Psicoanálisis y Ciencias

“El positivismo delira, y eso es así porque se asienta en la omnipotencia: no hay separación entre el yo y el mundo exterior, lo que significa que el sujeto proyecta sobre el mundo exterior su yo de manera tal que no puede conocerlo: solo puede imponerle al mundo su propio deseo. De ahí que su propuesta “científica” no sea sino artificio, fotocopia, invento: es el agujero negro de la ciencia: carece de conciencia, es completamente ciego. La ciencia es el conocimiento de lo verdadero y lo que es verdadero no es relativo, es lo que hay y es absoluto y es uno, y hay que remitirse a la pruebas: lo que por el momento no podamos comprobar, queda en veremos, el propósito de todo lo cual, no conocemos ni conoceremos jamás”.

¿Qué pasa en una época, donde las mujeres que quedan liberadas del mandato de la procreación como destino empiezan a presentar un diagnóstico que les impide concebir? ¿Qué sucede con esos sujetos que dicen desear un hijo y a la hora de abordar su deseo aparece una imposibilidad en la concepción? ¿Qué dice el cuerpo sobre ese deseo? ¿Cómo incide el modelo médico hegemónico? ¿Qué dimensiones fantasmáticas es preciso despejar? ¿Qué lugar ofrece el psicoanálisis para incluir al sujeto con su historia, goce, singularidad, etc.?

El psicoanálisis es un discurso atravesado por tensiones varias, una de ellas entre los siguientes dos polos. De un lado, su inscripción en el movimiento contemporáneo de la ciencia hace que su escritura no pueda prescindir del rigor lógico que le asegura la matemática. De otro, debe operar con las funciones del habla en el lenguaje. La recomendación de Lacan de ejercitarse en una “matemática dialéctica” concierne a esta tensión. Una pregunta al respecto es: ¿puede esta tensión eliminarse sin eliminar al mismo psicoanálisis? ¿Puede éste dejar de lado los soportes que las matemáticas dan al pensamiento sin que el análisis se degrade en una praxeología de fundamentos no elucidables?

La autora transmite su visión crítica acerca de Porges y su Teoría Polivagal, señalando que este exponente actual se convierte en una más de las nuevas panaceas para los millones de traumados del planeta, aunque, perteneciendo como pertenece al paradigma conductual, su oferta no sirva ni de lejos para tratar las afecciones emocionales que supone el trauma complejo.

El trabajo analiza la noción de sujeto en psicoanálisis, considerando las diferencias teóricas entre Freud y Lacan desde la tesis de la muerte del hombre propuesta por Foucault. Se apunta a cuestionar si el psicoanálisis trabaja con enfoques antropológicos del siglo XIX o si se basa en modelos estructurales del siglo XX: ¿para el psicoanálisis de hoy –y el porvenir– el sujeto es el hombre o un efecto de la estructura del lenguaje?

Se ha impuesto una atracción hipnótica por las máquinas capaces de procesar con precisión y sin errores enormes cantidades de datos (big data), produciendo resultados útiles y de alta complejidad, imposibles de lograr por nuestra mente… En las neurociencias y en la psicología no se logran resolver los problemas que plantea la conciencia, esas disciplinas están advertidas no sólo de que el cerebro y la mente no funcionan como computadoras, tampoco se ajustan a rigor matemático alguno… Diversas vertientes científicas intentan abordar al saber desde la evidencia. A Lacan, la prueba de que no hay saber en lo real le vino del psicoanálisis: del síntoma.

Mientras, Freud trataba de hacer conciente lo inconsciente, hacia su parche entre lo Imaginario y Simbólico (el inconsciente), Lacan, lo hacía entre lo Simbólico y lo Real, siendo ellos unos de los primeros Sinthomanalistas. Es lo que acerca la práctica del psicoanálisis con aquella del artesano, en tanto, artesano del Inconsciente. En este sentido, el psicoanálisis se localizaría más cerca del arte, que de la ciencia.

La autora traza un recorrido en el que ubica nuevas configuraciones y sentidos que aparecen a partir de las técnicas de reproducción humana asistida y van dejando marcas en las constelaciones familiares y las relaciones de parentesco. En la actualidad se pueden tomar decisiones respecto al momento de la concepción y la genética, que van dejando de lado la intervención del azar, creando la falsa ilusión de poder controlarlo todo. ¿Cuáles son las coordenadas que forman parte del deseo de un hijo, de maternidad, de paternidad frente a la realidad tecnológica?

¿Hablamos para comunicarnos? Tomando como punto de partida el hablar como acontecimiento en sí, sin otro propósito más que el mismo hablar, el autor abre la puerta de lo que implica el lenguaje en psicoanálisis para ofrecer un recorrido en el que sitúa los operadores negación, goce y falta a partir de las cuatro lógicas modales ‒lo necesario, lo posible, lo contingente y lo imposible‒, distinguiendo impotencia de imposibilidad.

Siguiendo en su cruzada contra la mercantilización de los tratamientos médicos, el Dr. León Benasayag nos comparte su texto “Colonización y salud”, en el que denuncia las maniobras de los grandes laboratorios para implantar tratamientos que resultan rentables pero iatrogénicos, produciendo una colonización mental en aquellos que prescriben, y evalúa el inquietante enlace entre economía y salud. Además, nos propone nuevas perspectivas de tratamiento al llamado Déficit de atención y a las convulsiones del recién nacido. Se trata de una lectura obligada para quienes formamos parte del área de salud.