Lecturas

por Elena Álvarez
La escritura en Psicoanálisis, un tema en el que estoy interesada hace tiempo y respecto al cual dejo abierta una pregunta: más allá de lo que pueda haber de imperativo, de pedido de reconocimiento o de interés editorial, esta insistencia en escribir ¿no tendrá que ver con una cuestión interna al discurso analítico, al lugar que al analista le toca ocupar en él y cómo lo tramita?. Una referencia literaria nos acerca al tema. Nabokov escribe en su autobiografía Habla memoria con relación a ciertas sensaciones experimentadas en su adolescencia y de las cuales no podía dar cuenta: “...por aquel entonces aún no sabía qué hacer (ahora sí lo sé) con esas cosas: cómo librarme de ellas, cómo transformarlas en otras cosas que pueden ser entregadas al lector con caracteres impresos, de modo que sea él quien tenga que habérselas con ese bendito estremecimiento ...”.
por Leonardo Gorostiza
...es sabido ( ...) que Jacques Lacan prolongó la interrogación freudiana “¿ qué es lo que desea la mujer?” haciendo de ella no tanto una referencia sino la marca, el índice, de que allí hay una referencia vacía, es decir, la ausencia de una respuesta sobre qué es la feminidad. Pero lo que no es tan sabido ni tampoco tan frecuentemente explorado es lo que este libro de Silvia Ons se propone: tomar apoyo en dicho enigma y desde allí desplegar una rigurosa indagación (...) Los signos de nuestra época, la última concepción de Lacan sobre el final de análisis como “identificación al síntoma” y las intersecciones que pueden vislumbrarse entre el psicoanálisis, la contemporaneidad y el pensamiento filosófico, son los ámbitos privilegiados donde el enigma de la feminidad se revela como punto arquimédico de la operación de lectura aquí puesta en acto.
por Daniel Paola
“En el marco de Convergencia” y “en función de nuestras distintas pertenencias institucionales” dice Roberto Harari en el inicio del dictado del Seminario brindado a mediados del año 2003 que este libro reproduce con seis textos. Implica la marcación de un antes y un después en cuanto grupo de trabajo inscrito en el Movimiento Lacaniano por el Psicoanálisis Freudiano.
Por mi parte creo que se trata de un antes y un después para nuestro lazo social, por las repercusiones que determina. Son seis textos que toman por referencia el Seminario I de J.Lacan proponiendo que no hay una sola lectura, tal cual escribe Isidoro Vegh en el inicio de su capítulo y donde la distinción de los matices constituye una invitación a su vez para lo propio de cada lector.
por Miriam Mazover
Sólo haré referencia a las cuestiones eje que en este libro se encuentran desarrolladas con claridad y con solvencia teórico-clínica, ¿A qué nos referimos cuando hablamos de pacto familiar?.¿Cómo juega la compulsión a la repetición en una familia, y qué alcances tiene ésta en las generaciones que se suceden?. Las modalidades del encuentro amoroso, y su interrelación con la estructura clínica de cada sujeto que participe en este encuentro. La diferencia entre amor y enamoramiento, y cómo articular en este punto el concepto de castración, pilar de nuestra clínica. La disyunción entre feminidad y maternidad.
por José Martínez Suárez
Borges cita una frase de George Moore que lo había impresionado, para elogiar a alguien: “Escribía en un estilo casi anónimo”.
El estilo es el hombre.
Y de este libro sólo puedo afirmar que tiene un estilo propio que se extiende solidariamente al título elegido de la obra: desde su nombre, frase dilecta de Freud que citaba a sus amigos, pronunciada por Hamlet: “Hay algo más en el cielo y la tierra, Horacio, de lo que ha soñado tu filosofía”, hasta la búsqueda personal como autor que intenta a lo largo de estas páginas, capturar, como ustedes los psicoanalistas dicen, un saber hacer.
No duden que Carlos Gustavo Motta lo ha conseguido con esta publicación.
por Gerardo Gutiérrez
Importantes voces en el mundo de la Psicosomática, han conseguido carta de naturaleza para un punto de vista estructuralista (estructura psicosomática) que “condena” al enfermo, con síntomas que se consideran psicosomáticos a un diagnóstico, de personalidad psicosomática, elaborado con anterioridad, y con un notable grado de generalización y yo diría que de segregación.
Ulnik no corre en esa carrera. Cada paciente llama su atención desde su individualidad, desde su historia, desde los dichos familiares que han ido cayendo sobre él, desde la funcionalidad más material de sus síntomas, etc. Le interesa siempre el sentido de cada prurito, de cada rojez, de cada escama. Y tal vez con ello, saltando por encima del cosificador diagnóstico aludido, trata de introducir al paciente en una simbolización no sólo sufrida sino también vivida y manejada.
por María Alejandra Tortorelli
Estamos trazados -nosotros y las cosas- por múltiples saberes y por lo siempre no sabido. Nos constituyen bordes simultáneos sin resolución alguna. Y, sin embargo, gestos de apropiación unívocos y hegemónicos buscan reducir lo irreductible apelando a la necesidad de urgencias eficaces y resoluciones inmediatas. Lo que se gana en tiempo —y nunca es suficiente— se pierde en complejidad y el sujeto deviene así en el lugar de un mero trastorno. Entonces, se es un Adedé; pues ya ni siquiera se lo padece. El padecimiento se borra, rápido, muy rápido en favor de un nombre (...). Tal vez sea ésta la mayor preocupación que habita este trabajo. No la inmediatez de lo que alivia sino la permanencia de lo que se inscribe en su nombre, no dejando ya venir lo que el saber no sabe.
por Mónica Torres
"Si el recurso del analista es el de invocar al padre en el lugar del Otro, quedará condenado indefectiblemente a la impotencia. Si el analista ocupa el lugar de objeto a en el dispositivo, lugar al cual su discurso lo condiciona, se orientará entonces, no ya por la ley fálica sino por lo real. Actuar sobre la pulsión es la mira última del análisis que no es el de la psicoterapia", nos dice Zack. (...) Este libro es una invitación a constatar que en algún sentido aún queremos lo imposible: se trata de enseñar lo imposible. Y me gusta decirlo con Laurent: finalmente lo que queremos trasmitirles es que el psicoanálisis puede cambiar la vida. Creo que esa frase se puede suscribir aún hoy día. Es nuestro desafío demostrarlo, demostrar ese "aún"
por José Rehin
Anoten esta afirmación: el libro dice que no hay clínica del superyó. Hay lo intratable. ¿Qué hacer con eso?: eludirlo. El superyó ha sido tocado por haber sido ampliado el campo del deseo, pero nunca será hundido. Esta lectura le hace perder su connotación mefistofélica. Lo que orientará en la clínica será nuevamente entonces cómo soportar la novedad deseante, antes que enredarse en interpretaciones de supuestos boicots autodestructivos.
por Sara Moscona
El cuadro de la tapa (René Magritte 1928), tan sugerente e impactante, alude a lo que Miguel nos dice en el prólogo:
Es difícil explicar las razones por las que la vida amorosa es como es, en especial porque tiene la cualidad de provocar los más grandes placeres y también los más grandes sufrimientos. El amor es insensato y paradojal, pero nada de lo que de él se diga rebaja sus méritos.
Estos múltiples itinerarios que Miguel recorrió con compromiso, con pasión y meticulosa dedicación son para quien se interese en el psicoanálisis de pareja y de los vínculos en general, un rico y generoso legado ,una transmisión muy lograda acerca de cómo trabajar con los diferentes pacientes-pareja y sobre los intentos de lograr un “saber hacer” con los sufrimientos y con los padecimientos inherentes a la vincularidad.