Literatura

por Dolores Sahagun
En la vida de Mario un nuevo día es sólo un día más, su tosca ausencia de asombro lo sumerge en una rutina que hace ya mucho tiempo le impide sonreír. Cada mañana se afeita sin mirarse demasiado, se viste con cierto descuido y toma su café sin detenerse en el sabor. Limpia el cenicero, tiende la cama y descorre las cortinas sin mirar hacia fuera.
Ya en la puerta, recorre con la mirada el departamento y antes de saber qué revisa ya se encuentra en la calle.
Automáticamente controla su reloj cada cinco minutos y a paso rápido se mezcla con la gente, que para él sólo son obstáculos a su marcha. Así , día tras día.
por Dolores Sahagun
por Daniel Ripesi
por Daniel Ripesi
por Daniel Ripesi
Las citas eran en el bar “Augustus”. Él se las ingeniaba para que los encuentros no fueran en otro sitio más que en “Augustus”. Su luz difusa –en las noches- acentuaba la aspereza de su rostro que se hacía por esta circunstancia –y según él lo presumía- más viril. Si los encuentros, en cambio, eran por las mañanas, una iluminación más cristalina enfatizaba sus expresiones otorgándoles un matiz más ingenuo y menos tendencioso. Así, “Augustus” equilibraba un temple para que ella, o bien, jugara enternecida con el niño, o bien, se estremeciera con el adulto...
por Daniel Ripesi
Él podría haber dicho “Por fin llegaste, te extrañé..”, pero le dijo –de modo áspero y resentido- “¿Dónde mierda te habías metido?!”. Ella podría haber dicho, “qué importancia tiene, por fin llegué”, pero dijo “Qué carajo te importa!”. Él podría haber dicho “Es que hoy te necesitaba más que nunca..”, pero le dijo “Siempre que podés te borrás..”.
por Daniel Ripesi
por Samuel Krynski
por Samuel Krynski
Imagino que la vida de un escritor se ve interpelada permanentemente por las historias que sus personajes le relatan; algunas de ellas, sus giros y sus matices, terminarán atrapando su interés y promoviendo la escritura.
Los pequeños personajes de Saramago, tal como sucede con nuestros entrañables neuróticos cotidianos, suelen afrontar desafíos trascendentes aunque habitualmente desconocen la dimensión de tal encrucijada.
por César Hazaki