Columnas

¿Inteligencia? Un Nexus artificial que desconecta lo personal de lo político (algunas impresiones del libro de Yuval Harari sobre la I.A)
por Sergio Zabalza

Confieso que el punto de vista de “Nexus” me resulta cuanto menos… notable. Les quita responsabilidad a los sujetos respecto de la creación y el manejo de las redes, desde la Edad de Piedra hasta nuestras computadoras. Las personas somos buenas. Las redes son malas. ¿Habrá tenido en cuenta Harari que el lenguaje que nos constituye como sujetos de la palabra es la primera red con la que se aliena todo ser hablante? ¿Y que por lo tanto algo nos habla más allá de nuestro control conciente por lo cual nuestra constitución subjetiva es paranoica? ¿Que el odio, los suicidios, el racismo y la larga serie de tragedias humanas parten del infernal in-mundo que habita un cuerpo hablante?

Un duelo, a pesar del tiempo y la distancia
por Estefan Rivas Montes

El autor realiza un recorrido vivencial, analítico y teórico, acerca del duelo fuera de todo encorsetamiento o preconcepto. Por eso cuestiona y ofrece preguntas en cuánto a qué es un duelo normal, y brinda su propia experiencia para situar que ocurre transgeneracionalmente con lo que no alcanza a ser elaborado de una pérdida. “Los senderos de mi análisis me llevaron a exhumar con mis palabras, ese dolor innombrable en forma de restos ‘olvidados’ y ‘excluidos’ en las dos generaciones que me antecedían, para iniciar la efectuación de un duelo”…

La escritura y lo traumático
por Mariana Roldán Suarez

¿Cómo se puede testimoniar acerca de lo imposible de decir? Levi escribe “aquello que no sabría decirle a nadie”. Escribe para atrapar lo que los sueños no podían tramitar. Da cuenta de la experiencia límite del lenguaje para nombrar el horror, cuando las palabras ya no alcanzan. Nuestro trabajo como psicoanalistas tiene un innegable parentesco con la escritura. Los pacientes narran sus historias, aquello que no sabrían o podrían decir a nadie. A veces se trata de escribir algo que jamás ha sido inscripto en ningún lugar. Así la palabra dicha va armando un dique, un marco, vuelve a dar borde y cumple la función de poner barrera a lo siniestro, pacificar y evitar su retorno…

Despedida y homenaje a Daniel Larsen
por Alberto Santiere

Despedimos a un compañero fundamental de la época iniciática del portal, participante de las primeras reuniones constitutivas de elSigma.com a fines de 2000, integrante desde principios de 2001. Un amigo que equilibraba desde la ética, pensamiento y acción. Desde sus concepciones de Salud Pública opuestas a la mercantilización de la Salud. Y que privilegiaba en su praxis-basamentos teóricos, el valor de la palabra, al psicoanálisis en general, y al psicoanálisis lacaniano en particular.

El cobarde fantasma masculino ante la mujer que sabe… o el poder fálico y los dueños de la bombilla
por Sergio Zabalza

Los jueces de la Nación que desde hace años aplican el lawfare en la República Argentina han demostrado estar más apegados a los caprichos del poder mediático que a la constitución. La imprescindible imagen de independencia y probidad que la administración de Justicia debe al estado de derecho, supone una distancia afectiva y vincular entre los miembros actuantes en un proceso y el poder político de turno. Bueno, ¿sabés qué? como dice el tango: “toma mate y avivate”…

Wabi-sabi y psicoanálisis o todos esposados
por Liliana Kancepolski

En este artículo, basándose en las enseñanzas del languidecer, de la libertad personal absoluta y de la heterodoxia, de la conexión con el ser de la cosa y no solo con su apariencia, propias del budismo zen japonés, las nociones de madre suficientemente buena y devota de Winnicott, puntualizaciones de otros psicoanalistas, como Lacan, para el concepto de “falta”, Ferenczi (para la idea del aquí y ahora), Spitz (contra las nociones positivistas de apego de Bowlby), la autora propone que tanto madres como analistas nos apeemos del potro de la inquisición al que nos tienen sujetas a todas, y nos sumerjamos en la tarea que nos es inherente, para poder proceder de la forma más coherente, intuitiva y bondadosa, contra toda restricción, oráculo o norma.

El ojo de la letra. Pompeyo Audivert, Vallejo y el acto analítico
por Cintia Ini

El analista ocupa el lugar de semblante sin serlo, en posición de interrogar como saber, lo concerniente a una verdad del sujeto. En ese juego anagramático en que se dispara la letra conmoviendo un goce que haga cesar lo que en el sujeto deviene llaga perpetua. Como en la dramaturgia de Pompeyo y su tenacidad por encontrar vías conductoras a una suerte de territorio litoral atravesando el espejo como Alicia. Como Vallejo buscando cierto margen de libertad a ser conquistado, aquellos reservorios desde los que emana el encanto y la gracia que hacen único a un sujeto…

Los duendes del inconsciente y los Managers del alma
por Giselle Canteros

Hay fenómenos que en una primera instancia parecen inexplicables (mucho más en esta época donde hay tanto rechazo de lo inconsciente), pero cuyas causas no son misteriosas ni responden a la intención secreta o arbitraria de alguien, sino a una lógica del deseo en los desfiladeros del significante, de la cual sólo el inconsciente es capaz de decir.

De tapas y contratapas. Descriptores o prescriptores. Sobre la lectura del Seminario de Lacan: ¿un síntoma del psicoanálisis? (IV)
por Claudio Glasman

En el seminario, recientemente aparecido en castellano, La Lógica del fantasma, la naturalizada, “Única Edición Autorizada”, encontramos que Lacan nos recomienda leer la Metafísica de Aristóteles, sin pasar por sus comentadores, leerla de tal modo, como si se dirigiera directamente a nosotros, leerla a pesar de sus críticos, no pasando por ellos, leerla sin tener en cuenta el papel de los comentaristas… Valgan estas reflexiones para abordar lo sintomático en establecimientos y traducciones del contenido de obras centrales del psicoanálisis, y para pensar algunas de las resistencias al psicoanálisis que Freud sugería al hablar de analistas, que tomando un aspecto del psicoanálisis hicieron de esa parte un todo…

A la memoria de Jorge Garaventa
por Estela Calvo, Beatriz Janin, Joana Rowinski, Miguel Tollo y Gisela Untoiglich

El Negro Garaventa no estaba para morirse, estaba para vivir mucho más y seguir construyendo, como hizo tanto tiempo. Estaba en plena juventud, porque como ha dicho Jung, después de la mitad de la vida, permanece joven quien está dispuesto a morir con vida. Y Jorge Garaventa murió estando plenamente vivo. Por eso duele tanto, por eso lo vamos a extrañar, mucho.



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