Columnas
por Eva Giberti
En la clínica la palabra es la herramienta primordial de la que se vale el analista, siendo la voz lo que circula y da sentido a esa palabra. En nuestra labor cotidiana no sólo la palabra es con lo que contamos, sino que al estar privados del contacto directo con la víctima, es la voz nuestra única y primordial herramienta. Es así como cobra mayor fuerza la materialidad de dicha voz… Con nuestra intervención apuntamos a la posibilidad de introducir una diferencia, para que la víctima pueda comenzar a correrse del lugar en el que está siendo objeto de la violencia del otro. Valga entonces este escrito trabajado por el equipo consignado al pie, como introducción y fiel reflejo de las implicancias de esta magnífica labor.
por José E. Milmaniene
La sociedad posmoderna facilita la hegemonía de la maquinaria de goce -hecha del consumo del consumo- conformado por sujetos anónimos y serializados. Frente a la caída de los valores, la pérdida de las normas éticas de referencia, y la disolución de los vínculos solidarios y consistentes con el Otro, se plantean frecuentes resoluciones sintomáticas, tales como la estabilización a través del fortalecimiento de los núcleos autísticos, las compensaciones narcisistas que procuran las suplencias adictivas y/o la apropiación compulsiva de objetos de consumo... Dada la emergencia persecutoria del goce del Otro -encarnado por padres incestuosos incapaces de reprimir sus pulsiones- se instrumentan defensas arcaicas, que distancian al sujeto del circuito represión-retorno de lo reprimido-, para incluirlo en el registro de la escisión del Yo, correlativo al inconsciente forcluido...
por Silvia Ons
Alguien enuncia sus preferencias sexuales por Internet y de este modo las mismas toman un valor que antes no tenían ya que transformadas en mercancías adquieren un valor agregado. Lo privado sufre una transformación haciéndose público y apto para el consumo... De la misma manera en la que la oferta genera demanda, habría que preguntarse si el gran abanico de perversiones en la actualidad no está favorecido por las mismas ofertas... Vemos surgir un nuevo fenómeno de masas, en el que los sujetos se identifican ya no por tener un ideal común, sino ciertas inclinaciones que toman mayor fuerza al ser confesadas y colectivizadas...
por Martín H. Smud
Psiquiatría e industria están fusionados. Los diagnósticos construidos por esta fusión llegan a los psicólogos, trabajadores sociales, docentes, etc. Este trabajo conjunto entre psiquiatras reconocidos y/o anónimos y la industria misma tiene incidencia en toda el área de la salud mental... El acto de prescripción no lo puede hacer cualquiera pero el diagnóstico psicofarmacológico tiene vigencia para todos los profesionales psi como para pacientes y conlleva enormes consecuencias en nuestra época.
por Sergio Zabalza
El 26 de abril del 2013 es la fecha que incorpora el recurso de la represión policial dentro de la política de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires. Una medida inédita en la historia de los hospitales neuropsiquiátricos del mundo... Las balas en un hospital psiquiátrico testimonian un salto cualitativo en el intento disciplinante ejercido sobre el cuerpo social. De la misma forma que el cínico procedimiento discursivo destinado a negar lo evidente por parte de los responsables políticos de la ciudad, resulta enloquecedor para cualquier oreja poco advertida.
por Nicolás Cerruti
La irrupción descomunal en el Hospital Borda, no debería entenderse como un hecho aislado, fragmentado, sino con una lógica. Estamos acostumbrándonos a leer lo que pasa, lo que nos pasa, como sin historia, sin ilaciones posibles; tan defraudados de la verdad que nos perdemos. Creemos que una inundación es un hecho emblemático pero contingente, una expresión más de la naturaleza que nos excluye, y no soportamos que haya responsables previos a lo sucedido, responsables humanos. El contenido simbólico de lo acontecido el 26 en el Hospital Borda es atroz, pero mucho más por ser algo real: el negocio es la ley, la gente es un estorbo. Digamos Basta
por Enrique Tenenbaum
En las líneas que siguen intento argumentar cómo a partir de la entrada de la llamada Salud Mental en el mercado global, y con mayor incidencia en el neoliberalismo imperante, la cuestión diagnóstica se ha fetichizado rechazando su raíz clínica y su impronta transferencial para devenir una mercancía que, como tal, barre y arrasa las dimensiones del sujeto. Es en este sentido que la cuestión diagnóstica resulta un asunto político, y requiere que en ese campo nos orientemos de un modo acorde con nuestra praxis.
por Patricia Alkolombre
No hay dudas que la articulación actual entre los lazos de sangre, la filiación y el parentesco se ve modificada a partir de los cambios que alcanzan los modos de concebir a los hijos e imaginarizar los cuerpos gestantes cuando se emplean técnicas de fertilidad asistida, en particular la donación de gametos y el alquiler de vientre. Pensar en la parentalidad en los contextos que se emplean las técnicas reproductivas implica no solamente pensar en el deseo de hijo en una mujer, el deseo de hijo en un hombre, o el deseo de hijo en una pareja hetero u homosexual. Sino que también implica pensar en la pre-historia de un niño por nacer vinculada con las fantasmáticas parentales y sus proyecciones. Avanzando en las preguntas podríamos plantear si alcanza –desde el punto de vista teórico– sostener las nuevas parentalidades sólo desde las funciones parentales. ¿Dónde ubicamos los cuerpos, esta nueva arquitectura de los cuerpos? ¿O adquiere un nuevo status la biología? Lo “constitucional” que alude Freud en las series complementarias, ¿cómo pensarlo?
por Sergio Zabalza
Hace algunos meses falleció en España la mujer de 31 años que, con el fin de preservar un embarazo, había renunciado a tratarse un cáncer. La cirugía aplicada a pocos días del parto, no logró disminuir los atroces dolores que Bárbara –tal su nombre– debió soportar durante el escaso año que vivió… Quizás, habida cuenta del carácter finito que distingue a la existencia humana, pareciera razonable otorgar prioridad al que viene. Sin embargo, a la luz de episodios como el mentado, convendría revisar este principio que el sentido común impone sin mayores resistencias…
por Isidoro Vegh
El ateorismo –es decir, sin teoría– del DSM III, aparece como la expresión mayor de la filosofía pragmática, sugiere un texto de Pichot del '84. Considera que el fundamento del DSM es la filosofía pragmática. Cita precisamente al que está en el origen del pragmatismo americano, alguien casualmente bien valorado por Lacan, Charles Sanders Peirce. En la palabra de Pierre Pichot se nos dice que la clasificación del DSM es ateórica y producida por consenso. Voy a mostrar con un breve ejemplo que eso no hace más que velar una multiplicidad mezclada de teorías... Propone eliminar el concepto de etiología y de patogenia. Es lo que permite que en vez de usar la palabra síntoma, diga trastorno. Al no comprenderse cuál es su patogenia, cuál es su causa, cuál es la verdad que porta, solo se trata de trastornos a suprimir.