Columnas

Cuando las armas rugen
por Ana María Gómez

Cuando las armas rugen, mueren las palabras. Tras el sonido brutal que producen las armas, se instala el silencio ominoso de la muerte. El asesino-suicida de Virginia no fue escuchado. Todo hombre, se dice, que está por morir, apela a un gran Otro. Hasta Cristo en la cruz, clamó: “¡Padre, ¿por qué me has abandonado?!” Pero si el protagonista trágico en cuestión se hizo oír es ahora, cuando el silencio de las muertes ya impera. Antes lo escuchó Nadie. Y no fue escuchado porque tenía la boca sellada y porque quienes deberían haberlo hecho están sordos. Cho tenía la boca sellada y la impulsión al acto puesta al día, por un elemento, tan usual en el mundo pseudo científico postmoderno, que se llama psicofármacos que, se sabe, acalla el malestar y propicia el acto.

Aguante Gran hermano
por Sergio Zabalza

En la Argentina de nuestros días, pocos temas despiertan tanto consenso como el exitoso y vapuleado Gran Hermano. En efecto, nada más fácil y eficaz para lograr un rápido y complaciente acuerdo que criticar el morbo, la carencia de ideas y el mal gusto del programa más visto... Ahora bien, se dice que este recrea la profecía del panóptico de Bentham que –reciclada por Orwel y más tarde por Foucault– describe el sádico aparato de vigilancia destinado a controlar la vida y obra de las personas. Sin embargo, la volátil realidad de nuestros días poco tiene que ver con aquel aparato de control... En esta época en que el Gran Otro ya no existe –sea éste el estado de bienestar, la seguridad de un empleo, los Ideales, etc.– identificarse a las frivolidades y los absurdos que la lujosa casa de GH ofrece es acceder a la ilusión de existir. Lograr, por un instante, que nuestras banalidades sean excepcionales.

¿En qué radica el poder?
por Álvaro Couso

El poder radica, en esa apariencia que despierta todos los temores a los niños que somos, algo que desde la representación muerde en nuestros mas arcaicos imaginarios. En el falo instalado en lo simbólico radica toda la eficacia del temor. Convertido en un signo, en un símbolo, irradia desde allí su fulgor persecutorio. ... Se crea la diferencia, se identifica al enemigo, al extraño, adjudicándosele todos los males por los que se padece o podría llegar a padecerse… y proponiéndose en contrapartida como la única reducción posible del horror, al empalme del poder y del saber que en la inestabilidad del discurso capitalista al sustituir al significante amo por el sujeto, crea la imagen de un falso amo, no interesado en la extracción del saber del otro como valor de uso sino transformándolo en valor de cambio...

Incesto, cultura y desorden moral
por Norma E. Alberro

Sea realizado o fantaseado, el discurso sobre el incesto pone en escena la realización de pulsiones sexuales y agresivas que han sobrepasado la prohibición cultural y personal. Por esta razón, la vivencia incestuosa representa el modelo de todas las violencias, el traumatismo fundamental y paradigmático. Invariablemente, será memorizado como una excitación imparable, al mismo tiempo conocida y rechazada. El incesto es una fractura edípica. Habiendo siendo borrado su acceso a la ley edípica, ¿es posible afirmar que el individuo deja su estatuto de sujeto hablante, para volverse socialmente un “fuera de la ley”?

Negro despertar
por Carlos D. Pérez

La mención de un despertar no es fortuita, la noción de transferencia se generó en un cruce entre el soñar y la experiencia clínica... La labor analítica consiste en librar la transferencia de la tiranía neurótica que fija una significación excluyente para lo que en su fundamento es multiplicidad y variedad rítmica. Cuando acontece las ocurrencias alcanzan el swing, oscuro pulsar del cuerpo erógeno. Despejando la cancel del significado, la oreja debe orientar su escucha hacia la síncopa en el despertar mestizo de la transferencia, que sacudiendo la modorra nos incita a valorar su inefable perla lograda con desechos, restos de la vida diurna y el rítmico pulsar de la noche inconsciente.

Una virilidad sin padre
por Silvia Ons

La declinación paterna puede pensarse como desaparición de la excepción en un mundo en el que se suprimen las diferencias y se borran las singularidades, mundo donde lo "políticamente correcto" neutraliza aquello que sobresale. ¿Cuál es su consecuencia a nivel de la masculinidad? Si no hay universo masculino sin un padre que, al constituirse como excepción, lo afirme al negarlo como conjunto cerrado, ¿podemos pensar una virilidad sin padre?

Cuando más control, más impunidad
por Sergio Zabalza

Una esperada sentencia dictada hace pocas horas puso nuevamente en primer plano el ardiente debate sobre la seguridad y el control en nuestra ciudad de Buenos Aires. Algunos dirán: fallaron los controles. Pues aquí pretendemos sentar nuestra posición. De ninguna manera, el control funcionó perfectamente. La máquina discursiva con que muchos se hacen los buenos a costa de los malos funcionó hasta su máxima consumación: la impunidad. En efecto, no fue ingenuidad ni bondad alguna la que puso en libertad a este hombre, sino el voraz afán de control que -lejos de cuidar a la gente- precisa localizar en el precipitado de la escoria social las vergüenzas que su moral no tolera.

Doblando por Garmendia... ... Vía regia y calles del inconsciente
por Carlos D. Pérez

"... el tema de la llegada tarde había ganado la escena, le solicito que diga lo que se le ocurra al respecto. Por empezar, comenta Oscar, las tres llegadas tarde habían sucedido por algo especial; no venía desde su casa, como es habitual, sino desde la provincia, adonde estas semanas tuvo que ir por negocios. Sabiéndose poco experto en orientarse por calles que no conoce bien, había llevado una guía de Buenos Aires para consultar el mejor modo de llegar hasta mi consultorio. La vía más expeditiva parecía ser tomar por Avenida de los Constituyentes, doblar luego por Chorroarín, desembocar en Triunvirato y por allí venir a mi barrio. Pero algo no había funcionado bien..."

Observaciones e hipótesis sobre la re actualización de tatuajes y "piercings"
por Sergio Rodríguez

La piel y sus agujeros son sensores-pantallas, que paradojalmente muestran con lo que se la y los cubre, pasiones íntimas y blasones subjetivos. La explosión demográfica del siglo XX y lo que va del XXI, especialmente concentrada en grandes urbes, sumada a la planetarización de la televisión, Internet y las comunicaciones en general, tras la apariencia de ampliar vínculos sociales; borra las imágenes y los nombres de cada uno. Hace un tiempo que tatuajes y piercings han ido retomando un lugar que parcialmente habían perdido con el desarrollo de la civilización. En primer lugar, indican ansiedad por hacerse ver y gozar, atrayendo miradas...

Delantal blanco, Hospital e imaginario
por Martín H. Smud

Muchas connotaciones posee el uso del delantal blanco en el ámbito hospitalario. Ponerse este guardapolvo blanco luego de terminada la carrera de grado nos anoticia acerca de que algo ha pasado en nuestra vida. Estamos en un hospital y somos parte del staff hospitalario. Ese guardapolvo, ¿nos uniformiza y nos agrupa en un conjunto al cual no habíamos pensado pertenecer? Por un lado, uniformiza; por el otro, segrega. Tal vestimenta produce mucho más que un cambio estético o profesional: ese guardapolvo -que es la conversión al grupo de los "funcionarios"- genera un gran despliegue imaginario que es complicado y necesario transitar para no perder el rumbo que la ética y el alcance clínico de nuestra profesión requieren.



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