esta versión lo que desaparece es la referencia al Otro, solo hay referencia al otro Ste: S2.  Este S1 indica cierto relativismo histórico, y Lacan lo nombra en ocasiones el enjambre (essaim). Para decir finalmente que S1 es todo significante en el nombre del cual yo hablo. Esta cuestión afecta también al N del P en su unicidad. Y es sabido que Lacan terminará pluralizando los nombres de padre. Es así que partimos de un ste I (A) que se extrae del Otro que existe y llegamos a la pluralización del S1 y de los N del P. El S1 es lo que queda del Ideal cuando desapareció todo el sistema significante del Otro.

La escritura de S/ como ste amo del discurso capitalista, del sujeto barrado mismo, muestra que no hay más ste amo que la propia vacuidad del sujeto, su culto de la autenticidad, del individualismo. Cito nuevamente a G. Belaga (9): “Entonces, habiendo arribado a este punto de la subjetivación contemporánea, es necesario pensar en una nueva definición del significante amo, que se  podría situar de la siguiente manera: el S1 es todo significante en nombre del cual yo hablo.
Definición de J.A.Miller, clara, precisa y orientadora para la clínica, y que por ejemplo, permite abordar con precisión la incertidumbre subjetiva del sujeto de la urgencia.
En tanto a los fines de disminuir su sufrimiento, su vacío de referencias, hay que orientarlo en sus dichos para que logre una “legibilidad” del S1 , para que produzca el S1 , que ordene sus palabras y su ex -sistencia.
Por otra parte, la sustitución de S1 también anuncia que el Nombre del Padre no es mas que un significante amo entre otros, y por eso Lacan lo pluraliza cuando habla de los “nombres del padre”, y que si parece el significante amo por excelencia, es porque lo que ocurre en general, es que en lo cotidiano sólo se puede hablar en nombre del padre.”

En este punto ¿cómo situar la urgencia del sujeto?
En primer lugar no es una urgencia que se encuentra de entrada, por eso la urgencia subjetiva no es lo urgente de la emergencia, la urgencia subjetiva necesita tiempo, lo que hay primero es desconcierto y no se trata de recurrir a la nostalgia del tiempo que pasó sino estar muy cerca de la forma que toman los modos de goce. Es decir cómo los modos de satisfacción se distribuyen en un momento dado de la civilización y a qué semblantes responden. Por ejemplo como plantea esto Eric Laurent (10): dice que “Hizo falta la decadencia del padre para que el parricida ya no interese y fuese el niño maltratado quien pase a primer plano. Hizo falta la sociedad de consumo para que las epidemias de anorexia-bulimia ocurran a escala masiva y que de manera global, se desencadenen todo tipo de adicciones. Hizo falta una crisis en la cuestión de lo real para que la depresión como fatiga de si tenga este imperio” y agrega en la editorial de Ornicar digital luego del atentado del 11 de marzo en Madrid que “vivimos en un stress pretraumático permanente, que precede el PTSD. ¿El DSM lo inscribirá bajo la rúbrica de la angustia social? Ya Israel vive en este stress, y los viajeros aéreos a  USA también. (Cómo) hacer frente a las formas que se han vuelto ordinarias de la angustia”

Bien en ese estado de stress pretraumático, el trauma se ha vuelto “el” acontecimiento ordinario. A eso me refería cuando hablaba de desconcierto, pues lo ordinario de la angustia le vela el carácter de extraordinario que tanto Freud como Lacan destacaron, Este último diciendo que la angustia es el único afecto que no engaña.
En su texto “Discurso a los católicos”, J. Lacan habla de formas livianas de sugestión (me interesó esto por lo de liviano, por esta sociedad líquida en la que vivimos. Lo que W Benjamín nombra como el mundo de la alegoría, ya que las megalópolis engendran un espacio social marcado por un efecto de irrealidad, se trata de un mundo artificial, de una metáfora de vida. Pero por otra parte ese lugar artificial es el lugar de la agresión, de la violencia urbana, de la agresión sexual, del terrorismo.), que tienen efecto (tenemos que diferenciar cuales son los efectos que tiene el psicoanálisis) y que pueden encontrar interesantes aplicaciones en el campo del conformismo, incluso de la explotación social. (Tenemos acá dos cuestiones: uno, la explotación que se hace de esa sugestión liviana y el conformismo que produce en el sujeto, quiero decir como efecto sumamente terrible. En ocasión del descubrimiento de un próximo atentado con líquidos explosivos en Londres, entrevistaron en la CNN a un experto en stress (Sandor Marai en su hermoso libro La mujer justa dice “ya no hay cultura, solo hay expertos”) quien al preguntarle que le diría a los viajeros traumatizados por esta situación dijo:  “respire hondo y obedezca la norma”) Continua Lacan “El hombre se encuentra en una impotencia cada vez mayor para encontrar su propio deseo. Vive en una angustia, ordinaria podríamos decir,  que vuelve cada más estrecha lo que podríamos llamar su oportunidad de invención”). Me parece una frase realmente excelente, es a eso a lo que apuntamos, a que el sujeto pueda inventar su propia solución o en todo caso que nosotros podamos saber cual es la solución que inventó, para que él pueda hacer uso de esa invención.

Notas y bibliografía

(1) PAUSA Psicoanálisis aplicado a las urgencias subjetivas de la actualidad
(2) Miller, Jacques-Alain, “Hacia las próximas jornadas de la Escuela, Conclusiones de las lecciones del sinthome”, intervención del domingo 6 de noviembre, en la clausura de las  Jornadas de la Causa Freudiana 2005
(3) La Urgencia Generalizada, la práctica en el hospital, Belaga, G, (compilador), Ed Gramma, Buenos Aires, 2004
(4) Miller, J.-A., “Una fantasía”, Lacaniana Nro 3, Ed EOL, 2005, pág 11
(5) Belaga, G., : “Legibilidad, uso y creencia del significante amo”, Mediodicho Nro 31, EOL-Córdoba, 2006
(6) www. AMP-Blog
(7) Virtualia Nro 6 Revista Digital de la EOL
(8)Miller, J.-A., El Otro que no existe y sus comités de ética, Paidos, Buenos Aires, 2006, pag 19
(9) op cit (5)
(10) Laurent,E., “La sociedad del síntoma”, Lacaniana Nro 2, Ed.EOL, 2004, pág112

 


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