Literatura

por Gustavo Etkin
Eran sus lágrimas
casi
una tautología
porque siempre
caían
caían
caían
por Paola Gabriela Losada Ramallo
Te pienso y me quedo sin doctrinas.
Me vuelco en flores, me resurjo.
Soy salto, remanso... agua, noche...
soy cristal y nube, ...bienvenida.
Abro el corazón y las ventanas,
riego tu ruego para que germine,
me dispongo a ser vasija y contenerte
y vaciarme de mi, cuando me mires.
por María Marta Aguirre Paz
"Las pasiones no saben del futuro,
las derrota el tiempo del diálogo mundano.
Las esperas las desvanecen con sus horas
porque tienen la estructura
del instante,
una presurosa inmediatez
que les da su marco.
por Paola Gabriela Losada Ramallo
Me he parido,
me he alumbrado. Tuve un trabajo de parto largo y doloroso, plagado de sensaciones....
desconocidas unas, reconocidas las otras.
No fue sencillo, no. Ni liviano, ni cómodo, ni placentero.
Hubo momentos de dolor intenso, tanto que los creía insoportables. Pero
junto a cada padecimiento, brotaba la fuerza para pujar... casi diría
naturalmente, casi diría a pesar mío.
por Carlos Rafael Zapata
--¿No fue su lucidez a causa de su ceguera lo que le ha permitido ser quien es?
--Y también me imposibilitó ser quien hubiera querido ser.
--¿Quién, o qué, hubiera querido ser?
--El que no soy... Que no sé cómo sería ser ese que no soy porque me fue imposible ser.
--¿Cómo se lo imagina a ese que usted quisiera haber sido? No lo sabe. ¿Pero cómo se lo imagina por la vía de lo que no sería?
--No sería lúcido, por supuesto. Tendría que recuperar la vista para poder ver el mundo sensible, como lo llamaba Sócrates.
por Paola Gabriela Losada Ramallo
Había veces que buscaba verdades. Esos eran los tiempos más frustrantes, más desalentadores. Le parecía encontrar una, y la plenitud de lo hallado se desvanecía tan rápidamente como aparecía la sensatez. Cada certeza implicaba intrínseca una duda, o varias. Y sin embargo no claudicaba en la búsqueda, simplemente porque la renuncia involucraba también una farsa, por lo menos en esta cuestión.
por Pablo Roisentul
La florería de Felipe está triste. Añora tiempos de antaño de marquesinas repletas de colores y de olores. Su mayor vicio, el capricho, lo retenía, meses atrás, abierto las veinticuatro horas del día. Hoy, ya no resulta posible. Su socio, apesadumbrado por la falta de ventas, y cansado de dormir en el puesto, ha dejado vacante un turno y los sesenta y ocho años de Felipe no pueden cubrirlo.
por Carlos D. Pérez
Sólo para divertirnos,
el motivo no es cualquiera:
disipar esas miserias
cotidianas que son muchas
y atentan contra la vida,
la vida que uno quisiera.
por Quijote
Hablamos durante años, de su mesa partidaria a la mía, en las reuniones de centro, en los pasillos, ella con la revolución ininterrumpida, yo trajinaba con la revolución cultural, fuimos haciendo, digamos, una amistad. Nos buscábamos para intercambiar ideas y siempre terminábamos el debate con sonrisas, gestos y pequeños mohines que para algún malpensado daban cuenta o posibilitado una insinuación no del todo politica que digamos
por Carlos D. Pérez
Recortado en la noche, su cuerpo felino antiguo como el adolecer, inefable como la muerte se ondula sobre la empalizada.
Tal vez mira hacia la puerta, ilusoriamente abierta, y al instante salta por sobre el techo fuera de escena. Es tiempo de despertar.