Cine y Psicoanálisis


por Hugo Dvoskin
“En 1960 se estrenó Hiroshima, mon amour, de Alain Resnais, tuvo el efecto de una verdadera bomba cultural. Los jóvenes que seguían de cerca la actualidad cinematográfica se sabían de memoria los diálogos de la película, escritos por Marguerite Duras. La memoria de un amor, la guerra, la ocupación nazi, la explosión atómica, la traición y la carne, la humillación y el orgullo, todos eso se sucedía con la música de Georges Delarue y Giovanni Fosco”. Hugo Beccacece.
por Elizabeth Ormart
La afirmación de la que parte el profesor Roberto Bermúdez (el protagonista) en su clase, es que no hay casualidad sino causalidad. En los detalles se encuentran los indicios que el intelecto anuda para llegar a la verdad. La lógica del investigador se remonta a Sherlock Holmes, Hércules Poirot, el Lönrot de Borges, entre otros, quienes hicieron gala de sus dotes deductivos.
por Andrea Buscaldi
La película Amour de Michael Haneke pone en escena una serie de cuestiones de debate en la actualidad . El 9 de mayo de 2012 se promulgó de hecho en nuestro país la Ley 26.742, denominada comúnmente ley sobre la muerte digna . Los efectos de la ley son alentadores en varios sentidos. No sólo resguarda la dignidad de las personas, sino que por añadidura sanciona regulando los siempre posibles excesos de una economía de mercado .
por Hugo Dvoskin
Desde la perspectiva de la psicología general, Marion, Harry y su madre podrían entrar en el amplio campo de las adicciones bajo modalidades diversas (…) Los problemas son distintos, las adicciones no son las mismas y la psicología general pretende ponerlas en un cuadro común: adictos, como si la conducta fuese lo determinante del cuadro. Puede formularse que los tres protagonistas atraviesan una crisis, incertidumbre, proyectos difusos, algunos padecimientos. Nos referimos a los sufrimientos que dan lugar a las adicciones y no los que, por las adicciones, se irán produciendo. Dicho así, los objetos, heroína o anfetaminas serán respuestas posibles al sufrimiento.
por Hugo Dvoskin
Una madre, diremos, es aquella que mira a sus hijos. Que los mire demasiado, que los mire entre-ojos, que los mire bien o que los mire mal, podrá definir o sobredeterminar diferentes destinos a esos hijos y el entramado que se hace con la madre.
por Ana Cano
En un salón de belleza de Beirut, es donde convergen cinco mujeres y sus cinco historias (…) Mujeres que desvían su mirada en un imaginario que les impide acercarse a su deseo. Mujeres que sitúan su mirada en la Otra esperando encontrarse con la respuesta que pueda dilucidar algo de su femineidad.
por Nicolás Cerruti
Que una película de animación (de la mejor calidad) esté basada en un hito como es el metegol (un juego de mesa, porque es una mesa en sí mismo) no nos tiene que hacer retroceder a la hora de rescatar una vez más el lazo que la palabra nos trae. Aunque esa palabra simplemente sea un grito, y ese grito un desgarro que le hacemos al silencio ruinoso del mundo: ¡Gol!
por Andrea Buscaldi
La película Amour de Michael Haneke resulta interesante para analizar algunas cuestiones sobre la muerte propia y de seres queridos. Tiene como protagonistas a una pareja de ancianos jubilados pertenecientes a la clase media intelectual europea: hija, nietos, mínimas tareas domésticas, libros y conciertos. Los días transcurren sin sobresaltos hasta que a la mujer le diagnostican una enfermedad irreversible y de deterioro progresivo. En ese punto, se plantea un dilema.
por Marcelo Altadonna
Si no se es un hobbitt entre los héroes es imposible la posición de analista. Por eso ocupar ese lugar sólo lo da el propio análisis, estar curado de ser el héroe en todas sus formas.
por Hugo Dvoskin
A lo largo del texto los dos Hamlet dan algunas puntadas para minimizar las responsabilidades que le caben a Gertrudis en la podredumbre en que vive Dinamarca (…) Por un lado, en el texto no hay ninguna explicitación con relación a cuál era la vía sucesoria en el reino en aquellos tiempos (…) Por otro lado, la posición lujuriosa de la madre -que Lacan saca a la luz- y su necedad con relación al duelo quedan situadas como efecto de un desenfreno del cual tampoco sería responsable.