Cine y Psicoanálisis

Sección coordinada por Laura Kuschner
Sección coordinada por Juan Jorge Michel Fariña
¿Por qué filma usted?
por Carlos Paola

¿Cuál es la pregnancia de la imagen cinematográfica ante la cual y a diferencia de la escritura, se cancelan las explicaciones, se detiene la metonimia? ¿Cómo pensar la distancia entre lo decible y lo indecible en el campo de la imagen cinematográfica? Estos son algunos de los interrogantes que el autor abordará a lo largo de un texto exhaustivo y rico en la articulación entre literatura, cine y psicoanálisis.

Ida… y vuelta
por Hugo Dvoskin

Una familia judía polaca sobrevive en dos mujeres luego de los homicidios y los campos. Una mujer, jueza, que a sabiendas oficia para defender lo indefendible y una sobrina a la que han ocultado en un convento que ha atravesado la guerra y la vida sin conocer sus orígenes. Ahora, en el comienzo de nuestra historia, aspira a convertirse en monja.

Inimaginables “horizontes” en la dirección de nuestra praxis. Las manzanas de Adam. Acerca del film Adams æbler
por Hugo Dvoskin

Las cárceles, dicen mayoritariamente las constituciones, serán lugares que favorezcan la reinserción social del delincuente y no serán lugares de castigo. Más allá de la poca verosimilitud de esa idea, en algunos lugares, luego de cumplida la condena, el Estado también se encarga de proporcionarle a quien haya cumplido total o parcialmente la pena, un lugar de trabajo, de reinserción social efectiva. Iván, el párroco de esa pequeñísima comunidad danesa será el que tienda su mano a estos condenados de Dios y la Justicia para que puedan reinsertarse en la comunidad.

El arte de un psicoanalista en el séptimo arte. Sobre Jeune et Jolie, de François Ozon
por Sergio Zabalza

En este film, François Ozon explora los rincones más complejos de la sexualidad, allí donde ocupar un lugar en el fantasma de un hombre, sin excluir el goce propiamente femenino, traza para cada mujer un recorrido absolutamente singular. Y quizás por la misma razón, prostitución y psicoanálisis corren por vías similares aunque en dirección opuesta. Es que en ambos oficios el practicante se ubica como objeto para así obtener dinero del cliente. Sólo que si en la primera el consumidor pierde dinero a cambio de obtener goce, en el segundo el sujeto paga para poder ceder goce.

Las mil y una formas de gozar
por Elizabeth Ormart

Los productores de Las mil y una noches tienen asegurados mil y un episodios de la famosa novela que conmueve a multitudes. En ella se escenifican, más allá y más acá de las diferencias culturales, religiosas, sociales, regionales, etc., modalidades de goce estructurales presentes en todas las épocas desde la Inglaterra victoriana a la época del virreinato. ¿Por qué se sostienen durante años estas novelas que convocan a miles de personas en el mundo? ¿Qué ven de sí mismos los espectadores en las pantallas?

¿Quién asegura que llegue? Acerca de Norberto apenas tarde
por Hugo Dvoskin

“Apenas tarde” -quizás se pretende figurarlo como apellido o como una acción que nomina al protagonista- ilusiona con la idea de que de algún modo Norberto se las va a arreglar para llegar. En una lectura inmediata el personaje evoluciona y se aproxima tangencialmente a sus intereses. No digamos deseo para no ser pretenciosos y subrayemos desde el comienzo que a la mujer que le interesa no llega a encararla.

Sabina Spielrein: el nombre de la abstinencia
por Ignacio Barbagallo

El siguiente artículo se desprende del análisis de la película Mi nombre fue Sabina Spielrein, proyectada el día 18 de octubre de 2014, en el marco del sexto encuentro de las Jornadas anuales de la Cátedra II de Clínica Psicológica y Psicoterapias: Clínica de Adultos, de la Universidad de Buenos Aires. La proyección del film y su posterior comentario estuvo a cargo de la Lic. Débora Levit.

Los misterios de una escritura: Violette Leduc
por Olga Cuadra

Violette Leduc nació en Francia a principios de siglo, fue hija de un hombre de alta sociedad que nunca la reconoció y de una madre empleada doméstica con quien mantuvo una relación muy compleja y hostil. Muy aquejada por su aspecto físico poco agradable, en un estado melancolizado de queja sin cesar, esta hija ilegítima no perderá ocasión para recordar a quien sea su condición de bastarda. Si bien siempre ocupó un lugar marginal en la literatura francesa podemos decir que Violette escribió para vivir y no que vivió para escribir. Vivió porque escribió.

Flores Bastardas. Violette
por Hugo Dvoskin

¿A Violette no la quieren porque es fea o es fea porque no la quieren? ¿Es fea “objetivamente”, se siente fea por su vínculo con la madre? Quizás porque ambos sintagmas sean falsos. No es tan fea como para que eso sea una rúbrica de su vida y no podría decirse que no ha sido un objeto de amor para su madre como se pretende. Tal vez la fealdad provenga de la bastardía y sea el nombre de no poder quebrar al otro en sus deseos. Besa forzadamente a los que no quieren besarla, se tensiona con quien se interesa sexualmente en ella. Cuando escriba dirá de los primeros que la rechazan, de los segundos que el momento es maravilloso. Escritos quizás valiosos, testimonios dudosos.

Un artista en el campo de concentración. Acerca de Los falsificadores
por Hugo Dvoskin

Es el fin de un largo recorrido que Sally ha iniciado hace muchos años. El triunfo de un artista que ha encontrado en la falsificación una vía que le permite acceder al dinero y a la supervivencia. Sally tiene la certeza de que la voluntad de algunos artistas siempre tendrá cabida dentro de la estructura del poder y, al menos esta vez, no se equivoca.



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