Lecturas

por Julián Ferreyra
La autora se propone el complejo y arduo tránsito hacia un feminismo freudiano: “hallar en las teorías de Freud la posibilidad de comprender el funcionamiento de la sociedad patriarcal”... Provoca una apertura, ya que se trata de alguien que ha leído con excelencia lúcida a les autores cruciales del corpus analítico y de las epistemologías queer-feministas. ¿De qué apertura hablo? De nociones tan fundamentales como al mismo tiempo patinadas por el oscurantismo: el superyó femenino, violación y subjetividad, la doble, la frigidez y el masoquismo, la muerte en la histeria y la madre que parió a todas las zonceras del psicoanálisis feministo: el “deseo materno”.
por Carolina Reig
Deseo compartir la lectura de un libro, movida por la inspiración de su originalidad: se trata de El nervio óptico de María Gainza que puede leerse por entero como una pequeña novela o bien, por cada uno de sus capítulos que constituyen un cuento en sí mismo... Entreteje un diálogo íntimo, en libre asociación, entre la crónica de autoficción y la historia del arte.
por Cecilia Trosman
De Ricardo Piglia, algún tiempo atrás: “He ido leyendo sus relatos y registrado la evolución de su escritura de ficción. Sus últimos textos me permiten señalar a Patricia Yohai como una de las escritoras con más porvenir en la novísima literatura argentina”. El Zorro y Perón un solo corazón es un relato apasionante, no sin un dejo de melancolía, que deja un sabor agridulce en el lector.
por Beatriz Mattiangeli
Este libro “Reúne ensayos de investigación clínica y metapsicológica que encuentran un modo de dar a ver un texto que escriben juntas, aún cuando cada apartado lleva la firma de alguna de las dos. Es decir, no está escrito en coautoría, sino que los escritos se llaman uno al otro y propulsan hacia el objetivo de fondo: goces, sexualidad y sexo, tres que hacen consistir la clínica psicoanalítica freudo-lacaniana. (…) Digo también que este libro sale al ruedo, es oportuno, necesario y actual, abriendo surco al trabajo de psicoanalistas en lo que hace a las llamadas ‘nuevas sexualidades’ por ejemplo, surco que me permito decir, apenas si comienza a desbrozarse en nuestro medio”.
por Guillermo Vilela
Creo que este libro, la conversación y la investigación se hallan intrincados como las pulsiones en una trama literaria. El psicoanálisis se despliega allí en ese marco ético que preserva el espacio del no saber, del no saber demasiado o tanto que vele completamente lo real. Volvemos desde aquí al Moisés en el asombrado relato de Freud que el libro duplica. La sorpresa preside la escena y reafirma la herramienta principal con la que cuenta el psicoanálisis: el inconsciente tanto para el trabajo con los pacientes como para la intervención en la trama que hace al funcionamiento de la sociedad y de toda acción sublimatoria.
por Sergio Zabalza
Estrago es un concepto muy aplicable para nuestra época signada por la declinación del orden simbólico. En el seminario 22 Lacan cita este vocablo a propósito de la influencia que la reina Victoria ejerció en el siglo pasado sobre buena parte de la sociedad occidental y cuyos efectos dieron lugar, entre otras novedades, al surgimiento del psicoanálisis. Estrago y despertar conforman así un guiño para la articulación de Mariela, si es cierto que el psicótico es quien ante el surgimiento de lo real no puede no despertar, es decir: no puede poner a distancia la iniciativa del Otro bajo cualquiera de las coartadas que los neuróticos echan mano para continuar ese sueño llamado realidad. No en vano, Freud eligió precisamente el camino del sueño para llegar hasta donde la letra cierne lo imposible de tramitar: el trauma
por Nicolás Cerruti
De "Rayuelas lacanianas" a "Jugar rayuela", ha acontecido algo. Una posibilidad nueva en el decir y en el hacer. Violaine Fua Púppulo sabe transformarlo en palabras, sencillas, directas, para que cada quién haga con ellas… Jugar las rayuelas lacanianas, que así se podrían llamar estas lecturas, lleva la potencia de ubicarse entre cielo y tierra, como los poetas…
por Leonardo Leibson
¿Qué pasa cuando la segregación es hacer objeto al sujeto? (…) El cuerpo comunitario, que se constituye de manera fragmentaria y en base a exclusión/discriminación, tiende a pulverizarse, a dejar de tener la porosidad necesaria para su persistencia y adquirir una compacidad agujereada: agujeros de una red que no sostiene, por los cuales van cayendo cada vez más los que no logran sostenerse (…) El psicoanálisis ¿tendrá algo para decir que sea un acto? (…) ¿Podremos estar a la altura de la época, en ese sentido? Este libro nos impulsa y nos ayuda a plantear la pregunta y trabajar en sus respuestas.
por Carlos Paola
Tomo entonces aquí la posta para soltar mi grano de arena, intentando contribuir al avance de esta reflexión a la que nos convoca el libro. Un libro generoso, de una estética barroca exquisita, con una argumentación rigurosa y un lenguaje claro, atrapante y abierto para cualquiera que sea el tiempo de nuestro recorrido. Tal vez el fracaso no sea derrota, sino un golpe de transmisión por parte de Lacan. No olvidemos que el fracaso es una de las maneras en que se dice a medias esa verdad que es la imposibilidad.
por Fernando Vitale
La imagen a la que hace mención Andrea evoca para mí el entusiasmo que puede a veces embargarnos y que alude al instante en el que comprobamos que nuestra practica ‒como dice Lacan‒ a veces hasta resulta eficaz cuando constatamos la incidencia vivificante que una palabra nos puede permitir verificar frente a la mortificación y al desamparo estructural de cada uno frente al exilio de la No relación sexual.