Columnas
por Silvia Ons
La identificación al síntoma en el fin de análisis ¿En qué consiste? Las hipótesis que Freud construye acerca de la creación de un nuevo estado en el interior del yo, puede vincularse con el planteo de Lacan sobre la identificación al fin del análisis y con el nuevo estilo del significante amo. (...) El seminario XXIV Lacan dice, que no se tratará de una identificación al inconsciente, ya que éste resta el Otro. Si fuera así, la alienación y el extravío, serían la consecuencia. Afirma que el análisis produce una demarcación con respecto al Otro. Y es a propósito de esta delimitación, que introduce la temática de la identificación. (...) La identificación al síntoma, en fin de análisis, es a lo más real, es decir que se trata de una identificación, que no enmascara la pulsión por el fantasma. Resuena aquí la hipótesis freudiana acerca de la neocreación de un estado, que no preexistió, en el yo. Una identificación capaz de acoger lo pulsional, en lugar de transformarlo en goce del Otro. Los análisis conducen a indagar acerca del destino de las identificaciones una vez que operó su franqueamiento.
por Sergio Zabalza
La gran mayoría de las personas vivimos casi siempre en un estado de indeterminación, ni tan puros ni tan impuros. Todo lo contrario para el sujeto psicótico, cuya frágil estructura subjetiva no tolera albergar aspectos contradictorios o reñidos entre sí: por eso los escucha o los ve afuera, escindidos de su personalidad, a través de las alucinaciones, por ejemplo. Luego, aparecen los perseguidores y el delirio, más o menos organizado, más o menos consistente, que sostiene esas ilusorias presencias. Se trata del reino de la certeza. El caso de esta malograda persona que asesinó a doce niños, no podría ser, entonces, más ilustrativo.
por Mirta Goldstein
Desde siempre las mujeres han sido mansilladas como una de las tantas tácticas utilizadas durante las invasiones y los asaltos armados. Casi todos los ejércitos han violado mujeres según la idea que someter a las mujeres equivale al sometimiento de los hombres. Vejar a una mujer equivale a avergonzar a todo un pueblo y, con ello, someterlo por varias generaciones. Quizás debido a semejante vergüenza compartida, es que se silencian estos hechos. Ni las mujeres victimizadas, ni los ejércitos triunfadores o victimarios, ni los hombres derrotados, reconocen y atestiguan sobre este trasfondo de tortura física y emocional.
por Abel Langer
hospital Borda como buen representante de la locura a la que debemos encerrar para mantener “afuera” de nosotros, también ha quedado “afuera” como sus “colegas” el hospital Tobar García, el Moyano, los “Talleres protegidos”... Se percibe asimismo la situación de los pacientes crónicos ó semicrónicos que llevan años de hospitalización y de “institucionalización” sin poder ya insertarse al mundo de los “normales”. Se necesita de una estrategia de desmanicomializaciòn, con mucha prevención, con cuidado, con un cambio de la mentalidad acerca de la enfermedad mental de parte de la población en general,... no sea cosa que el pretendido cierre del hospital, la reducción de la capacidad de atención de los hospitales psiquiátricos, la negativa a la internación en los hospitales generales, y el negocio psiquiátrico privado, determinen que en lugar de avanzar en la desmanicomialización dejemos a los enfermos en la calle, los matemos descencerrándolos...
por Alberto Santiere
El intercambio epistolar entre Einstein y Freud da pistas de la escencia pulsional de lo humano (y de su porvenir) en la génesis de las guerras... La verdad del hombre parece ubicarlo más cerca de la repetición y el descontrol, del desamarre pulsional, que de la cristalización omnipotente y exitosa del dominio de las fuerzas naturales y artificiales. La palabra “atómica” que en Japón tenía destino de nunca más, resiste. Es que la trae –nuevamente– lo humano, montada en el descomunal terremoto, el tsunami posterior, centenares de réplicas, millones de damnificados... y radioactividad. Hace más de 65 años que Hiroshima dejó de aludir a una ciudad del sur de Japón para remitir a un símbolo universal del horror. La cultura japonesa post Hiroshima y Nagasaki quedó marcada para siempre. Sucesivas obras dan cuenta de ello... En principio hay una Historia que no termina de elaborarse, repite algo de lo mismo por otra vía.
por Sergio Zabalza
A pesar de la efectiva influencia que ejerce en nuestras vidas, pocas relaciones han merecido menos atención y análisis desde los ámbitos académicos que aquella que mantenemos con nuestros vecinos... La relación con el vecino se asemeja en varios aspectos a la que mantenemos con nuestros vínculos más primarios, esos en que se solazan los arrebatos más intensos e irracionales... Resulta paradójico, pero después de recorrer diferentes modos vinculares, colegimos que la relación con el vecino se encuentra ignorada, poco tolerada, o se ha tornado francamente amenazante porque, en definitiva, es la que más se asemeja a la relación con uno mismo, nada menos.
por Sergio Rodríguez
Verde, que te quiero verde…
Los versos del poeta, se hicieron imágenes al alcance de ojos y manos. La lancha se desplazaba tan calma como las aguas del río que la acunaba. El amor maduro de la pareja, madurado a golpes y alegrías, encuentros y desencuentros, se vestía de aquellos verdes de hierbas y arboledas y de suaves y brillantes marrones de las aguas… Y de los aromas del lugar. Se olían flores, florestas, aguas, peces. Nada contaminado. El Riachuelo y el Reconquista, quedaban en otro continente. Los oídos escuchaban un silencio de pájaros, infinitamente alegres y afinados...
por Sergio Zabalza
Tras un fallido intento de suicidio, un paciente que se había arrojado desde una ventana explicaba: “es que necesitaba bajar”.
¿Por qué tantos suicidas eligen el balcón o la ventana? ¿Qué enigmático impulso los lleva a zambullirse en el vacío?...
Ahora bien, a propósito de la mujer que se arrojó desde el Hotel Panamericano hace escasas horas, el sentido común –que de una u otra manera todos compartimos– ya está dictaminando que esta mujer nació de vuelta, que todos los problemas se solucionan y que la suerte la ayudó para conservar su vida después de atravesar el abismo.
Sin embargo, a partir de las consideraciones más arriba vertidas, nos gustaría preguntar: ¿se salvó la que se salvó? En todo caso, habrá que ver si acepta que la ayuden a bajar.
por Elena Jabif
Donde habita Hipatia el faro se llena de luz. Decían las voces que su inteligencia y sabiduría, superaban los escritos sagrados, porque los dioses la amaban tanto, o más que a los hombres y por eso le dictaban sus secretos, en todos los idiomas y le daban la clave de todos los enigmas.
Matemática, astrónoma, filosofa, física, socióloga, emocionada por los elementos de Euclides, el cono de Apolonio, el sistema geocéntrico de Plotomeo, hechizaba con su sabiduría porque permitía acceder a los intrincados laberintos (...) Hipatia gritó con terror, desesperadamente, pues sabía que nada le perdonarían...
El Sinthome es de lo real cuando surge el fracaso de lo simbólico. Suele ser un buen recurso en el lazo social, en el surgimiento de una religión perversamente sin faltas.
Hipatia es una fémina que descompletó su sabiduría con un agujero incurable que fue su imaginación, su Sinthome siempre actuó en contra de otros que podían gozar a las mujeres en la versión de la crueldad.
por Sergio Zabalza
Habida cuenta de los importantes acontecimientos suscitados en Sudamérica y, sobre todo en nuestro país, sospechamos de la existencia de un discurso empeñado en invisibilizar el horizonte de la contingencia, esa disposición a lo nuevo que habilita el recurso a la invención en la marcha de un tratamiento.
No se trata de ser optimistas, sino de cuidar nuestra escucha. Para más datos: “Que renuncie quien no puede unir a su horizonte la subjetividad de su época”, afirmaba Lacan...
Algunos datos nos inclinan por advertir que tanto el entusiasmo como la política asoman en el horizonte de nuestra comunidad.
Por ejemplo, en los últimos tiempos, los estandartes, emblemas y símbolos patrios han recobrado su poder de cohesión: su poder erótico, de acuerdo a lo que manifiesta Freud en “El Malestar en la Cultura”. La alegría de la gente en el Bicentenario es la mejor prueba, muchedumbres agolpadas se transformaron en cuerpos sexuados responsables, que bailaban, cantaban y aplaudían, sin por ello caer en el estado de masa. La fobia social, aunque sea por una vez, se había disipado...