Literatura

Sección coordinada por Patricio Diego Vargas
Los finales nos dejan entre sombras
por María Marta Aguirre Paz

Los finales, filosos como puñales bien templados,
son capaces de cortar aquellos nudos
que eluden la visibilidad de la mirada

El nido de paloma
por Carlos M. Pérez Cambet

- Mamá, mamá, me voy con Lito a andar en bicicleta.
-No vengas tarde.

Fuimos por Pellegrini en dirección al hipódromo. Llegamos a la quinta de Aquerreta, que nos atraía con un dejo de misterio por sus numerosas cavas, en donde tiempo atrás se extraía arena para la construcción. Nunca nos aventuramos a meternos en ellas. Bajamos de las bicis a descansar.

Baldomero, el tonto
por Eduardo Pérez Peña

En mi mocedad, España era la vivencia entrañable que mi padre me trasmitía con sus relatos; de él recibí, como legado, la añoranza de su tierra, pero en aquel entonces ignoraba el ser español se convertiría en una impronta para ulteriores recuerdos de vivencias propias.

Fotografía
por Dolores Sahagun

Los colores parecían suspendidos en un instante de eternidad en esa tarde, que nublada y sin apuro caía sobre su cuarto. La música elegida, acostumbrada a serlo, se repetía con la intención de complacerla. Su cuerpo disfrutaba acomodándose en las huellas que él mismo había dejado sobre el viejo sillón cuando sintió hundirse plácidamente en una dulce ensoñación, al tiempo que repasaba con su mirada los queridos objetos que decoraban su entorno; entendió que ellos, junto a las marcas en su cuerpo, componían la máxima expresión de su recorrido.

Malena no canta tangos
por Paola Gabriela Losada Ramallo

Malena nunca pudo justificar su existencia. Sus padres habían terminado su noviazgo en los primeros meses de su gestación, por lo que le resultaba imposible pensarlos alguna vez juntos. Mucho más difícil era intentar armar una historia de amor entre ellos, o por lo menos una referencia, una anécdota, algo que explicara su presencia en este mundo
…¿Se habrían amado alguna vez? Durante toda su vida esa duda le había lastimado el alma. Ahora, ya anclada en una adultez apresurada a los veinte años, podría jurar que nunca.

Y no se equivocaba

El recuerdo
por Ricardo Navas

Ernesto no puede olvidarla a pesar de los dos años transcurridos desde que rompieron la relación.
En verdad, la iniciativa en la ruptura la tomó Mariela. Quizás por eso no consigue superarlo.
Vive aferrado a esos dos años porque los considera los más importantes de su vida, los más plenos; conoció a su amor.

Mano a mano con Ciriaco Lauría
por Carlos D. Pérez

Hace un tiempo fui invitado por una asociación de psicólogos a disertar sobre tango, con un pedido muy preciso: dedicarme a Mano a mano, de Celedonio Flores. Vanas fueron mis protestas cuando quise elegir algo de Manzi o Expósito, debía ser Mano a mano

Acorralada
por Alejandro Wajner

Realmente no recuerda cuándo empezó su desdicha, si en estos últimos años o desde siempre.
De niña quiso ser alguien en el mundo.

Avatares de la vida
por Pablo Roisentul

Caballo loco, muñeca rota.
Avatares de una vida desenfrenada.
Ayer estuve, hoy lo vivo.

La Mano
por Carlos D. Pérez



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