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“Club 13”: Asociación libre y gratuita

18/11/2019- Por Julián Scetti y Mauro Ontanilla -

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Se relata una experiencia clínico-política llevada adelante en un club de barrio de la ciudad de Rosario, en articulación con diversos actores sociales y el primer nivel de atención en salud. Se propone un recorrido y un análisis a través de cinco vectores: temporal, espacial, Políticas Públicas, Clínica Psicoanalítica y vector Club. Un Club en articulación con un centro de salud que intenta despatologizar proponiendo una categoría por fuera del circuito manicomial: la figura de socio. Los jóvenes ‒en todo sentido‒ autores se plantean preguntas tales como: “¿Qué pasa si hacemos unos covers, o al menos lo intentamos, de nuestros autores favoritos?”; “¿Qué pasa si pensamos la Bonneuil de Mannoni pero en vez de situarla en París lo hacemos en Rouillón y Seguí?”.

 

 

              

 

 

 

Introducción

 

  Se relata una experiencia clínico-política llevada adelante en un club de barrio de la ciudad de Rosario, en articulación con diversos actores sociales y el primer nivel de atención en salud. Se propone un recorrido y un análisis a través de cinco vectores: 1) Vector temporal, 2) Vector espacial, 3) Vector Políticas Públicas, 4) Vector Clínica Psicoanalítica y 5) Vector Club.

 

  Los jóvenes en todo sentido autores se plantean preguntas tales como: “¿Qué pasa si hacemos unos covers, o al menos lo intentamos, de nuestros autores favoritos?”; “¿Qué pasa si pensamos la Bonneuil de Mannoni pero en vez de situarla en París lo hacemos en Rouillón y Seguí?”.

 

  El Club 13 cuenta en su estructura con dos Acompañantes Terapéuticos en planta permanente y responde a la coordinación de Dispositivos Sustitutivos de la Dirección Provincial de Salud Mental de Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe.

 

 

1. Club 13 como síntoma. Vector temporal: Historia.

 

  Club 13 es el retorno, el efecto, la consecuencia, de un sinfín de experiencias anteriores que nos ubican en una dimensión histórica. Esto nos permite situar dos ejes. Uno de ellos es el eje de la desmanicomialización donde hallamos el “Experimento Oliveros” punto de partida para la apertura de los dispositivos sustitutivos a las lógicas manicomiales. El otro es el eje de la territorialización, donde localizamos la “Experiencia Santa Fe[i]”.

 

  Asimismo, es imposible pensar al Club sin el respaldo de los marcos legales que posibilitan y favorecen la apertura de espacios como este, a saber, la Ley Nacional de Salud Mental y Adicciones N° 26.657 y la Ley Provincial N° 10.772 de Santa Fe (promulgada en 1991 y reglamentada en el año 2007) y sus antecedentes más cercanos, la Declaración de Caracas (1990) y los Principios de Brasilia (2005).

 

  El Club se encuentra filiado a la propuesta política del Movimiento de Usuarixs y Trabajadores en defensa de la Ley Nacional de Salud Mental y Adicciones que surge en diciembre de 2015 frente a las embestidas de la gestión de Cambiemos en el gobierno nacional.

 

  Finalmente situamos en el Centro de Salud N°13 ubicado en el primer nivel de atención, dependiente del Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe una lógica de trabajo con base comunitaria, participativa e integral sostenida en los principios de la interdisciplina y la intersectorialidad.

 

  Ejemplo de ello es la llamada “Reunión de situaciones complejas” que funciona los días martes en donde se trabajan viñetas clínicas y participan en ella psicólogas/os, trabajadores sociales, enfermeras/os, pediatras, médicas/os, acompañantes terapéuticos, psiquiatras, actores sociales de la zona y otras instituciones cuando la situación lo amerita. Vale aclarar que esta lógica de trabajo es producto (y producción actual) de una disputa de sentidos, no sin obstáculos y sobresaltos.

 

 

2. Diagnóstico de situación. Vector espacial: Territorio.

 

  En enero de 2017, con 32°C, nos reunimos en el Colegio de Psicólogxs dos acompañantes terapéuticos, el equipo de Salud Mental del Centro de Salud n° 13 y referentes del Centro de Prácticas de la Carrera de Especialización, a elaborar un diagnóstico de situación acerca de la población que recibe el Centro de Salud. Para ello se tienen en cuenta tres procesos que conviven y se entrecruzan todo el tiempo en la lógica del primer nivel de atención, a saber:

 

I. Preocupación por atención de grupos poblacionales que no tienen acceso a procesos de atención. Dificultad en la accesibilidad;

II. Procesos de desmanicomialización;

III. Dificultades de lazo social en el territorio. ¿Cómo se hacen habitables territorios que solamente producen segregación cada vez más compactos?

 

  Es a partir del diagnóstico de situación que se desprende un mapeo, es decir, la confección de un listado de redes institucionales ancladas en el territorio que mantienen un vínculo con el Centro de Salud, ya sea en acto como en potencia. Se construyen cuatro categorías que permiten realizar un recorte poblacional desde la perspectiva de las dificultades que el Centro de Salud identifica a la hora de garantizar accesibilidad. Las mismas son:

 

·         Neurosis graves

·         Psicosis clásicas

·         Mujeres bravas

·         Los baleados


  El objetivo primero fue propiciar un espacio de encuentro entre quienes se ofrezcan y, en el mejor de los casos, puedan oficiar de “anclaje” para aquellos sufrimientos que quedan acallados en los espacios domésticos, motivo por el cual no pueden construir un afuera “amable”, o bien aquellos otros que no logran “armarse un espacio propio” y que circulan por el territorio en un afuera que no resulta una opción, sino que es vivido como una intemperie desafiliatoria.

 

  El Centro de Salud ha sido una primera respuesta para estas situaciones. No obstante, si se constituye en la única respuesta se corre el riesgo también de que además de alojar se termine por medicalizar y/o psicologizar el sufrimiento. De este modo no se propicia un modelo de atención con base comunitaria. Así, el Club 13 apunta al armado de un espacio que aloje y que entreteniendo-entretejiendo con otros permita un encuentro para generar otras relaciones, sirviendo de base para “andar en el territorio” acompañados.

 

 

3. Vector Política Pública

 

  Construir un dispositivo sustitutivo a las lógicas manicomiales implica poder pensar al propio espacio en su atravesamiento por distintas dimensiones políticas y distintos niveles del Estado operando en simultáneo. En este sentido, vamos a intentar desarmar algunas ideas, para poder ganar claridad y de este modo construir una imagen que nos permita visibilizar “donde estamos parados” como Club 13.

 

  En primer término, no se puede pensar el Club 13 sin pensar los dispositivos sustitutivos, ni tampoco sin una clínica de la subjetividad en atención primaria en salud. Cuestión que no puede pensarse sin una tensión con el manicomio, que a su vez tampoco se puede pensar sin un sistema de salud y una línea ministerial que lo sostenga y en simultáneo articule con otros sectores y ministerios, poniendo de manifiesto y en acto un Proyecto Político más amplio que lo garantiza. Pero iremos por partes.

 

  Situamos la emergencia de un modelo político-económico que bajo el nombre de la “Generación del 80” inauguró un modo de concebir la locura sostenido en las ideas del positivismo con una perspectiva biologicista dando lugar al surgimiento de un sistema institucional consolidado en lógicas de encierro.

 

  La atención primaria en salud con base comunitaria participativa e integral constituye una verdadera estrategia para construir en oposición a las lógicas de encierro. Es a partir de aquí que recuperamos una serie de experiencias que se inscriben en el complejo campo de la salud mental[ii].

 

  La articulación del campo de la salud mental con el campo de los Derechos Humanos encuentra un punto paradigmático de confluencia en el camino inaugurado por las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo que con sus disputas, rondas, congresos multitudinarios organizados por la Universidad Popular Madres de Plaza desde el año 2002, constituyeron una caja de resonancias para la producción de insumos y posterior consumación de la Ley Nacional de Salud Mental y Adicciones (2010).

 

  En este marco entendemos que el sufrimiento subjetivo no es una enfermedad sino un padecimiento que no encuentra solución en las políticas del encierro sino más bien en el tratamiento comunitario de las diversas poblaciones: políticas que no vulneren derechos. Una problemática en salud mental adquiere otros sentidos, abriendo a otros modos de intervención y de respuestas cuando esa problemática es construida de modo interdisciplinario, intersectorial y con base comunitaria.

 

  En otras palabras, en eso estamos inmersos construyendo bajo la figura de un Club que intenta despatologizar proponiendo una categoría  por fuera del circuito manicomial: la figura de socio.

 

 

4. ¿Vamos a hacer unos covers? Vector clínico: Psicoanálisis.

 

  Cual jóvenes que escuchan a sus artistas favoritos y luego se juntan en una sala de ensayo en búsqueda de imitarlos en melodías, acordes y estética, nosotros nos propusimos hacer algo similar. Nos preguntamos “¿Qué pasa si hacemos unos covers, o al menos lo intentamos, de nuestros autores favoritos?”.

 

  El Club 13 como sala de ensayo para practicar acordes de experiencias de desmanicomialización, ritmos psicoanalíticos, coros comunitarios y melodías de autores de bandas locales, nacionales e internacionales.

 

  Discazos como “Bonneuil-sur-Marne” de Maud Mannoni; “El malestar en la cultura” de Freud; “Transferencia en la psicosis” de Lacan y grandes artistas locales como Iris Valles y Silvia Grande, que vendrían a ser como Charly García y el Flaco Spinetta; Lisandro Sagué, Alicia Stolkiner, Marcelo Percia, Emiliando Galende; Fernando Ulloa; Gastón Wagner de Sousa Campos; Roberto Gutman, la Dra. María Graciela Iglesias y la lista que es interminable.

 

  Este estilo lo recuperamos de la Cátedra Libre Oscar Masotta, nuestro espacio de militancia política, que es la responsable de este espíritu de emular a otros artistas/autores y en ese proceso construir un estilo bien propio y ponerlo en práctica en el Club 13. Nuestro repertorio es muy extenso, así que presentaremos algunas de nuestras canciones. Una de ellas nace con la pregunta “¿Qué pasa si pensamos la Bonneuil de Mannoni pero en vez de situarla en París lo hacemos en Rouillón y Segui?”

 

 

5. De París al Oeste sin escalas: Club 13 estallado.

 

  Marcelo Percia en el capítulo “Locuras desatadas de sus manicomios” de su libro Deliberar las psicosis dice: “No propongo seguir a Maud Mannoni. Ni anunciar que existe un territorio clínico institucional allanado. Sólo trato de decir que podemos contar con otros. Que contar (con otros) supone, también, el deseo de narrar algo para acogerse uno mismo(2004, p. 167). Tomaremos esa dirección entonces.

 

  Ivan Illich nos dice “Las instituciones crean certidumbres y cuando se las acepta, el corazón se tranquiliza y la imaginación queda encadenada” (1973, p. 18). La estructura de toda institución tiene como función la conservación de lo adquirido con fines de reproducción de la herencia recibida. De este modo la institución erige estructuras para defenderse contra los efectos de toda palabra llamada libre. Lo libre es lo patógeno, aquello que no entra en ningún proceso de transformación y está destinado a ser eliminado.

 

  Bonneuil es una institución que se rehúsa a ser una institución. Un espacio que se impide (a sí mismo) consolidarse como curso establecido de una cura, de una educación, de una reinserción social. Institución estallada, reventada que tiende a utilizar la irrupción de lo insólito (insólito que se acostumbra a reprimir).

 

  Mannoni afirma: “Las psicosis no tienen tanta necesidad de ser “curadas” (en el sentido de una detención) como de ser recibidas. Lo que el paciente busca es un testigo y un soporte de esa palabra ajena que se le impone” (2004, p. 170).

 

  Haciendo tributo a Bonneuil pensamos al Club 13 como espacio que aloja lo irruptivo del sufrimiento de sus socios a través de un encuentro con otros, en donde la oferta de lo lúdico o la cebada de mates posibilitan ponerle palabras (en el mejor de los casos) o bien actos a aquello que insiste y es rechazado en otras instituciones (familiar, escolar, hospitalaria, etc.). El Club 13 es un lugar con un fondo de permanencia que ofrece aberturas hacia el afuera del Centro de Salud.

 

  Dos tiempos del Club: club itinerante, un lugar de repliegue que se funda como referencia con la advertencia de no constituirse como la única, y apostando a constituir redes con otras instituciones; club móvil, que no hace ni más ni menos que recuperar la lógica de trabajo del Centro de Salud 13.

 

 

6. ¿Por qué un Club? Vector Club.

 

  Nos rehusamos a buscar la definición de Club en el diccionario de la Real Academia Española ¿Los motivos? Trabajamos con la palabra del sujeto, con todo aquello que no encaja en el “buen decir”. Ya en el nombre de nuestra institución está la huella freudiana: Club 13: “Asociación Libre y Gratuita”.

 

  Entonces ¿Por qué un Club? Apelamos así a la representación social de Club que operó en el momento en que tuvimos la idea de fundarlo. Un Club es un lugar de encuentro con otros. Espacio de recreo que se posiciona más cerca de la Cultura que la definición clásica de Salud como mera “ausencia de enfermedad”[iii].

 

  El Club es promotor de filiación simbólica que determina legalidades y nombra a sus actores como “socios” y no como pacientes, enfermos o usuarios. La planilla de socios y el carnet dan cuenta de ello. Entre el encierro y la errancia dos caras de la misma moneda irrumpe el Club como “anclaje” para el sufrimiento. En la dualidad imaginaria a la que convoca la locura, irrumpe el Club como legalidad simbólica. Entre mate y mate, nos comemos unas galletitas.

 

 

Bibliografía

 

-Percia, M. (2004). Deliberar las psicosis. Lugar Editorial. Buenos Aires, Argentina.

-Maud y Octave Mannoni (1973). El estallido de las instituciones. “Cuadernos Sigmund Freud Nº 2/3”.



[i] Junto al trabajo llevado adelante por Silvia Grande e Iris Valles, ambas docentes y responsables de la Carrera de Especialización en Psicología Clínica, Institucional y Comunitaria[i], en la Zona Oeste de la ciudad de Rosario que se inicia en el Centro de Salud N°9 “San Francisquito”, en el 14 “Avellaneda Oeste” y continúa en el Centro de Salud N°13 “Fonavi”.

 

[ii] La figura de Ramón Carrillo y la creación del Ministerio de Salud en el año 1949; la Experiencia en el Hospital Evita de Lanús con Mauricio Goldemberg (1956); la Experiencia Rosario con Pichón Reviere (1958); Alfredo Moffat y las peñas Carlos Gardel en el Hospital Borda (1971); los intentos de cierre del Hospital Dr. Agudo Ávila como pruebas pilotos en los 80´; la posterior  profundización del Experimento Oliveros con Fernando Ulloa en los 90´; la creación de la Dirección Provincial de Salud Mental (2004) y la formalización de los Dispositivos Sustitutivos articulados a una Sistema de Salud en la Provincia de Santa Fe en el marco de una red (2015).

 

[iii] Partimos de la definición de la Ley Nacional 26.657 cuya definición de Salud Mental rompe con la definición clásica de ausencia de enfermedad.

 


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