Columnas

Cuerpos y subjetividades contemporáneas. ¿Dolor psíquico sin sujeto?
por Juan Eduardo Tesone

El campo de lo traumático interroga de manera paradigmática lo no representable, poniendo en tensión el clásico dispositivo analítico de hacer conciente lo inconsciente, dejando al descubierto que en esta clínica no es suficiente el levantamiento de la represión para que la traza algo anémica se haga mnémica. La vivencia traumática, en ciertas ocasiones, genera un vacío de figuración que aspira toda forma de representación posible, más acá del fantasma. ¿Que inscripción adquiere la percepción del hecho traumático? Mi propósito será abrir un camino más que indicar un itinerario respecto a esta interrogación.

La agresividad y la pulsión de poder en las instituciones
por María Cristina Bacchetta

La agresividad en tanto constitutiva del sujeto en la cultura, se manifiesta no solo en la sociedad como pulsión de poder, sino también en las instituciones y también en las instituciones psicoanalíticas. La Agresividad, no siempre podemos pensarla bajo un signo negativo, es una vía al mismo tiempo de separación, de desalienación. El Ideal del Yo, pacificante en lo normal, puede llevar sobre sí su signo contrario, Freud habla de la “resexualización” del Ideal, sometiendo (¿permitiendo?) al yo a un goce sin tope en el ejercicio de la pulsión de poder, de crueldad, de destrucción, que, ante la posibilidad de la pérdida, lo lleva a su propio aniquilamiento.

Horror al acto y deseo del analista
por Alejandro Del Carril

"Desde Freud y sobre todo Ferenczi, con su propuesta de análisis mutuo, pasando luego por los debates acerca de la contratransferencia y la propuesta del deseo del analista por parte de Lacan, continúa interrogando a los analistas cuáles son los medios que les permiten sostener su posición y avanzar en el análisis de goces y deseos inconscientes, tanto de los analizantes como de sí mismos."

Tú no puedes volver atrás
por Carlos Brück

En algunas circunstancias podemos preguntarnos por la pulsación del inconsciente, eso que cuando cierra una puerta abre otra y otras. Claro que si hay algo definitivo, infranqueable, es cuando no solo el inconsciente, sino el sujeto que a él le pertenece, han muerto. Este relevamiento de puertas y de la muerte como primera versión de lo imposible, tiene relación con el propósito de estas líneas, pero también con una contingencia más frecuente que imprevisible...

Whatsapp: el doble check es Dios
por Sergio Zabalza

Las personas se aferran a instancias normativas tan sádicas como arbitrarias. El escamoteo del valor de la palabra genera una demanda de atención infinita... El mandato digital expulsa ese acullico de palabras donde se refugia lo más íntimo, enigmático y femenino de una relación. Saber todo del Otro es el certificado de defunción del amor... El sujeto del siglo XXI se somete sin saberlo, sobornado por la ilusión de control que le vende la nube...

Práctica clínica frente al sujeto afectado de cáncer, posición del terapeuta y rescate de la singularidad
por María Eugenia López E., Leticia Rojo S. y Andrés Orfali P.

Es nuestra intención exponer algunas reflexiones en torno al heterogéneo valor y significancia que la asociación de los conceptos “lucha” y “cáncer” adquieren para las personas que reciben el diagnóstico de una enfermedad oncológica. Pues son nociones que funcionan como faros que orientan su actitud y disposición hacia la vida, el morir y la muerte con los que se encuentra el sujeto enfermo, su familia, el equipo tratante y el psicoterapeuta. Para lo anterior, acordamos tomar como marco de referencia una conclusión preliminar que se nos ha hecho evidente: la lucha del sujeto con cáncer es singular. Por tanto, nos interesa plantear algunas ideas que se despliegan y ponen en juego en el espacio de escucha que se establece en el o los encuentros con quienes nos volvemos sus psicoterapeutas. Pues no se sabe contra qué se lucha hasta que se escucha al paciente.

Los psicólogos en los barrios. Inundaciones e intervenciones
por Julieta Calmels

El drama de la inundación nos confrontó con lo que ya sabemos pero que pocas veces experimentamos tan crudamente: los límites de un modelo de formación profesional que recibimos orientado a trabajar a partir de la demanda explícita de los sujetos, ubicados los profesionales a distancia de los centros de vida de la gente. El trabajo en los barrios humildes, trajo a su vez, un hecho inédito: el encuentro por primera vez para muchos vecinos con un psicólogo o un psiquíatra. Y, para muchos profesionales, la posibilidad por primera vez de realizar una intervención en salud mental profundamente comunitaria...

De porqué en un momento se pierde la palabra aunque no se pierda el habla
por Emilia Cueto

Se observa con frecuencia en relación a algunas internaciones geriátricas, que las mismas adquieren características similares a las retratadas por Foucault acerca del encierro en relación al castigo... El sujeto pierde la palabra, aún cuando no haya perdido el habla. Se ve cosificado, sin reconocimiento del Otro, identificándose al lugar de desecho, pudiendo desencadenarse la vacilación fantasmática con el consiguiente desborde de angustia, aparición de síntomas y enfermedades. La ley Nacional de Salud Mental Nº 26657 señala que el Estado reconoce el “derecho a recibir tratamiento y a ser tratado con la alternativa terapéutica más conveniente, que menos restrinja sus derechos y libertades, promoviendo la integración familiar, laboral y comunitaria.”

Docencia “salame” y academia
por Marta Gerez Ambertín

Luego de haber hecho pública mi posición crítica en cuanto a diversas tendencias académicas actuales, se ha suscitado una polémica que considero valiosa para el devenir de la transmisión universitaria y de las investigaciones consiguientes. El fluido intercambio posterior ha dado pie a posturas adversas o de apoyo a lo afirmado. Por eso este escrito.

La verdadera amistad llega cuando el silencio entre dos transcurre amenamente
por Luis Kancyper

El estudio de la amistad es un terreno relativamente descuidado por el psicoanálisis. En textos anteriores señalé que la amistad era un derivado sublimatorio del complejo fraterno; pero deseo rectificar ese enfoque, porque considero en la actualidad que el amigo, ese otro sí mismo exógamo y auxiliar, no mantiene nexos tan estrechos con los vínculos endogámicos sino que presenta estructuralmente su propia singularidad y opera además como un factor relevante en la estructuración del aparato psíquico.



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