» Introducción al Psicoanálisis
Mi homenaje a los 50 años de la Escuela Freudiana de Buenos Aires08/05/2024- Por José Angel Zuberman - Realizar Consulta

¿Qué se entiende por enseñanza y transmisión del psicoanálisis? A partir de Freud y Lacan podemos plantear que se transmite desde el corazón de sus razones. La experiencia del psicoanálisis no es ajena al análisis del analista y también debatimos, más de una vez, los modos bajo los cuales el analista está implicado en su acto y en la dirección de la cura. La formación no es ajena a la práctica institucional, y siguiendo a Lacan a la práctica de Escuela. José Zuberman nos ofrece un testimonio de su recorrido en la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Próximos a cumplir 50 años desde la fundación, Zuberman pone a cielo abierto el enorme valor de su experiencia. En su testimonio confluye la ética del Psicoanálisis, su historización y su paso por las letras su trayectoria. Liliana Donzis
Lacan en Roma (1974). Fotografía de Fausto Giaccone*
Escuela e Institución no son términos equivalentes para quienes nos inscribimos en la enseñanza de Lacan. La EFBA, en estos 50 años ha hecho Escuela más allá de los avatares que cada miembro de la Institución atravesó.
La Escuela, en el sentido renacentista o griego se define por portar una marca, trabajarla y transmitirla. La EFBA fue puntal en cambiar la práctica del Psicoanálisis en nuestra ciudad y lo sigue siendo, lo que se irradia por varias latitudes. La Institución, con todas sus dificultades administrativas, económicas, sociales, vale en tanto sirve para sostener que el Psicoanálisis perdure y progrese.
Homenajeo todo lo que la EFBA produjo en estos 50 años haciendo Escuela psicoanalítica en el sentido de Lacan.
Partiendo de mi experiencia personal, diré que hice mi trabajo de entrada a la EFBA tomado por la transferencia con mi analista, cuyo nombre vi entre los fundadores y por circunstancias de mi inicial experiencia clínica como Residente de Psiquiatría. Nuestros supervisores transmitían la posición que todo lo proyectado podía ser reintroyectado, en claro alineamiento con el kleinismo porteño. El repetido fracaso de ese lineamiento en el tratamiento de psicóticos crónicos internados me inclinó hacia el tratamiento vía Comunidad Terapeútica, más acorde con la ideología juvenil que me habitaba.
Que aparezcan las publicaciones de la EFBA, permitió que resuene en mí el retorno a Freud que impulsaba Lacan, recuperar la tripartición freudiana –neurosis, psicosis, y perversión–, y encarar de otro modo mi clínica con esos delirantes internados y con todos los pacientes.
Me inscribí así en la Escuela, lo que me llevó a pedir mi entrada a la Institución, donde en el trabajo de entrada relaté esta experiencia. La continuidad de estos acontecimientos llevó a que mi existencia quede ensamblada a la Escuela.
De esta continuidad elijo resaltar momentos que me llevaron a sostener la ligazón moebiana entre intensión y extensión en Psicoanálisis.
Mi experiencia como pasante fue muy conmovedora. Poder leer mi análisis, lo allí producido, lo que generó en mi vida, y poder transmitirlo a los pasadores me lleva a ser un eterno agradecido del dispositivo inventado por Lacan. La Nominación de AE-Analista de la Escuela- me permitió escuchar otros testimonios de pase en la EFBA y en los Jurados y Carteles de Pase de Escuelas que sostienen el dispositivo, a los que fui invitado.
En esas experiencias verifiqué algo de lo interminable del análisis cuando la escucha en Jurados provoca la subversión de creencias y prejuicios diversos, de los que testimonié en los Informes que brindé en cada oportunidad, así como lo terminable del análisis en cada Nominación. Verifiqué también la diferencia entre nombrar y nominar, en tanto nominar hace falta en lo Real, que hace que el AE sostenga la pregunta en la extensión que según Lacan nunca debe cerrarse: ¿qué es un analista?
También elijo recordar la fundación de la Reunión Lacanoamericana de Psicoanálisis en 1986, cuando fui Presidente de la EFBA, que me sigue conmoviendo como en el inicio el entusiasmo y la producción de cada Reunión. Romper el círculo cerrado de cada institución, poder escuchar a otros que practicaran la clínica y la teoría psicoanalítica en nuestras latitudes, recreó la tarea cotidiana en cada uno de los asistentes que habló en nombre propio como invitaba la convocatoria.
El permanente trabajo en Carteles, que la Escuela propicia, fue importante para el intercambio con colegas, para transmitir ideas, compartir preguntas y recrear mi relación al Psicoanálisis. La tensión permanente entre Institución y Escuela es inherente al Psicoanálisis. Como dije antes, la Escuela no cabe toda en la institución, pero sin institución tampoco se hace Escuela.
¿Cómo me hubiese enterado del retorno a Freud de Lacan, que antes relaté sin las publicaciones de la EFBA? ¿Cómo me hubiese enterado de la existencia de la Proposición del 9 de Octubre de 1967 de Lacan, que tanto me tomó, sin el esfuerzo de quienes en la institución la tradujeron, publicaron y pusieron a funcionar. Tantas cansadoras asambleas valen la pena en tanto permiten que la experiencia de Pase y Nominaciones siga viva en nuestra EFBA, la institución lacaniana más antigua del mundo hoy.
En la EFBA se siguen debatiendo diariamente las tres prácticas que constituyen al analista: práctica clínica, práctica teórica y práctica institucional, anudadas a un psicoanálisis. El analista aislado no existe; siempre se han caído del Psicoanálisis quienes intentaron esa vía. Tantos analistas añoran como Freud la “splendid isolation” pero siguiendo al Maestro logran sostener la “comunidad de experiencia” que define Lacan, como inherente al progreso y continuidad del Psicoanálisis.
Soy un agradecido de lo que este recorrido que la EFBA permite y facilita me haya posibilitado pagar y seguir pagando la deuda que tengo con el Psicoanálisis, con lo que gestó mi análisis y que me permitiera vivir tanto mejor.
El trabajo en la Escuela me llevó a ser invitado a hablar en tantos espacios públicos de nuestra ciudad, del interior del país y del exterior. Trabajando en estos lugares he cosechado discípulos y amigos muy queridos, con quienes me es tan grato compartir momentos y experiencias, tramitar la existencia. En cada hospital o biblioteca en que hablé, en cada lugar del interior o del exterior en que hablé, sentí la marca del trabajo analítico que en mí causa la Escuela.
Por si estas consideraciones fuesen pocas, agradezco tantas otras como el haber estado en varios comités de redacción de Cuadernos Sigmund Freud, haber publicado allí y poder leer a autores que enriquecieron mi práctica. Escuché y dicté Seminarios que también me fueron nutriendo como analista.
También en la EFBA conocí y escuché a quienes había leído con tanto gusto: Jorge Luis Borges, Roberto Juarroz, Clorindo Testa, psicoanalistas que habitan en diferentes lugares del mundo, pintores que expusieron allí sus obras y diversas muestras de la cultura. Nombro a quienes recuerdo en este momento, a sabiendas de lo incompleta de la enumeración.
Mi gratitud también con quienes hemos compartido las tareas cotidianas de la Escuela, a la producción gestada y a los afectos que nos unen.
¡50 años produciendo Psicoanálisis!
¡50 años trabajando por el porvenir y el progreso del Psicoanálisis!
¡Rindo mi Homenaje y brindo porque esta apuesta continúe con el mismo fervor!
Arte*: a meses de la fundación de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, Lacan es retratado por el reconocido fotógrafo Fausto Giaccone (1943) el 1º de noviembre de 1974 durante la Conferencia de Roma en el Congreso de la École freudienne de Paris.
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