Lecturas

por Eva Lerner
Se trata en este caso de la aleación entre una experiencia singular y privada: el propio análisis y la formación. Una praxis, es decir práctica de la teoría y práctica clínica que requiere de otros, los analizantes, quienes se ofrecen a la experiencia de nuestra inexperiencia. Precisa también del lazo social, de la reunión con otros para el intercambio y el debate y del encuentro solitario con los textos, efecto de la transferencia a los maestros y del trabajo con ellos. Su efecto, a leer en este libro, es la historia de la formación de un analista.
por
La finalidad de este trabajo es brindar a todas las profesiones afines a la especialidad en violencia familiar un compendio de la materia y acercar las propuestas que ofrece a la temática el derecho comparado y los sistemas legales de nuestro país siguiendo diferentes ejes temáticos.
por Manuel Lozano
Patricia Yohai, que viene de las mareas suntuosas o minimales de la narrativa, hoy nos sorprende con un libro extraño, "raro", para utilizar un epíteto caro a Darío. Pero nos sorprende no ya desde la lucha, las plenitudes y las declinaciones íntimas de una enfermedad, sino de la fuerza progresiva -feroz y feral- en que puede devenir ésta. Y esa fuerza sella una vida: la intensifica y la perfecciona. Es el paradigma psicoanalítico del error que desvía del crimen hacia una epifanía. Sí, epifanía no en su concepto místico, más bien en el de ardua y alta profundidad, tal como la usara un James Joyce por las calles de su Dublin.
por Héctor Dematine
Escritura que podría ser pintura, escribir el espacio, los cuerpos, escritura en un cuerpo a cuerpo con el lector, escritura en búsqueda de palabras adecuadas para narrar lo que está sucediendo (el being inglés), en una verdadera denuncia del estado de la cosa pública […] cito: “América toda …, de las filas de los que van y de los que vuelven… donde cada mañana atravesamos –conteniendo la respiración- ese olor inconfundible y único , ácido y penetrante… será –conjetura- su manera de ocupar lo único que les queda: el aire….”
por Martín Esteban Uranga
En El tiempo del sujeto el autor situó las coordenadas simbólicas que habilitan el devenir temporal del sujeto, mientras que en El lugar del sujeto nos habló del topos a partir del cual el existente realiza su aventura desiderativa. Ahora, en el cierre de la trilogía, con La ética del sujeto, Milmaniene aborda el hecho capital. Si el sujeto se realiza y adviene en el tiempo y el espacio, signado por la palabra, es en tanto y en cuanto su estatuto mismo es consustancial al universo discursivo y a la ética que la presencia del significante impone. El sujeto es tal, si y solo si se constituye éticamente.
por Nora Sigal de Eliscovich
Los autores demuestran en este exhaustivo texto que es posible la articulación del psicoanálisis con la criminología, que la pregunta por quién mata el asesino es propia de este encuentro de los discursos, donde distinguirán tres elementos unidos entre sí: crimen, asesino y víctima. Encuentro que no será ni fácil ni armónico, mas del orden de lo posible. Partiendo de la interrogación del sentido común hasta la del psicoanálisis, pasando por el derecho y el discurso psiquiátrico, el texto aborda tanto casos clínicos como historias literarias, historiales psiquiátricos, películas o crímenes de distintas épocas. La relación del sujeto criminal con su acto será el eje conductor que permitirá un acercamiento a la estructura particular de los criminales psicóticos
por María Rizzi
Refiere el autor en el Prólogo que la idea de este libro había sido sugerida algunos años atrás por “el respetado psicoanalista y amigo –de decenios– Juan David Nasio”. Dice también que se ha tratado cada vez, en cada epígrafe –gesto que se eleva a segunda potencia en Márgenes…– de “una apelación a la sabiduría ajena, preexistente al autor, quien se imbrica, de tal modo, en una genealogía intelectual de la cual se confiesa públicamente, y no sin gratitud, como franco deudor”. Si, en efecto, la “cita” guarda la anfibología que va del citado textual al encuentro amoroso, es posible que este libro deba ser leído bajo esa luz: como expresión amorosa y como respeto y reconocimiento del autor a las letras que en él anidan; escrito de amor y de memoria que recoge y rescribe lo que ha sido recibido.
por Alfredo Jerusalinsky
... estamos frente a un libro (...) En primer lugar podemos recomendarlo a pesar de sentirnos identificados con la mayor parte de sus conceptos, porque ciertamente él llega [...] lo bastante como para sorprendernos con una agudeza de comprensión de formaciones psíquicas, especialmente en lo que se refiere a la articulación de lo diacrónico y lo sincrónico, que creíamos haber comprendido suficientemente. En segundo lugar, en la medida en que esta obra de Norma Bruner arma de un modo consistente su propia argumentación, su demostración clínica y su filiación a textos que la experiencia ha reputado como válidos, torna innecesaria cualquier puntuación que oriente anticipadamente el recorrido de su lectura.
por Ana Rozenbaum de Schvartzman
Los libros de Luis Kancyper remueven y revitalizan el saber psicoanalítico. Esta vez nos invita a bucear en las profundidades de una de las etapas más importantes del ciclo vital humano: la adolescencia que, según el autor, representa un momento trágico en la vida: “el fin de la ingenuidad”. Aunque en realidad, la semilla de este nuevo libro estaba ya plantada en uno anterior La confrontación generacional, donde sostenía que: “Aquello que se silencia en la infancia suele manifestarse a gritos en la adolescencia”.
por Héctor Yankelevich
En este cuarto libro Silvia Amigo estudia analíticamente cómo se articulan cuerpo y lenguaje, cuáles son las condiciones para que este encuentro se realice, cuáles sus obstáculos. Es un libro de clínica analítica: algún paciente de Freud pasa de nuevo por el diván, y, siguiendo a Freud y a Lacan, nos encontramos con que la llamada joven “homosexual” no lo era fundamentalmente, ni tampoco “heteroscxual”. Su narcisismo le permitía ir hacia unas o hacia otros, ya que éste le pedía compañías, pero no alguien a quien amar. Probablemente nunca se haya puesto de manifiesto de manera tan firme el rol deletéreo de la madre en las identificaciones de su hija, siendo el amor por el padre, decepcionado, no ya la causa de su transformación en “caballero” sino la debilidad de éste frente a su mujer.