Columnas
por Sergio Zabalza
Al promediar el seminario “De un discurso que no fuera del semblante”, Lacan desarrollaba una notable comparación entre el mito de Edipo y el propio de Totem y Tabú... La excepción lógica que encarna Totem y Tabú –ese jefe de la horda que poseía a hombres y mujeres– resulta tanto más apropiada para nuestra época en la que la prohibición del padre, lejos de propiciar la tramitación de los impulsos, empuja a gozar...
por Alejandro Del Carril
Las repetidas matanzas en instituciones educativas en los Estados Unidos ponen sobre el tapete el tipo de discursos emitidos desde allí. La desolación que produce el doble vínculo es la otra cara de la moneda de la captura simbiótica. Cuando ésta ya no puede sostenerse irrumpe aquella. Un niño que recibe este tipo de mensajes en forma continua no puede representarse mínimamente el deseo de quien se lo dirige, no puede armar un imaginario sobre el mismo. Que el sistema educativo emita este tipo de mensajes es preocupante. Y más grave resulta cuando dichos mensajes hacen impacto sobre familias, estructuradas sobre una base simbólicamente pobre, en las que ya funcionan este tipo de vínculos.
por Sergio Rodríguez
Las prácticas diversas, incluido el psicoanálisis, tienen campos pendientes para ser investigados. Colaborar entre disciplinas distintas, facilitará a cada una, reforzar investigaciones. Siempre subsistirán preguntas, que abrirán nuevas elaboraciones. Lo universal de cualquier disciplina científica está, lógica y metodológicamente, en preguntarse sobre lo que en su campo no anda. Así Freud, inventó al psicoanálisis.
por Silvia Ons
El vocablo inglés “casting”, en su traducción nomina la fundición, el molde, la forma, el elenco, el enyesado y también el vaciamiento... Marx describió que uno de los rasgos fundamentales del capitalismo es la sustitución del valor de uso por el valor de cambio, y ello se extiende al campo de las relaciones personales... Dice Miller que el siglo XXI es el siglo de las listas, es el siglo de la evaluación cuantitativa y considera que ello fue muy bien captado de modo profético por el escritor Robert Musil en su gran novela El hombre sin cualidades. El hombre sin cualidades es aquel cuyo destino es ya no tener ninguna cualidad... En definitiva el hombre sin cualidades es el hombre numérico. Cuando el ser se cifra lo que no reacomoda a ella se elimina, de ahí el dramatismo de no valer lo suficiente. El “casting amoroso” obedece a este principio...
por José Grandinetti
Para el psicoanálisis entendido freudianamente, el delirio al igual que el síntoma, implica aunque no de entrada ni explícitamente, un posible camino hacía lo “íntimo singular”. Singularidad que en la psicosis dice de la “experiencia florclusiva”... Conjeturo que la “labor de significantización en la psicosis” se refiere a los efectos subjetivos que dicha experiencia de estructura dejó, esto es al modo en que ella se historizó y se actualiza o nó en transferencia, a partir del delirio y de la alucinación... La puesta en acto de la experiencia forclusiva mediante la labor de significantización puede entenderse en tanto experiencia, solo si, se la sitúa en el interior de la experiencia analítica, anudada simbólico-real e imaginariamente, por el artificio de la transferencia.
por Stella Maris Rivadero
"A veces, el analista abandona la partida cuando el goce padeciente del analizante insiste en la compulsión de repetición y el analista se frustra en sus intentos de acotar los goces mortíferos de la pulsión de muerte y/o no encuentra una vía de abordaje que permita esas intervenciones de empalme y corte para que advenga un sujeto de deseo. Pensar que el analista podría no tener resistencias implicaría la creencia en la encarnadura de un amo no castrado y en un ideal de omnipotencia que evitaría los fracasos y aseguraría el éxito. Un analista advertido de sus propios límites, insistimos sostenido en el trípode freudiano, tendrá menos fracasos que aquél que los desconozca..."
por Alberto Santiere
Ante la irrupción de la enfermedad y el consiguiente tratamiento, uno de sus amigos tuvo la idea y convenció al resto del grupo de quinto para raparse como una forma de compartir los momentos difíciles que vive, alentarlo, y aligerarle lo agobiante de verse distinto. "Es impresionante, son ellos mis seres queridos, ellos me hacen estar hoy donde estoy y los que me ayudan a seguir peleándola" –expresó Leo en fraterno reconocimiento–. Hay quienes escalan los montes más escarpados de lo humano con sencillos movimientos… ¡y poniéndole el cuerpo al otro! Ahí, tan cerca y tan lejos, es dónde el “otro” –con minúsculas–, el prójimo, es inmenso.
por Diego Mosner
Cuando pienso en Cesio, se me ocurren los epítetos: el último caballero del psicoanálisis… el domador de espíritus… aquel que se adentro en el Hades. Quiero recordar de Fidias su férrea convicción en el psicoanálisis, en analizar el inconsciente. Su tenacidad podía volverse molesta para el interlocutor, pero su carácter respetuoso y amistoso lograba vencer la resistencia que causaba la expresión de sus pensamientos... El concepto de "letargo" y la labor interpretativa, uno de los legados de nuestro querido maestro, Fidias Cesio, que se eterniza en nuestra memoria.
por Sergio Zabalza
Acotar o reducir las consecuencias de la intrusión de la ciencia en lo real de los cuerpos a las personas directamente involucradas en tales prácticas, es desconocer que el ser hablante posee un cuerpo social atravesado por los discursos que, para bien o para mal, sostienen a una comunidad. Las operaciones quirúrgicas, el cambio de sexo, las nuevas modalidades de concepción y crianza de seres humanos y las prácticas vinculares derivadas del horizonte que el siglo abre con sus aún inexploradas derivaciones, nos afectan a todos...
por Élida E. Fernández
Nuestros pacientes graves son portadores de una muerte temprana, apresurada, una muerte peor que la del final. A veces de una sexualidad que no tiene inscripción y es sólo pulsión sin objeto posible. Es la muerte producida por lo que nunca hubo, la muerte de a cachitos, la muerte en vida, el goce mortífero. Es la sexualidad errante que no halla su goce. ¿Cómo escribir esa muerte que no cesa y la insistencia en recurrir a pedir al Otro de la institución un alojamiento? ¿Cómo dar cuenta de esa errancia pulsional que enloquece? ¿Por qué recurrimos o nos topamos con los textos literarios, para dar cuenta de esto? Escribir, transmitir es un desafío a la muerte, a la desaparición de lo viviente. Intenta arrancarle a la muerte un retoño que vuelva a florecer.