Lecturas
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por Silvia Wainsztein
A lo que Lacan llama “la tragedia del deseo” Silvia Amigo lo nombra “fracasos del fantasma”. La indisponibilidad del fantasma para hacer frente al deseo del Otro conduce en los casos de las estructuras neuróticas a las inhibiciones, melancolías y otra serie de fenómenos de borde de los cuales se ocupa muy rigurosamente en el último capítulo.
Homologa la función del enmascarado a la del analista cuando éste hace semblante, autorizándose a intervenir en lo real y a producir maniobras imaginarias literantes, a armar construcciones interpretativas a los efectos de anudar sexualidad y muerte.
La tesis que nos propone acerca de los fenómenos llamados de borde está centrada en la falla de la retraducción imaginaria. Es decir, cuando el yo no es el primer objeto que se ofrece fantasmáticamente a la pulsión, sino el único
por Haydée Heinrich
Urgencia-emergencia es decir tiempo. (...) Paradójicamente este sin-tiempo es al mismo tiempo un tiempo eterno, la pesadilla interminable, el infierno (...). Un tiempo no sincopado, que no permite la emergencia del sujeto del inconsciente. El necesario pasaje de la urgencia a la “emergencia de un sujeto representado entre significantes”, será entonces la apuesta reiterada en los diferentes trabajos. Surge entonces la pregunta: el “estar allí” en el momento de la urgencia ¿tiene alguna especificidad? (...) Difícil pregunta, a la que yo respondería sí y no... Tal vez podríamos decir que hay cierta especificidad, en relación con la disponibilidad de los analistas de acoger determinadas demandas, y ofrecerles su presencia y escucha en el mismo momento en que se producen. Sin embargo, tal como se indica en varios trabajos, sabemos que puede haber momentos de urgencia en el transcurso de cualquier análisis. Entonces, ¿habría un saber hacer específico? ¿La intervención en la urgencia difiere de la clásica? ¿Cómo hacer lugar al alojamiento de la urgencia sin traicionar la abstinencia? ¿Qué hacer con la indicación clásica de no responder a la demanda? Son éstas algunas de las preguntas que insisten. Más allá de las diferencias, creo que hay coincidencia en que la ética que está en juego es la de cualquier acto analítico.
por Luis Chitarroni
(...) basta seguir la pista quijotesca de la autora cuando inocula o instila intuiciones y certezas de su campo –el psicoanálisis- a materias tan resistentes como resistidas (Freud que aprende el español para leer a Cervantes) y que terminan trazando un sendero flotante que va de La Mancha a la ciudad ausente, y que termina, además, siendo esa desviación necesaria para la trama que Silvia Bolotin señala y asimila. El carácter digresivo es a menudo realzado por el carácter cartográfico de las pesquisas. En esta dimensión, la mirada del analista y la del crítico literario encuentran –no siempre, pero a veces- la luminosidad poética preconizada por Rimbaud: ´fijar vértigos´.
por Juan Molina
Del padre comporta una crítica en muchos sentidos; pero yo diría que, en primer lugar, busca pensar las condiciones discursivas de la constitución de la problemática de la paternidad y de las categorías con que el psicoanálisis la aborda, busca restaurar -o más bien construir- los caminos que permiten pensar esa constitución. Pero me apresuro a aclarar que no se trata de la efectuación de una genealogía de los conceptos; lo que aparece abierto en esa operación de desmenuzamiento y desmultiplicación es algo que se dirige al corazón de la actualidad; los ensayos de este libro apuntan al estado actual de lo que podríamos llamar las formas más pregnantes del entendimiento psicoanalítico.
por Jorge Rodríguez
Los 29 textos que hacen a este libro -que pueden ser leídos en el orden que el azar determine ya que no pretenden principio ni fin- son tenaz testimonio, como sombra nocturna, de toda su vida. Vida que palpita en cada página, llena de relámpagos que sus dientes no contienen.
Prolijas reflexiones, comentarios, ironías, pudores, atrevimientos que sorprenden, osadía en patas, preguntas que son espinas y enigmas que soportan toda la estantería...
por Héctor Libertella
Los cuatro números de Mal Estar, incluido el Nº cero –la cifra o sifr en árabe–, me evocan una cosa estimulante que es la posibilidad de concretar el juego entre psicoanálisis y cultura. (Repitiendo a Josefina Ludmer, diría juego no el sentido lúdico, sino como “juegan” los engranajes de una máquina...) De las muchas disciplinas agrupadas en el Nº 3 de Mal Estar, todas concurren, ocurren conjuntamente. Cine, literatura, psicoanálisis, filosofía, fotografía, sociología, teorías de la comunicación, investigación audiovisual, música, antropología
por Eva Giberti
En el primer capitulo, en el cual la autora anuncia un modo de pensar nuestro tiempo, se ocupa de recordar de qué tradiciones intelectuales provenimos, quienes fueron nuestros padres. Padres que han muerto pero igualmente somos hijos de nuestras representaciones interiores de aquellos que nos engendraron. Si bien es cierto que los padres han muerto, si bien es cierto que tanto la escuela de Frankfurt como la filosofía sartreana hoy parecen restos arqueológicos, también es cierto que hay mejores y peores formas de morir.
por Diana Voronovsky
Damos hoy la bienvenida a un nuevo título de la Colección Convergencia publicado por la Editorial Letra Viva. Este acontecimiento marca el avance de un Movimiento que crece y trabaja por el porvenir del psicoanálisis. Nos encontramos con un producción singular, ya que se trata de los integrantes de un grupo de trabajo que habiéndose reunido en torno a este tema, concluyó dando, dos vueltas, por lo menos hasta ahora. La primera tuvo lugar en el Coloquio que da lugar a su vez, a este libro. Nos encontramos entonces con un efecto de las transferencias de trabajo, que en su singularidad nos presentan estilos de escritura, modos de abordaje, y hasta conceptualizaciones divergentes acerca del tema que los reúne. Esta diversidad en la convergencia es lo en primer término lo que otorga interés a la lectura.
por Juan Carlos Volnovich
Estamos ante un libro de historia que hace historia y que hará historia. Hace historia por que organiza y construye los eventos más significativos del psicoanálisis y la salud mental de los ‘60. Hará historia por que se postula como una obra mayor destinada a ser un texto de consulta ineludible. Estamos ante un libro de historia que más que un libro de historia es un texto acerca de la memoria. De la memoria colectiva. Como Laplanche y Pontalis; como Deleuze y Guattari; Carpintero y Vainer se constituyeron en un dúo dinámico dispuestos a capitalizar la diferencia generacional que los separa, para saldar la deuda con los acontecimientos que le dieron al psicoanálisis y a la salud mental en la Argentina su rostro más original y una voz propia; para saldar la deuda que teníamos, también, con nosotros mismos.
por Susana L. Gorodokin
El psicoanálisis freudiano se articula con el pensamiento de Lacan, que el autor logra transmitir con rigor y claridad. Pero el texto es atravesado además por la inconfundible tradición de la hermenéutica judía, la estética, la literatura y la filosofía. Se exponen los operadores fundantes de la teoría psicoanalítica. La función paterna impone un corte liberador con el cuerpo de la madre, lo que permite acceder al orden simbólico y al placer posible del deseo, punto de partida de la constitución subjetiva. El libro toma temas centrales de la teoría, de la psicopatología y de la clínica psicoanalítica. Voy a centrar mi comentario en la articulación del psicoanálisis y el ámbito de la cultura.