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Presentación del libro El párpado del oído de Alejandro Sacchetti11/08/2004- Por Liliana Donzis - Realizar Consulta

El libro que hoy presentamos es un intento de encontrar un sitio y un lugar a lo musical en la subjetividad .El autor avanza:”…Podemos pensar en una relación interior –exterior a la manera de una envoltura sonora que constituye una piel, la piel táctil, la piel de la membrana basilar, el tímpano, el cuerpo. Envoltura que como una banda de Moebius subvierte la noción de superficie, dando lugar a un recorrido donde lo interno y lo externo es pulsionado por la misma marca. Ella deja un resto en el cual el sujeto se causa, y que es condición para otros cortes o síncopas, que pueden devenir en acontecimientos u obras.”
El Parpado del Oído es el título de
este libro de Alejandro Sacchetti en el que nos transmite los efectos de una
experiencia y al mismo tiempo nos plantea el recorrido de una búsqueda en
el enlace entre la música y el psicoanálisis.
El autor denomina “cortejo” a la
aproximación de la música, pero es un cortejo que va más allá, porque aspira a
una cópula.
Desde mi perspectiva el
psicoanálisis nos advierte que el sujeto, el parlêtre, por la letra, está en la
trama de la lengua y la palabra a causa de la desarmonía radical producida en
la hiancia entre lenguaje y sexo. Es así que la palabra está siempre a
distancia de la cosa y de ésta solo acariciamos su trazo y su imagen. Lo real
del sexo y la muerte son hacedores del
discurso entre imagen y palabra. El cuerpo de cada quien no es sino la
envoltura del cuerpo.
Algunos de los textos que nos
presenta Alejandro Sacchetti destacan
que la música es una de esas envolturas en las que no solo se cortejan sino que
copulan lo sonoro y la lengua. Lo sonoro y el trazo.
A. Sacchetti lo propone más de una vez:¿Hay una dimensión
musical de la subjetividad? , Acepto su propuesta, lo sonoro hace a la
constitución subjetiva, la alimenta y le deja huellas indelebles.
Ahora bien, de que modo se enlazan
música y subjetividad? .
Si acariciamos la música y el
cortejo es esa suave compañía, será entre
lo sonoro y el silencio, este último surgido entre los intersticios del trazo, que podemos situar un
encuentro fugaz, inevitablemente fugaz
entre música y sujeto.
Andrea, una paciente del Servicio
de Adolescencia en el que participó el autor y que nos refiere en el capítulo
VI: “le cuesta no hacer de su voz un
grito. Le cuesta apropiarse de su voz. Su voz está tan proyectada que no le
permite ser soporte de la canción, de la melodía, del otro que escucha, de sus
palabras”…..Trabajar con estos márgenes polivalentes, entre sonidos-silencio
mediante-, también posibilita la
representación de un sujeto”.
Este breve fragmento de la clínica
me parece fundamental para subrayar que la propuesta de este libro no propone
una variante en la musicoterapia, sea lo que sea ésta, sino que el intento y la búsqueda es demostrar que lo
sonoro es parte constitutiva del sujeto y se aventura a fundamentarlo.
Me permito formular mi lectura, el
sujeto es soporte de la canción como también
de los efectos musicales y no al revés como lo plantean algunos métodos
musicoterapéuticos que proponen la canción como soporte del sujeto.
“Primeramente
deberíamos preguntarnos por el campo:
¿Porqué psicoacústica? Luego ¿Qué tiene que ver esto con el cuerpo y con el
sujeto para el psicoanálisis?”.
Donde se escribe, se inscribe un
sonido:¿”Cuál es el vientre sonoro en el
que logra el equilibrio adecuado para que sonido sea ? .
“La
subjetividad del sonido intenta atrapar lo escurridizo del timbre…La
psicoacústica se encarga de reflexionar sobre la inscripción de los sonidos en
el psiquismo. Si un sonido se inscribe lo hace en el cuerpo. Y un cuerpo puede
ser un papel, un cuero, una banda magnética….El
cuerpo es el cuerpo de una madre y el del niño que recibe sus marcas,
sus intenciones, sus escrituras, hay un deseo que la mueve….Podríamos decir que
la primer piel del niño, también es la piel de la madre, cuya voz también
construye la matriz acústica. La piel del niño se va conformando desde otro que
ejerce una presión, presión subjetiva,
deseante, que está sujeta a alguien que la ejerce con una intensidad, una
rapidez, un ritmo, un compás, un tempo, un ruido, que tiene sus
particularidades, su estilo.”
Con un estilo interrogativo en la
medida que va avanzando en su hipótesis los textos que se suceden me obligan pensar en el texto de Freud El Yo y El Ello , en el que plantea la
hipótesis de un originario mítico concerniente a los restos de lo oído. Lo visto y lo oído para
ser más precisos.
Me parece una novedad plantear en el campo del psicoanálisis la inscripción
del fenómeno sonoro. Ahora bien me pregunto si esta inscripción atañe a la letra
en su vertiente simbólica?. La letra enlazada a una sonoridad por medio de la
cual, no solo nos interesa el sentido de una palabra sino también su
ortografía, los rebus que acompañan las frases, los modos en los que el
inconsciente hace su obra sino también el sonido que copula con y por la letra
en su inscripción literal. A mi criterio esta interrogación puede eventualmente
surgir de los textos aquí presentados. Si asi fuera contamos con un valor no solo teórico y de debate sino
también con aportes para la clínica , particularmente en el trabajo con niños y
con pacientes graves .
Considero de importancia destacar :”Sin sonido no hay lengua” .”Es decir que
todo el sonido, tanto si parte del
infans (el que no habla) o del exterior , se presenta ante el oído como
una producción, testigo anticipado del placer o del sufrimiento .El placer de
oír en este sentido es la primera investidura libidinal del lenguaje”. “Podemos llamar lengua de bebé a esa
peculiar manera que tienen los padres de comunicarse con los niños en diversas
culturas. Se utilizan frases cortas y muy melódicas .Los latidos cardíacos
aumentan cuando se les habla así, aún cuando se trate de un lenguaje extranjero
. Esta forma de hablarles facilita el proceso de conexión de las palabras y las
cosas.”
El placer de oír es una primera
catectización del lenguaje cuya única condición es ser audible.
En el capítulo El acto creador mantiene acerca del factor sonoro en la
constitución del sujeto avanzando sobre lo visto y lo oído como asimismo sobre
la conjetura freudiana de las pulsiones .Sin limitar o estrechar nuestra
comprensión ya que el autor no toma el
camino fácil o ya establecido sino que trata de profundizar en los modos en los
que estos haces pulsionales hacen marca en el psiquismo , campos pulsionales
denominados por Lacan pulsión escópica y
pulsión invocante .
El libro que hoy presentamos es un
intento de encontrar un sitio y un lugar a lo musical en la subjetividad .El
autor avanza:”…Podemos pensar en una
relación interior –exterior a la manera de una envoltura sonora que constituye
una piel, la piel táctil, la piel de la membrana basilar, el tímpano, el
cuerpo. Envoltura que como una banda de Moebius subvierte la noción de
superficie, dando lugar a un recorrido donde lo interno y lo externo es
pulsionado por la misma marca. Ella deja un resto en el cual el sujeto se
causa, y que es condición para otros cortes o síncopas, que pueden devenir en
acontecimientos u obras.”
Recomiendo la lectura de este
volumen que nos ilumina un recorrido entre lo sonoro, el sujeto y la música.
Búsquedas que intentan sondear:”La música
que porta una verdad, en relación con lo real , como misterio del cuerpo que no
habla, canta”.
Julio 2004
LILIANA DONZIS
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