Cine y Psicoanálisis
por Carlos Faig
La película narra la historia del compositor del siglo XIX, Robert Schumann, y su mujer, la pianista Clara Wieck. Su tormentoso matrimonio fue destruido a causa de la fama y el poder de la música.
por Hugo Dvoskin
Neuman, el protagonista -que supo estar en el cuarteto musical de la empresa- nos entrega sobre el final de la película la clave de una lectura posible. […] Éste, o bien representa la posición ideológica del director, o quizás sea quien lo interpreta y hace de su analista y lee la película. El decir de Neuman-Költz linda con una confesión, pues es exactamente eso lo que produce el film.
por Carlos Faig
El film narra el regreso a su hogar de un adolescente después de una internación psiquiátrica. El chico sobrevive a la muerte de su hermano mayor, cuando, mientras navegaban, cae al agua y no puede rescatarlo. El film muestra las peculiares características de esta familia típica norteamericana.
por Carlos Faig
El film, tanto como la novela a la que sigue muy de cerca, desarrolla una historia detectivesca situada en un convento religioso del siglo XIV. Un monje es convocado, por su inteligencia y su capacidad deductiva, a resolver un asesinato acaecido en una abadía. Su nombre es Guillermo de Baskerville. La abadía tiene en uno de sus pisos una biblioteca alimentada por los copistas de la época. En un sector finalmente se descubre que eran guardados algunos libros considerados de lectura perniciosa. Entre ellos se hallaba el segundo tomo de la Poética de Aristóteles. El asesinato que Guillermo debe resolver, y los que se producen luego, habían tenido por fin custodiar el secreto de esos documentos.
por Pablo Lione
“Si preguntamos a alguien qué hay en La Odisea que lo hace un texto bello, quizás no lo sepa: hay algo que no es transmisible” (Pablo Amster, 2004).
por Hugo Dvoskin
Músico entre los músicos, negro entre los negros, beisbolista entre los beisbolistas, Zelig -que en el inicio no tiene nombre propio-, logra tomar uno distinto espejando en su cuerpo los rasgos de los semejantes que lo acompañan. Es una imagen que lo constituye cada vez. A diferencia del estadio del espejo cuyo fenómeno constitutivo es duradero y enajenante, para Zelig la identificación al otro del espejo es circunstancial y provisoria.
por Mónica Fudin Govednik
Habitualmente los films sobre el tema de la locura resaltan su aspecto más mortífero y patético del “sin salida”. Hospitalismo y deterioro, donde el tiempo y el espacio parecen uniformes. Pacientes detenidos sin ninguna marca subjetiva que acompañe la existencia. Sin embargo, con frescura, sin perder la intensidad, esta película muestra otro costado de la psicosis, la posibilidad del anudamiento y de establecer una relación propicia con el semejante. De entretejer una red con el otro que el estado, la asistencia social, los vecinos, los amigos propician.
por Hugo Dvoskin
Martes después de Navidad. Pero antes de la Nochebuena, la joven amante del protagonista hace su pedido: que Papá Noel le provea un hombre con más voluntad, que leemos “un hombre que no sea cobarde…” Pero la cobardía, la omnipotencia y la negación todo lo pueden.
por Gabriela Mercadal
Este artículo es una versión resumida de la investigación realizada por la autora a partir del film de Cronenberg. Es a la vez anticipo de una próxima publicación en el marco del proyecto conjunto de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de Córdoba sobre Ética y Cine, prevista para marzo de 2012, coincidiendo con el estreno del film en Argentina.
por Débora Levit, Gabriela Milito, Mariana Fogacci, Adriana Fredez
¿Por qué tomar una película para responder una pregunta que concierne o que surge del campo de la clínica? Ubicamos al psicoanálisis como práctica que conlleva en su propio esquema el abordaje del tiempo y la realidad. Mientras que la clínica nos enfrenta cotidianamente con el enigma del tiempo, el cine nos permite ver el tiempo. Escuchamos situados en el aquí y ahora de la experiencia analítica, inferimos el pasado y la lente desde la cual el sujeto mira, borde y cristal subjetivo y único que Lacan llamó fantasma. Se juegan allí el pasado y el presente, pero el futuro se torna desconocido. Sólo, dice Freud, podremos saber la eficacia de la intervención a posteriori. Hay un tiempo oculto allí, que el cine nos presta.